Pues eso, han pasado ya 6 años desde que tuvimos que suspender un crucero debido al Covid y este año por fin nos hemos puesto de acuerdo los miembros del grupo crucerista y vamos a embarcarnos en otra nueva aventura marítima.
El crucero de la compañía MSC sale desde el puerto de Barcelona y desde Alicante nos ponen un bus que nos lleva hasta allí. Es la primera vez que nos embarcamos con esta compañía, vamos a ver qué tal es la experiencia. Con la extinta Pullmantur la verdad es que nos ha resultado siempre muy bien pero el Covid se la llevó por delante y habrá que adaptarse a otras navieras. Llegamos al puerto, embarcamos, directos al camarote, a saludar a los amigos y conocer el barco.
Evidentemente este barco no tiene nada que ver con los de Pullmantur. Es mucho más grande, se ve todo bastante nuevo, tiene prácticamente de todo. Esto tiene sus ventajas pero también sus inconvenientes. El primero es que los barcos de Pullmantur eran más pequeños por lo que no costaba tanto llegar a los sitios. El ambiente era más familiar, había bastantes menos pasajeros y casi todos españoles. Aquí hay de todas las partes del mundo, cada uno de su padre y de su madre.
Bueno, tras una tranquila noche de trayecto a primera hora de la mañana llegamos al puerto de la ciudad francesa de Marsella. Estamos a primeros de Febrero de 2025 y el tiempo aún es invernal. Tanto que llueve y hace algo de frío, eso tiene viajar en estas épocas del año. Sale algo más económico pero hay más posibilidades de que el tiempo no acompañe. Tenemos una visita guiada reservada por nuestra cuenta y tras desembarcar y atravesar todo el puerto esperamos a la salida a que venga nuestro autobús a recogernos. Aquí tenemos el primer desencuentro ya que el conductor del autobús tiene la puerta cerrada y ni siquiera tiene el cartel de la empresa que hace la excursión. Y nosotros mojándonos, que gentuza.
Marsella
Algo cabreados y más mojados llegamos al primer lugar donde nos bajan para que veamos la Fontaine du Palais Longchamp. Un palacio construido en el siglo XIX para celebrar la inauguración de una infraestructura que solucionaba los problemas de escasez de agua de la ciudad. Aquí se ubican los dos mejores museos de la ciudad, el de Bellas Artes y Historia Natural. Aunque lo más bonito es la preciosa y monumental fuente de estilo barroco.
Seguimos callejeando andando y lloviendo ya que el autobús se ha quedado atascado al no poder pasar por un tramo estrecho donde hay mal aparcado un coche. Tengo que comprar un paraguas para resguardarme algo de la lluvia.
Tras pasar por por alguna avenida con algún bello edificio como el de la Bolsa llegamos por fin al Puerto Viejo donde se nos ofrecen unas bellas vistas de esta parte de la ciudad. En lo alto de un promontorio destaca la esbelta silueta de la Basílica de Notre Dame de la Garde donde pienso que iremos después. No será así, creo que hubiera merecido la pena subir hasta allá.
Nuestra guía nos da un poco de tiempo para hacer alguna compra, tomar algún café, etc. Aprovechamos para visitar alguna tienda de productos típicos y tomar un café en esta parte de la ciudad pegada al Puerto Viejo.
Terminada esta pausa nos ponemos de nuevo en marcha cuando empieza a diluviar otra vez. Vamos andando en dirección a la Catedral y nos adentramos en un coqueto barrio con callejuelas donde el graffiti es el verdadero protagonista.
El agua sigue cayendo como si no hubiera un mañana, llevo los pies empapados cuando llegamos por fin a la Catedra y nos refugiamos dentro para guarecernos del agua. Por fuera se ve bastante bonita con un estilo románico-bizantino.
Y si por fuera es bonita por dentro es todavía más bonita. Pasamos un buen rato recorriendo su interior y maravillándonos con todo lo que podemos ver. Imprescindible su visita, además es gratuita.
Así las cosas termina la visita guiada que no ha sido gran cosa la verdad. Ya se sabe que viajar en crucero tan solo da tiempo a hacer visitas por encima. De todas formas Marsella es de las pocas ciudades que no conocíamos de nuestros numerosos viajes en auto por Francia. Siempre la hemos evitado ya que siempre habíamos leído que era una ciudad que no era gran cosa donde hay posibilidades de sufrir algún percance sobre todo si viajas con autocaravana. Me alegro de haberla visitada en crucero por que no creo que volvamos en auto.
