20 junio 2023

Por pueblos serranos fronterizos, medievales, castillos y abrigos

Improvisamos una pequeña escapada no muy lejos de casa donde mezclaremos patrimonio, historia, paisaje y gastronomía.

Nuestro primer destino pasa por un pueblo  murciano que todavía no conocemos. Ubicado cerca de la frontera con nuestra provincia, llegamos a media tarde. Estacionamos en una explanada de tierra sin servicios pero gratuito, GPS: 38.188040, -1.887060, luego comprobamos que seguir más adelante quita opciones a encontrar aparcamiento debido a la orografía del pueblo.

Moratalla




El paseo por la localidad es un continuo subir hacia la parte alta ya que la localidad está encaramada en un cerro, lo que le da un carácter único y peculiar. El mirador que hay ubicado en la Plaza de la Iglesia es quizás la mejor ubicación para contemplar el pueblo.
Por momentos nos recuerda mucho a Bocairente salvando las distancias claro. Pero hay elementos en común entre ambos pueblos, aunque puestos a elegir nos quedamos con el valenciano.









Para culminar la ruta por Moratalla llegamos hasta lo alto del cerro donde se alza el castillo fortaleza a estas horas cerrado al igual que la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción un poco  más abajo.
Seguimos callejeando por las empinadas y laberínticas callejuelas con bellos rincones donde echamos de menos algo de inversión para adecentar las fachadas y darle al pueblo otro aire más cuidado. Potencial tiene sin lugar a dudas, pero ese ambiente decadente y de abandono impregna casi todo el casco antiguo.








A pesar de todo, el pueblo en esta tarde de viernes de primeros de junio rebosa ambiente y vida ya que se está celebrando una marcha en favor de la lucha contra el cáncer y por las calles hay un buen ambiente festivo. Estamos en uno de esos puntos, la Plaza de Tamayo, vemos un bar por lo que pasamos dentro a cenar. Se trata del Bar Carlos Sixto donde cenamos a base de muy buena gastronomía local. Buen lugar y mejor precio.





Tras visitar Moratalla donde se puede estar algo más de tiempo ya que el pueblo y el entorno lo merecen, ponemos rumbo al lugar donde mañana haremos una ruta senderista.

Benizar


Llegamos anoche a este lugar fronterizo con Albacete y no sabemos muy bien dónde estamos. Y es que hay como tres barrios: La Tercia, El Molino y El Villar que es donde estamos, pero que parece que los tres pertenecen a un conjunto llamado Benizar. El caso es que hemos pernoctado junto a la Ermita de Santa Bárbara, GPS: 38.270389, -1.988502, gratuito, sin servicios y si no fuera por los ladridos de un perro se habría estado bien.







La ruta que nos proponemos hacer esta mañana es la que va a un paraje conocido como "Las Cuevas" y después subir a los restos del castillo de Benizar. La mañana es perfecta para andar y al llegar al primer paraje nos quedamos asombrados de los farallones rocosos y las cavidades que se han formado bajo ellos. Un riachuelo discurre por el lugar con muy poca agua, eso sí, las ranas que lo habitan se oyen desde mucho antes de llegar.









El siguiente objetivo es subir hasta lo alto del cerro donde se ubica el antiguo castillo y del que apenas quedan vestigios. Tan solo parte del lienzo de la antigua muralla y los restos semiderruidos del aljibe, Lo mejor de subir hasta arriba del todo son las vistas del entorno.













Nosotros en vez de bajar por donde hemos subido optamos por seguir un camino en dirección opuesta lo que hace que la ruta se alargue unos dos kilómetros más aproximadamente. Una vez en los barrios damos una vuelta, compramos algo de una panadería y terminamos así de conocer este rincón murciano enclavado en un lugar con muchas posibilidades turísticas.





Nuestra ruta senderista: Las Cuevas y subida al castillo

Ponemos rumbo a nuestro siguiente destino para lo cual hemos tenido que transitar por zonas de bonitos paisajes pero no muy buenas carreteras, donde abundan los abrigos algunos de ellos con pinturas rupestres. Con un poco de inversión se podría potenciar toda esta zona.

Fuente La Sabina.




Ya conocíamos esta pequeña aldea albaceteña pues pasamos por aquí en tiempos de la odiada pandemia, pero queríamos comer en el famoso Merendero Fuente La Sabina donde por 28 euros sales renqueando y sin poder comer y beber lo que te ponen.
Hemos estacionado al lado, GPS: 38.237695, -2.185161 gratuitamente y sin servicios y hemos salido de la aldea sobre las nueve de la tarde habiendo tenido que hacer la digestión y echar la siesta por el atracón que nos hemos pegado. Realmente una experiencia gastronómica que tenemos que repetir sin ninguna duda y a ser posible con más gente.
Para pernoctar nos desplazamos a Letur, GPS: 38.365049, -2.101810 gratuito y sin servicios.

Letur







Letur ya lo conocemos de otras veces y nunca defrauda. Creo que está entre los 3 pueblos más bonitos e interesantes de toda la provincia de Albacete. Además cada vez que vamos notamos que el pueblo está en movimiento, se están haciendo obras para restaurarlo y rehabilitarlo, siempre descubrimos algo nuevo que nos sorprende y llama nuestra atención. Un ejemplo es la Iglesia que después de su restauración luce magnífica.











Echamos de menos que la panadería esté abierta ya que otras veces hemos comprado dulces y merecía la pena. Seguimos callejeando por las tranquilas callejuelas medievales del pueblo que a estas primeras horas respiran ese aire de paz y armonía. Tomamos un café en el bar el Búho desde donde se obtienen unas preciosas vistas del pueblo y del entorno.












Dejamos Letur y nos vamos hacia Hellín donde todavía no hemos hecho ninguna incursión a pesar de haber pasado infinidad de veces. Paramos en su área de autocaravanas, GPS: 38.508291, -1.706145 con carga y descarga de aguas gratuito. Lo peor es que está en una antigua lonja abandonada y el entorno desmerece el área.
Nos ponemos en marcha y nos encaminamos hacia el Barrio del Calvario, uno de los barrios más desfavorecidos de la población pero que a mí me atrae bastante por su ubicación y su idiosincrasia.

Hellín.













Somos los únicos que merodean por el barrio, lo que en principio puede poner algo nervioso al caminante que se aventura a pasear sin rumbo por estos arrabales. A mí me parece un barrio digno de patear y descubrir sin prisas y sin prejuicios, es más habría pateado mucho más la zona si no fuera por la media costilla que tiene más reparos que yo. Por tanto bajamos a la zona "noble" de la ciudad donde se ubica la Plaza de la Iglesia de la Asunción o el Ayuntamiento.







No nos marchamos de Hellín sin comprar y probar los típicos rollos de hojaldre que compramos en una confitería. Volvemos de nuevo al área donde comemos y tras descansar un rato ponemos así fin a esta escapada totalmente improvisada y que por dicho motivo casi siempre saben mejor.
Hasta la próxima.









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