Dejamos la ciudad imperial de Toledo y seguimos ruta por parte de su provincia que nos va a ofrecer un rico patrimonio arquitectónico e histórico. Desde imponentes castillos, una antigua Iglesia Visigoda, un paraje natural de película y hasta un Museo de la Marina en plena Mancha.
Seguimos nuestra ruta por tierras toledanas y nuestro primer destino de hoy va a a ser la localidad de Guadamur. Hace un tiempo que le recomendaron a Mati la visita del castillo de este pueblo toledano y qué mejor ocasión que esta para conocerlo.
Estación de servicio
A unos 3 kilómetros antes de llegar a Guadamur paramos en un área de servicios para repostar gasoil y ya de paso aprovechamos la amabilidad del encargado para cargar y descargar aguas que ya nos hacía falta, GPS: 39.813056, -4.109167.
Una vez en Guadamur estacionamos en una calle pegada a la carretera que atraviesa el pueblo y a escasos metros del castillo, GPS: 39.809167, -4.147222, gratuito y sin servicios.
Para visitar el castillo de Guadamur hay que dirigirse al Centro de interpretación del tesoro de Guarrazar, situado en la calle Nueva para que una de las guías te haga la visita. Nosotros esto lo aprendemos sobre la marcha cuando vemos un pequeño grupo que viene de visitar el castillo y al preguntarle a la guía ésta nos pregunta si tenemos reserva.
Le decimos que no sabíamos que era necesario la reserva para la visita del castillo y para nuestra sorpresa nos confirma que es así y que tendremos suerte ya que 2 personas han anulado su reserva por lo que podremos visitar el castillo.
Por tanto y como consejo, hacer la reserva previa ya que no hacen visitas todos los días y no son muchas las horas que ofrecen este servicio. El motivo de todos estos inconvenientes es que el monumento es de propiedad particular y el dueño tiene un acuerdo con el Ayuntamiento para que las visitas no sean muy frecuentes y en horarios que le vengan bien al dueño.
De hecho el perímetro del castillo está tapiado y si no te abren la puerta no se puede acceder al mismo. Algo un tanto inaudito por la importancia y belleza de esta fortaleza, pero mientras no cambien las circunstancias las visitas hay que hacerlas así.
Tras abonar los 4 0 5 euros por cabeza que da derecho a la visita guiada del castillo y del centro de interpretación del tesoro de Guarrazar, partimos un grupito de unas 8 o 10 personas hacia el interior de la finca donde se alza majestuoso el castillo de Guadamur.
Estamos ante un castillo del siglo XIV y enseguida se nota su fuerte carácter militar lo cual fue uno de los motivos de su construcción. Tener un seguro refugio militar próximo a Toledo por si los acontecimientos políticos se torcieran. Fue visitado por Juana la Loca y su marido Felipe el Hermoso de paso cuando viajaban hacia Toledo. Según nos explica la guía ha ido pasando de unas manos a otras a lo largo de su existencia siendo su actual propietario quien ha procedido a su actual restauración.
No es mucho lo que se enseña del castillo es cierto pero menos es nada. Damos la vuelta por el perímetro admirando esta bella fortaleza que dispone de su foso. Pasamos a lo que fueron las cuadras y a un aljibe y poco más se puede ver de momento. Parece ser que conforme se vayan ganando espacios y cuando finalicen los trabajos de restauración irán abriendo estancias y dependencias que de momento solo pueden ser visitadas por las productoras de televisión que, según nos cuentan, se rifan este escenario para la grabación de series y películas.
Una vez terminado de ver lo que nos dejan ver en el castillo ponemos punto final a la visita guiada del imponente y bello castillo de Guadamur. Ahora nos trasladamos al centro de interpretación del tesoro de Guarrazar donde nos espera la segunda parte de la visita.
Durante la visita al castillo la guía nos ha informado que esta comarca es tierra de castillos y que en las inmediaciones hay uno que le gusta mucho. Se trata del castillo de Montalbán situado a unos pocos kilómetros de Guadamur. Nos lo apuntamos y cuando terminemos aquí le haremos una visita.
Entrada centro interpretación
Bueno y qué es esto del tesoro de Guarrazar, pues nosotros la verdad es que no teníamos ni idea de su existencia pero la visita guiada al centro de interpretación es muy entretenida y amena consiguiendo que se entienda bastante bien qué es esto.
