En esta segunda parte del viaje llegaremos a lugares muy especiales: Autoire, la pequeña Versalles, la bella Carennac, Martel, Perigueux, la villa medieval de Cahors, uno de los pueblos más preciosos de Francia, Saint Cirq Lapopie, etc. y un lugar que teníamos pendiente, los imponentes Pirineos.
Salimos de la estupenda área de Cardaillac iniciando así la segunda parte de nuestro viaje.
Transitamos por carreteras que transcurren por lugares muy bonitos con una vegetación exuberante y radiante y llegamos a la cascada de Autoire GPS: 44.843906, 1.811078 (Actualmente no se puede estacionar aquí, 2020). El parking ahora está aquí: 44.851637, 1.819207, aunque hay límite de altura.
Antiguo parking
Circo de Autoire.
Dejamos estacionada la auto y cogemos el caminito que lleva a lo alto de la montaña desde donde es obtienen unas vistas espectaculares de toda esta zona. El circuito es circular y nosotros hemos tomado la parte más abrupta y que es más difícil, pero aún así merece la pena.
Cascada de Autoire y parking al fondo.
En poco tiempo llegamos a lo alto de la montaña desde el que se aprecia el circo de Autoire y la población de Autoire al fondo. Todo el entorno posee una asombrosa vegetación entre escarpados cerros y acantilados.
Panorámica de la cascada y circo de Autoire.
Muy cerca de aquí se encuentra la famosa Cueva de Padirac, muy aconsejable de ver por cierto, aunque nosotros ya la conocemos, pero sí que es aconsejable visitar una vez que se llega hasta aquí.
Cascada de Autoire.
Desde el parking también sale una senda que lleva directamente a la caída de la cascada y si seguimos dicho camino llegaremos hasta el fondo del valle siguiendo el curso de las aguas.
En resumen, hacemos una bonita ruta senderista que siempre viene bien para desentumedecer los músculos, todo ello endulzado con las bonitas vistas que se pueden disfrutar desde aquí.
Parking Autoire.
En un momento llegamos a Autoire y estacionamos a la entrada del pueblo, GPS: 44.853089, 1.820181 gratuito y sin servicios.
Parking Autoire.
Autoire pertenece a la región de Mediodía Pirineo y al departamento del Lot, y está considerada como la pequeña Versalles. debido al rico patrimonio medieval que posee.
Iglesia de Autoire.
Cuesta entender que un pueblecito con poco más de 300 habitantes haya mantenido intacto su rico patrimonio, además es uno de estos lugares en el que uno no se siente intimidado por la presión y el influjo turístico, más bien al contrario, nos sorprendemos que un lugar tan bonito, esté tan poco frecuentado y pasear por sus callecitas y rincones sea algo maravilloso.
Autoire.
Autoire cuenta con un abultado número de torrecillas, tejados de color afrutado y fachadas de color rubio, lo que da una explicación a que antiguamente un fue un lugar vacacional privilegiado de los nobles de Saint Céré.
Autoire.
Autoire ha sabido conservar su carácter y ello se nota al pasear por sus calles donde podemos apreciar y disfrutar de esas casas de entramado de madera con sus tejados voladizos, la fuente de la plaza adornada con delfines de bronce.
Autoire.
Cuesta pensar que este lugar fue asediado por los ingleses en la Guerra de los Cien años y que incluso llegó a ser una guarida de bandidos. Así lo atestiguan los restos del castillo de los ingleses que se alza en el circo de Autoire.
Autoire.
Actualmente estos vagos recuerdos han sido ya olvidados y Autoire vive tranquila, rodeada de un paraje natural excepcional y orgullosa de conservar tan bonito y rico patrimonio, donde parece que el tiempo se haya detenido y no importen las prisas, ni agobios.
Autoire.
Aquí lo verdaderamente emocionante es abrir los ojos y los sentidos y tranquilamente dejarse capturar por la belleza de este lugar, por la absoluta armonía por el pasado de sus piedras, la tonalidad de las bonitas casas y por la grandiosidad del entorno que envuelve a Autoire.
Extasiados de tanta belleza decimos a Autoire, hasta siempre, con la certeza que volveremos algún día a visitarte.
Situación del parking de Loubressac.
