30 agosto 2022

Un reencuentro caluroso con la Francia entramada 1ª parte.

 

Catorce años después volvemos a reencontrarnos con una de las regiones francesas más bonitas y espectaculares del vecino país del norte: La Bretaña

No eran estos los planes para este verano. La idea era continuar con la segunda parte de los Pirineos donde estuvimos el verano pasado, pero cambiando el aragonés por el catalán. Así conoceríamos estas montañas tan bonitas. Pero un mes antes un mal paso y el consiguiente esguince en un tobillo de Mati nos obliga a cambiar de planes.


Solución: repetir el primer viaje que realizamos con nuestra antigua auto por la Bretaña francesa y que tan buenos recuerdos nos dejó. Catorce años después volvemos a reencontrarnos con esta preciosa región francesa. Esta vez preparamos mejor el viaje y además echamos la moto para movernos con más libertad y así ahorrarnos mover la auto y desplazamientos a pie.

Día 1.

Sajazarra.

Tiramos por Madrid, Burgos y poco antes de llegar a Miranda de Ebro dejamos la autovía y nos desviamos a Sajazarra para ver el pueblo y pernoctar en su área, GPS: 42.58671, -2.95768 con carga de agua y descarga solo de negras, le falta la descarga de grises pero está muy bien.







El pueblo se le ve con un encanto especial. Casonas de piedra, calles peatonales, tranquilidad, silencio, en definitiva, una gozada pasear pausadamente por sus rincones y rodeando el pequeño río Ea que le da la vuelta prácticamente a todo el pueblo.




Sin ninguna duda el edificio que más sobresale por encima de todos es el magnífico castillo del siglo XV actualmente de propiedad privada que no deja ver el interior.





Todavía se conserva una de las antiguas puertas de acceso a la ciudad por la que volvemos a penetrar en el casco medieval saliéndonos a nuestro encuentro la Iglesia de La Asunción, también cerrada.











En la Plaza del Ayuntamiento encontramos el único restaurante abierto con una bonita terraza. Nos sorprende que tan bonito lugar no esté más masificado. Vale, hoy es lunes, no es el mejor día, pero estamos a primeros de Julio, la gente ya está de vacaciones. Probablemente Sajazarra no sea muy conocido a pesar de estar en la lista de los pueblos más bonitos de España.




Nos retiramos al área para cenar, ver un rato la tele y descansar. La temperatura ha descendido bastante y tenemos que abrigarnos bien, una gozada en pleno mes de Julio.

Día 2.

Biarritz

Seguimos ruta y antes de pasar a Francia aprovechamos para llenar la despensa parando en un mercadona del País Vasco. A la hora de comer llegamos a nuestro primer destino, Biarritz. Estacionamos en un parking gratuito y sin servicios, GPS: 43.48738, -1.54643 junto a varias autocaravanas. Después de comer bajamos la moto y nos acercamos a la zona del faro, la playa y centro.











Dejamos la moto por la zona del puerto viejo y recorremos toda esta bonita y animada zona con sus coquetas calas donde la gente intenta refrescarse y quitarse el intenso calor que hace esta tarde.









Quizás uno de los rincones con más encanto de Biarritz sea la zona del puerto viejo con sus coloridas casitas que algún día pertenecieron a los pescadores. Ahora se ven negocios de buceo y hostelería básicamente.










La verdad es que Biarritz es un lugar muy bonito y elegante, refleja su rico pasado como villa exclusiva de vacaciones, balnearios y casinos. Sus preciosas playas y su patrimonio sorprenden y cautivan al mismo tiempo. Es de esos lugares que uno regresaría una y otra vez.






Uno de los monumentos más bonitos de la ciudad es la majestuosa Iglesia de Santa Eugenia que encontramos abierta como es habitual en Francia por lo que pasamos dentro para disfrutar del fresco de sus muros y de su interesante interior donde destacan sus preciosas vidrieras.









Las callejuelas donde están ubicadas las tiendas y restaurantes empiezan a estar concurridas mientras los camareros se afanan en ir preparando las mesas para las cenas que ya se sabe en Francia empiezan más pronto que en España. Nosotros damos por concluida nuestra breve visita a Biarritz y ponemos rumbo hacia Burdeos donde pernoctaremos esta noche.





Día 3.