En las inmediaciones de Guadamur en un paraje conocido como la huerta de Guarrazar se encontró entre los años 1858 y 1861 un tesoro de orfebrería visigoda compuesto por coronas y cruces de oro engarzadas con zafiros, perlas y piedras preciosas. En este centro se exponen copias fidedignas de las mismas mientras que las piezas originales que quedan están expuestas en el Museo Cluny de París, la armería del Palacio Real y el Museo arqueológico de Madrid.
Parece ser que en el lugar donde se encontró por casualidad el tesoro había un asentamiento visigodo de primer orden siendo estas piezas únicas ofrecidas como exvoto por los reyes visigodos como Recesvinto y Suintila. Esto demuestra la importancia de los restos que se pueden visitar en las inmediaciones de Guadamur y que sin duda merecen la pena.
Nuestra guía nos va explicando cómo se fue produciendo el descubrimiento del tesoro cosa que evidentemente capta nuestra atención así como la de todos los presentes. Parece que se debió a unas fuertes lluvias que cayeron en la zona lo que dejó al descubierto parte del tesoro siendo el primero en percatarse de ello un vecino y su hija que transitaban por el paraje dirección a Toledo.
Estos ocultaron este hecho y poco a poco a escondidas fueron sacando parte del tesoro que fueron guardando. Al ser descubiertos, más vecinos participaron en el pillaje y saqueo del lugar. Por este motivo gran parte del tesoro se ha perdido para siempre. Muchas de las joyas fueron vendidas a orfebres de Toledo llegando a ser fundidas muchas piezas perdiéndose para siempre. A ello hay que añadirle que un súbdito francés adquirió las tierras y lo que sacó se lo llevó a Francia, por eso lo que queda del tesoro está tan fragmentado.
La verdad es que está muy bien explicado y una vez más podemos constatar como la codicia humana ha hecho que se pierda un tesoro tan importante e irrepetible como llegó a ser el tesoro visigodo de Guarrazar.
Para saber más: Tesoro de Guarrazar
Como nos había dicho la guía que merecía mucho la pena visitar el castillo de Montalbán ponemos rumbo hacia el mismo donde llegamos a la hora de comer. Hemos atravesado el pueblo de San Martín de Montalbán y por la carretera CM-4009 dirección a la Puebla de Montalbán sale un camino de tierra a la izquierda que nos debería llevar al parking desde donde parte el camino que lleva al castillo.
Lugar donde dejamos la auto
Debido a las últimas lluvias caídas el camino de tierra presenta algunas zonas de barro y ante la posibilidad de quedarnos atascados dejamos la auto antes de meternos en tierras pantanosas. A poco menos de un kilómetro llegamos andando al parking propiamente dicho, GPS: 39.745000, -4.409444, gratuito y sin servicios.
Parking del castillo
Antes de decidirnos a visitar el castillo nos ponemos a comer ya que es la hora para ello, una vez más comprobamos las ventajas de viajar de esta forma ya que en cualquier parte se improvisa una comida deliciosa sin necesitad de nada más.
En el parking del castillo vemos a 3 personas, una de ellas es un chico que lleva una sudadera que parece indicar que es el guía del castillo. Le preguntamos y éste nos informa que efectivamente se hacen visitas guiadas a pequeños grupos. La duración es de unas dos horas y media y el precio de unos 5 euros, se llama Oscar un enamorado de la historia y del castillo de Montalbán.
Una vez más comprobamos que a veces improvisar es acertar, ya que no teníamos previsto visitar este desconocido castillo para nosotros y lo haremos de forma guiada que siempre es mucho más interesante que hacerlo por tu cuenta.
Este castillo está dentro de una finca particular aunque puede ser visitado por libre. Hay una cadena que impide el acceso a vehículos hasta el castillo propiamente dicho que distará casi 2 kilómetros del parking. A no ser que contrates la visita guiada, entonces Oscar quitará la cadena y permitirá que accedas con tu propio vehículo hasta los pies del castillo, por eso es recomendable llamarle al teléfono que aparece en la foto de más arriba para concretar la visita.
Nosotros preferimos dar un agradable paseo por el camino serpenteante que lleva al castillo y esperar allí al resto del grupo. Así podremos sacar unas fotos sin gente, que siempre se agradece.
La primera imagen que nos regala esta imponente fortaleza es realmente espectacular. Un gran castillo de unas dimensiones muy considerables asomado en una verde pradera desde donde se domina una vasta extensión de terreno.
Nos da tiempo a hacer varias fotos del castillo y su entorno hasta que llega el resto del grupo al que gustosamente nos unimos pasando Oscar a tomar la palabra e ilustrarnos con sus amplios conocimientos de la historia del castillo de Montalbán.