Muy cerquita nos queda nuestro siguiente destino: Loubressac.
Estacionamos en su estupendo parking gratuito y sin servicios, GPS: 44.871093, 1.803306
Parking Loubressac.
Loubressac es otro pueblecito del departamento del Lot inscrito en la categoría de los pueblos más bonitos de Francia y es uno de estos lugares que no debe uno perderse si te gusta el turismo de pueblecitos pequeños y encantadores.
Loubressac.
Actualmente este lugar cuenta con poco más de 400 habitantes y Loubressac puede considerarse otra joya del Lot. Encaramado en lo alto de un cerro, disfruta de una posición inmejorable pues desde aquí se divisa una vasta extensión de toda esta comarca, destacando al fondo la imponente silueta del castillo de Castelnau. Deberíamos haber visitado este castillo pues se le ve interesante GPS: 44.898599, 1.823319
Château de Castelnau desde Loubressac.
Empezamos nuestro recorrido tras atravesar las murallas fortificadas que dan acceso al burgo.
Loubressac.
Este lugar es otro de esos lugares en el que hay que quitarse el reloj y las prisas. Hay que saborearlo paso a paso y de vez en cuando detenerse para no perderse ningún detalle, mirando atrás y a todos los lados pues cuanto más se mira más se descubren bellos rincones.
Loubressac.
Torrecitas, escaleras de piedra, tejados de cuento, casitas de entramado de madera, tonos ocres, ventanas de madera, y vegetación que se incrusta a la perfección y con una armonía excepcional entre las construcciones.
Que maravilloso es este lugar. Por momentos no hay palabras para describirlo.
Iglesia de San Juan Bautista Loubressac.
Penetramos en la pequeña y coqueta Iglesia del pueblo y nos llevamos una grata sorpresa. La decoración de las paredes y cúpula de la misma es muy bonita. Nos sentamos un momento en un banco y admiramos esta obra y sobre todo el cielo estrellado de su cúpula.
Loubressac.
Lo que podemos encontrar en Loubressac no es una serie de monumentos y obras que nos quiten el hipo, no, aquí encontramos un maravilloso conjunto de casas medievales construidas con piedra de color ocre coronadas con tejados puntiagudos.
Loubressac.
Todo ello descubierto sin prisa, pausadamente, tranquilamente, sin apenas gente por las calles, sin el ruido molesto de los coches, sin voces ensordecedoras. No, aquí solo hay armonía y belleza. En cada esquina que doblamos descubrimos un rincón si cabe más bonito que el anterior.
Loubressac.
Pierdo el contacto con Mati, llevo mi propia velocidad. Este es un lugar de esos en que me ralentizo, mis sentidos se abren y quiero absorberlo todo. A cada paso me detengo, me sorprendo y la belleza de Loubressac me cautiva y me desarma.
Loubressac
No hay temor a perderse, es más, es aconsejable intentarlo, por lo que me demoro y me retraso, con quiero terminar de ver el pueblo, quiero seguir disfrutando de esto, de esta magia y de estos sentimientos que voy grabando en mis retinas lo que mis atolondrados ojos van captando.
Como una poderosa e invisible sustancia que Loubressac es capaz de emitir, que nos cautiva y nos emociona, pierdo la noción del tiempo y no se ni que hora es ni donde hay que ir, tan solo seguimos paseando y disfrutando de este bello lugar.
Loubressac.
Nos cuesta despedirnos de Loubressac, de sus bellos edificios medievales hechos de piedras color miel, de puntiagudos tejados de teja rojiza y gris, así como de sus motivos florales que tan bien se conjuntan con todo este lugar. Tan solo aconsejar que quien pase por aquí no se lo pierda, sería imperdonable.
Parking de Bretenoux.
Seguimos nuestro camino y vamos hacia el siguiente destino de nuestra ruta: Beaulieu sur Dordogne. Pasamos antes por Bretenoux y cuando llegamos a la altura de la plaza miro desde la auto y me parece interesante, aunque ya había visto fotos y no había encontrado demasiado interesante esta población. Es hora de comer y decidimos parar a comer aquí, GPS: 44.916969, 1.838253, solo parking gratuito y sin servicios.
Parking Bretenoux.
