07 noviembre 2022

Un reencuentro caluroso con la Francia entramada, 3ª parte

En esta entrada visitamos la parte norte de La Bretaña y quizás la zona que mayor interés despierta con costas de color de rosa, fuertes en lugares imposibles, joyas medievales perfectamente conservadas, castillos de cuento y alguna sorpresa.



Día 10.

Hoy toca visitar la costa de granito rosa y para ello nos desplazamos hacia la población de Saint Guirec donde haremos campamento base y nos moveremos por la zona en moto.

Costa granito rosa

Llegamos al parking que tenía seleccionado gratuito y sin servicios, GPS: 48.81302, -3.48945 se trata de una pequeña explanada junto a la carretera donde caben algunos vehículos que al parecer parten de aquí para hacer senderismo, el caso es que encontramos hueco en otra pequeña explanada al lado al estar lleno el primero.







Comprobamos que en esta zona costera hay varias poblaciones juntas y por momentos no sabemos muy bien donde estamos. El primer lugar que visitamos corresponde a Saint Guirec, también visitamos Ploumanach, al lado también está Tregastel. Creo que todo esto pertenece al municipio de Perros Guirec o quizás a Ploumanach. El caso es que esto es bastante bonito con esas playas de granito de ese color tan peculiar que por momentos se asemeja al rosa.



La marea está baja y podemos apreciar la cantidad de rocas que hay por todas partes. En la playa de Saint Guirec hay un ambiente fabuloso ya que hace calor y la gente aprovecha para darse un baño. Vemos que la gente va andando hacia la parte alta de la playa y decidimos seguir la hilera de caminantes llegando para nuestra sorpres al faro de Men Ruz que lo creíamos más lejano.








Luego veremos que este faro es de lo más turístico de toda esta zona y un lugar imprescindible para visitar si se llega por aquí. Nos sorprende el tamaño descomunal de las rocas redondeadas en su gran mayoría y el tono característico que al parecer va cambiando según le da el sol a lo largo del día.







Volvemos a la auto para comer no sin antes pasar por un Super U donde hacemos varias compras de mariscos de la zona, vinos y quesos. Por cierto el área de autocaravanas de pago está próxima a este super, junto a la carretera, sin sombras y de pago. Eso sí, está muy bien ubicada. También observamos que es una zona donde está prohibido estacionar autocaravanas, quizás hay demasiadas señales que hacen que se sienta uno como un potencial delincuente.

Perros Guirec.

Tras comer y un merecido descanso tomamos de nuevo la moto y nos desplazamos hacia Perros Guirec donde vemos su gran playa, la Iglesia de Saint Jacques y damos una vuelta por el pueblo.
















Tras pasar el día por toda esta zona de la costa de granito rosa nos ponemos de nuevo en ruta metiéndonos de nuevo al interior ya que vamos ha hacer otro campamento base en otra preciosa población bretona.

Tréguier

Llegamos al parking gratuito y sin servicios, GPS: 48.78985, -3.2314 ubicado junto al río Le Guindy, un lugar privilegiado.
Sacamos las sillas para ver como se pone el sol, pero nos tenemos que meter dentro ya que la temperatura baja de manera considerable por vez primera desde que estamos de ruta.




Tras dar cuenta de los produits du mer que hemos adquirido este mediodía en la costa de granito rosa nos ponemos en marcha para visitar la población de la que guardamos buen recuerdo de la primera ocasión que la visitamos.




En la enorme plaza du Martray se alza la imponente Catedral de Saint Tugdual a esta hora cerrada como es normal. Damos una vuelta y bajamos por la calle principal de Treguier la Rue Ernest Renan hasta llegar al río donde hay un par de restaurantes abiertos que le dan algo de ambiente al pueblo.






Día 11.

Le Gouffre de Plougrescant.

He leído que el acceso a este turístico lugar transita por caminos estrechos así que optamos por acercarnos en moto. En el camino nos topamos por la curiosa torre de la Iglesia de Saint Gonery en Plougrescant aunque no podemos visitar la Iglesia por dentro ya que el grupo coral está ensayando.