Cuando encuentras a alguien apasionado con lo que está explicando, con la historia de un lugar, con las vivencias de los personajes que nos han precedido. Cuando esa persona parece estar viviendo la historia que te está contando, todo se hace más fácil y las piedras parecen tener vida e historias propias, es como si fueran ellas las que te estuvieran hablando.
Eso es lo que ocurre cuando Oscar nos va haciendo partícipes de la historia, anécdotas, personajes, vivencias y demás sucesos que han ocurrido en relación con este castillo, uno de los más grandes que hayamos visto nunca en ninguna parte.
Lo que solo son piedras alineadas y apiladas se transforman en historias que captan toda nuestra atención, ocurriendo el milagro que tanto turista ansía de conmovernos y emocionarnos al tiempo que visitamos el monumento.
Por la parte que hemos accedido al castillo el terreno es bastante suave pero por el otro lado vemos que la fortaleza se erige sobre un escarpe de unos 100 metros de profundidad que se ha ocupado de construir el río Tormón a lo largo de los siglos haciendo que por esta parte el castillo sea prácticamente inexpugnable.
En una de las explicaciones de Oscar cuando nos indica las diferentes poblaciones que desde el castillo se pueden divisar nos informa que en las inmediaciones de la localidad de Pueblo de Montalbán existen unas curiosas formaciones naturales conocidas como las Barrancas de Burujón. Algunos de los componentes del grupo nos dicen que las han visitado y no podemos dejar de verlas. Otra vez más improvisar es acertar, parece que ésta va a ser la tónica de esta escapada.
Además y por si esto no fuera suficiente nos informan que prácticamente aquí al lado existe una Iglesia visigoda en muy buen estado y que es imprescindible visitar. Se trata de la Iglesia de Santa María de Melque. Ante esto no tenemos más remedio que pernoctar esta noche en la Puebla de Montalbán y mañana visitar estos dos destinos que no teníamos previstos.
Volviendo al castillo de Montalbán y siempre atentos a las explicaciones de nuestro guía seguimos visitando y aprendiendo las historias que guarda desde que en tiempos de la reconquista fuera construido probablemente por los templarios que según parece tuvieron un papel predominante por estas tierras en aquellas remotas épocas.
Parece ser que el mismo ha tenido un papel importante en la historia de España llegando a influir en la elección de reyes al ser un lugar donde se refugiaron y pelearon alguna vez.
Con los últimos rayos de sol del día ponemos punto final a esta entretenida y aconsejable visita guiada que hace que este conjunto tenga sentido y no quede en un simple recuerdo por las fotos y el paseo de rigor. Por tanto gracias a Oscar por la visita y por su amor por este castillo y por si sirve de algo a quien lea esta entrada, si se acerca por la zona no dude en llamarlo para que le acompañe a visitar el castillo de Montalbán.
Para saber más: Castillo de Montalbán
Con la noche cerrada llegamos a la Puebla de Montalbán y buscamos un lugar para pernoctar. He de decir que es uno de los lugares donde más nos ha costado encontrar un lugar adecuado para pernoctar. Tres veces hemos tenido que cambiar de lugar por no adecuarse a lo que andábamos buscando por una cosa u otra. Al final nos hemos decidido por una tranquila y llana calle de casas bajas donde es verdad que hemos pernoctado tranquilamente, GPS: 39.858056, -4.360278, gratuito y sin servicios.
Pernocta la Puebla
Damos una vuelta por el pueblo antes de cenar. No hay mucho ambiente por las calles ni incluso al llegar a la Plaza Mayor que encontramos algo sosa y con una pobre iluminación. Además la presencia de tanto coche no le hace ningún favor como curre en muchas de las plazas de este país.
Potencial tiene y mucho pero creemos que está mal aprovechado pues los pórticos de las casas son bonitos y bien aprovechados harían de esta plaza un lugar precioso.
La Puebla de Montalbán es la villa natal de Fernando de Rojas autor de la célebre obra de La Celestina donde también se puede visitar el Museo dedicado a tan insigne escritor, la tragicomedia protagonizada por Calisto y Melibea del siglo XV.
Palacio Condes de Montalbán
En la misma Plaza Mayor se ubica el Palacio de los Condes de Montalbán con una coqueta y bella portada que demuestra la importancia de dicha construcción.
Igualmente en uno de los extremos de la Plaza Mayor podemos contemplar unos bonitos arcos denominados de la Manzanilla y Tendezuelas que le otorgan a este rincón de la Plaza de una belleza singular.
