10 noviembre 2020

Norte de Portugal, sur de Galicia, 2ª parte.


Adentrados ya en pleno Portugal, vamos avanzando por el norte del país, descubriendo ciudades barrocas, otra donde un gallo es su principal reclamo, para finalizar costeando por infinitas playas en la ruta atlántica hasta la frontera con nuestro país.


Día 6º, 13 de Julio, lunes:

Pernoctamos bastante tranquilos en la gran explanada que hay frente al área de autocaravanas en Guimaraes. Aunque cuando el sol despuntaba he tenido que cambiar la auto para ponerla bajo la sombra de un árbol. El día amanece como los otros anteriores, extremadamente caluroso.


Aprovechamos los servicios que nos presta el área para cargar y descargar aguas y enseguida estamos de nuevo en la carretera destino al primer punto de interés de hoy: Braga.
Estacionamos en una parking con zona azul, sin servicios y ubicado cerca del centro, GPS: 41.54539, -8.42812

Braga.




Nos dirigimos hacia el casco antiguo de la ciudad por unas calles que no nos dicen nada o casi nada y por momentos y con el calor que está haciendo pensamos que venir aquí quizás ha sido una pérdida de tiempo.
Lo primero con lo que nos topamos es con las Iglesias de Nuestra Señora de la Torre y la de San Pablo.



Un poco más adelante nos encontramos con una vistosa estatua del César Augusto que rememora el origen romano de la ciudad. Detrás de la misma la muralla y la torre de épocas más recientes.




La parte esta de la ciudad nos está gustando más con calles peatonales muy bonitas y la aparición repentina de la Se o Catedral. Convenzo a Mati para que por lo menos seamos 2 los que visitemos el interior del templo al precio de 2 euros por cabeza.




La Catedral de Braga de origen románico presenta como elementos más destacados un doble órgano enfrentados que es realmente precioso. Los techos policromados también son dignos de admiración, las estatuas que cuelgan de las paredes, así como el retablo.








Otro de los puntos donde nos detenemos un momento es la capilla de los Reyes erigida en homenaje a la victoria portuguesa en la batalla de Aljubarrota donde están enterradas varias personalidades importantes del país.





Se puede contemplar una mezcla de estilos gótico, decoración barroca sin faltar los típicos azulejos portugueses. En definitiva una visita altamente recomendable por un precio ridículo dadas las joyas que alberga.




Salimos de la Catedral y vamos en busca de los jóvenes que han empleado este tiempo en ir de tiendas que parece les hace más gracia.



Nos trasladamos a la Plaza de la República donde sobresale la Iglesia de los Congregados asomándonos a su interior.







Tomamos la infinita Avenida Liberdade en busca de otros lugares de interés sobre todo la curiosa Casa del Reloj, un Palacio del Siglo XVIII de arquitectura barroca y preciosa fachada de azulejos. 




Seguimos recorriendo la ciudad en busca de otros monumentos de interés que los encontramos en Largo Carlos Amarante con la Iglesia y Hospital de San Marcos y la Iglesia de la Santa Cruz.








Un poco más arriba nos topamos con la Casa y Capilla dos Coimbras, un edificio del siglo XVI con una exquisita decoración manuelina con puertas y ventanas que uno no se cansa de admirar.






El comienzo de la visita a la ciudad ha sido algo decepcionante, pero después la cosa se ha arreglado y nos ha gustado mucho lo que hemos podido ver. Así es que con este buen sabor de boca partimos en busca de un lugar con sombra que nos permita comer fuera de la auto.








Nos desplazamos unos pocos kilómetros hacia el siguiente destino de hoy, el Santuario del Bom Jesús do Monte. Estacionamos en el parking de abajo justo donde salen las escaleras que llevan a lo alto del monte, GPS: 41.55266, -8.38134, gratuito, sin servicios y con sombra que nos viene de maravilla para comer en una de las mesas que hay ubicadas allí.
También hay un chiringuito por si se quiere comprar algo de lo que uno no disponga en ese momento.

Santuario del Bom Jesús do Monte.





Hace bastante calor y el resto de la expedición no están por la labor de subir los incontables escalones de una bella escalara barroca que salvan los 116 metros hasta lo alto del monte. Hay un funicular de cremallera que le evita a uno este esfuerzo. Pero si hubiera optado por hacer esto segundo no habría podido contemplar las capillas que hay en cada tramo de escalera.