Llegamos a la costa y vemos que hay un parking de autocaravanas a pesar de la estrechez de los caminos por lo que se puede acceder hasta aquí con auto. GPS: 48.86613, -3.23063
Este lugar parece una prolongación de la costa de granito rosa. Lo que le da un interés que hace llegar hasta aquí a los turistas es la curiosa casa que se ubica entre dos grandes bloques de piedras. y cuya foto podemos ver en infinidad de lugares por la Bretaña.






Acantilados, grandes rocas y alguna playa parecidas a las que vimos ayer es lo que se puede ver en esta zona costera, aunque a diferencia de ayer, aquí no predomina ese color rosa del granito.




Volvemos sobre nuestros pasos y ponemos rumbo al siguiente destino que llevamos programado hoy.

Castillo de La Roche-Jagu.

En esta zona de Francia ya hemos venido observando la cantidad de caminos que hay, lo habitada que están las zonas rurales con infinidad de aldeas habitadas y lo arreglado que tienen sus campos lo cual quiere decir que la gente vive en el campo porque les da para ello.
Llegamos al parking gratuito del castillo, GPS: 48.73278, -3.15457






La visita al exterior del castillo y a los jardines que lo rodean es gratuita, no así la vista al interior que es de pago. Estamos algo escamados con el interior de los castillos por lo que decidimos no pasar dentro y conformarnos con verlo por fuera.






Una vez visto el castillo nos ponemos de nuevo en marcha y nos acercamos a la cercana localidad de 

Pontrieux

Nos recibe el río Trieux con su bonito y coqueto puerto fluvial muy bien cuidado con casitas bajas y lleno de barquitos de vela.
Nos acercamos al centro de la población para descubrir el precioso paso del río por medio de Pontrieux.






El coqueto pueblo es un remanso de paz y armonía sobretodo la parte que pega al río. Pequeñas barquitas navegan por las tranquilas aguas del río cuya orilla está bellamente engalanada con infinidad de flores de vivos colores.






Ya es hora de comer por lo que regresamos a Treguier donde tenemos estacionada la auto. Sacamos la mesa y las sillas y comemos en este idílico lugar.
Una vez descansados vamos a recorrer el pueblo visitando en primer lugar la Catedral de Saint Tugdual que la encontramos abierta.

Tréguier







Si por fuera impresiona este magnífico edificio por dentro no te deja indiferente. Del antiguo estilo románico ya no queda nada y a día de hoy lo que podemos admirar es su estilo gótico del siglo XIV.




Aquí reposan los restos del Santo Saint-Yves patrón de La Bretaña que fue sacerdote, juez y abogado. También son dignas de admirar su bonitas vidrieras. El claustro es de pago para los que quieran completar esta vista.









En la calle principal hay instalado el típico mercadillo francés de artículos de segunda mano y antigüedades por lo que hay un gran ambiente de turistas, lugareños y curiosos. 







Una vez terminada la vuelta por las animadas calles de Tréguier nos volvemos a poner de nuevo en marcha sobre dos ruedas y nos desplazamos de nuevo a la costa.

Paimpol

Llegamos a esta típica población marinera donde antiguamente sus marineros se dedicaban a la pesca sobretodo del bacalao. Hoy en día parece que los pescadores se quedan más cerca dedicándose a la cría de ostras y a la pesca costera y recreativa. El puerto desde luego está lleno pero de embarcaciones de recreo.






De nuevo en esta localidad volvemos a constatar un gran ambiente por sus calles y sobretodo por el puerto. Nos internamos dentro de las calles comerciales, la Plaza du Martray verdadero corazón de Paimpol, la Maison Jéquézel, una maravillosa casita del siglo XV que todavía funciona como ferretería desde 1886.








También nos acercamos a ver la Iglesia de Notre Dame de Bonne-Nouvelle que no es nada del otro mundo, la Vielle Tour, un antiguo campanario resto de una Iglesia desaparecida y algunas calles comerciales más.








