02 mayo 2023

Navegando por el Nilo entre tumbas, templos y pirámides. 1ª Parte

 

Viajamos a un milenario lugar cargado de rica historia, navegando por el imponente río Nilo y  descubriendo las maravillas de un país de ensueño, Egipto.

Este viaje como es evidente no se ha realizado con autocaravana, además no vimos ninguna en todo el tiempo que estuvimos por tierras egipcias. Este es otro tipo de viaje que no podemos hacerlo con nuestro caracol pero que lo queremos plasmar primero como recuerdo de un viaje diferente y para ayudar a alguien que pueda viajar al país de los faraones.

Lunes 13 de Marzo.

Nuestro vuelo parte de Madrid sobre las cinco de la tarde por lo que tras pasar por Guadalajara para recoger a nuestro hijo Alejandro que también se viene a Egipto dejamos el coche en uno de los numerosos parkings que hay en las inmediaciones del aeropuerto de Barajas, concretamente es este: parkingdelaeropuerto que nos sale por 42.50 euros los siete días que estará allí nuestro coche. Enseguida nos trasladan al aeropuerto y esperamos para embarcar. Nos informan que somos el último vuelo de hoy del total de 12 que han salido de Barajas hacia Egipto.



Con algo más de una hora de retraso despegamos y sobre las doce de la noche llegamos a Luxor, hay que tener en cuenta que en Egipto hay una hora más. Tras el correspondiente visado cambiamos algo de dinero en un cajero del mismo aeropuerto a libras egipcias saliendo al cambio más o menos a 1 euro, 33 libras. Del tema de datos para los móviles no hay que preocuparse, nuestro guía nos ofrece una tarjeta de 20GB por 20 euros con muy buena cobertura por todos los lugares donde hemos estado.
Esperamos a que nuestro grupo nos montemos en un autobús y nos lleven al muelle en el Nilo donde está anclado nuestro crucero fluvial.


Las primeras sensaciones que me está dejando este país son muy parecidas a Marruecos. Esta gente vive en el caos pero controlan. Es cerca de la una de la noche y hay gente por todos lados, motos, cacharros de todo tipo, gente andando por la carretera, vehículos sin luces, animales sueltos, etc.
Por fin llegamos a nuestro barco y nos acomodamos en nuestro camarote. Son cerca de las dos de la noche cuando nos vamos a la cama.


Martes, 14 de marzo.

A las cinco de la mañana ya estamos en pie para desayunar y empezar la primera visita. Nos encontramos con Blanca y Pedro, malagueños con los que ya hemos viajado anteriormente en otros dos cruceros. Han fallado los vallisoletanos María Ángeles y Javier quienes no se han atrevido a venir esta vez porque no les llama la atención Egipto.
Comenzamos el día por el Valle de los Reyes donde descansan muchos gobernantes del antiguo Egipto en las famosas tumbas.


Casi no ha salido el sol y ya estamos en marcha. Nuestro guía nos da las entradas que nos dan derecho a visitar 3 tumbas reales de las muchas que hay aquí. Nos deja el autobús en el parking y nos van subiendo a la zona de las tumbas por grupos en unas navecitas eléctricas.
Dejamos las explicaciones para el final de las visitas y vamos pasando a las 3 tumbas. No puedo afirmar sin lugar a equivocarme a las que pasamos porque sinceramente mi cabeza no daba para más, impresionado y fascinado de todo lo que estábamos viendo.

Valle de los Reyes














Y es que uno lo ha visto mil veces por televisión o ha visto innumerables fotografías de tumbas grabados, jeroglíficos, etc., pero es que verlos en persona, casi poder tocarlos, comprobar la perfección de estos trabajos de miles de años, lo deja a uno sin palabras. Es una maravilla que todo esto se haya podido conservar y que tengamos la fortuna de poder disfrutar de los vestigios de esta antigua y avanzada civilización.










En este lugar también se encuentra la más famosa de las tumbas reales, la de Tutankamón que fue descubierta por el más famoso de los egiptólogos Howard Carter en 1922. Nuestro guía previamente nos había informado que quien quisiera verla debía de indicarlo para comprar la entrada aparte. Alejandro se ha quedado con las ganas de visitarla pero ya es tarde por lo que partimos hacia la otra parte de la montaña donde está el Templo Funerario de Hatshepsut.








Templo Funerario de Hatshepsut

Mismo procedimiento que en el Valle de los Reyes, aunque aquí la distancia es algo mayor y el paseo en el carrito de golf dura algo más. El templo es imponente y su ubicación impresiona al estar bajo la montaña. Fue construido en honor de Amón-Ra el Dios del Sol y los relieves del templo narran la historia del nacimiento divino de la reina-faraón Hatshepsut así como parte de su vida.






















Impresiona toda esta zona montañosa que parece un queso de gruyere de tantas tumbas que hay excavadas en la roca, reales, nobles y de antiguos trabajadores y esclavos pobres.
La siguiente parada la hacemos cerca del templo concretamente en la explanada de de los Colosos de Memnón que representan al faraón Amenofis III de la XVIII dinastía. Tienen una altura de 18 metros y su peso se calcula en unas 720 toneladas cada una.