Por la Calle Tendezuelas llegamos al monumento que La Puebla ha erigido a su ilustre hijo Fernando de Rojas en memoria de este autor universal.
En la misma calle se ubica la coqueta Ermita del Cristo de la Caridad con su bello patio porticado. Este conjunto fue edificado en el año 1532 como hospital de caridad y su estado de conservación es realmente bueno.
Iglesia del Monasterio
Seguimos callejeando y nos topamos con el imponente Monasterio de las Monjas Concepcionistas que tenemos la suerte de encontrar abierto. Hay varios operarios trabajando en la iluminación de la Iglesia y creo que este es el motivo por el que a estas horas esté abierto, hemos tenido suerte.
La verdad es que la Iglesia es imponente y el retablo es digno de ser visto más despacio, aunque nos tenemos que conformar con visionarlo el rato que tardan los operarios en terminar su eléctrica faena y las silenciosas monjas en cerrar la Iglesia.
Otro monumento y quizás el más interesante de La Puebla de Montalbán que hay que visitar es la Torre de San Miguel que es el resto de una antigua Iglesia y un cementerio. Pero nosotros solo nos damos cuenta de este monumento cuando ya de retirada y desde la distancia vemos la esbelta torre iluminada, otra vez será.
Antes de irnos a la auto pasamos a uno de los bares de la Plaza Mayor y tomamos unos vinos acompañados de su tapa correspondiente dando así por finalizado este intenso día por tierras toledanas.
Parking Santa María de Melque
Amanece una mañana nublada en la Puebla de Montalbán. Lo primero que pensamos hacer esta mañana es visitar las Barrancas de Bujarón que está a escasos kilómetros del pueblo. Con la esperanza de que en dicho paraje amaine la niebla ponemos rumbo hacia dicha curiosidad geológica. Pero una vez allí y viendo que la niebla no termina de levantar cambiamos los planes y decidimos visitar la Iglesia de Santa María de Melque y darle tiempo a la mañana para que se quite el velo de humo que cubre esta mañana a la comarca.
Tomamos de nuevo la carretera CM-4009 que trajimos ayer y con mucha precaución, ya que la niebla no deja ver más de 20 metros por delante de nosotros, llegamos al camino esta vez asfaltado que sale a nuestra izquierda y que por espacio de unos 2 kilómetros nos transporta a los pies de esta Iglesia visigoda. GPS: 39.750556, -4.373333, gratuito y sin servicios.
Estamos solos en este lugar, somos los primeros de hoy en visitar el templo. Tan solo sale a nuestro encuentro el guarda que se encarga de mantener limpio y abrir este entorno que se compone de un centro de interpretación, una zona donde hay restos arqueológicos y la propia Iglesia.
La visita es gratuita e imaginamos que igualmente se pueden hacer visitas guiadas a la Iglesia aunque al ser primera hora de la mañana no haya todavía grupo para llevar a cabo la misma.
El guarda nos aconseja visitar primero el centro de interpretación donde te introduces en la historia de este monumento, cosa que hacemos. Se ve todo bastante nuevo y la Iglesia igualmente restaurada. Parece ser que la Diputación de Toledo está intentando dar a conocer parte de la riqueza que alberga la provincia con inversiones de este tipo.
La Iglesia de Santa María de Melque parece ser que se originó en los siglos VII y VIII como un conjunto monacal coincidiendo con el final del reino visigodo justo antes de la invasión musulmana a la península. Al parecer incluso en tiempo de los musulmanes estos aprovecharon este espacio para la pervivencia de una comunidad mozárabe.
Tras la conquista de Toledo este templo recobraría el espíritu con el que fue concebido siempre sin perder su condición militar como demuestra la presencia de restos arqueológicos que están empezando a aparecer adosados a la Iglesia. Quizás con el paso del tiempo se llegue a descubrir aquí todo el esplendor que tuvo que tener este enclave que giraba entorno a la Iglesia.
Una vez vistos los exteriores o lo que la niebla nos deja ver y ya acompañados de otra pareja de turistas que acaba de llegar pasamos dentro de este imponente templo que ha llegado hasta nuestros días en un estado de conservación bastante bueno.
Una vez dentro de la Iglesia no podemos más que quedarnos estupefactos por la armonía y belleza que transmite este coqueto templo visigótico. Sobrio y austero casi no presenta elementos decorativos, solo unas simples filigranas de estuco. Sí que se puede apreciar en un rincón los restos de unas pinturas que en su día tuvieron que engalanar esta recias paredes y dotarla así de todavía más belleza.