Volvemos a tomar la moto y nos acercamos más a la costa visitando la playa de Launay y la pequeña aldea de Porz Even donde sorprende el tono azul de sus aguas. Toda esta zona es territorio donde se cultiva la ostra y vemos algún restaurante con dicho manjar en sus menús.






Como ultima visita por hoy nos desplazamos a la cercana Abadía de Beauport.

Estacionamos la moto en el parking gratuito de la Abadía, GPS: 48.768108, -3.020865 gratuito y sin servicios por lo que podemos ver.
La Abadía a estas horas de la tarde ya está cerrada y paseamos por los exteriores contemplando las ruinas de lo que antaño debió ser un edificio imponente.








Se pueden visitar varias estancias del interior para aquellos interesados en visitar este tipo de ruinas pero lo realmente aconsejable es pasear por los jardines y bosques que rodean tan idílico lugar.


Tréguier

Volvemos a Tréguier antes que se haga de noche y volvemos a callejear por la población que tan bien estamos conociendo. Cena en la auto y como hoy es 14 de Julio, fiesta nacional francesa, nos acercamos a la zona del río que es donde se van a llevar a cabo los típicos fuegos artificiales poniendo así el broche final a este día festivo.






Día 12

Cabo Frehel y Fort La Latte

Dejamos Tréguier y seguimos costeando por el norte de La Bretaña. En esta ocasión vamos a visitar otros dos destinos muy turísticos de esta zona llamada Costa Esmeralda. Al llegar al parking del Cabo Frehel no encontramos aparcamiento para nuestra auto ya que las plazas están llenas, GPS: 48.68103, -2.31769, por lo que ponemos rumbo al fuerte. GPS: 48.66441, -2.29366 gratuito y sin servicios aunque el parking dispone de unos aseos.





Llegar hasta aquí después de bastantes kilómetros tiene el premio de poder disfrutar de un castillo emplazado en un lugar bastante privilegiado. Ya se que el interior de los castillos muchas veces defrauda, pero es que si no pasas dentro no disfrutas igual del entorno ya que está ubicado al final de un espigón rocoso y si no pagas los 7,20 euros por cabeza te quedas como si nada.









Efectivamente el interior no es nada del otro mundo pero las vistas que se disfrutan desde lo alto de sus muros son magníficas. Se puede observar el Cabo Frehel, toda esta costa e incluso la población de Saint Maló en días despejados.
Existe la posibilidad de hacer la visita guiada en francés para enterarse más de su historia.










Este castillo tiene su origen en el siglo XIII y según parece tiene una dilatada y convulsa historia debido a que ha servido para la defensa de esta parte de costa francesa de los ataques sobre todo de ingleses y holandeses. De hecho desde aquí disparaban los cañones para evitar dichas incursiones piratas sobre la ciudad de Saint Maló. También se han rodado varias películas en este singular escenario.







Terminamos la interesante visita y va siendo hora de comer. En un ensanche de la carretera nos paramos ya que las vistas desde aquí merecen la pena. Al poco aparca delante de nosotros otra autocaravana o mejor dicho un autobús por las dimensiones de la misma.
Lo que sí podemos observar es que hay gente de deja el vehículo en el parking gratuito de Fort La Latte y toma un sendero de unos 2 kilómetros que discurre por los acantilados para acercarse al Cabo Frehel.



Seguimos avanzando y vemos un área de autocaravanas en la población de Plévenon que está muy cerca de estos dos destinos turísticos, GPS: 48.65585, -2.32826, gratuita y con servicios de carga y descarga de aguas. Debí de haber planificado dejar la auto aquí y movernos con la moto, hubiera sido lo más indicado, la verdad.


A media tarde llegamos a otra ciudad que ya conocemos de la anterior visita a La Bretaña y que es un clásico.

Saint Maló

Estacionamos en una zona donde vemos varias autos más junto a la Iglesia de Notre Dame des Gréves, GPS: 48.65089, -2.00512 gratuito, sin servicios y a unos 15 minutos andando al centro de la ciudad corsaria.