El lugar es privilegiado para parar a comer. Situado a orillas del río Dordogne en una zona ajardinada, dispone de mesas y zona de césped Además vemos que el puente que hay al lado fue un lugar con importancia en la Segunda Guerra Mundial, ya que en él se libró una batalla entre los aliados y las fuerzas alemanas.
El Dordogne a su paso por Bretenoux.
Pero antes de comer hacemos la visita a la plaza del pueblo que es lo más destacable del mismo y así hacemos ganas de comer.
El entorno es precioso y las aguas del río Dordogna separan en dos partes el pueblo. En esta parte se encuentra el camping que goza de un sitio privilegiado como casi siempre en Francia.
Plaza de Bretenoux.
Aunque este lugar carece del encanto de Autoire y de Loubressac, si que hay un encanto especial en la plaza donde se conservan unas casitas medievales de entramado de madera alzadas sobre soportales de piedra que le confieren un encanto especial.
Soportales de la Plaza de Bretenoux.
Tras admirar la plaza de Bretenoux, damos un paseo que nos deja a orillas del Dordogna. Cruzamos en pequeño puente peatonal y pasamos por la puerta del camping donde hay estacionadas varias autos, no se si contará con área para autos, probablemente así sea, pero nosotros no necesitamos de momento reponer agua y no indagamos, pero está muy bien situado.
Comemos tranquilamente baja la sombre de los árboles y reponemos fuerzas para seguir esta tarde con la ruta que llevamos diseñada.
Llegamos a este pueblo situado a orillas del Dordogne y estacionamos en el parking que hay frente al Ayuntamiento, GPS: 44.977964, 1.840861, sin servicios y gratuito.
Beaulieu ya pertenece a la región de Lemosin y al departamento de Corrèze y cuenta en la actualidad con unos 1300 habitantes, siendo lo más interesante de ver la Abadía de San Pedro.
Beaulieu sur Dordogne.
Desde el parking del ayuntamiento cogemos la Rue Sainte Catherine que es donde comienza el casco histórico del pueblo y enseguida llegamos a la place du Marché, lugar donde se alza imponente la Abadía de San Pedro.
Esta Abadía del Siglo XII, actualmente restaurada da fe de la importancia que tuvo la misma desde tiempo inmemoriales, siendo uno de los puntos del camino de Santiago donde paraban los peregrinos a descansar y orar.
Plaza du Marchè, Beaulieu.
Pero sin duda, donde más quedaban impactados los peregrinos era cuando contemplaban el extraordinario tímpano situado en la entrada de la Abadía.
En la plaza donde está situada la Abadía, la Place du Marché, se pueden admirar una buena muestra de casas medievales de entramado de madera, con bellos soportales de piedra.
Beaulieu sur Dordogne.
Tras un paseo, por fin hemos llegado a las aguas del río Dordoña y la panorámica que se abre ante nosotros es espectacular junto a la animación que pone el mercado, ayudan a que sea una delicia pasear por la orilla del río.
Las aguas del Dordoña transcurren mansas y tranquilas, la silueta de la capilla de los Penitentes del Siglo XII y las casas de entramado de madera que se alinean perfectamente junto a las orillas del río, le confieren a este lugar un encanto especial.
Cruzamos el río por un puente peatonal y desde la otra orilla se pueden contemplar unas vistas fantásticas de todo este conjunto tan lleno de armonía y belleza.
Comprobamos que en esta orilla hay un buen complejo turístico con bungalows y casitas de veraneo, concretamente se trata del camping les Îles, lugar idílico para pegarse unas vacaciones tranquilamente en este lugar.
Nos sentamos un buen rato en un banco frente al río. Delante de nosotros se alza el pueblo con sus casitas que se asoman a las orillas del Dordoña y éste entre nosotros y el pueblo con sus azules y tranquilas aguas discurre lentamente y con tranquilidad, la misma que tenemos nosotros en este momento contemplando tan bello paisaje.
Esta zona del sur francés es muy bonita, en los vídeos de arriba se puede hacer uno la idea de los lugares más bellos y representativos de esta zona del país.
Ponemos rumbo al lugar que hemos seleccionado para pernoctar hoy: Carennac.
Parking en Carennac.