Enormes bloques de granito ensamblados en seco sin ninguna argamasa, por un momento recuerdan a las construcciones típicas romanas que servían para abastecer de aguas a las poblaciones, los acueductos. La Iglesia consta de varias naves y capillas y una sala dotada de unos arcos de herradura bastante pronunciados y de una perfección digna de admirar.
Permanecemos un buen rato en el interior de esta Iglesia absortos con tanta armonía y perfección que lograron los constructores de este monumento. Nos deleitamos con esos arcos, esas cúpulas y en definitiva con ese trabajo tan perfecto que constituye esta Iglesia única.
Maravillados por este inesperado descubrimiento volvemos nuestros pasos de nuevo hacia La Puebla de Montalbán y dirigirnos a las Barrancas de Burujón.
Para saber más: Santa María de Melque
Situación de los 2 parkings
Parking 1
Pegado a la carretera CM-4000 está el parking en el que nosotros dejamos estacionada la auto y que en un futuro próximo contará con una especie de centro de interpretación que se está construyendo y será el punto de partida a este curioso enclave. GPS: 39 52 31 N 4 18 04 W, gratuito y sin servicios.
Desde este parking hay que tomar andando un camino que en un par de kilómetros te deja en las Barrancas. Luego vemos que en las mismas Barrancas existe otro parking para el que no quiera hacer el paseo andando. Lo único que debe hacer es seguir un camino de tierra desde el parking primero y en unos 3 kilómetros se llega al mismo. Además aquí hay mesas de picnic. GPS: 39.862790, -4.295673
La niebla no termina de subir y es una pena porque con un día de sol este fenómeno geológico resultaría mucho más bonito de ver. Pero ya que estamos aquí no podemos dejar de visitarlo aunque no lo podamos disfrutar al cien por cien.
Las Barrancas o Cárcavas de Burujón no son nada más ni nada menos que una zona que puede ser de un kilómetro aproximadamente de cortados de tierra arcillosa que el río Tajo, la lluvia y el viento han ido esculpiendo a lo largo de los milenios dándole a este tierras una belleza asombrosa y que uno no se espera encontrar aquí en la provincia de Toledo.
Más bien pareciera que estemos en zonas más conocidas y más fotografiadas como el cañón del Colorado por ejemplo. Todo este entorno todavía es más espectacular por la presencia de las tranquilas aguas del embalse de Castrejón. Nosotros esta mañana solo podemos intuir parte de este bello y misterioso paisaje ya que la niebla se empeña en no retirar el vaporoso manto que cubre las Barrancas.
Seguimos una senda que recorre los precipicios y parece que por momentos pueda despejarse y ofrecernos este espectáculo de la naturaleza. Según podemos leer una hora aconsejable para visitar este entorno es a últimas horas de la tarde cuando los rayos solares le dan un tono dorado a las arcillosas tierras.
Vemos un sendero que baja hacia las aguas del Tajo y desde donde se tiene que tener otra perspectiva diferente de las Barrancas por lo que si se lleva tiempo podría ser un acierto bajar y hacer una ruta más completa.
Nosotros por el contrario entablamos conversación con un vecino de la zona que ha venido atraído precisamente por la niebla ya que dice que a veces la misma se posa sobre las aguas del embalse dándole un toque todavía más bonito a las Barrancas. Pero hoy no hay suerte ya que la niebla no hace más que engorrinar las vistas.
Nos recomienda un restaurante en La Puebla de Montalbán para comer y como estos consejos son para seguirlos de pies juntillas le hacemos caso y partimos hacía el lugar de las viandas sin que la puñetera niebla se haya terminado de evaporar.
Ya que no hemos podido tomar una fotografía en condiciones de este bello lugar os dejamos una fotografía cuando las condiciones meteorológicas acompañan para hacerse una idea de lo bonito que es este enclave toledano.
Parking para comer
Bar Legazpi
El bar recomendado se llama Legazpi y está en la carretera que atraviesa el pueblo que se llama Avenida de Madrid frente a la báscula que es donde aparcamos para comer, GPS: 39.870833, -4.359167, gratuito y sin servicios.
La recomendación que nos había dado el vecino era que pidiéramos paella de arroz con liebre, pero es de encargo y no puede ser. A cambio pedimos unos menús que salen a 8 euros. Mati se pide Cocido con su sopa y su carne y yo un potaje y de segundo venado o corzo no recuerdo muy bien.
Solo podemos decir que la comida es deliciosa, muy casera, las raciones son bastante generosas y quedamos encantados con el trato, la calidad así como por el precio. Si volviera a pasar por La Puebla repetiríamos seguro.