El acceso al interior del Santuario es gratuito, no hay casi nadie por lo que puedo visitarlo tranquilamente. Se empezó a construir en el siglo XVIII por lo que su estado es bastante bueno. Su estilo es neoclasista aunque reúne bastantes elementos barrocos.






Después de estar un rato en el interior salgo afuera para visitar los jardines que rodean la Iglesia.


Muy cuidados y bellos en medio de un impresionante bosque con árboles de diferentes clases, algunos de ellos realmente imponentes. Además cuenta con una gruta y un lago artificial.






Por la misma bella escalera que he subido ahora desciendo sin poder resistirme a mirar constantemente la belleza y armonía de la misma.




Terminamos así nuestra visita a esta interesante ciudad que es Braga y donde seguramente habría que dedicar algunas horas más dado la cantidad de puntos de interés que posee.
Nuestro próximo destino es Barcelos.

Barcelos.



Buscamos un parking ubicado junto a las piscinas pero vemos que en ese lugar ya no hay parking alguno por lo que volvemos hacia el puente que hemos atravesado encontrando aparcamiento al lado del jardín do Largo Guilherme Gomes, GPS: 41.52697, -8.6236 gratuito y sin servicio.




Hace bastante calor y en la autocaravana tenemos que poner el aire acondicionado para que se pueda aguantar. Yo me asomo al río Cávado y veo que tiene una estupenda playa fluvial y gente bañándose por lo que no pierdo la oportunidad de refrescarme.



Cuando la temperatura baja algo nos decidimos a dar un paseo por Barcelos. Nos hacemos la típica foto con el Gallo que está junto al puente. Las vistas desde esta parte de la ciudad son realmente bonitas. Con el río Cávado y el conjunto monumental al otro lado.


Nada más cruzar el puente nos encontramos con la Iglesia Matriz que la encontramos cerrada. Un coqueto jardín con el típico pelourinho y al lado el Palacio de los Condes de Barcelos que hoy en día está en ruinas y alberga el museo arqueológico al aire libre y visitable gratuitamente.










Continuamos la visita y lo siguiente que sale a nuestro encuentro es el Ayuntamiento, un bonito edificio.



Nos damos cuenta que han abierto la Iglesia Matriz mientras estábamos visitando el Museo arqueológico y no podemos resistirnos a ver su interior.




Encontramos la calle Antonio Barroso, la arteria comercial más importante de Barcelos con gran cantidad de tiendas.



Al final de la calle se abre una gran plaza y se alza la Torre de la Porta Nova, un impresionante edificio medieval que formaba parte de la antigua muralla que rodeaba la ciudad.



Un coqueto edificio circular nos llama la atención. Vemos que se trata del templo del Bom Jesús, una pequeña Iglesia de estilo barroco aunque está cerrada y no podemos ver el interior.





Seguimos callejeando por Barcelos buscando más lugares que visitar, aunque nos damos cuenta que lo más interesante ya lo hemos visto, por lo que decidimos regresar al parking pero por otras calles que nos descubren más gallos típicos de esta localidad.





Antes de dejar Barcelos podemos disfrutar de las estupendas vistas de la ciudad desde el parking donde hemos dejado la auto.




Dejamos Barcelos y ponemos rumbo hacia la costa donde pernoctaremos esta noche, Viana do Castelo.
Buscamos el parking donde normalmente estacionan las autocaravanas, pero nos gusta más el parking de enfrente por lo que nos instalamos aquí, GPS: 41.695496, -8.819171 gratuito y sin servicios.

Viana do Castelo.



Día 7º 14 de Julio, martes:

Tras una noche tranquila en el parking, al desayunar nos ponemos inmediatamente en marcha para visitar el primer lugar la Basílica de Santa Luzia. Para ello nos dirigimos hacia el elevador que nos evitará la caminata o tener que subir con la auto.







Tenemos que atravesar prácticamente toda la ciudad para llegar hasta el elevador. Sacamos los tickets a razón de 3 euros por cabeza ida y vuelta esperando a que llegue nuestro turno ya que no se puede llenar el vagón por el tema del covid.




En cinco minutos estamos arriba del monte habiendo salvado los 650 metros de desnivel con un coqueto vagón que está apunto de cumplir el centenar de años.
La colosal figura de la Basílica surge ante nuestros sorprendidos ojos. Y más cuando nos asomamos a los miradores que hay dispuestos y que hacen que las vistas de Viana do Castelo sean magníficas.