Colosos de Memnón.




Dejamos atrás esta primera parte de la visita y ya en el río Nilo embarcamos en una pequeña nave que cruza el amplio río para dejarnos en la otra orilla concretamente en la ciudad de Luxor para visitar el Templo.








Templo de Luxor

Construido en el corazón de la antigua ciudad de Tebas, hoy la ciudad se llama Luxor. La época de construcción del templo fue bajo las dinastías XVIII y XIX y estaba consagrado al Dios Amón y es otra maravilla que todavía se alza en pie. Las enormes estatuas son lo que más llaman nuestra atención.





















Fuera del templo también podemos contemplar la Avenida de las Esfinges, una calle que en su día conectaba el templo de Luxor con el de Karnak con esfinges y estatuas con cabeza de carnero a ambos lados y con una longitud de 2,7 kilómetros.






Templo de Karnak


La siguiente parada la hacemos en otro lugar imprescindible, el templo de Karnak que es sin duda el más grande de todo Egipto y construido entre los años 2200 y 360 antes de Cristo conteniendo en su  interior el gran templo de Amón, otros templos menores, capillas y el gran lago sagrado.
De entre todo destaca su gran sala hipóstila con más de 5000 metros cuadrados y que contiene 134 imponentes columnas.














































Nuestro guía nos ha insistido varias veces que no compremos nada de los numerosos vendedores ambulantes que hay a las puertas de los templos y atracciones turísticas. Se los tiene que ir quitando uno de encima ya que son muy pesados y no desfallecen. Hay que entender también que es su forma de vida y están acostumbrados a esta forma de vida. Cometo el error de pedirle a uno de ellos una botella de agua y ya tenemos la primera discusión ya que nos intentan engañar y al final lo consiguen. Tan solo son 50 céntimos que no van a ningún lado, pero ya se ve la intención.



Las excursiones por hoy ya han acabado por lo que nos llevan de nuevo al barco para comer y partir río arriba en dirección Asuán. Esto será la tónica habitual, madrugar mucho y a medio día tener todo hecho para huir del calor de la tarde. Ya relajados y algo descansados subimos a la cubierta para ir contemplando los paisajes que nos regala el río Nilo a su paso por el país.









Miércoles 15 de marzo.

De nuevo volvemos a madrugar para hacer la primera visita de hoy, el templo de Edfu. Nos recogen en el embarcadero y nos desplazamos en calesa hasta la entrada del templo, disfrutando del espectáculo que ofrece el intenso trajín de idas y venidas de los conductores de calesas.








Templo de Edfu

Con los primeros rayos solares ya estamos visitando este templo dedicado al Dios halcón Horus siendo construido entre los años 237 y 57 a. C. siendo el segundo más grande de Egipto. Sus paredes ofrecen una valiosa información sobre la época en la que fue construido aportando muchos detalles sobre el templo, mitología, religión y forma de vida del Antiguo Egipto.



































Tras la visita toca volver a organizar el regreso a los barcos, esto parece una feria y entre gritos y regañinas del encargado de las calesas con los conductores podemos zafarnos de los innumerables vendedores ambulantes y regresar al barco.








Por esta mañana ya hemos tenido bastante con la experiencia del templo de Edfu por lo que aprovechamos la terraza del barco para descansar, charlar y tomarnos unas consumiciones. En este sentido está todo incluido en el barco excepto las bebidas que se pagan aparte. Te apuntan lo que vas consumiendo, básicamente cerveza y agua hasta que el día que dejas el barco te pasan la factura. Los precios no están mal y se puede consumir sin problemas.










A primera hora de la tarde el barco hace una escala en otra de las visitas que están programadas.

Templo de Kom Ombo

Este templo está ubicado justo al lado del Nilo por lo que no hace falta que nos desplacemos.
Construido entre los años 1350 y 180 a.C., y rinde culto al Dios Sobek, un Dios con cabeza de cocodrilo y cuerpo humano. Al final de la visita se puede ver el museo que contiene varias momias de cocodrilos.





























Dejamos atrás el templo de Kom Ombo y embarcamos de nuevo para seguir navegando río arriba por el  milenario Nilo. La puesta de sol nos coje en la terraza pudiendo disfrutar de un momento único e irrepetible en esta parte del mundo.











Ya con la noche bien entrada hacemos escala en Asuán, último destino de nuestro crucero. Mañana nos espera otro plato fuerte del viaje, Abu Simbel. Habrá que madrugar de nuevo ya que el trayecto dura casi 4 horas para salvar los casi 300 kilómetros que separan las dos ciudades.
Aunque esa experiencia la dejaremos para la siguiente entrada.

Asuán










1 comentario:

Viajes a India dijo...

¡Gran participación! Que buen contenido. Imágenes impresionantes.