Puebla de Montalbán-Viso del Marqués
Tras descansar un rato y hacer la digestión ponemos rumbo hacia otro lugar que ya no está en tierras toledanas pues pertenece a la provincia de Ciudad Real y que hace tiempo que queríamos visitar: Viso del Marqués y más concretamente su Museo de la Marina.
Parada en Consuegra
Circulamos por autovía y a lo lejos vemos como se va agrandando la silueta del castillo de Consuegra por lo que decido hacer una breve parada. Aunque ya habíamos estado aquí otra vez en una kedada que organizó la Asociación autocaravanista a la que pertenecemos me apetece volver a disfrutar de la bella estampa de este castillo y los molinos de Consuegra.
Subimos hasta los mismos pies del castillo cosa que no haría si fueran horas de más visitas a todo este cerro que alberga el castillo y los molinos. GPS: 39.452500, -3.607500, gratuito y sin servicios. Si se va en horas de mayor presencia de turistas mejor estacionar al inicio de la rampa de subida ya que hay un parking amplio.
El día se va apagando poco a poco reflejándose los últimos rayos solares en la blancura de la cal de los molinos ofreciendo unos tonos preciosos con el robusto castillo al fondo.
Para mi es un momento mágico cuando tranquilamente contemplo la preciosa puesta de sol, los tonos azul oscuro que va tiñendo el cielo y la bella silueta de los molinos de viento que situados en esta privilegiada ubicación miran impertérritos a ambos lados de las faldas del cerro aunque con sus brazos inmóbiles con la imposible añoranza para lo que fueron construidos.
Me sorprende en número de turistas japoneses que hay visitando los molinos y que cámara en mano no dejan de hacerse fotografías inmortalizando tan especial momento. Enseguida les veo partir subiendo en varios autobuses cargados con un nuevo recuerdo en sus mochilas.
Cuando pasamos por el pueblo de Puerto Lápice nos decidimos a visitar este lugar. Hay un área de autocaravanas y puede ser una buena idea pernoctar en el área y visitar el pueblo. Buscamos el área que nos cuesta encontrarla ya que el navegador se empeña en cruzar por un lugar imposible. Cuando conseguimos llegar al área vemos que la misma está a las afueras del pueblo y en un lugar que más bien parece un corral además en pendiente.
Al no terminar de convencernos el área salimos de la misma y estacionamos en la calle principal. Vemos la curiosa plaza porticada y de madera del pueblo. Una vuelta hasta la Ermita de San Isidro, un paseo por otra calle de atrás intentando encontrarle el encanto a Puerto Lápice pero no se lo encontramos o no sabemos buscarlo.
Pensamos que quizás sería mejor opción llegar esta noche hasta Viso del Marqués y ya pernoctar allí. Dicho y hecho, arrancamos de nuevo y salimos hacia allí.
Pernocta
Llegamos a Viso del Marqués y buscamos un lugar tranquilo para pernoctar. Al final encontramos un buen lugar en la Plaza Quijote, GPS: 38.523056, -3.559722, gratuito y sin servicios.
Antes de cenar nos acercamos a la Plaza Pradillo donde se ubica el Museo de la Marina para ver con lo que nos enfrentaremos mañana. Vuelta a la auto a cenar, un rato de tele y a dormir tranquilamente.
Amanece un día radiante y tras el desayuno nos ponemos en ruta dirigiéndonos hacia el Museo. Nos dicen que las visitas empiezan sobre las 10:30 por lo que aprovechamos para dar una vuelta por el pueblo.
Se ve un pueblo con ambiente aunque no podemos destacar en concreto nada especial que no se a la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y el edificio del Museo que veremos a continuación. Vemos un museo de ciencias naturales en la Calle Real la principal del pueblo y que podría estar bien pero a estas horas está cerrado todavía.
A la hora convenida volvemos al Museo de la Marina y archivo Don Álvaro de Bazán pagamos 3 euros por cabeza y esperamos un momento a que de comienzo la visita guiada por el interior de este bello Palacio de estilo italiano.
Al final se forma un pequeño grupo de unas 10 personas y el guía encargado de hacer la visita procede al inicio de la misma. Este Palacio de estilo renacentista pertenece a la familia de los Marqueses de Santa Cruz y fue mandado construir por Don Alvaro de Bazán en el año 1562.
Contiene una cantidad ingente de pinturas en las que se detallan todas las batallas que Don Alvaro de Bazán libró en toda su carrera militar no llegando a perder ninguna de estas batallas por lo que se le considera uno de los marineros más sobresalientes de toda la historia naval de España.