Llegamos al pueblo y nos vamos hacia el área que resulta ser solamente un parking gratuito y sin servicios, situado un poco retirado del pueblo, GPS: 44.916214, 1.735894. Luego vemos que hay otro parking más cercano al pueblo y más amplio GPS: 44.91669, 1.73015. de reciente construcción, aunque hay solo un furgón que no nos inspira mucha confianza y decidimos seguir hasta el siguiente pueblo para pernoctar.
Carennac está situado junto al río Dordoña y ya pertenece de nuevo al Lot, región de Midi Pirineos. Cuenta con menos de 400 habitantes y está integrado en la asociación de los pueblos más bonitos de Francia.
Entrada de la Abadía de San Pedro Carennac.
Tampoco encontramos aquí turistas que nos agobien, por lo que emprendemos nuestro paseo por este bonito y coqueto pueblecito.
Una de las cosas que más nos llaman la atención es la curiosa construcción de las casas a base de piedras blancas o amarillas.
Las coquetas casitas rematadas por sus tejados puntiagudos, así como los detalles de las ventanas le confieren a Carennac un toque de distinción muy bonito y peculiar.
Carennac.
Mires por donde mires encuentras un tejadito de cuento o esa torrecita tan característica, ese balcón de madera que desafía la ley de la gravedad y asombrosamente es capaz de sostenerse, todo ello engalanado por verdes y floridos jardines y macetas con flores de vivos colores.
Es ya un poco tarde, si entendemos por tarde las siete de la tarde, por lo que no hay mucha gente por las calles de Carennac y hay calles en que no vemos a nadie lo que le da un toque más misterioso y romántico a esta preciosa población donde a cada paso descubres algún detalle encantador.
Rincones y esquinas de verdadero ensueño, como sacados de un cuento de los hermanos Grimm, tranquilidad, paz, armonía y una belleza muy difícil de superar, eso es lo que podemos encontrar cuando vamos a Carennac, uno de esos lugares para saborearlo tranquila y pausadamente y cuando acabas de verlo te marchas con una sensación de haber visitado uno de los pueblos más bonitos de Francia.
Nos sentamos frente a la imponente fachada de la Abadía de San Pedro con las aguas del río Dordoña a nuestras espaldas y cunado hemos llegado a un punto en que no podemos digerir más tanta armonía y belleza, nos marchamos de este idílico lugar que no le deja a uno indiferente.
Vídeo de Carennac.
Como no nos termina de convencer el lugar de pernocta ponemos rumbo al lugar que deberíamos ver mañana, Martel.
Una vez que llegamos al pueblo, intentamos estacionar en la zona de parking que hay al lado del área de acs, pero no tenemos sitio y nos marchamos a buscar otro lugar. Pasamos por la Avenida del General De Gaulle que también está llena de autos y continuamos hasta que encontramos otro parking con 4 o 5 autos a las afueras del pueblo.
Las coordenadas del área son estas GPS: 44 56 05.65 N 1 36 23.57 E, es una zona para cargar y descargar de forma gratuita y al lado hay varias zonas con aparcamiento. Hemos visto también bastantes autos estacionadas en la Avenida del General de Gaulle.
Las otras están más cerca pero la una está llena y la otra está en pendiente por lo que decidimos quedarnos a pernoctar aquí. GPS: 44.939950, 1.608210, solo parking, sin servicios y gratuito, situado en la carretera D-23 a la salida del pueblo y muy cerca del camping municipal.
El pueblo debe ser muy interesante pues hay gran número de autocaravanas estacionadas, aunque en los otros pueblos que hemos estado hoy no había apenas autos y la verdad es que son preciosos.
Hoy afrontamos un nuevo día. Estamos en Martel, un pueblecito de la región Midi Pirineos y del departamento del Lot y que cuenta con unos 1500 habitantes.
Martel.
Martel es conocida como la ciudad de las siete torres y es un pueblo totalmente medieval y muy bien conservado. Se visita en poco tiempo debido a que el casco histórico no es muy grande, pero sí bastante interesante.
La ciudad se desarrolló debido a su privilegiada situación entre París y Toulouse por una ruta en la que circulaba el vino y la sal, además está cerca de Rocamadour, siendo un lugar de descanso de los peregrinos que iban hacia éste lugar.