Tras otra noche de navegación a primera hora del día ya estamos atracados en un nuevo puerto pero ya hemos cambiado de país. Esta mañana la emplearemos en visitar por nuestra cuenta otra ciudad que no conocíamos.
Génova
A diferencia de Marsella donde el puerto está alejado del centro de la ciudad, Génova está al lado del puerto por lo que en muy tiempo ya estamos dentro de las callejuelas de esta ciudad italiana. Génova es otra de las ciudades que siempre hemos dejado de visitar porque no tenía demasiada información de ella. Pero veremos que merece mucho la pena recorrerla y perderse por sus encantadores rincones.
Coquetas placetas, Iglesias preciosas como la de San Luca, palacetes con ricas fachadas, bellos edificios con estilos diferentes a lo que estamos acostumbrados, etc.
Seguimos callejeando a pesar de la lluvia que no es tan intensa como ayer en Marsella lo cual se agradece. Así llegamos a la Plaza de San Lorenzo donde se alza la imponente y preciosa Catedral del mismo nombre. Intentamos acceder al interior pero están dando misa y lo dejamos para después.
Un poco más arriba nos encontramos con la Iglesia de Santo Ambrogio y Andrea donde sí que podemos acceder a ver su interior.
Justo al lado se ubica el Palacio Ducal, un imponente edificio al que también accedemos para ver lo que nos encontramos dentro.
Volvemos de nuevo a la Catedral para ver si ya ha finalizado la misa. Así es por lo que ahora sí que podemos acceder y maravillarnos con su espléndido interior.
La verdad es que las Iglesias que estamos viendo en Génova son preciosas y diferentes. Seguimos calle arriba hasta encontrarnos con otro precioso monumento, la Puerta Soprana. Justo detrás se ubica la Casa de Cristóbal Colón. Es una casa donde se asegura que vició el descubridor de América hoy reconvertida en museo.
Seguimos callejeando por las callejuelas de Génova. Llegamos a pasar por una zona donde vemos a bastantes meretrices que ofrecen sus servicios. Eso no me lo esperaba la verdad.
Llegamos a la Vía Garibaldi donde hay bastantes palacetes a cual más bonito.
Volvemos hacia la zona del puerto con algunas animadas calles llena de soportales donde se ubican tiendas donde se venden frutas, verduras, pescado, recuerdos para turistas, productos típicos, etc.
De vuelta al barco y como vamos caminando por la zona del puerto viejo podemos ver el coqueto Palacio de San Giorgio con sus bonitas pinturas que decoran su fachada. Pasamos por la puerta del Acuario de Génova que debe ser interesante de ver. Una réplica de un galeón español del siglo XVII. Un mosaico homenaje a los inmigrantes de Génova.
Embarcamos en nuestro crucero y las vistas desde el mismo de la ciudad son muy bonitas. Al estar el puerto en la misma ciudad Génova se ve desde otra perspectiva.
El barco es bastante grande y todavía no lo conocemos todo por lo que aprovechamos para verlo antes de que partamos hacia otro puerto.
Nuevo día y nuevo lugar para desembarcar y visitar. Antes de llegar aquí contemplamos la posibilidad de hacer una excursión a la ciudad imperial de Roma. Lo descartamos porque ya la conocemos y no nos apetece ir de un lado para otro sin parar y casi no ver nada. Por tanto decidimos quedarnos toda la mañana en la ciudad donde desembarcamos.
Civitavecchia
A la salida del barco hay unos autobuses que te llevan hasta la entrada del puerto cosa que se agradece ya que hay un buen tramo. A la salida del puerto te asaltan con cantidad de excursiones, ósea que si uno quiera hacerlas por su cuenta no hay problemas. Luego toca andar y lo primero que visitamos es la Iglesia de San Francisco de Asís que no nos dice gran cosa.
La Fortaleza de Michelangelo es por fuera bonita aunque por dentro parece que no se puede visitar. Nos metemos para el centro de la ciudad por el Corso Centocelle que parece ser la calle comercial de la ciudad.
Visitamos un mercado al aire libre, compramos unos dulces charlando sin ninguna dificultad con la vendedora, Qué fácil es entenderse con los italianos.