El edificio está plagado de frescos que aparte de las batallas están representadas escenas de la mitología clásica, pinturas narrativas épicas, de historia romana, de linajes, escenas de caza, religiosas etc, realizadas por varios pintores de la época sobre todo italianos.
Además de los frescos que se pueden admirar el Museo también contiene una serie de piezas muy interesantes como armas, instrumental marino, fanales capturados en las batallas navales, que eran los faroles que llevaban en la popa los barcos, un par de galeones a escala de un considerable tamaño, cuadros, diverso mobiliario, etc.
Se puede visitar la planta baja donde básicamente se ven las pinturas de las diferentes batallas navales de este insigne marino, el jardín donde hay una escultura funeraria y algunas escenas construidas con azulejos y la parte superior la más interesante. Además en los bajos hay una gran cantidad de documentación solo disponible para ser consultada por expertos y estudiosos del tema.
Este edificio ha sido donado por los herederos de la familia al Estado español siendo la Armada la institución que se ha encargado de la restauración, custodia, gestión y demás cuestiones para que este bello y sorprendente patrimonio puede ser visitado.
Dicho edificio ha pasado por sucesivas vicisitudes y milagrosamente ha llegado a nuestros días pues varias veces ha estado a punto de ser destruido, desde la Guerra de Sucesión Española pasando por los daños que ocasionó el terremoto de Lisboa, los destrozos el ejército francés en la Guerra de la Independencia hasta la Guerra Civil donde sirvió de granero, establo, colegio, cárcel, etc. De hecho se notan en las pinturas de la zona baja los daños causados durante todo este tiempo, pero afortunadamente la mayoría de las pinturas han llegado hasta nuestros días.
Los frescos tienen una calidad espectacular, nuestro guía nos va llevando de sala en sala mientras nosotros abstraídos por tanta belleza no podemos dejar de admirar tan inigualable trabajo. La pena es la rapidez con la que vamos visitando estancia tras estancia que no le da a uno mucho tiempo a fijarse en los detalles. El nivel de realismo alcanzado por algunos frescos es difícil de imaginar que se puedan dar en un lugar así.
La persona que realiza la visita guiada denota una falta de interés y ganas que desmerece la belleza y la importancia de lo que se expone en este Palacio. Las posibilidades que ofrece este Museo son fabulosas, pero la forma como están dirigidas las visitas dista mucho que desear por lo que uno sale con la sensación de que no se termina de exprimir todo el potencial que tiene este precioso lugar.
La sala más bonita de todo el Palacio, la sala de honor, expone dos galeones a escala y lo que debió de ser el lugar más bonito porque en el techo estaba pintada la batalla de Lepanto, en la que participó Don Alvaro de Bazán, resulta que está en blanco ya que el terremoto de Lisboa hundió todo el techo así como cuatro torres de las esquinas.
Y llegados a este punto uno se pregunta a la fuerza el motivo por el que a Don Alvaro de Bazán le vino a bien construir en este lugar de la Mancha y tan alejado del mar este Palacio. Según cuentan los vecinos la causa que se atribuye esta razón es que Don Alvaro lo hizo porque pudo y porque quiso.
Más lógica parece la explicación que Viso del Marqués estaba a medio camino entre la Corte de Madrid y los puertos del sur donde estaba amarrada la flota y donde el marino tenía que desplazarse de forma habitual. El hecho de que la carretera que conecta la Meseta con el Sur pase a muy pocos kilómetros de aquí también debió de influir en la decisión.
Podemos contemplar igualmente el farol del barco que capitaneaba el marino así como la pequeña y preciosa capilla donde en una urna funeraria reposan los restos mortales de Don Alvaro de Bazán y su esposa Doña María de Figueroa.
Don Alvaro de Bazán, una de las muchas grandes personalidades que ha dado este país y que tan ingratamente se ha sido con ellos y con su memoria. Otra de la figuras de la misma talla fue Blas de Lezo, otro auténtico desconocido. Un marino que contó por victorias todas las batallas navales en las que participó y que tan poco reconocimiento llegaría a tener cuando el Rey Felipe II dejó de contar con él para la invasión de Inglaterra por la Armada Invencible. Así nos fue.
Don Alvaro de Bazán
Para saber más:
Terminada la visita toca volver hacia casa aunque antes de ello y para terminar esta escapada vamos a visitar otro pueblo ciudarrealeño, en esta ocasión toca Villanueva de los Infantes.
