27 octubre 2018

Tras los pasos y huellas del Cid y Machado, Burgos y Soria. 3ª parte


Dejamos tierras burgalesas y nos adentramos por tierras, campos y paisajes sorianos que el poeta Antonio Machado reflejó en varios de sus poemas por haber estado residiendo en estas tierras durante parte de su vida.



Llegamos a la ciudad de Soria y antes de que se ponga el sol visitamos la Ermita de San Saturio. Aparcamos al final del Paseo San Prudencio, GPS: 41.758817, -2.454907, gratuito y sin servicios.


Seguimos a pie por el mismo paseo hasta que llegamos al puente peatonal que atraviesa el río Duero y desde donde se tienen las mejores vistas de la Ermita.


En todo el recorrido se pueden leer algunos de los maravillosos poemas que escribió Machado sobre la ribera del río Duero que tanto le gustaba.


Subo las empinadas escaleras que me acercan a la puerta de la ermita y que encuentro cerrada por las altas horas que son. Según cuenta la leyenda en el siglo VI el noble soriano Saturio repartió sus riquezas entre los pobres y se marchó a vivir a unas cuevas junto al río Duero, justo donde nos hallamos ahora.


Los primeros datos que hay sobre este lugar es la existencia de un oratorio en el año 1148. Debido al hundimiento de parte de este entramado de cuevas en el siglo XVII se decidió reedificar una nueva Iglesia que es la que se puede ver a a día de hoy.



Este conjunto dispone de varias grutas naturales sobre las que se hizo la construcción de la Iglesia, varias salas y una capilla. El altar de la Iglesia es barroco y alberga un relicario con los restos del Santo. Igualmente dispone de varios frescos interesantes en los que se describen escenas de la vida del santo. La entrada es gratuita y nada más que por el paseo y las preciosas vistas merece la pena venir hasta este punto ubicado en las afueras de Soria. Eso sí, mejor venir en horario donde está abierto al público.


La temperatura ha bajado considerablemente desde que se ha puesto el sol por lo que nos vamos hacia la autocaravana para buscar el lugar donde pernoctaremos esta noche.


Dudamos entre quedarnos en este Paseo de San Prudencia donde hay varias autocaravanas estacionadas o en otro parking más próximo a la ciudad. Y es que está algo retirado del centro y siguiendo nuestra tradición esta noche queríamos dar una vuelta por la ciudad. Pero comprobamos que hace frío y el lugar es tranquilo para pernoctar por lo que nos quedamos, GPS: 41.761829, -2.454624, gratuito, hay una fuente donde poder cargar agua.




Pasamos una tranquila noche, tan solo hemos oído un vehículo que ha estado con la música alta unos diez minutos pero afortunadamente se ha marchado y hemos seguido descansando plácidamente.
Tras desayunar ponemos rumbo hacia la ciudad que está en alto y el acceso se hace algo pesado.


Al primer lugar que llegamos es a la Plaza Mayor donde se ubica el Ayuntamiento, la Parroquia de Santa María la Mayor, el Palacio de la Audiencia, la fuente de los Leones, etc.


La Parroquia está abierta al público y el acceso es gratuito por lo que nos adentramos en el templo para echarle un ligero vistazo donde el elemento que más destaca es el retablo.




A las puertas de la Parroquia observamos la estatua de Leonor Izquierdo Cuevas la que fuera mujer y musa de Machado durante 3 años cuando ésta murió de tuberculosis. Continuamos ya en pleno casco antiguo de Soria y el siguiente monumento que sale a nuestro encuentro es el Palacio de los Condes de Gómara del siglo XVI 



Intentamos acceder a su interior pero nos dicen que se está realizando un acto oficial y no se permite el acceso en estos momentos. Este bello edificio actualmente está destinado al Palacio de Justicia.



Buscamos uno de los monumentos que más interés tiene en la ciudad de Soria, la Iglesia de Santo Domingo. Nos la encontramos cerrada debido a las obras de restauración de la fachada de la misma, una pena.



Este templo del siglo XII es una de las mejores joyas del románico, siendo el elemento que más destaca la fachada que tiene forma de frontón triangular coronado por una cruz florenzada, con un gran rosetón central y filas de arcos ciegos en los laterales.


Me asomo por un hueco de la lona que cubre la preciosa fachada y puedo admirar algunos capiteles de escenas bíblicas del génesis y la vida de Jesucristo en un estado realmente excepcional.


Observamos que por toda la ciudad hay constantes referencias al poeta Antonio Machado pues éste estuvo en la ciudad unos cinco años impartiendo clases de francés en el Instituto que lleva su nombre.