Burdeos

Ayer llegamos a Burdeos ya a última hora por lo que ya no salimos a dar una vuelta. Hemos pernoctado en un parking con varias autocaravanas más. Se trata de un barrio pèriférico de la ciudad situado a unos 3,5 kilómetros del centro, hay unas piscinas al lado y no hay servicios, GPS: 44.87099, -0.60213.
Hemos dormido muy tranquilos y para ir al centro volvemos a desplazarnos en  moto. Anoche miramos a ver si había posibilidad de hacer una visita guiada y reservamos a las diez de la mañana saliendo de la Plaza de Quinconces.







La visita empieza en esta conocida e inmensa plaza con las pertinentes explicaciones del monumento a los Girondinos formado por una espectacular fuente y una imponente columna.
Vemos una ciudad con un casco antiguo bastante restaurado y limpio, donde sus autoridades han decidido eliminar al máximo el tráfico rodado facilitando los desplazamientos en tranvía, bicicletas y vehículos eléctricos. Al parecer la piedra de los edificios absorbe con bastante facilidad el humo y es muy costoso el proceso de limpieza con el consiguiente desgaste de la propia piedra.







Seguimos a nuestra guía mejicana afincada en la capital de la región de Aquitania desde hace unos años y enamorada de la ciudad según ella misma nos dice. Tampoco es de extrañar ya que Burdeos rebosa belleza, armonía, orden, etc que hacen que sea una ciudad Patrimonio de la Humanidad. 






Visitamos la Plaza de la Comedia donde se ubica la Ópera Nacional de Burdeos, el Hotel Intercontinental y algunas bellas bodegas. Seguimos por la Iglesia de Notre Dame con la estatua del gran pintor Goya que vivió los últimos 4 años de su vida aquí. También vemos unas pocas casas de la edad media que todavía quedan, la Catedral de San Andrés, la Puerta de Cailhau una de las antiguas puertas de acceso a la ciudad, la Iglesia de San Pedro, para terminar en la Plaza de la Bolsa, donde hay una fuente donde se refleja en el agua la plaza












Según la guía todas las mañanas a la una abren la recepción del edificio de la Ópera para vender entradas y nos recomienda que visitemos la monumental escalera ya que es gratuito hacerlo. También una tienda-bodega que es muy bonita frente al edificio de la Opera llamada Le Bar a Vin.






Después de hacer alguna compra en la calle comercial más grande de Burdeos llamada Sainte Catherine nos volvemos hacia la auto para comer, descansar y por la tarde proseguir la visita.
Burdeos es bastante grande y desplazarse por ella lleva su tiempo. Gracias a la  moto nos movemos con libertad y nos desplazamos a la playa del Lago donde hay una zona de baño muy coqueta.







Nos recomienda la guía una visita a Les Bassins des Lumieres un espectáculo de arte multimedia con música y luces ubicado en una antigua base de submarinos rehabilitada, aunque finalmente pasamos cerca pero no nos detenemos. También nos recomienda visitar la Ciudad del Vino un museo de los vinos de Burdeos. Tan solo pasamos al lado para ver el curioso edificio.
Nos vamos de nuevo hacia el centro y terminamos visitando la Basílica de San Miguel con su imponente torre campanario.









Dejamos la moto al lado de la Grosse Cloche, otra antigua y monumental puerta de acceso a la ciudad que alberga en su interior una gran campana y un bonito reloj debajo.
Unas compras que consiguen que perdamos la visita al interior de la Catedral ya que cierran a las siete de la tarde y así ponemos fin a la visita a esta bonita e interesante ciudad que es Burdeos no sin antes hacernos con alguna botella de sus afamados vinos.






Dejamos Burdeos con algo más de dificultad de la esperada debido al navegador que se empeña en meternos por los lugares más estrechos y menos indicados y sin saber muy bien donde pararemos a la altura de Saintes decidimos que ya está bien por hoy y ya de noche nos acomodamos en una gran explanada junto al río gratuita y sin servicios, GPS: 45.74179, -0.63065.
Cenamos y damos una vuelta por el pueblo.


Saintes







Día 4.