El interior de la Basílica nos indica que fue construida a principios del siglo XX por lo nuevo que se ve todo y el estilo modernista de la construcción.







Una vez que hemos podido disfrutar del encanto de este lugar del que destacaría las vistas que se obtienen de la ciudad, las playas, la desembocadura del río Limia y su estupendo puente de Gustave Eiffel construido en 1878 que conecta las dos márgenes del río.



Pasamos por la antigua y coqueta estación de tren de la localidad que demuestra que una edificación de este tipo no tiene por qué ser moderna para atraer nuestras miradas.




El centro neurálgico de Viana coincide con la Plaza de la República, una de las plazas más bonitas que hemos visto hasta ahora con varios edificios que consiguen que uno permanezca en este lugar más tiempo del habitual.







La Casa de la  Misericordia que esconde una Iglesia y el Chafariz o fuente ambos del siglo XVI. La antigua casa consistorial, el Museo del Traje son los edificios más representativos sin descuidar las bonitas fachadas, algunas de ellas recubiertas por los típicos azulejos portugueses.



Nos llama la atención los pequeños puestos de venta de pescado y marisco que hay en la calle peatonal de Manuel Espregueira repleta también de zapaterías. Es fácil sucumbir a la idea de comprar algo de pescado fresco y hacerlo en la auto, por un momento lo pensamos, pero al final decidimos comer en algún restaurante.



En una coqueta plaza nos encontramos con la curiosa estatua de fray Bartolomé de los Mártires subido a una especie de mula o burro. Enfrente se ubica la Iglesia de Sao Domingos y el Monasterio de Santa Cruz. Pasamos a la Iglesia a ver su interior.





Damos con un bar de estos de barrio sin más pretensiones donde tomamos un pequeño aperitivo antes de la hora de comer.
Hacemos algo de tiempo acercándonos al puerto donde fondea el Gil Eannes, un barco hospital construido para socorrer a los bacaladeros portugueses que faenaban por Groenlandia. Actualmente se puede visitar como museo.


Al lado se encuentra el moderno edificio que alberga el Centro Cultural de Viana y que ha sido reconocido con algún premio de arquitectura.


Encontramos un restaurante con buenas reseñas en internet para comer llamado O marqués en la Rua Largo Infante Dom Enriques y tras hacer cola podemos sentarnos en una terraza de la calle. La experiencia resulta ser bastante acertada por la calidad y precios.






Dejamos por visitar el Fuerte de Santiago por pillar a las afueras y al otro lado de la ciudad. Volvemos hacia el parking callejeando por la ciudad y despidiéndonos de esta coqueta y preciosa ciudad portuguesa.






Dejamos Viana do Castelo y tomamos la carretera N-13 que transita pegada a la costa atlántica y siempre hacia el norte.

 

En la carretera vemos la indicación de los Mohinos de Montedor y decidimos ir a investigar de qué se trata. Encontramos un parking frente al faro de Montedor, GPS: 41.75157, -8.87321 gratuito y sin servicios. Vemos que se trata de unos antiguos molinos de viento preciosos aunque solo podemos ver uno de ellos ya que el acceso no está indicado y parece poco accesible.

Mohinos do Montedor.







Volvemos de nuevo a la carretera pudiendo apreciar que cada pocos kilómetros salen caminos a nuestra izquierda que se dirigen a las playas. A la altura de la población de Afife nos desviamos para visitar su playa, GPS: 41.78068, -8.86957 gratuito y con aseos.

Playa de Afife.



Son enormes playas de finas arenas y muy frías aguas, además hoy hace un viento terrible junto a las playas lo que no hace agradable estar aquí demasiado tiempo.
Algo más adelante llegamos a la población de Moledo intentando aparcar junto a la playa, pero el viento es tan fuerte que tenemos que buscar una calle separada de la misma.

Playa de Moledo.





Otra enorme playa con mucha arena. Hoy es el paraíso de los practicante de surf pues hace un viento horrible que hace que se levante la arena y nos golpee la cara. Al fondo vemos el monte de Santa Tecla ya en España y un poco antes en medio de un islote el fuerte de Ínsua.


Seguimos camino y llegamos a Caminha metiéndonos en su gran parking situado a la entrada de la población, GPS: 41.87467, -8.84101 gratuito y sin servicios.

Caminha.