Seguimos callejeando y legamos a la placeta que hay en la calle San Juan de Rabanera donde se ubica el Palacio de los Marqueses de Vadillo y que actualmente acoge a la Diputación Provincial de Soria. Su fachada está llena de estatuas de los sorianos más ilustres.



También encontramos en este lugar la Iglesia románica de San Juan con su austero interior típico y característico de este tipo de monumentos.






La verdad es que por toda la ciudad hay infinidad de Iglesias, monasterios, palacios, palacetes y casonas muy bien señalizados todos ellos y con bastante información de lo que uno está viendo.




La mayoría de estos monumentos datan del siglo XVI por lo que podríamos considerar que Soria vivió su mayor esplendor urbanístico en el citado siglo. Solamente contemplar las fachadas ya es algo que llena bastante y merece la pena. La mayoría se encuentran cerrados al público o son de propiedad privada.




Así llegamos al instituto Antonio Machado donde el poeta andaluz dio clases de francés durante 5 años. El acceso es libre y gratuito y se puede ver la clase donde el escritor impartía las clases.



Una austera clase con los pupitres de madera y un pequeño estrado nos recibe. Además se pueden contemplar algunos documentos originales oficiales y varias fotografías de la época.





Quizás fuera aquí en Soria donde Machado vivió los días más felices de su vida ya que conoció al amor de su vida, Leonor con quien se casó poco tiempo después. Por ello se considera que su estancia en Soria fue la más prolija e importante produciendo una de sus mejores obras "Campos de Castilla".
Para saber más: Antonio Machado y Soria

  

Llevamos toda la mañana recorriendo las calles de Soria y podemos decir que ya hemos visto casi todo lo más interesante o representativo. Tan solo nos queda por visitar la Concatedral de San Pedro que se ubica en la parte baja de la ciudad.



El acceso a la concatedral es gratuito y no dejan hacer fotos aunque en un momento en el que no me observaba ninguna de las personas que cuidan el monumento pude realizar un único disparo ya que no quería abusar de mi suerte. El interior del monumento es bonito contando con 3 retablos y una serie de esculturas de los siglos XII y XIII. Pero lo que realmente merece la pena ser visitado es su claustro románico.



Pagamos 2 euros por cabeza que es lo que cuesta pasar a verlo y por nuestra cuenta nos disponemos a admirar esta joya del románico. Lo ideal sería hacer la visita guiada que ofrece la oficina de turismo donde uno aprende bastante más, pero ya no nos da tiempo y mejor verlo a quedarse con las ganas.



El claustro tiene unas proporciones bastante grandes para este tipo de monumentos. Es del siglo XII y por momentos nos recuerda mucho al claustro del Monasterio de Silos. Son sus capiteles de arenisca lo que más nos llama la atención.



Un verdadero universo de animales fantásticos, motivos vegetales, alegorías y escenas bíblicas es lo que podemos ver. Presentan un estado de conservación bastante bueno y su perfección es considerable.
Tras hacer alguna compra de productos típicos de la ciudad damos por concluida así a nuestra visita a Soria poniendo ya rumbo sur.






Dejamos Soria y ponemos rumbo hacia el siguiente destino, Almazán donde llegamos a la hora de comer por lo que buscamos el parking que llevamos seleccionado, GPS: 41.485413, -2.538463, gratuito y sin servicios.



Después de comer partimos hacia el casco histórico de esta población soriana rica en patrimonio y con un pasado histórico destacado sobre todo en época medieval.


Así llegamos a la castellana Plaza Mayor donde se erigen dos de los monumentos más importantes de Almazán, el Palacio gótico-renacentista de los Hurtado de Mendoza y la Iglesia románica de San Miguel. Una estatua a la figura del personaje del "Zarrón" personaje esperpéntico ataviado con ropas pastoriles se alza en dicha Plaza.


Ambos los encontramos cerrados debido a que todavía es pronto. El Palacio contiene actualmente la oficina de turismo que no abre hasta las cinco de la tarde por lo que aprovechamos para inspeccionar los alrededores. El edificio del palacio erigido sobre una loma domina toda esta zona de verdes alamedas por donde tranquilo discurre el río Duero.



Mientras tanto volvemos a la Plaza y comprobamos que ya se ha abierto la oficina de turismo por lo que allí acudimos en busca de información. Nos dicen que el Palacio del interior del Palacio tan solo son visitables unas salas donde se guarda el Tríptico de Almazán, unas tablas de pintura policromada. Una pena que este pedazo edificio que conoció épocas de mucho esplendor como cuando se estableció aquí la corte de los Reyes Católicos, no esté en mejores condiciones.