Saintes

Esta noche  ha sido tranquila excepto por el hecho de que sobre las dos de la madrugada un grupo de jóvenes de recogida y al pasar por detrás de las autos le ha pillado a una chica por subirse al portamotos por lo que le he tenido que decir cuatro piropos para que se fuera a dormir con buen sabor de boca, en todos los sitios cuecen habas como se dice por mi tierra.


El dulce típico de Burdeos parece ser que se llama canelé, según nuestra guía de ayer no te puedes marchar de la ciudad sin antes probar este típico dulce, sería un pecado. Pues bien, los compramos ayer antes de dejar la ciudad y los probamos hoy. Debe ser eso, que no hay que dejar la ciudad sin probarlos ya que en Saintes no saben igual. También es cierto que los compramos de forma industrial y no debe ser lo mismo ya que a nosotros no nos gustan y terminamos por pasar de ellos.







La visita a la ciudad anoche fue muy sugerente y oportuna ya que a esas horas la tuvimos para nosotros solos, el Arco de Germánico o la Catedral de San Pedro ambos bellamente iluminados. Esta mañana vamos a pasar dentro del templo.








Seguimos en búsqueda del Anfiteatro romano que lo están restaurando. Diversas fotografías expuestas en el exterior de años atrás nos van enseñando cómo los habitantes de Saintes han ido haciendo vida cultural en esta bella construcción romana. Se puede acceder al interior previo pago de la entrada pero el mismo se ve perfectamente desde fuera y las obras no es que inviten a ello.




Pasamos por la Basílica de Saint Eutrope cuya alta torre se ve desde prácticamente cualquier parte de la ciudad. Erigida en honor del primer Obispo de Saintes y donde reposan sus restos en la cripta que también se puede visitar bajo la Iglesia.









Damos una vuelta por alguna de las animadas calles comerciales de la ciudad y ponemos así fin a la visita a esta coqueta población bañada por el tranquilo río Charente.




Guérande

A la hora de comer llegamos a la villa de Guérande. Nos instalamos en su área de autocaravanas gratuita, con los servicios de carga y descarga de aguas de pago, GPS: 47.33369, -2.42038. Hace bastante calor y tenemos que protegernos con el toldo mientras comemos fuera.


El casco antiguo del pueblo está completamente rodeado por una recia muralla con su correspondiente foso de agua y con varias puertas de entrada, vamos que es de película. Nosotros elegimos entrar por la preciosa puerta de San Miguel.







Callecitas empedradas, casitas de piedra algunas de entramado con bonitas puertas y ventanas donde predomina el color granate muy parecido al color de nuestras barreras en las plazas de toros. Una coqueta Iglesia de Saint Aubin y tiendas y más tiendas donde el producto estrella es la famosa sal que se produce en las salinas ubicadas en sus inmediaciones.









Vamos saliendo del casco antiguo y vemos que va llegando gente haciendo cola en sus restaurantes para la cena, joder que son las siete de la tarde. Hace bastante calor y vamos buscando la sombra desesperados. Terminamos la visita y pensamos que la pernocta en el área puede ser algo ruidosa ya que justo detrás hay una carretera con bastante tráfico. Por eso decidimos avanzar hasta el siguiente destino.

La Roche Bernard

Nos instalamos en un parking gratuito sin servicios aunque como en casi todos los parkings hay unos aseos públicos muy limpios como es costumbre en Francia, GPS: 47.5176, -2.29742







Estamos en un pueblecito pequeño, muy cuidado, con algunas bellas casonas sobretodo en su coqueta plaza donde se ubica el precioso ayuntamiento con su preciosa torrecita campanario con reloj incluido. Además hay un concierto muy animado en la plaza junto a un restaurante que es donde más animación hay en todo el pueblo.






Desde lo alto de las rocas que dan nombre al pueblo se obtienen unas preciosa vistas del puerto fluvial del río Vilaine. El ocaso del sol hace del momento algo especial.









Día 5

La Roche-Bernard

Ayer prácticamente vimos todo lo que hay que ver en este coqueto pueblecito. Si acaso y por falta de luz nos faltó dar una vuelta por el puerto fluvial para contemplarlo desde otra perspectiva y eso es lo que vamos a hacer esta mañana.
El coqueto puerto con sus barquitos atracados, el buen ambiente que se respira y la tranquilidad que sin duda esta tarde se verá alterada ya que están preparando una fiesta a base de moules-frites.








