05 marzo 2020

El Calar del Mundo y la Sierra del Agua


Albacete no solo es llanura y tierras de cultivos. A tan solo una hora existen lugares divinos, algunos más conocidos que otros. Será un fin de semana de senderismo, de reencuentro con rincones conocidos y descubrimiento de tesoros ocultos.



A finales del mes de Octubre de 2019 en pleno otoño aprovechamos un fin de semana con un tiempo estupendo para hacer una escapada por la sierra del Segura.
Nos ponemos en movimiento por la nacional 322 dirección a Jaén abandonandola a la altura de Reolid para tomar dirección a Riópar.



Antes de llegar a Riópar nos desviamos a la izquierda para subir hasta lo alto de un cerro donde se encuentra la pedanía de Riópar Viejo. Recorremos la estrecha carretera rezando para no encontrarnos con algún vehículo de frente. Estacionamos a la entrada, GPS: 38.503304, -2.447239, gratuito y sin servicios donde perfectamente se podría pernoctar.





Hace ya bastantes años que no veníamos a esta pequeña población y la verdad es que nos sorprende la cantidad de casas rurales que se han edificado en todos estos años. De estar casi abandonado a presentar un buen estado de conservación con muchas posibilidades para el turismo rural.






Incluso la Iglesia del Espíritu Santo presenta un buen estado de conservación exterior. No sabemos como estará su interior ya que está cerrada y no podemos pasar.
También hay una fuente y una cueva bajo la pared rocosa donde se accede por un caminito.


Ascendemos a lo más alto del cerro donde todavía se conservan las murallas del antiguo castillo árabe que hizo las funciones de fortaleza islámica y de la que que a día de hoy solo quedan partes del paño perimetral y algún esbozo de torreón en bastante mal estado.




Una vez en la explanada del castillo podemos observar lo que queda del antiguo cementerio aquí emplazado con algunas tumbas y lápidas que no nos podemos resistir leer.





Abarcan diferentes épocas siendo la más antigua del año 1880, pensábamos que quizás serían incluso de más años atrás, pero no.
Lo cierto es que desde aquí arriba se tienen unas vistas impresionantes de toda esta parte de la Sierra del Segura cuando el sol inicia su irremediable y romántico crepúsculo detrás de las montañas.





Dejamos Riópar Viejo y la suerte que hemos tenido a la subida de no encontrarnos con nadie, en este caso no nos sonríe y nos cruzamos con una furgoneta teniendo que dar marcha atrás su conductor para poder pasar ambos vehículos.
Para saber más: Riópar Viejo


Llegamos al área de autocaravanas de Riópar con servicio de llenado y vaciado gratuitos y ubicada detrás del campo de fútbol, GPS: 38.496386, -2.421595. Una barandilla de madera delimitando el desnivel de enfrente vendría bien.



Nos acercamos al pueblo y tomamos algo en el bar de la Plaza. Preguntamos si hay algún plato que lleve setas y nos dicen que no tienen. No entendemos que en plena sierra no dispongan de este  suculento manjar, qué le vamos a hacer. 
Un cubata en un pub y al área a dormir.


Noche de lo más tranquila en el área a pesar de que hemos estado con otras cuatro autocaravanas más. Desayuno y traslado hasta la entrada del nacimiento del río Mundo donde nos informan que las autocaravanas pagan 7 euros por el acceso. Nos parece un poco atraco por lo que nos acercamos al enorme parking del puerto del Arenal situado al lado, GPS: 38.468141, -2.456659 gratuito y sin servicios.



Desde este parking hay unos 3,5 kilómetros al parking del nacimiento que andando en media hora se puede hacer tranquilamente. El objetivo de la mañana es hacer una ruta senderista circular de unos 15 o 16 kilómetros que sube hasta el Calar del río Mundo y se baja al mirador del nacimiento.
Me falla la media naranja que prefiere quedarse a leer en la auto, por lo que acompañado de mí mismo doy comienzo la ruta.


Hasta el parking del nacimiento no hay problema, luego hay que cruzar el cauce del río Mundo que me sorprende esté seco y ya iniciar la parte dura que es en continuo ascenso.




Todo este entorno pertenece al Parque natural de los Calares del Río Mundo y de la Sima, siendo su principal atractivo la caída de agua que sale de una cueva situada a 300 metros de altura. Hay un fenómeno conocido como Reventón del Río Mundo que cuando se produce atrae a numerosos curiosos para observar tanta cantidad de agua salir de la cueva en forma de cascada.





Por un camino y después senda llego hasta la parte alta donde hago una parada para desayunar probablemente observado por las vacas que pastan libremente por esta zona y que al notar mi presencia se marchan sin más.



Poco a poco la vegetación va desapareciendo y en su lugar aparece la piedra típica de los Calares. Este nombre es debido a que toda la nieve y lluvia depositada en esta árida planicie se filtra a los diferentes arroyos subterráneos que luego alimentan a la cueva por donde nace el río Mundo.