La Iglesia de San Miguel sí que es visitable previo abono de su entrada correspondiente. Se trata de un monumento románico del siglo XII. Por la experiencia de visitar este tipo de monumentos donde normalmente son muy austeras por dentro, a no ser que contenga algunos capiteles y éste no es caso, decidimos no ver su interior.


Quizás lo que más desentona de esta bonita Plaza Mayor sea el feo edificio del Ayuntamiento que desmerece a todo este armonioso conjunto. Incluso posee una torre campanario con reloj incluido.


Vemos algunos escaparates de tiendas de recuerdos y productos típicos de la zona que nos confirman que Almazán es tierra de extensos bosques de pinos donde se crían sus famosas setas.




Por el pueblo todavía pueden verse restos de murallas y puertas de acceso al casco antiguo que atestiguan la importancia que esta villa tuvo en época medieval.



Aunque sin duda alguna el edificio más sorprendente y bonito es el Palacio de Los Hurtado de Mendoza que visto desde la ribera del Duero todavía resulta más imponente. Una pena que el edificio no esté rehabilitado y luzca sus mejores galas para el disfrute y deleite de sus habitantes y turistas.


Tras pasear tranquilamente por la alameda del Duero ponemos así fin a nuestro encuentro con esta antigua y orgullosa villa de Almazán.


Dejamos Almazán y ponemos rumbo hacia Morón de Almazán donde llegamos enseguida estacionando al lado de la carretera en una calle de tierra, GPS: 41.413136, -2.415216, gratuito y sin servicios.


Morón de Almazán es un pueblecito pequeño con poco más de 200 habitantes siendo su Plaza Mayor el único punto donde se ubican los 3 monumentos más representativos de la localidad.


Y cuando uno llega a la Plaza Mayor y ve lo bonita que es, no puedes más que hacerte una pregunta, ¿cómo puede ser que un pueblo tan pequeño tenga esta Plaza tan bonita?. Es entonces cuando no entiendes que pueblos tan bonitos cada día que pasa estén más dejados de la mano de Dios y no se invierta lo suficiente para estos tesoros no desaparezcan.


Por un lado tenemos el coqueto y bello Ayuntamiento de estilo renacentista con su sencilla fachada  porticada coronada por la pequeña torre del reloj.


Seguidamente tenemos al fondo la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de estilo gótico-renacentista con una preciosa fachada hispano-flamenca conservándose en su interior el sepulcro de los Hurtado de Mendoza.


Y para finalizar nos encontramos con el Palacio de los Mendoza que alberga en la actualidad el Museo provincial del traje regional. Es lo único que está abierto por lo que accedemos a ver que se ve. Esperamos un rato para ver si nos atiende alguien aunque oímos en el interior que deben estar haciendo la visita guiada por el museo por lo que no molestamos y salimos de nuevo a la Plaza.


Junto a la Iglesia se alza el rollo jurisdiccional, la típica picota castellana de estilo gótico y que está considerado como el símbolo de la villa. 





Es una pena que la Iglesia esté cerrada y no la podamos ver por dentro. Tenemos que conformarnos con recorrer su perímetro localizando las tumbas del cementerio adosadas a un lado de la fachada.


No es mucho lo que hay que ver en Morón de Almazán, pero sí que lo que hay es bonito y no sería atrevido afirmar que la Plaza Mayor es de la más bonitas que hayamos visto  hasta ahora ya que es de una armonía y belleza sin igual. Nada más que por ver esta panorámica merece la pena acercarse hasta aquí.


Ponemos rumbo a Monteagudo de las Vicarías otra pequeña población pero no por ello menos interesante que la anterior. Estacionamos junto a la carretera, GPS: 41.364861, -2.168648, gratuito y sin servicios.




Con una población similar a Morón, Monteagudo de las Vicarías es otra villa histórica con sus bien conservadas callejuelas que nos conducen hasta el recinto amurallado del cual quedan restos y una puerta, la del Arco o de la Villa.




Existían antiguamente otras 2 puertas más aunque desaparecieron. Su arco apuntado y sus matacanes hacen de esta puerta un elemento muy bonito y curioso.
  



Enseguida llegamos a los dos edificios más emblemáticos, el Castillo y la parroquia de Nuestra Señora de la Muela, una iglesia gótica excelente. En ambos monumentos se aprecia la huella de los Mendoza, Condes de Monteagudo la familia que dominó estas tierras.




