06 marzo 2020

Escapada con sabor navideño por Madrid y Toledo



Se acerca la Navidad y un año más decidimos hacer una escapada por la actual capital del Reino, Madrid y la que antaño también lo fue, Toledo.

29 de Noviembre, viernes:

Como viene siendo habitual desde hace unos años para acá decidimos pasar un fin de semana en Madrid y alargamos otro par de días en Toledo que siempre merece la pena acercarse a ver la antigua capital imperial.


En esta ocasión vamos a cambiar de lugar de pernocta. Siempre que hemos venido a Madrid nos hemos quedado en Valdebernardo, pero en esta ocasión lo vamos a hacer en el parque de la Casa de Campo, GPS: 40.41649, -3.73352, gratuito, sin servicios y a unos 30 minutos andando hasta el Palacio Real.


Cenamos, un poco de charla y a dormir, mañana lo dedicaremos a dar una vuelta por Madrid.

30 de Noviembre, sábado:

Amanece un día que amenaza con seguir lloviendo como ha estado casi toda la noche y parte de la mañana. Cuando por fin para de llover nos ponemos en movimiento hacia el centro.
Cruzamos el río Manzanares por una antigua presa. Esta zona está muy bien para pasear tranquilamente.


En cuanto nos queremos dar cuenta estamos en la Catedral de la Almudena donde no pasamos ya que la conocemos de otras veces que la hemos visitado por dentro. Damos una pequeña vuelta por las afueras del Palacio Real y enseguida nos marchamos hacia la Gran Vía.



Echamos una ojeada por el Primark de Gran Vía donde compramos algún regalo para el amigo invisible de este año. Este año a diferencia de otros años no hemos visto a los típicos vendedores que ocupaban toda la acera de esta zona de Madrid.


Volvemos a pasar por la puerta de la famosa administración de loterías Doña Manolita donde año tras año se forman largas colas en búsqueda del sueño español, hacerse rico sin ningún esfuerzo.



No podía faltar a nuestro paseo la típica Puerta del Sol donde confluyen personajes de lo más variopintos. Nos dirigimos hacia un bar que vimos en el programa de Televisión Española  "aquí la tierra" por lo que nos apetece probar para comer: Casa Amadeo los caracoles.






Uno de los pocos lugares típicos y con solera que todavía quedan de Madrid. No es que sea nada del otro mundo, pero resulta curioso aunque solo sea para ir a tomarse una cerveza. Además los domingos cuando se celebra el típico mercado se puede aprovechar para ir ya que está en el mismo rastro.



Nos acercamos al parque del Retiro otro lugar de Madrid para desconectar y disfrutar de los últimos tonos amarillentos del otoño. Visitamos el estanque, el Palacio de Velázquez y el Palacio de Cristal que es lo que más nos gusta.











Volvemos de nuevo hacia el centro pasando por la Puerta de Alcalá, la Cibeles, la calle Alcalá para finalizar en la Plaza Mayor cuando comienza a llover y tenemos que coger el metro para llegar al parking donde tenemos la auto.
A diferencia de otros años, en esta ocasión nos ha resultado imposible sacar entrada para alguna obra de teatro como nos gusta hacer cuando venimos a Madrid. Al parecer hay mucha demanda este año.







01 de Diciembre, domingo:

Esta mañana tenemos pensado visitar el Museo del Romanticismo, para ello nos decidimos a tomar el metro. La parada "Casa de Campo" de la línea 10 de color azul oscuro la tenemos a escasos 100 metros por lo que para allá que nos vamos.


En la parada de "Tribunal" nos bajamos y recorremos andando los pocos metros que nos separan de la calle San Mateo 13 que es donde se ubica el Museo.
Además nos encontramos con la sorpresa de que al ser domingo no se paga, mejor que mejor.





El edificio es un antiguo palacete perteneciente al Marqués de Matallana. En realidad es una casa museo ya que se van recorriendo las diferentes habitaciones y salas con la ayuda de unas láminas que nos han entregado a la entrada.





Es muy bonito eso sí, y lo que podemos ver es la recreación de la vida y las costumbres de los miembros de la alta burguesía durante la época conocida como Romanticismo comprendida entre los años 1810 y 1910 aproximadamente.