Palacio Raymondi de Martel.
El Siglo XIII trajo la mayor prosperidad que Martel ha conocido, cuando numerosos comerciantes construyeron sus casas dentro del recinto amurallado de la ciudad. Así la ciudad fue creciendo lo que motivó que se fuera expandiendo fuera del recinto amurallado.
La Halle, Martel.
Nos dirigimos a la oficina de turismo de Martel, situada en el precioso Palacio de Raymondi. Es increíble que las oficinas de turismo de Francia estén situadas generalmente en los lugares más bonitos.
En conjunto, las construcciones con piedra de color claro y los tejados en color pizarra hacen un contraste realmente bonito en Martel.
Al expandirse la ciudad, en la Guerra de los Cien Años, se tuvo que construir un segundo anillo defensivo para proteger las viviendas que estaban fuera del primer anillo defensivo. Al finalizar la Guerra, en el Siglo XV, Martel tuvo otro periodo de prosperidad.
Callejeando nos plantamos en la Iglesia de Saint Maur de estilo gótico construida entre los Siglos XIV y XV, habiendo sido parte de las fortificaciones de la ciudad lo que le confiere un aspecto más defensivo que de culto.
Le echamos un breve vistazo por dentro y nos gusta, pues tiene infinidad de bonitos detalles y las columnas y arcos de la bóveda están bellamente pintados y decorados.
Tras haber visitado la Iglesia ponemos rumbo de nuevo a la auto y en un momento empieza a caer un diluvio. Tenemos que refugiarnos debajo de un balcón hasta que la lluvia escampa.
Da gusto pasear por Martel, pues se trata de un pueblo encantador lleno de imponentes casas con bastantes años a sus espaldas y que están perfectamente rehabilitados.
De vuelta a la auto y ya casi en el parking, vemos que hay un señor ya mayor tirado en un solar y en primer lugar pensamos que está bebido, pero lo pensamos mejor y decidimos ir a ver qué le ocurre. Comprobamos que es una persona con mucha dificultad de movimiento por lo que damos aviso en un restaurante de al lado. Con la ayuda de otra persona conseguimos incorporarlo y sentarlo en una silla, mientras avisan a una ambulancia. Parece ser que es una persona residente en una residencia para la 3ª edad que se ha despistado y vendrán a recogerlo. Nos dan las gracias de forma efusiva y nos marchamos al área para llenar agua.
Situación del área de Turenne.
Llegamos a Turenne, nuestro siguiente destino. Estacionamos directamente en el parking público con borne de pago para llenado y vaciado, GPS: 45.053975, 1.579992.
Área de Turenne.
Lo primero toca comer pues ya va siendo hora. El día está lluvioso y además hace algo de fresco por lo que toca quedarse a comer dentro de la autocaravana. Oriento la parabólica y comemos escuchando las noticias de nuestro país, que por cierto no son nada buenas ya que hay más recortes que nos van a afectar negativamente.
Área de autos de Turenne.
Tras comer y relajarnos un rato, nos ponemos en marcha para visitar este lugar.
Turenne pertenece a la región de Lemosin y al departamento de Correze, es uno de los pueblos más bonitos de Francia y pilla muy cerca de Collonges la Rouge, que lo visitamos hace un par de años y nos gustó mucho, por tanto si visitáis Turenne no dejéis de ver igualmente Collonges.
Decir que el área está completamente integrada en el pueblo de Turenne y que encima del área se encuentra la oficina de información turística, que vemos está a rebosar, parece que éste si es un pueblo visitado, por lo menos gente sí que se ve.
Turenne.
Lo primero que nos llama la atención de Turenne es la situación del pueblo. Enclavado en lo alto de una colina y rematando el conjunto los restos del castillo del que sobresalen las dos torres, la de César y la del Reloj.
Turenne.
La estructura del pueblo es completamente medieval, estrechas y empinadas callejuelas que parecen discurrir sin mucho orden y criterio en las que resulta divertido pasear y descubrir tras cada esquina algún rincón bonito.
Turenne.
Los tonos claros de las piedras que conforman las fachadas de las casas con el color oscuro de los puntiagudos tejados, así como la perfecta unión de plantas y adornos vegetales, le confieren a Turenne un carácter propio y diferente, la verdad es que es muy bonito.