Visitamos la coqueta Iglesia de Santa María de la Oración y Muerte. Algunas torres vestigios de la antigua muralla de la ciudad y vuelta para la zona del puerto. La verdad es que Civitavecchia no da para mucho más, pero es lo que hay al no querer hacer alguna excursión. Esta mañana la hemos tomado de relax.
Nuevo día tras otra tranquila noche de navegación. En todos los cruceros que hemos hecho siempre ha habido alguna noche algo movida pero en este crucero no la hemos vivido, mejor así. A primera hora de la mañana llegamos al nuevo destino.
Messina
Estamos en Sicilia después de cruzar el estrecho de Messina que separa el continente italiano de la isla de Sicilia. Desembarcamos y esperamos a que se forme el grupo para la excursión que tenemos contratada.
Vamos a emplear la tarde en visitar la localidad siciliana de Taormina. Un autobús nos traslada hasta dicha ciudad ascendiendo a ella por una tortuosa y revirada carretera.
Taormina
Tras atravesar las murallas que rodean la ciudad nos internamos por la calle Corso Umberto que es la arteria principal. Se nota que Taormina es muy turística, se ven grupos de turistas de muchas nacionalidades. Y eso que estamos en Febrero temporada baja, no quiero imaginarme lo que será esto en verano.
Llegamos a la coqueta plaza del Duomo con su bonita fontana y la Iglesia donde no podemos pasar porque tenemos que seguir a la guía.
La calle es muy bonita con edificios interesantes y tiendecitas muy monas. Llegamos a la Piazza IX de Aprile con otro par de Iglesias y un bonito mirador desde donde se ve la costa.
Una pena tener que ir al paso acelerado de la guía ya que la calle nada más que uno mire donde quiera ves detalles y rincones que te dejan con la boca abierta.
Pero si por algo es conocida Taormina es por su antiguo teatro griego, una construcción que se empezó a construir en el siglo III antes de Cristo.
Pagamos los 14 euros que cuesta entrar y como llevamos nuestra guía tenemos la suerte de que la visita es guiada cosa que se agradece.
El teatro está enclavado en un lugar privilegiado aprovechando la orografía de la montaña y ubicado lo alto por lo que las vistas desde aquí son fantásticas. Taormina bajo los pies, el mar a la izquierda y el volcán Etna al fondo, un lujo.
La capacidad del teatro antiguo de Taormina era de unas 5000 personas y por un momento intento ponerme en la piel de lo que estos espectadores podían sentir en este lugar tan especial. Asistir a un espectáculo teatral con estas maravillosas vistas, tenía que ser una experiencia bastante satisfactoria.
Terminamos la visita a este interesante monumento y nos damos un pequeño homenaje probando un helado típico llamado canoli de pistacho en un puesto de las inmediaciones del teatro. La verdad es que está muy bueno. Nada más ver cómo lo hacen ya es interesante.
Como nuestra guía nos ha dado un tiempo libre lo aprovechamos para dar una vuelta más pausada por los lugares que en la primera toma de contacto más nos han gustado. Además ahora ya hay menos turistas por las calles y se aprovecha mejor.
Terminamos así esta interesante visita a Taormina, volvemos a tomar de nuevo el bus y regreso hacia Messina donde está atracado nuestro crucero. Antes de embarcar damos una pequeña vuelta por la ciudad. Una vez en la Piazza del Duomo visitamos la preciosa Catedral de Santa María Assunta.
Messina
El interior es de acceso gratuito, si se quiere subir al campanario hay que pagar. Un gran órgano, las preciosas estatuas y sobre todo el artesonado confieren a esta Catedral un gran interés. El exterior también es bonito destacando el reloj astronómico.
Terminado de ver lo poco que nos ha dado tiempo de ver en Messina volvemos a embarcar y partimos hacia el último destino de este crucero. Espectáculo, cena, unas copas charlando con los amigos y a la cama.
Amanece otro día con buen tiempo. Los dos primeros días tuvimos agua pero el resto nos ha hecho bastante bueno para la época del año que estamos.
La Valeta
Estamos en la Isla de Malta y concretamente en su capital. Tenemos contratada una visita guiada en el pueblo de Mdina y para finalizar recorreremos La Valeta.
Recorremos en bus los 13 kilómetros aproximadamente que separan la capital de nuestro primer destino y comenzamos la vistita por este bonito rincón maltés. Como curiosidad en Malta se circula por la izquierda como los británicos. Nos choca bastante al principio por no estar acostumbrados.