Dejamos La Roche-Bernard, atravesamos su imponente puente donde nos detenemos un momento para hacer unas fotos de este bello lugar y ponemos rumbo hacia el siguiente destino.

Castillo de Suscinio

Estacionamos en su gran parking con zona habilitada para autocaravanas sin servicio y gratuito, GPS: 47.51549, -2.72634
La entrada al interior del castillo cuesta 10 euros. Creemos que es demasiado para no ver gran cosa según cuenta la gente en las reseñas del mismo, por lo que nos limitamos a darle la vuelta por el exterior y hacer unas cuantas fotos. Es bastante bonito con su foso de agua que lo rodea.
















Tras la visita a este bonito castillo y acompañados del calor que ya es habitual en este viaje nos vamos hacia el siguiente destino donde es complicado encontrar aparcamiento. Por eso nos vamos a una zona comercial alejada unos 3 kilómetros del centro y con la  moto nos acercamos al mismo. GPS: 47.65721, -2.79052 gratuito y sin servicios. Por cierto, luego veremos algún hueco para estacionar cerca del puerto.

Vannes


Aparcamos la moto en la zona del puerto y a escasos metros de la Puerta de Saint Vincent por donde penetramos al casco antiguo de esta preciosa ciudad con una gran cantidad de casas de entramado a cual más bonita.









Vemos abierta la Catedral de Saint Pierre y como hace bastante calor en la calle nos metemos dentro agradeciendo el frescor de sus imponentes muros. No podemos dejar de visitar los restos del santo valenciano Vicente Ferrer que reposan en esta Catedral.







Nos quedamos extasiados con la cantidad de casas de entramado de madera pintadas de vivos colores. Parecen de cuento y aunque ya las habíamos visto cuando visitamos Vannes en otro viaje no dejan de sorprendernos. La verdad es que están muy bien conservadas y eso ayuda mucho.











Tras visitar también el exterior del Ayuntamiento salimos del casco antiguo por la imponente Torre de la Prisión descubriendo más casas de cuento. Regresamos de nuevo y lo hacemos por los preciosos jardines des Remparts que es lo que más recordábamos de la anterior visita.












Vannes es una de esas ciudades que nunca defrauda, muy bonita, muy a mano todo, muy limpia y cuidada, una maravilla en definitiva. La pena es haberla visto con este calor tan intenso que no da tregua teniendo que estar buscando a cada momento las sombras.
Ponemos rumbo al último destino del día.

Rochefort-en-Terre

Estacionamos en el parking ubicado al lado del pueblo, GPS: 47.6994, -2.33392 de pago y sin servicios. Está bastante lleno sobretodo de autos y camper españolas, curioso.


Llegamos a este pueblecito a esas horas que el sol está incidiendo justo de esa forma que no deja apreciar bien los detalles y por consiguiente no sale una foto en condiciones. Por tanto la primera toma de contacto no es la mejor. También hemos leído que puede ser el pueblo más bonito de Francia que es mucho decir y que de momento no nos lo parece.





Esperamos un poco sentados en la calle principal a que el sol vaya bajando para disfrutar mejor de los detalles. Hacemos tiempo recorriendo la Rue des Scourtets que está cortada al tráfico solo de los turistas, los ribereños pasan como Pedro por su casa aparcando donde les viene en gana fastidiando algo la paz y las vistas.




Tras subir al castillo y comprobar una vez más cómo los franceses aprovechan todo su patrimonio por destruido que esté, bajamos otra vez al centro del pueblo. La Iglesia la están restaurando siendo pequeña pero muy bonita por lo menos por fuera. Volvemos a la Plaza du Puits que es lo más bonito del pueblo y ahora sí que podemos deleitarnos con la belleza del lugar.
















Hay turismo pero a estas últimas horas del día se ha sustituido el turista de cámara en mano por el de mesa y cena con algún restaurante muy bonito y con unos menús que nos hacen mucha gracia por lo que estos franceses adornan por ejemplo un plato que lleva tomate. Son muy buenos vendedores de lo suyo, hacen bien.
Para pernoctar nos acercamos al parking del estanque del molino nuevo, a un kilómetro y algo del pueblo, más tranquilo, gratuito y sin servicios, aunque se pueden utilizar los aseos que hay al lado del restaurante. GPS:47.6939, -2.34732









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