El recuerdo que guardo de Saint Maló no es nada del otro mundo, la primera visita me defraudó algo ya que había leído que se trataba de una antigua ciudad corsaria y uno se espera ver una ciudad medieval, llena de casas bajas en medio de callejuelas, vamos como se ve en las películas, y nada de eso veremos aquí. Reconozco que en esta segunda visita me está gustando más.








Evidentemente no podemos esperar que después de tanto tiempo la ciudad conserve ese ambiente corsario. Y más si tenemos en cuenta que en la Segunda Guerra Mundial la ciudad sufrió un intenso bombardeo que afectó a más del 80 por ciento de la misma. Si vemos las dos postales de arriba veremos que la ciudad todavía conserva parte del encanto que antaño debió poseer.






Mientras Mati se vuelve loca en las tiendas adquiriendo recuerdos y regalos para la familia yo me dedico a recorrer tranquilamente la ciudad accediendo por ejemplo a la Catedral de Saint Vincent y recorrer parte de las murallas defensivas desde donde se aprecia el Fort National desde otra perspectiva.















Hay muy buen ambiente, la gente ya está empezando a cenar y las terrazas de los bares se van llenando de gente mientras los últimos rezagados van saliendo de las playas al tiempo que la marea va ganando terreno. Antes de partir de Saint Maló tenemos la oportunidad de ver una preciosa réplica de un barco que antaño no debió de parecer tan sacado de época.



Para finalizar el día nos desplazamos a la que bajo mi humilde punto de vista es la verdadera joya de La Bretaña.

Dinan

Estacionamos en el gran prado que hay bajo el viaducto, GPS: 48.45439, -2.03845 gratuito sin servicios y creo que con una estancia máxima de 72 horas. Hay muchas autocaravanas y una zona que han instalado para comer y beber mientras amenizan la tarde con música. Sacamos la mesa y las sillas y cenamos en este agradable lugar.
Después de cenar subimos hacia la ciudad para verla de noche, que ya se sabe tienen otro encanto.













Lo bueno de pasear a estas horas es que se disfruta mejor de los encantos de Dinan, no hay casi gente por las calles, no hay vehículos estacionados en las zonas peatonales, la iluminación le da un toque más romántico y le hace a uno trasladarse a tiempos pretéritos en esta ciudad medieval tan bien conservada.






Por la Rue du Jerzual bajamos de nuevo a la zona del puerto donde se nota algo más el ambiente que en el resto de la ciudad aunque sin pasarse. Estos franceses son muy educados y no se oyen grandes voces ni  nada por el estilo. Con esto damos por concluido este intenso día, mañana recorreremos más detenidamente la ciudad.


Día 13. 

Dinan

Amanece otro soleado día y ya van un montón, la lluvia parece que no quiere saber nada y se antoja que hoy también será otro día caluroso como todos los que llevamos por aquí.
En esta ocasión a diferencia de anoche iniciamos la ruta por el precioso y coqueto puerto.










Subimos por la misma calle que anoche bajamos que podríamos considerar la más bonita de todo Dinan. La pendiente es para tomársela con calma ya que se las trae. Lo bueno es que se le hace a uno muy llevadera pues dispone de una cantidad impresionante de casitas de entramado a cada cual más bonita. Queremos dar una vuelta por lo alto de las murallas pero nos encontramos el camino cerrado ya que se les ha caído un trozo de muralla y para evitar accidentes han cerrado toda, una lástima ya que recuerdo que la primera vez que estuvimos aquí este paseo era realmente espectacular por sus vistas.








De Dinan no recomiendo más que dejarse llevar, perderse por sus callecitas, recorrer todos sus rincones, disfrutar de una de las ciudades medievales mejor conservadas no sólo de Francia sino diría de todo el mundo. Es realmente un encanto y una experiencia descubrir todo su bello patrimonio.








Yo creo que hemos tardado más de una hora en recorrer la Rue du Jerzual y lo que  nos espera en la parte alta y llana de la ciudad no desmerece en nada. Casonas imponentes de un precioso entramado de  madera donde te preguntas cómo es posible que sigan en pie, callecitas comerciales con mucho ambiente, torres defensivas, casitas donde uno se quedaría a vivir sin pensarlo, etc.














