18 enero 2024

Por tierras de agua y Moriscos

En esta escapada nos vamos a un bello rincón de la provincia de Valencia donde la naturaleza es claramente la protagonista así como su rica historia.

Primeros de Diciembre de 2023, domingo y fechas prenavideñas. Llegamos a Buñol, el pueblo de la tomatina, casi de noche y nos vamos derechos a uno de los parkings utilizados por las autocaravanas, GPS: 39.414805, -0.783759, una explanada en las inmediaciones del polideportivo, sin servicios, gratuito y a unos 15 minutos andando del centro.

Buñol.




Damos una vuelta por el pueblo y ya vamos viendo la cantidad de fuentes de agua que tiene Buñol diseminadas por diferentes calles y rincones. Éste nos recuerda su pasado medieval con callecitas estrechas e intrincadas que van ascendiendo hacia el castillo del siglo XI, una enorme construcción defensiva en esta zona fronteriza entre el Levante y Castilla que se puede visitar por libre y gratuitamente.














Hemos dormido muy tranquilos en el parking acompañados por otras autocaravanas y alguna camper. Desayunamos y sin prisa nos ponemos en marcha ya que esta mañana queremos hacer una de las rutas senderistas más conocidas de esta zona, la senda del agua.






El primer punto interesante lo tenemos en la Cueva del Turche con una imponente cascada y una laguna ubicados además en una zona preciosa de picnic.









La ruta gana algo de altura para transitar por lo alto de la cascada que hemos visto anteriormente. Vamos remontando el río Juanes con pozas y algún lago de aguas turquesas transparentes donde en  verano tiene que ser una auténtica gozada darse un buen chapuzón.









Vamos transitando por la ruta que en ocasiones cuesta seguir por lo que se hace imprescindible un gps y así llegamos a la Cueva de Las Palomas, otro lugar espectacular y de una belleza única y singular.







Una vez visto este paraje seguimos ascendiendo a la parte alta de la cueva y la cascada con las consiguientes pozas que por momentos nos recuerdan a la zona de el Valle del Jerte en Extremadura pues allí también abundan este tipo de pozas.


La última parte de la ruta transcurre por zonas de campo y urbanizaciones diseminadas en las inmediaciones de Buñol donde destacan las vistas del pueblo. También podemos observar la importancia que tuvo la fabricación de papel en la localidad y la gran cantidad de molinos papeleros que llegó a haber aquí.







Para comer nos vamos a la otra punto del pueblo, concretamente en La Posada Venta Pilar donde hemos reservado mesa para comer. No es nada del otro mundo perno no se come mal, a un precio bastante conseguido.









Regresamos a la auto para descansar y así finalizamos nuestra ruta senderista que sale con algún kilómetro demás por haber subido a comer al otro lado del pueblo.
Mañana queremos hacer otra ruta senderista que parte desde el otro extremo del pueblo por lo que nos desplazamos hasta el Parque de San Luis donde nos instalamos en un pequeño parking de tierra donde pernoctaremos hoy, GPS: 39.418261, -0.797729 gratuito, sin servicios y más cerca del centro.








Salimos a dar una vuelta por el pueblo. En el mismo parque de San Luis está la coqueta ermita de San Luis de Beltrán y por la calle de San Luis nos acercamos al centro visitando la Iglesia de San Pedro Apóstol, nos tomamos algo en el Bar el Litro ubicado en la Plaza y volvemos a subir de nuevo al castillo para dar por finalizado el día.




















Amanece otro día soleado y tras desayunar nos ponemos en marcha ya que desde aquí parte otra de las rutas más interesantes de Buñol, la del Río Buñol remontando el barranco del Carcalín.





El primer tramo transcurre pegados al río Buñol con sus bonitas pozas de aguas limpias y refrescantes. Para luego ascender a lo alto de la montaña con unos cortados de vértigo. A continuación se baja de  nuevo al nivel del río para posteriormente volver a subir e internarnos en el Barranco del Carcalín.






llegamos a la cota baja del barranco una zona de escalada espectacular y donde algunos valientes están intentando llegar a lo alto de la montaña.



Seguimos barranco arriba por el cauce seco del río y rodeados de impresionantes farallones rocosos de una gran belleza.