Por toda la casa se puede apreciar el lujo y la ostentación con la que vivían estas gentes. Quizás el espacio que más refleja esta exuberancia es el salón de baile con grandes espejos, paredes forradas de seda y oro y brillantes lámparas que cuelgan de los techos.



Algo curioso es apreciar el diferente gusto masculino y femenino pues se ven perfectamente las diferencias entre unas salas y otras dependiendo de si eran utilizadas por hombres o por mujeres.



Terminada esta interesante visita ponemos rumbo a otro museo del que Mati ha oído hablar fundación maría cristina masaveu Peterson, recientemente inaugurado y que alberga una interesante colección privada de obras de arte desde la Edad Media hasta época actual. Está a tope y hay que hacer cola. Tenemos reservada la comida y no llegaríamos a tiempo por lo que lo dejamos para otra ocasión.


Una vez más repetidos en el restaurante marisquería Ribeira do Miño que ya conocemos y que nos gusta bastante aunque solo sea una vez al año que no hace daño.




Terminados de comer nos despedimos de Alejandro que se marcha a terminar un trabajo de la Universidad y a Paula la dejamos en su lugar de trabajo en un pueblo de Toledo.
Dejamos Madrid hasta el año que viene y ponemos rumbo hacia Toledo donde llegamos ya a última hora de la tarde.



Estacionamos donde siempre, en el gran parking gratuito y sin servicios de Safont, GPS: 39.865657, -4.018522 en el fondo donde estacionamos las autocaravanas cuando vamos a Toledo.





Subimos a lo alto de la ciudad por las escaleras mecánicas de Zocodover que evita tener que ascender hasta la Plaza del mismo nombre.
Un paseo por la Calle Comercio que está muy bien iluminada con motivos navideños hasta la Catedral y la Plaza del Ayuntamiento con sus puestecitos donde venden casi de todo. 




Para rematar la noche pasamos a un restaurante del Barrio de Santo Tomé y probamos unas tapas toledanas. También compramos en un obrador los típicos mazapanes que tan bien saben elaborar en Toledo. 



02 de Diciembre, lunes:

Amanece un día algo frío, pero tras el desayuno y con las fuerzas todavía intactas salimos de la auto con el objetivo de hacer la ruta senderista del Quijote o Senda Ecológica de unos 5 o 6 kilómetros sin ninguna dificultad técnica y muy bonita.




Hay que ir al río Tajo pasando por el precioso Puente de Alcántara, después cruzar el río por el puente de la Ronda de Juanelo para seguir pegados al río y con Toledo encima de nuestras cabezas.






Las vistas de Toledo son realmente espectaculares y la vega del río Tajo conserva todavía los colores otoñales de su flora de vega.


Damos casi la vuelta a Toledo hasta que llegamos a las inmediaciones del Puente de San Martín donde ya nos metemos al centro de la ciudad.






Sale a nuestro paso el imponente edificio del Monasterio de San Juan de los Reyes con parte de su fachada llena de las cadenas de los cristianos liberados por Fernando el Católico en la toma de Málaga y Baeza.







Decidimos no pasar a ningún monumento, no es esta una visita cultural a Toledo del que ya conocemos bastantes monumentos. Pasamos por la casa del Greco y por el Palacio de Fuensalida del que solo se puede acceder a su patio.






Seguimos callejeando sin rumbo fijo por las callejuelas de Toledo donde en cada esquina se descubren preciosos lugares que no conocías o pasaron de largo las otras veces.




Me habían comentado un lugar para comer barato y bien a las afueras de Toledo y para allá que nos vamos. Se trata del Restaurante El Chuletero, GPS: 39.878909, -4.047698 donde sirven menús diarios y por 10 euros se come bien si uno no busca más sofisticaciones.


Después de comer ponemos rumbo a casa habiendo disfrutado de un buen fin de semana en compañía de nuestros hijos y cumpliendo con la tradición casi obligatoria de visitar Madrid en estas épocas pre navideñas.







4 comentarios:

Osmrtnicama dijo...
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Casas de Madera los Molinos dijo...

Castilla la Mancha tiene muchos lugares para hacer turismo. Si se busca un lugar más rural las Lagunas de Ruidera tienen un paisaje increíble.

Juan dijo...
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Jorge dijo...

Ahora mismo no hay cosa mejor que viajar con caravana para mantener las medidas sanitarias de seguridad. ¡Ánimo!