Mdina
Estamos en una antigua ciudad que al parecer fue fundada por los Fenicios entorno al año 700 antes de Cristo. Ha sido capital de Malta hasta la llegada de los Caballeros de San Juan de Jerusalén en 1530.
Su recinto está totalmente amurallado y posee el singular encanto de una pequeña ciudad medieval. En el interior de la misma nos encontramos callejuelas, palacetes, bellos edificios e Iglesias.
La primera parte de la visita consiste en ir siguiendo a nuestro guía y estar atento a sus explicaciones. Luego nos da un pequeño tiempo libre para recorrer el recinto por nuestra cuenta y terminar de ver lo que hemos ido dejando o comprar algún producto típico o recuerdo.
Visitamos por dentro la bonita Iglesia de San Pedro donde no hay que pagar por pasar. Las decoradas cúpulas son lo que más llama nuestra atención.
El poco tiempo libre que tenemos lo dedicamos a recorrer sin rumbo fijo las callejuelas de Mdina. Evidentemente este es un lugar muy turístico y las sensaciones son algo encontradas. Ya hemos visitado lugares así, todo dedicado al turismo, pero bueno, es lo que tienen estos lugares. Merece la pena si uno viene a Malta.
Una vez terminada la visita y probados los dulces típicos llamados Inqaret, una pasta de galleta frita rellena de dátiles, partimos de nuevo hacia La Valeta para continuar con la segunda parte de la visita.
Partimos desde la Fuente del Tritón accediendo al casco antiguo a través de las murallas.
La Valeta
Nuestro guía nos explica que La Valeta fue construida por los Caballeros de San Juan de Jerusalén conocidos como los Caballeros de la Orden de Malta cuando el Emperador Carlos V les cedió las islas de Malta a cambio de entregarles un halcón maltés cada año, en señal de su vasallaje.
La construcción del centro histórico se llevó a cabo en estilo barroco con aportes de la arquitectura del Renacimiento y Neoclásica.
Vamos viendo Palacios, plazas, el precioso mirador de los jardines superiores de Barrakka desde donde se contempla la otra parte de la ciudad, muy bonita por cierto y donde por falta de tiempo no podemos visitar.
Terminada la visita guiada, nuestro guía nos recomienda encarecidamente visitar la Concatedral de San Juan y a pesar de no disponer de mucho tiempo le hacemos caso, pagamos los 15 euros que vale y para adentro.
Lo primero que sorprende es que el austero exterior no refleja lo que este edificio es por dentro ya que nada más entrar se queda uno con la boca abierta. Una auténtica maravilla. Nos dan una audio guía y vamos siguiendo las explicaciones.
La bóveda cubierta de frescos que representan la de San Juan Bautista. Ocho capillas laterales dedicadas a las diferentes lenguas de de la Orden. El precioso suelo de mármol con 400 tumbas de Caballeros de Malta con sus respectivos escudos, una pasada.
En una sala adjunta podemos visualizar una de las obras maestras del pintor Caravaggio, la decapitación de San Juan Bautista.
Para terminar nuestra visita por La Valeta nos sentamos en una terraza de los Jardines superiores de Barrakka y probamos la cerveza nacional Cisk. La especial de 9 grados está muy buena. Para bajar a la altura del puerto utilizamos el ascensor de Barrakka por 1 euro, curioso es el término.
Así concluimos la visita a esta ciudad que nos ha gustado bastante. Creo que se nos ha quedado corto y seguramente sería uno de los lugares que repetiría dedicándole más tiempo por nuestra cuenta. Quizás algún día podamos regresar con vuelo y hotel, estaría bien.
Partimos de La Valeta mientras nos asomamos a la cubierta para disfrutar un poco más de esta bonita ciudad, diciendo quizás un hasta luego.
El día siguiente es de navegación. Aprovechamos para disfrutar de las instalaciones del crucero y terminar de descubrir los rincones que todavía nos faltaban por visitar. Un día de relax después de estos días sin parar de hacer excursiones. También viene bien este día.
Por fin llegamos de nuevo a Barcelona donde terminamos nuestro crucero con la compañía MSC que podemos calificarlo de bueno, otra nueva experiencia con esta compañía que no conocíamos. Seguro que volveremos a juntarnos con nuestros amigos y repetiremos. No será el último, seguro.
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