Turenne.
Lentamente vamos ascendiendo por las empinadas callejuelas de Turenne hacia la parte alta de la colina, donde se alza imponente los restos del castillo construido a partir del Siglo XI y del que apenas quedan las dos torres anteriormente citadas y unos jardines entre medias de las dos torres. Es de propiedad privada y se puede visitar por 4,50 euros.
Más información:
Turenne.
Miro las fotos del panfleto que me han dado en la oficina de información y no le veo mucho interés a lo que pueda encontrar en el interior del castillo, por lo que decidimos no pasar dentro y contentarnos con verlo por fuera.
Merece la pena subir hasta la parte alta del pueblo, junto a los muros del castillo pues las vistas de toda la zona son muy bonitas.
Jardines del Chateau de Turenne (foto Earth).
Desde esta altura es como mejor se puede disfrutar de las vistas que nos ofrece Turenne con sus tejaditos encantadores y los techos cónicos en la parte superior de sus torres. De esas casas medievales de piedra que datan muchas de ellas de los Siglos 15 y 16 y del lugar privilegiado de este lugar, rodeado de verde y exuberante vegetación, donde nuestros ojos se pierden en el horizonte.
De todas formas, y hay que decirlo, Turenne no me causa la sensación de otros pueblos que hemos estado visitando estos días. Sí que es bonito, pero lo encuentro más frío y no tan encantador como los otros que hemos visitado. No se, son sensaciones, quizás haya influido el día que está algo plomizo.
Nos marchamos de Turenne, que lo vemos quizás algo más masificado que otros pueblos y nos vamos hacia Terrasson-Lavilledieu.
Parking en Terrasson-Lavilledieu.
Por carreteritas en primer lugar estrechas pero en muy buen estado atravesamos zonas boscosas y casi desiertas, hasta que en las inmediaciones de Bive la Gaillarde, tomamos otra carretera más ancha.
Llegamos a Terrasson y estacionamos en la Place de la Liberation.
Parking en Terrasson-Lavilledieu.
Se trata de una amplia plaza con bastantes plazas de parking gratuitas pero sin servicios, GPS: 45.129436, 1.304119 . Muy bien situado y a escasos metros está la oficina de turismo.
Plano de Terrasson-Lavilledieu.
Las vistas desde el parking son magníficas, en primer lugar el amplio y caudaloso río La Vézére, el Pont Vieux, y más allá alzándose sobre un promontorio la Iglesia de Saint Sour y un conjunto de casitas de piedra clara rematadas por sus tejados oscuros.
Mati se dirige a la Oficina de Turismo en búsqueda de un plano de la ciudad, mientras yo me delito con la bonita perspectiva que se ve desde este lugar. La verdad es que los lugares que tienen río me encantan, los considero muy interesantes ya por este simple hecho y cuando se ven estos pedazo ríos con más motivo.
Pont Vieux sobre el Vèzére, Terrasson.
Donde hemos dejado la autocaravana hay un servicio de paseos en barquito por el Vèzére por 4 euros el viaje, que parece interesante, sobre todo si se viaja con niños, seguro que es una buena experiencia. Nosotros ya estamos algo talluditos y declinamos esa opción, a nosotros nos va más patear las ciudades y pueblos y a ello nos dedicamos.
Jardines y al fondo la Iglesia de Saint Sour, Terrasson.
Cruzamos por el puente nuevo al otro extremo de la ciudad, pues en esta parte que estamos es más comercial, lo interesante realmente está al otro lado del río. Nuestro principal objetivo es subir hasta los Malpas, como lo llaman ellos al cerro natural de acantilados formados por areniscas y arena que se asoman desde siempre al río Vèzére y que es el origen de la ciudad.
Jardines de la Iglesia de Saint Sour.
Antes nos acercamos a los jardines de la Imaginación, que es un espacio natural de las laderas de la rivera del río, donde han realizado trabajos de ornamentación y jardinería, aunque vemos que las horas que son de la tarde y el precio que tiene la entrada de 7,5 euros no lo vamos a poder disfrutar pues queda media hora para el cierre por lo que no pasamos a verlo.