Como no podía ser de otra manera Dinan también tien castillo para rematar la faena. Nos asomamos por fuera declinando acceder al interior, se le ve bien conservado.





Nos asomamos al interior de esta coqueta Iglesia de Saint Sauveur rodeada por un buen conjunto de casas de entramado de madera que conforman una placita muy bonita.










Se nos hace casi sin darnos cuenta la hora de comer y volvemos al parking. Tenemos que cambiar la auto al otro lado del gran parking para que la sombra nos proteja del calor que está haciendo. Sacamos la mesa y las sillas y descansamos a la sombra.
Ponemos así fin a nuestra estancia en esta preciosa ciudad que  hay que visitar si o si.
Necesitamos reponer y descargar aguas por lo que nos desplazamos a la cercana localidad de Léhon que dispone de área gratuita, GPS: 48.44195, -2.04236


Seguimos ruta y nos detenemos en el último destino por el día de hoy. Se trata de un parking compartido en el que han puesto un punto de carga y descarga de aguas, GPS: 48.54719, -1.75472

Dol de Bretagne








Vemos que se trata de un pueblo donde no hay casi turismo, no se si se deberá a que ya son horas en las que los franceses están casi guardados, pero nos sorprende que no haya más turistas con lo que ofrece este pueblo. Sin duda la Rue des Stuarts es la que más llama la atención por poseer la mayor cantidad de casas de entramado y donde está casi todo el ambiente comercial.



Nos asomamos al mercado que está cerrado debido a las horas que son. Vemos que dentro hay una exposición de artesanía. Una señora que está dentro al vernos se ofrece a abrirnos y que podamos ver la exposición, todo un detalle.






Pasamos también por la imponente Catedral de Saint Samson que a estas horas ya está cerrada pero que debe ser interesante de ver. A ver si mañana la podemos ver aunque sea un momento.






Día 14.

Dol de Bretagne

Amanece otro día, desayunamos y partimos  no sin antes pararnos en las inmediaciones de la Catedral y mientras Mati compra algo de pan yo aprovecho para ver el interior de la Catedral de Saint Samson.







Me parece surrealista que en un pueblo tan pequeño tenga este majestuoso e impresionante monumento. El interior es muy bonito y hasta posee una sala con sus tesoros, todo ello visitable de forma gratuita.






Estamos prácticamente al lado de uno de los destinos turísticos más importantes de Francia y decidimos desviarnos unos pocos kilómetros aunque solo sea echar un vistazo a tan emblemático lugar.

Mont Saint Michel






El lugar ha cambiado desde la última vez que lo visitamos, ahora está todo organizado de otra manera y el acceso al monte está prohibido para los vehículos particulares. Hay que estacionar a un par de kilómetros y tomar un bus. Eso o desplazarse con bicicleta, que creo es la mejor opción. Nosotros tan solo queríamos ver la mágica silueta del monte y por unos caminos de tierra nos hemos acercado lo más que hemos podido, GPS: 48.62688, -1.53457


Ponemos rumbo a otro destino que ya conocemos de otro viaje por la zona y que es otro de los clásicos.

Fougueres

Estacionamos en un gran parking con sombras, gratuito y sin servicios, GPS: 48.35722, -1.20203 se trata del Jardins des Landes y hay varias autos más.




En la Plaza del Hotel de la Ville se alzan el Ayuntamiento de Fougeres y la Iglesia de Saint Léonard. Están dando misa y esperamos a que finalice para verla con más detalle.







Desde los jardines que hay detrás de la Iglesia se tienen unas vistas excepcionales del castillo y la zona baja de la ciudad por donde discurre el rio Nançon. Tomamos la Rue nationale donde hay alguna casa de entramado, una curiosa torre campanario o el Teatro Víctor Hugo.









Bajamos por un caminito que nos lleva a unos jardines muy bonitos y siguiendo la ribera del río llegamos a la zona que mayor interés despierta en Fougeres, el magnífico castillo.








Junto al castillo se alzan una serie de casitas de piedra negra con sus puertas y ventanas pintadas de color granate y tejados de pizarra que le confieren a esta zona un encanto especial.