En toda esta zona hay infinidad de senderos y pistas por las que seguir recorriendo todo este entorno montañoso. Mi ruta ya indica que toca lo más cómodo que es bajar hacia el mirador del Río Mundo.



Prácticamente encima de la cueva donde nace el río Mundo se encuentra el mirador. Las vistas desde aquí son realmente espectaculares divisándose kilómetros y kilómetros de sierra.




Finalizado por fin la ruta justo a la hora de comer. Nos ponemos en el extremo del parking bajo la sombra de los pinos, sacamos la mesa y las sillas y comemos la mar de bien.
Un rato para hacer la digestión y en esta ocasión Mati sí me acompaña a ver el nacimiento.





Este otoño está siendo algo seco y se nota en el poco caudal que lleva el río. Ya lo he comprobado esta mañana cuando he atravesado el cauce seco del río más abajo. Pierde algo de espectacularidad este lugar cuando el río lleva poca agua, aún así el entorno merece la pena.
En esta foto de abajo sacada de internet se aprecia el fenómeno "del reventón" y cómo va el río de agua.





Hacía algunas años que no veníamos y nos ha sorprendido para mal el hecho de que han prohibido el paso a la caldereta donde cae el agua. Quizás sea debido al accidente que sufrió un senderista hace un par de años cuando el mismo se precipitó al vacío y falleció.



Dejamos Riópar y nos desplazamos a Batán del Puerto, una aldea ubicada en un precioso entorno en plena Sierra del Agua. La carretera es algo a mejorar ya que presenta un firme bastante deteriorado. Lo que ganaría toda esta zona con una carretera mejor que animara a la gente a echarse por aquí.






Llegamos ya con la noche cerrada a Batán del Puerto una pedanía de Paterna del Madera que es ya un pueblo mayor. Estacionamos en un pequeño aparcamiento de tierra y bajo una frondosa noguera, GPS: 38.573151, -2.329139, gratuito y sin servicios.
Estamos sin cobertura, en un silencio absoluto, es pronto para quedarse ya en la auto toda la noche por lo que vamos a tomar unos vinos al único restaurante que hay aquí.


Solo hay otra pareja y nosotros. Pasamos un buen rato charlando con ellos echándonos unas buenas risas. Él es nacido aquí y ella en la provincia de Albacete, viven en Madrid pero les gusta venir a este oasis de paz. Y tanto, esto sienta de maravilla para desconectar ya que no habrán ni 7 vecinos.


Noche de lo más tranquila, sobre todo desde que muevo una pizca la auto ya que de vez en cuando caía alguna nuez al techo.
Esta mañana toca otra ruta senderista circular de unos 15 kilómetros por la Sierra del Agua batan del puerto, alto penalta pajonar y batan.





Al igual que ayer me han dejado solo, así es que no queda otra que tirar adelante. Como dice el dicho: palos a gusto no duelen, pues eso, yo encantado de andar rodeado de esta exuberante naturaleza.





En esta ocasión la ruta es menos exigente que la de ayer. También es cierto que es menos imponente, pero los paisajes que se divisan sobre todo cuando se va por las crestas del alto de Peñalta resultan bastante bonitos. 






Al estar a menor altura la vegetación también cambia. Aquí el rey absoluto es el pino dominando todas estas laderas y crestas. Lo que no se ven son setas, la falta de lluvias tiene la culpa.
Desde lo más alto de la ruta podemos divisar el pueblo de Paterna del Madera y el Batán del Puerto donde Mati debe estar leyendo tan plácidamente.





Conforme voy descendiendo va saliendo al paso la vegetación de vega. Esta parte es por donde pasamos anoche antes de llegar a la pedanía, pero al ser ya de noche no pudimos disfrutar. Los tonos amarillos de los chopos en esta época del año son realmente maravillosos.




En la ruta podemos observar algunas bellas construcciones pegadas a la carretera que nos recuerdan más a paisajes alpinos que albaceteños.




Un poco antes de finalizar la ruta se accede a un entorno conformado por el arroyo de los Endrinales con algunas cascadas y lagunas que son preciosas, así como huertos abandonados con sus nogales ofreciendo sus frutos.







Por fin llego a las cuatro casas de Batán del Puerto, ubicado en un verdadero vergel donde el agua es la protagonista así como la tranquilidad que irradia este privilegiado lugar.





Ponemos así fin a nuestra presencia en este idílico lugar prometiéndonos que no será la última vez que lo visitemos.



Paramos a comer en un restaurante pegado a la carretera antes de llegar a Bogarra, concretamente es el Restaurante Atalaya, GPS: 38.606231, -2.255586. Está a tope por lo que tenemos que esperar una media hora para conseguir mesa.



Comemos a base de menú: migas ruleras, hoya potajuda y carnes a la brasa. Muy buena comida, casera, de calidad y con un buen precio, muy recomendable parar aquí y comer.




Regresamos a casa sin problema y ponemos así fin a un buen fin de semana otoñal por las sierras albaceteñas que tanto tienen que ofrecer a aquellos que quieran aventurarse a conocer.








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