Para saber más:
Por tanto nos encaminamos hacia los acantilados o malpas como llamas los habitantes de Terrasson-Lavilledieu a esa zona que han debido remodelar hace poco tiempo y que le da una belleza un un encanto especial a todo este conjunto compuesto por terrazas donde las vistas son preciosas.
Una vez que se llega a esta parte alta de la ciudad lo que nos encontramos es muy bonito. Por un lado las callejuelas que van serpenteando hacia la Iglesia de Saint Sour. Cuando por fin llegamos a la Place du Conventionnel Bouquier, surgen ante nuestros ojos los preciosos jardines de la Iglesia tan bellamente trabajados.
Las casitas de la Plaza, algunas de entramado de madera, altas y esbeltas, rematadas con sus característicos tejados puntiagudo de pizarra, y al fondo la imponente silueta de la Iglesia románica del Siglo XV de Saint Sour perfectamente restaurada.
Pont Vieux, Terrasson-Lavilledieu.
Un entramado de pasarelas y escaleras hacen que el recorrido por los acantilados sea tarea fácil y una vez aquí, pues solo nos queda sentarnos en un banco y contemplar desde aquí la bonita panorámica de la ciudad de Terrasson-Lavilledieu.
Terrasson-Lavilledieu.
Una vez saciado nuestro instinto de descubrir todo lo que da de si este lugar, cómodamente descendemos de los acantilados y cruzamos el Bèzére por el puente medieval, el Pont Vieux una obra extraordinaria y de una belleza sin parangón. La primera mención de este puente es del año 1.182 y tiene 6 arcos y por el más alto navegan los barquitos que dan los paseos por el Bèzére.
Para saber más:
Uno de los sitios que hay que ver si se viene por aquí es el Valle del Vèzére declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, con lugares tan interesantes como la cueva prehistórica de Lascaux en las inmediaciones de Montignac y continuar por otra comarca preciosa, el Perigord.
Llevaba el siguiente destino en la reserva por si íbamos bien de tiempo pasarnos a conocer esta ciudad y como vamos incluso adelantados sobre la ruta prevista, decidimos ir a pernoctar y conoces Perigueux.
Situación del área de Perigueux.
Ponemos rumbo a esta importante y turística ciudad. Nos vamos directamente al área de autocaravanas de Perigueux, GPS: 45.187806, 0.730747. Situada un tanto retirada del centro histórico, unos 15 minutos andando hasta la Catedral, cobran 5 euros las 24 horas y si quieres llenar tienes un poste de pago para ello, así como la electricidad. Hay infinidad de autocaravanas estacionadas, menudo negocio se han montado aquí.
Plano de del centro Perigueux.
Área de autocaravanas de Perigueux.
En sitio en si no es gran cosa, no me gusta demasiado, pero es lo que hay, que le vamos a hacer, si tienes suerte y no hay otra auto aparcada muy cerca puedes sacar las sillas y relajarte fuera.
Saint Front, Périgueux.
Y como no podemos estarnos quietos, allá que nos vamos a descubrir Pèrigueux antes de que el día acabe, por eso ya llegamos al puente que cruza el río Isle cuando se están encendiendo las primeras farolas y la ciudad se prepara para dormir.
Ante nosotros se alza la impresionante silueta de la Catedral de Saint Front que lo primero que piensa uno al verla es que no podemos estar en Francia, esta construcción no es de por aquí.
Más bien parece una Catedral Bizantina, con esa cúpulas redondeados rematadas con esos pináculos tan bonitos, realmente nos impacta la primera vez que la vemos y conforme se va haciendo de noche y los focos la van iluminando ejerce una atracción invisible hacia nosotros que nos hace estar contemplándolo un buen rato como buscando una explicación a tamaña construcción.
Damos un breve paseo por las callejuela y vamos a parar a la Place Francheville donde hay buen ambiente de terrazas y gente paseando.
Cuando ya las fuerzas se están agotando decidimos volver ala auto para descansar, pues por hoy ya hemos tenido bastante y los días de viaje se van acumulando.
Perigueux.
Amanece un nuevo y radiante día, parece que no va a llover y por delante tenemos toda la mañana para recorrer Perigueux.