Este palacio-castillo se conserva bastante bien o por lo menos la fachada que es lo único que nosotros podemos ver al estar cerrado el interior. Lo curioso del monumento construido entre los siglos XV y XVI es su uso como fortaleza defensiva y casa palaciega.



Nos sorprende una pequeña tormenta que nos hace resguardarnos bajo los soportales de una casa mientras contemplamos maravillados este bello conjunto monumental que al igual que en Morón de Almazán nos vuelve a hacer reflexionar sobre la importancia de invertir en estos pueblecitos de interior para que sus monumentos no se pierdan para siempre.





La Iglesia gótica de Nuestra Señora de la Muela también está cerrada por lo que no podemos visitar su interior. Esto es como la pescadilla que se muerde la cola, no hay nadie para enseñar el interior de estos monumentos por lo que la gente no viene y no da a conocer los mismos cerrando así un circulo vicioso del que es difícil escapar y que poco a poco condena a nuestros pueblos al ostracismo y al olvido, que pena.



Dejamos Monteagudo de las Vicarías y ponemos rumbo hacia el Monasterio cisterciense de Santa María de Huerta donde llegamos bajo una lluvia torrencial, GPS: 41.261628, -2.177786 donde estacionamos junto a la puerta del Monasterio cosa que nos sorprende, aunque después comprobaremos que hay aparcamiento porque han cerrado el Monasterio.



Aún así nos bajamos protegidos por el paraguas para ver si hay suerte y todavía se pudiera visitar el monumento. Nuestro gozo en un pozo pues ya no son horas de visitas y nos tenemos que conformar con ver el Monasterio por fuera.



Se pueden distinguir tres grandes bloques, la Iglesia, dos claustros y las dependencias del Monasterio. Cuatro estilos: románico, gótico, plateresco y herreriano que se suman a uno solo caracterizado por su austeridad: el cisterciense.


Una pena no poderlo ver pero se nos agota el tiempo y tras pensar si quedarnos a pernoctar por aquí y mañana por la mañana verlo al final decidimos seguir ruta ya que queda algo de tarde y todavía podemos ver la localidad de Somaén que nos pilla de paso.


Antes de abandonar este lugar pasamos por su área de autocaravanas para cargar y descargar de forma gratuita, GPS: 41.263931, -2.177779.



Antes de llegar a Somaén vemos desde la carretera la silueta de un castillo alzada sobre un promontorio por lo que nos desviamos unos 3 kilómetros y echarle un vistazo. 
Descubrimos que el pueblo es el de Montuenga de Soria y una vez aquí comprobamos que los restos del castillo están bastante deteriorados y tan solo quedan en pie algunas paredes.



Proseguimos camino y llegamos a Somaén donde estacionamos al lado de la antigua N-II que atraviesa el pueblo y que evidentemente en estos tiempos no lleva el tráfico que llevaba antes de construirse la actual autovía A-2, GPS: 41.194562, -2.313901, gratuito y sin servicios.


Cuando estaba preparando esta ruta  descubrí por casualidad este pequeño pueblo de apenas 35 habitantes ubicado en una ladera de un cerro en una hoz del río Jalón. Comencé a ver fotos de este lugar y realmente me parecieron bonitas tanto el pueblo en sí como su entorno.


Ahora que estamos aquí puedo afirmar sin temor a equivocarme que es más bonito de lo que por fotos había visto. El entorno de Somaén es simplemente espectacular y sorprendente. Rodeado de verdaderos farallones rocosos como la Peñas de los Buitres, Quemados o Peña Buitrera con alturas que superan los 1000 metros.



Y la postal que me parece más fascinante es la del conjunto de casitas de piedra y madera encaramadas y superpuestas en la loma que hace la hoz del río Jalón y que vista la panorámica desde el río resulta simplemente preciosa.


Aquí uno se encuentra con callejuelas serpenteantes que ascienden tortuosamente hacia lo elevado de la loma mientras se van descubriendo las sencillas casas de toda la vida del pueblo. También otras de nueva construcción o que se han rehabilitado de manera primorosa dando como resultado una perfecta simbiosis con el paisaje de Somaén.




El entorno de Somaén con esos farallones de piedra rojiza iluminados en este momento por el sol de poniente nos recuerda a las fotos que hemos visto del cañón del Colorado en Estados Unidos salvando evidentemente las distancias.





Tortuosamente recorremos el pequeño pueblecito y comprobamos que se están construyendo más casas todas ellas de segunda residencia que sin duda este bello paisaje y entorno ha atraído a sus dueños.



Además Somaén posee en lo más alto de la loma un castillo del siglo XI de origen árabe habiendo sido rehabilitado y en la actualidad su uso es de un hotel donde poder desconectar en este idílico paraíso.