Rodeamos las murallas del imponente castillo para bajar a la zona de las casitas que pegan al río y que recuerdo era una zona muy bonita. La primera vez que estuvimos aquí hacía una temperatura muy agradable y se agradecía pasear por esta zona de canales y casitas bajas. Ahora tenemos que ir resguardándonos en las sombras debido al calor que hace.










Nos sale al paso la Iglesia de Saint Sulpice y no podemos resistirnos a pasar a su interior en busca del frescor de sus muros.






Seguimos rodeando l as recias murallas del castillo con su foso de agua como corresponde aun buen castillo y nos vamos hacia la auto para buscar una zona con sombras y comer al fresco. Así ponemos fin a la visita a esta preciosa ciudad de Fougeres.








Tras comer y descansar ponemos rumbo al que será el último destino en la Bretaña y por ende a la ruta de este verano de 2022 por Francia.

Vitré

Estacionamos cerca del centro en una calle con aparcamiento en línea, GPS: 48.122188, -1.205904 y nos vamos al centro para descubrir la ciudad. Lo primero que vemos es Iglesia de Saint Martin que está cerrada por dentro.








Comprobamos que antaño la población estaba rodeada de una muralla ya que podemos apreciar una de las torres que todavía quedan, se trata de la Torre de Bridole.










Alucinamos con la cantidad de casas de entramado que hay en Vitré. No esperábamos tantas casas de este estilo y lo bien conservadas que están. Hay bastantes calles que dan a la Plaza del Castillo, aunque nos perdemos y salimos a las espaldas del mismo en otro rincón espectacular.










Es una de las postales más bellas de todo este viaje sin duda. Las altas torres con sus torreones puntiagudos, las casas de entramado de madera que rodean a la fortaleza, un auténtica maravilla.




Después de rodear el castillo llegamos a la plaza donde está la puerta principal del castillo y de nuevo nos quedamos maravillados por tamaña construcción. Está cerrado a esta horas por lo que no podemos verlo por dentro. Quizás merezca la pena pagar la entrada, si es tan bonito como por fuera, sería altamente recomendable.










Seguimos callejeando sin ningún rumbo fijo y nos volvemos a encontrar con más callecitas y más y más casitas de entramado, alguna de ella situada en una esquina realmente bonita.









Nos sorprende para bien esta localidad, había leído que era bonita pero las expectativas se han cumplido mucho más de lo que esperábamos. No llega a la altura de la inalcanzable Dinan pero está solo un escalón por debajo.









Damos por finalizada la vista a Vitré y  nos vamos hacia otro aparcamiento para pasar la noche, GPS: 48.11859, -1.20348 junto a u n colegio, sin servicios y gratuito.


Día 15.

San Sebastián

Amanece otro caluroso día y hoy lo vamos a emplear en hacer kilómetros para acercarnos lo máximo posible a casa. Sigue haciendo mucho calor y así se le quitan a uno las ganas de estar dando tumbos por ahí. Con mejor tiempo habríamos aguantado algún día más.
A la altura de Saintes paramos a comer donde habíamos pernoctado cuando iniciamos el viaje. Hacen unos 38 grados y es  muy difícil estar al exterior. Al pasar por Burdeos vemos que el i ncendio que asola Las Landas desde hace varios días todavía sigue vivo. A últimas horas de la tarde llegamos a San Sebastián y por primera vez notamos el frescor agradeciéndolo enormemente.



Nos dirigimos al Paseo Nuevo bajo el Monte Urgull donde tenemos suerte y podemos estacionar, GPS: 43.32511, -1.99257 gratuito por la noche al ser zona azul y con unos servicios al lado.




Damos una vuelta por el Paseo del Muelle y cenamos en uno de sus restaurantes dándonos un pequeño homenaje y poniendo así fin a este viaje del verano de 2022. 
Tras leer algunos comentarios en una aplicación sobre algún robo a unas autos en la zona donde estamos decidimos no tentar la suerte y dejamos para otra ocasión dar una vuelta por el casco antiguo de la ciudad.



















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