Ubicación del Parking
A la hora de comer llegamos a este interesante pueblo al que vamos a dedicar un par de horas. Estacionamos a la entrada GPS: 38.736111, -3.018056, gratuito y sin servicios.
Terminamos de comer y tras un rato de descanso nos ponemos de nuevo en marcha encaminando nuestros pasos hacia la Plaza Mayor, el epicentro sobre el que orbita esta población manchega.
Conforme vamos acercándonos vamos notando la importancia de esta localidad cuando a nuestro encuentro salen diferentes portadas a cada cual más bonita. Esta será la tónica de todo el pueblo.
Plaza porticada
Cuando llegamos a la Plaza Mayor encontramos un lugar acogedor y de una belleza sin igual con parte de la Plaza porticada y la imponente silueta de la Iglesia de San Andrés Apóstol que desgraciadamente está cerrada por unas obras de restauración.
En vista de no poder visitar la Iglesia nos desplazamos a un lateral de la Plaza donde se ubica la alhóndiga que en la actualidad sirve de lugar de exposición y donde ahora hay una serie de fotografías de la localidad.
Alhóndiga
Seguidamente nos acercamos a la oficina de turismo situada en la Calle Cervantes para hacernos con un plano ya que estamos comprobando la cantidad de monumentos que jalonan esta sorprendente población. Además en dicho edificio también hay una exposición de cuadros que visitamos y donde pasamos otro rato.
Plano en mano vamos recorriendo las callejuelas de Villanueva de los Infantes dejándonos sorprender por Caserones, Palacetes, algún que otro bello patio y sobretodo las imponentes portadas que compiten entre ellas por determinar cual es la más bonita.
Cuesta creer que tanta cantidad de monumentalidad puede darse en un pueblo manchego, nosotros nos quedamos sorprendidos y gratamente maravillados pues no lo esperábamos en absoluto volviendo a recordar una vez más la tónica que nos ha acompañado durante esta escapada, improvisar a veces es acertar.
Toda esta demostración de arquitectura nos lleva a pensar que en esta población en su día tuvo que haber asentadas varias familias con un cierto grado de poder y riqueza que contribuyó a que Villanueva se dotara de estos Palacios que podemos ver todavía.
La pena es que la mayoría de los mismos están cerrados hoy, desconocemos si es porque es fiesta o porque no se pueden visitar, pero sería interesante poder visitarlos. En el folleto que nos han facilitado en turismo sí que pone que algunos son visitables pero son las tres de la tarde y casi todos están cerrados.
Otro motivo, por si no fueran pocos, para visitar Villanueva de los Infantes es visitar el lugar donde murió el escritor del Siglo de Oro Don Francisco de Quevedo en 1645.
Cuando llegamos a la hacer la visita gratuita, están a punto de cerrar el convento dominico donde está la habitación que ocupó el insigne escritor los últimos días de su vida. El encargado dice que podemos pasar aunque hagamos la visita corta y no nos entretengamos.
El lugar es austero y simplemente consta de una pequeña habitación decorada con el mobiliario de la época en que vivió el escritor, así como una placa que atestigua el hecho luctuoso que tuvo aquí en el año 1645 con la muerte de este ilustre personaje de las letras españolas.
Seguimos nuestro peregrinaje por las calles del pueblo visitando fachadas y portadas de los diferentes palacetes con los que cuenta Villanueva de los Infantes, pero viendo que todos ellos están cerrados y ya en lo que queda de tarde no los van a abrir ponemos punto final a la visita de este interesante pueblo que sin duda se merece una visita más pausada y sosegada pues encierra verdaderos tesoros arquitectónicos.
Con esta última visita ponemos fin a otra escapada esta vez por tierras manchegas que tanto nos ha gustado y sorprendido demostrando que este país cuenta con lugares y rincones preciosos, algunos de ellos desconocidos por gran parte de gente.
Vídeo de las 2 entradas
2 comentarios:
Enhorabuena hay mucho trabajo echo en su Block yo e intentado hacerme algo también soy viajero en ac, pero lamentablemente no me expreso tan bien como usted, hoy me a picado otra vez el gusanillo al ver su Block, el poder guardar mis recuerdos en forma de block es buena idea creo que lo hare pero mas tipo fotoblock, mi mas sincera enhorabuena
Gracias, sí es cierto que hacer un blog lleva su trabajo. Pero cuando uno hace lo que le gusta las dificultades son menos, además si con ello se consigue guardar los recuerdos y ayudar a más gente pues ya la satisfacción es completa.
Saludos y gracias por leernos.
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