Somaén ofrece infinidad de recursos turísticos ya que este privilegiado enclave goza de una naturaleza desbordante donde poder admirar el vuelo de los buitres, infinidad de rutas senderistas, escalada, rutas en bicicleta, etc. motivos más que suficientes para visitarlo.




Ponemos fin así a nuestra visita a este precioso pueblo tan sorprendente y encantador. Y en vez de regresar hacia la autovía continuamos por la antigua nacional II donde descubrimos un paisaje sorprendente y lleno de posibilidades que merece otra escapada más pausada y relajada. Siempre con el río Jalón pegado a la serpenteante carretera descubrimos cascadas, aldeas y montañas para ser aprovechadas en un viaje futuro.


Tenemos Medinaceli a tiro de piedra y aunque no lo habíamos programado, por las horas que son, decidimos quedarnos a pernoctar en este bello pueblo soriano. Tras pasar por la Estación de Medinaceli tomamos la empinada carretera que nos deja en el pueblo de Medinaceli y nos vamos directos a su área de autocaravanas, GPS: 41.171299, -2.431648 con carga y descarga de aguas sin coste alguno.


El día está tocando a su fin y la temperatura va bajando en este alto enclave en el que se encuentra Medinaceli. Desde esta mañana cuando estábamos en Soria nos ha cundido bastante visitando bastantes lugares, quizás demasiados, pero mañana toca la vuelta pues la escapada llega a su fin.


En Medinaceli ya hemos estado antes y por tanto ya conocemos el pueblo, pero aún así  hay que ir a patearlo y descubrir nuevos rincones y lugares. Sin duda este bello pueblo se lo merece.
Medinaceli posee un rico pasado de época romana como así lo atestiguan sus numerosos restos que han llegado hasta hoy. El mejor ejemplo lo tenemos a la entrada del pueblo con su bello Arco Romano.


Igualmente se pueden admirar unos mosaicos en cuya construcción los romanos eran hábiles expertos. Los mismos se pueden ver en la Plaza San Pedro a dos metros por debajo del nivel de la calle. Cuando nosotros llegamos la puerta para verlos más de cerca está cerrada por lo que nos tenemos que conformar con verlos a través de los cristales.



A las afueras del pueblo junto a la muralla romana nos encontramos con el castillo erigido sobre una antigua alcazaba árabe. Está bastante restaurado y su uso actual es de cementerio municipal Esto demuestra el rico pasado de esta localidad donde infinidad de pueblos y culturas se han asentado dado el alto valor estratégico del que gozaba este enclave. 


Una vez en la Plaza Mayor podemos observar que la misma está levantada y vallada pues se están llevando a cabo unas obras de enladrillado. Aún con estos inconvenientes volvemos a disfrutar de la belleza de esta coqueta plaza repleta de soportales y antiguas casonas. 



En la misma Plaza se ubica el Palacio Renacentista de los Duques de Medinaceli construído en el siglo XVI y totalmente restaurado que alberga a día de hoy un museo dedicado a exposiciones culturales. También alberga un interesante mosaico romano.



Un breve vistazo a la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción que también tiene sus puertas cerradas, y a buscar un lugar para cenar y así terminar con buen sabor de bocas la escapada por tierras sorianas. Frente al parking descubrimos "El Aljibe" y decidimos quedarnos a cenar, resultando ser un lugar apropiado en cuanto a relación calidad-precio.



Terminamos así esta escapada por unas tierras burgalesas y sorianas que nunca defraudan ya que atesoran una gran cantidad de lugares y paisajes envidiables ubicados en una zona de nuestra geografía que lucha para que no se olvide y obtenga la importancia que se merece.


Pasamos una noche tranquila y silenciosa, a pesar de la gran cantidad de autocaravanas que nos encontrábamos anoche en el parking. Toca hacer el recorrido de vuelta hacia casa y tenemos toda la mañana para hacerlo por lo que decido hacerlo por un entorno rebosante de naturaleza: pasaremos por Cifuentes, Buendía, etc.
Lo lógico hubiera sido hacer la vuelta por Madrid por autovía, pero al decantarme a hacerlo por la N-204 comprobamos que se disfruta mucho de la naturaleza, pero también el trazado es peor y por tanto se tarda bastante más. Por cierto, si se pasa por esta carretera hay que ver sí o sí Cifuentes y Buendía ya que son dos localidades que hay que ver.
Regresamos a casa sin más incidencias y con la vista puesta en la próxima aventura con la casa de ruedas.