En un momento dado dejamos el barranco y tomamos una pista de tierra que va ascendiendo y desde donde podemos ir disfrutando de las bonitas vistas del barranco pero desde lo alto del mismo.








Tras dejar la pista y tomar una senda que transcurre por un bonito bosque llegamos de nuevo a Buñol finalizando así esta preciosa ruta.

Nuestra ruta senderista

Antes de marcharnos de Buñol nos acercamos a la coqueta librería de Doña Leo cuyo propietario es Maximo Huerta y donde adquirimos algunos libros. Nos despedimos así de Buñol un rincón valenciano que nos ha gustado mucho.



Para comer hemos reservado en el Restaurante Venta de Gaeta ubicado en la pedanía de Venta de Gaeta en medio de la nada por donde se llega por una carreterita estrecha pero de buen asfalto. Estacionamos a la entrada de la pedanía, GPS: 39.308013, -0.958815, gratuito y sin servicios.

Venta de Gaeta.






El menú consiste en una mezcla de platos típicos a cada cual más bueno y a un muy buen precio. En definitiva, todo un acierto habernos acercado hasta aquí. Quién lo iba a decir, que en un lugar en medio de la nada habría un restaurante de este tipo y además lleno de gente.
Seguimos ruta hacia el siguiente destino. Antes de llegar nos detenemos en el mirador de la Tierra Colorá, GPS: 39.254895, -0.930074 para sorprendernos con tamaño paisaje.





Llegamos a Cortes de Pallás y nos vamos directos al parking ubicado en la parte alta del pueblo, GPS: 39.241121, -0.945018 gratuito y con servicio de carga de aguas y descarga de negras.

Cortes de Pallás.








Ya conocía el pueblo de una salida en moto que realicé algún tiempo, no así Mati que es la primer a vez que viene. Y es que Cortes de Pallás está ubicado en un entorno precioso. Rodeado de montaña y agua de los río Júcar y Cabriel embalsada en su imponente embalse.
Cortes posee también una rica y curiosa historia con los antiguos Moriscos que habitaban esta tierras y que fueron expulsados en 1609 resistiéndose y dando lugar a varios alzamientos y revueltas sin duda influenciados por la agreste orografía.





Esta mañana la vamos a emplear en hacer otra ruta senderista por las inmediaciones del pueblo. Aquí hay infinidad de posibilidades y se escoja la que se escoja se acierta, esto es muy  bonito. Nosotros optamos por  la ruta de Senda Cabanilles y La Cortá.



El primer paraje al que llegamos es el Corbinet, una cascada de agua con una poza ubicado en una bonita zona de picnic. No es época de lluvias y ahora está seca como veremos en todo el itinerario. Seguimos ascendiendo entre la montaña pasando por el cauce seco del Arroyo de Cortes que forma pozas y cascadas que en época de lluvias tienen que ser muy bonitas de ver.

El paisaje es una maravilla, solo falta el agua para que sea un paisaje de alta montaña en otras latitudes sin envidiar en nada a otros lugares más conocidos. Llegamos las Cascadas del Manantial de San Vicente y la Cueva Tejedor y continuamos ascendiendo.





Cuando el valle llega a su fin nos preguntamos por dónde tendremos que ascender la imponente montaña que tenemos enfrente. Una zigzagueante senda nos lleva al Paso de La Franca el punto más comprometido de la ruta ya que el paso es estrecho y la altura considerable.









El premio del ascenso son las preciosas vistas que tenemos desde lo alto de la montaña. Seguimos la ruta y llegamos al depósito de La Muela, una enorme cantidad de agua utilizada para la producción de energía eléctrica.

Ahora toca la bajada por una senda preciosa zigzagueante que salva el enorme desnivel desde la Muela hasta el pueblo de Cortes de Pallás. Y uno se pregunta cómo se pudo construir esta senda y el trabajo que costaría hacerla a dichas personas.



Las vistas desde aquí son simplemente espectaculares, el pueblo, el embalse, el cercano castillo de Chirel, todo el entorno, etc.












Ya en Cortes de Pallás nos acercamos al Restaurante-Hostal El Rincón de Cortes donde tenemos reservada una mesa para comer. Todo un acierto por la calidad y el precio de la comida, recomendable.











Terminamos así esta pequeña escapada por dos bellos rincones de la geografía valenciana. Nos han gustado mucho los dos lugares tan llenos de posibilidades.















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