Caminamos por la ribera del Isle y cuando vamos llegando al puente, ante nosotros vemos un bonito conjunto de tres casas asomadas a la rivera del río. Una de ellas fue en su día un hotel y debió ser una preciosidad, aunque hoy está deshabitado y amenazando ruina.
Catedral de Saint Front, Perigueux.
De nuevo volvemos a cruzar el puente y nos dirigimos en primer lugar hacia el principal monumento y atracción turística de Perigueux, la Catedral de Saint Front.
Casa en Perigueux.
Aunque antes nos topamos con esta casa tan peculiar y que aunque intentamos descubrir donde tiene la puerta de acceso no pudimos verla, probablemente esté ahí como exponente de la arquitectura de la zona y no esté habitada.
Hoy es día de mercado y la Plaza de la Clautre está a rebosar de puestos de comida sobre todo, con el consiguiente bullicio que esto conlleva.
Iniciamos la visita al interior de esta maravilla acabada hacia el año 1173 que más bien recuerda a las basílicas de los Santos Apóstoles de Constantinopla o a la de San Marcos de Venecia.
Hay que decir que entre 1812 y 1884 se restauró, lo que se puede apreciar claramente. El interior es más sobrio y aunque interesante no llega a la espectacularidad de verla por fuera.
Como más interesante de ver por dentro es una talla de madera del Siglo XVII llamada el Púlpito, un retablo en madera de nogal considerada una obra maestra del arte barroco.
Pero ya digo, la foto ideal está desde la plaza de la Clautre, ahí es donde se aprecia las proporciones de la Catedral.
Una vez visitada la Catedral de Périgueux, nos vamos hacia la oficina de turismo para coger un mapa y hacer el recorrido turístico.
Perigueux tiene un pasado también romano y dispone de los restos de un templo del que únicamente queda la torre Vesone. Cuando estás frente a este imponente monumento te sorprendes de la grandiosidad del mismo. Las fotos no le hacen justicia pues es enorme, que cantidad de ladrillos utilizaron durante su construcción. En su día aquí debió de haber un templo romano magnífico.
Château Barrière, Périgueux.
Seguimos un poco más adelante y en la Rue Turenne nos encontramos los restos del castillo de Barrière, construido en el Siglo XII que ocupa el lugar donde anteriormente había un asentamiento romano, siendo visibles algunos restos.
Justo enfrente está el parque de las arenas que está construido en las ruinas de un antiguo anfiteatro romano.
Volvemos de nuevo hacia el centro y vemos una ciudad bulliciosa y en pleno auge con bastante animación y también bastante turismo.
Antes pasamos por la antigua Catedral de St. Etienne.
Maison Tenant, Perigueux.
Paseamos por las concurridas callejuelas de Perigueux, por sus placitas elegantes, por el bullicioso mercado en la Place du Coderc, nos perdemos descubriendo rincones muy bonitos y pasamos la mañana haciendo lo que más nos gusta, descubrir lugares.
Cansados ya, decidimos irnos al área y buscar un lugar para comer, pero una vez en el parking nos ponemos de aperitivo y terminamos comiendo fuera de la auto bajo la sombra que la misma proyecta y pasamos un buen rato entre risas y buena comida.
3 comentarios:
hola,nos encanta tu blog.Hasta ahora hemos viajado en moto por España y Europa, llegando hasta Nordkapp,y bajando por las islas Lofoten y demas fiordos noruegos.Alli vimos un monton de autocaravanas y nos picó el gusanillo.Hemos alquilado una con garaje para poder llevar un pequeña moto y recorrer el sur de Francia,por eso hemos encontrado tu blog, y nos encanta,has el punto que vamos a seguir tu ruta,lastima que falte la tercera parte.¿para cuando?. Vivimos en Caceres y este será un viaje iniciatico en autocaravana.Si nos gusta, que no lo dudo, compraremos una y disfrutaremos de este mundillo.
Un saludo agradecido.
Miren y Juan Carlos
oliverabutano@terra.es
Hola, me alegra que os guste mi blog. Creo que antes de que acabe este mes saldrá la tercera y última parte de este viaje.
Un saludo y cuando probeis esto os enganchareis.
Precioso relato y que me viene de lujo para preparar una ruta por el Perigord. Que no tarde mucho la tercera parte...
Un Saludo
Carmelo
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