Caminha se encuentra ubicada en una posición estratégica. En la desembocadura de los ríos Miño y Coura frente al monte de Santa Tecla ya en España. Enseguida nos plantamos en la Plaza del Conselheiro Silva Torres donde destaca la Torre del Reloj, el Chafariz o fuente y la Iglesia de la Misericordia.







Nos adentramos por las callejuelas medievales de la población encontrándonos con algunas antiguas casonas con sus correspondientes escudos heráldicos. Así llegamos hasta la Iglesia matriz de Caminha.



Su origen es románico como demuestra su portada aunque como suele ocurrir en este tipo de monumentos su interior es una mezcla de estilos que corresponden a las diferentes épocas en que se han realizado trabajos de restauración.


En su interior destacan las paredes forradas con los típicos azulejos portugueses así como los artesonados se sus techos.








Volvemos a pasar por la plaza principal de Caminha, sin duda lo más bonito de ver y decimos adiós a esta población portuguesa.


El penúltimo destino del día de hoy es Vila Nova de Cerveira. Estacionamos en su gran área de autocaravanas GPS: 41.93842, -8.74649 gratuita y con servicios de carga y descarga de aguas.

Vila Nova de Cerveira.



Este tipo de localidades portuguesas son acogedoras, disponen de buenos aparcamientos, son de tamaños reducidos y se ven pronto por lo que da tiempo a visitar varias en un día. Vila Nova de Cerveira es una de estas localidades y enseguida nos plantamos en la Iglesia Matriz.





Esta población tiene castillo, pero a esta hora ya está cerrado por dentro por lo que tenemos que conformarnos con fotografiar sus recias murallas exteriores. Vemos que hay varias zonas con construcciones recientes por lo que pierde interés. Eso sí, hay algunas casitas muy bien conservadas adosadas a las murallas que son dignas de ver.










Vila Nova de Cerveira no da para mucho más, teníamos mayores perspectivas sobre esta población y, que aunque no llega a defraudar, sí que decepciona un poco. Habíamos pensado quedarnos aquí a pernoctar pero a última hora decidimos seguir ruta.
Ponemos rumbo a la última ciudad portuguesa que veremos en este viaje.

Valença do Minho.



Llegamos ya casi de noche y nos adentramos en la fortaleza hasta que encontramos una gran explanada donde estacionamos, GPS: 42.03152, -8.64348 gratuito y sin servicios.


Existen mesas para poder cenar fuera de la auto cosa que hacemos aunque el viento todavía sopla y se hace desapacible estar fuera. Mañana por la mañana visitaremos a fondo esta curiosa fortaleza, pero no puedo resistirme a dar una pequeña vuelta por la desiertas calles antes de dormir.







Día 8º 15 de Julio, miércoles:

No hemos oído un solo ruido en toda la noche por lo que el sueño ha sido profundo. Tras desayunar pensamos que es mejor sacar la auto de dentro del recinto y estacionarla en el parking situado a la entrada de la fortaleza pero ya fuera de la misma junto a la porta do Sol.




Hace ya bastantes años en un viaje que hicimos a Galicia en un viaje organizado nos trajeron aquí en una visita típicamente de compras cuando el afamado textil portugués era más difícil de conseguir y cuando todavía había fronteras entre ambos países.




De aquellos días ya han pasado bastantes años aunque lo que recordábamos concuerda fielmente con lo que sigue siendo Valença do Minho hoy en día. Tiendas y más tiendas donde se sigue vendiendo el textil que se afirma es portugués pero que yo tengo mis dudas sobre su lugar de confección.


Desde la fortaleza podemos obtener unas preciosas vistas de la ribera del río Miño y de la ciudad de Tui al otro lado del río, ya en territorio español.







Mientras el resto de la tripulación se dedica a realizar algunas compras de productos textiles yo me encargo de hacer lo que más me gusta. Perderme por este espléndido recinto amurallado que se remonta al siglo XII.




En la Guerra de Restauración portuguesa en el siglo XVII sus cinco kilómetros fueron completamente reformados por un ingeniero francés.




Durante su dilatada historia ha resistido diferentes incursiones desde españolas pasando por tropas napoleónicas. El recorrido por la misma es gratuito y se hace bastante interesante sin dejar de sorprender la robustez de sus murallas.






Terminadas las compras y las visitas turísticas por Valença do Minho nos despedimos de Portugal para emprender la segunda parte del viaje ya por tierras gallegas. Aunque de eso ya hablaremos en la siguiente entrada.









No hay comentarios: