05 mayo 2018

Una salida por el sur accidentada


Cuando llega el invierno casi siempre hay que mirar hacia el sur si uno quiere asegurarse una escapada tranquila en lo tocante al tiempo. Por eso aprovechamos unos días por Andalucía, aunque esta salida no será como las demás. Tendremos que acortarla por razones de fuerza mayor.

   

Partimos a media tarde con la idea de llegar hasta Osuna en la provincia de Sevilla y pernoctar allí, pero conforme nos vamos acercando a Córdoba nos van entrando cada vez más ganas de quedarnos y disfrutar de esta maravillosa ciudad Patrimonio de la Humanidad.


Al final gana la opción de quedarnos en Córdoba a pernoctar por lo que nos dirigimos al parking que utilizamos habitualmente cuando visitamos la ciudad. GPS: 37.875526, -4.792340 gratuito y sin servicios. Se trata de un parking asfaltado, enfrente hay una gran explanada de tierra que esta vez vemos ocupada por alguna excavadora ya que están haciendo obras por lo que que nos situamos en la parte asfaltada.


Nos colocamos en un hueco junto a otras 4 o 5 autocaravanas más. En unos 5 minutos andando estamos cruzando la muralla por la Puerta de Sevilla ya en pleno corazón peatonal e histórico de Córdoba.
Para descargarse un plano de Córdoba en pdf: Plano de Córdoba



Córdoba es una de esas ciudades que en cada nueva visita descubres algo diferente, desconocido y siempre te sorprende, sobretodo si uno sale de los lugares más conocidos de la ciudad. 


Recorrer la ciudad antigua por la noche es totalmente diferente a hacerlo por el día. Parece más antigua, más misteriosa,  más romántica.



Por algunas de las calles que transitamos vamos solos después de un día que seguramente habrá sido intenso en esta ciudad donde sea la época del año que sea siempre hay turistas que vienen a disfrutar del rico patrimonio de Córdoba. 



La noche es suave a pesar de las fechas en las que estamos, primeros de Diciembre y con el puente de la Constitución a la vuelta de la esquina. Hoy es martes 5 y se nota que no es fin de semana cuando la afluencia es mayor. Estas ciudades son convenientes recorrerlas fuera de épocas saturadas, se disfrutan de otra manera más auténtica.



Por ello aprovechamos la ocasión de descubrir Córdoba un martes por la noche, sin prisas, sin rumbo fijo; cuando nos asomamos a una esquina y elegimos si tomar una callejuela u otra, decidiéndonos sencillamente por un sentido que hemos desarrollado a base de viajar, de equivocarnos unas veces y de acertar otras.



A ello contribuye la ciudad pues Córdoba es uno de esos lugares en los que perderse es un placer y algo realmente recomendable. Por mucho que uno se empeñe en dejarse llevar por los rincones que esconde, siempre llegas a una plaza, a un monumento, a una calle encantadora, a un callejón andaluz adornado con geranios.



La ciudad se va preparando para vivir esa época tan tradicional y familiar de todos los años cuando celebramos la Navidad y a pesar de ser primeros de Diciembre las calles más transitadas ya lucen las típicas luces de Navidad.



Seguimos paseando por la ciudad sin prisa, dejándonos llevar por los recuerdos que conservamos de otras visitas. Descubrimos otros bellos lugares que no conocíamos o que recordábamos haberlos visitado de día. La noche es especial, se viven las experiencias de una forma diferente, la ciudad se transforma en algo más intenso, misterioso y armonioso.





Córdoba además tiene algo que la hace especial, y es que con tan solo cambiar de calle descubres dos ciudades diferentes e integradas a la vez. Todo ello sin tener que hacer un gran esfuerzo de tener que recorrer una gran distancia. Está todo tan a mano.



Es uno de esos lugares que dan para pasar mucho tiempo, donde cada vez encontrarás algo nuevo que no viste ayer por el simple hecho de no haber girado por esa callejuela al haber elegido torcer por la de al lado.



En definitiva es una de esas ciudades que hay que dedicarle tiempo y más tiempo a patearla, a perderse por sus laberínticas callejuelas, siendo lo más probable que te vuelvas a orientar cuando llegues a la Mezquita, que ejerce como poderoso imán a todo que que orbita a su alrededor.


 

Es ya hora de cenar, nos cercioramos de ello más que por las necesidades de nuestros estómagos por los locales que albergan los tablados de flamenco que a estas horas están en plena faena deleitando a sus clientes con una ración de arte mientras se llena el estómago.



Lo sentimos como algo dirigido expresamente a los guiris, pero al pasar a uno y apreciar lo que vemos y oímos nos proponemos vivir esta experiencia la próxima vez que visitemos la ciudad, una excusa para volver.

 


Como insectos atraídos irresistiblemente por la poderosa luz, nuestro instinto nos guía a la mezquita cuyo campanario como cual faro de la ciudad se alza orgulloso y altanero dominando la ciudad vieja.


Nos despedimos otra vez de la ciudad con un hasta la vista y con un reconocimiento a Córdoba por lo que nos ofrece cada vez que la visitamos descubriendo siempre algo nuevo y bonito sin pedir nada a cambio.


Tras una tranquila noche nos ponemos en marcha dirigiéndonos ahora sí hacia la localidad sevillana de Osuna donde llegamos a media mañana.


Osuna es de esos lugares donde existe un área de autocaravanas con posibilidad de llenado y vaciado de aguas de forma gratuita. El parking es compartido con otros vehículos y está junto al centro comercial Erosky y el hospital comarcal. GPS: 37.232031, -5.097558



Cuando estaba diseñando el itinerario de esta salida el primer lugar que añadí fue Ronda. Una vez vista esta ciudad el siguiente objetivo era visitar el valle del Genal próximo a Ronda. Siguiendo ruta hacia la costa y el Campo de Gibraltar. Para continuar con Cádiz y dejar un día para volver a reencontrarnos con  Sevilla.


Osuna pillaba de paso hacia Ronda y me puse a ver si merecía la pena hacer una parada en esta población. Vi que existían varios palacios, casonas, Iglesias, conventos, etc., por lo que sin pensarlo decidimos dedicarle una mañana a recorrerla.


Ponemos rumbo hacia la Plaza Mayor de Osuna donde orbitan los edificios más interesantes de la localidad. El primer ejemplo lo encontramos casi en la misma Plaza cuando advertimos el Palacio de los Cepeda


Por fuera conserva todavía la belleza que en su día allá en el siglo XVIII tuvo que poseer, aunque en la actualidad el edificio está completamente abandonado a pesar de lucir un cartel en el que informa que alberga los juzgados. Una pena pues la fachada es bastante bonita.



Una vez en la Plaza Mayor donde no destaca especialmente ningún edificio sí que sobresale por encima de los edificios las esbelta silueta de la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción.


Justo en la esquina de la Plaza se ubica el convento de la Purísima Concepción donde se pueden adquirir dulces típicos elaborados por las propias monjas. Nosotros no nos podemos resistir a la tentación y hacemos alguna compra.



Seguimos callejeando por la Calle Sevilla donde abundan los palacios, conventos e Iglesias llegando a la casa de cultura que alberga un curioso belén a tamaño natural.



Es curioso la cantidad de palacetes y casonas que se dan en esta calle donde se mezclan las paredes encaladas de blanco con la piedra arenisca tan característica de Osuna y que más tarde veremos de donde se ha sacado a lo largo de los siglos.



Comprobamos que Osuna posee un rico patrimonio y que debe ser difícil el mantenimiento del mismo puesto que muchas de estas casonas y palacetes están abandonados a su suerte, una verdadera lástima.




Nos tenemos que ir conformando con ver estos preciosos edificios por fuera ya que por dentro están casi todos ellos cerrados y prácticamente la totalidad amenazan ruina.



Aún así nos hacemos una idea de la importancia que tuvo que tener Osuna en el pasado, sobretodo en el siglo XVIII ya que vemos que casi todos estos monumentos fueron edificados en esa época.


Llegamos a la Plaza Rodríguez Marín donde está la Iglesia de Santo Domingo la cual está abierta por lo que accedemos a su interior.





Parece ser que este monumento ha estado cerrado bastantes años y que recientemente ha sido de nuevo abierto tras haberse llevado a cabo una importante restauración.


Es sencilla pero bastante bonita, se nota el importante trabajo realizado pues se ve todo muy bien terminado luciendo su mejor cara.


Nos cambiamos de calle, ahora paseamos por la de San Pedro que es incluso más interesante que la de Sevilla ya que posee unos edificios mucho más bellos y restaurados, alguno de ellos en uso.


El primer edificio que sale a nuestro encuentro es la Cilla del Cabildo Colegial, un bello exponente del barroco andaluz. Como dato curioso reseñar la figura de la Giralda de Sevilla entre las imágenes de las Santas Justa y Rufina. Una preciosa fachada de otro edificio sobresaliente que no se puede visitar por dentro.



Continuamos por la misma calle y llegamos a uno de los edificios más interesantes de Osuna, El Palacio del Marqués de la Gomera. Hoy en día alberga un hotel donde debe ser una gozado alojarse.



Una vez deleitados con la belleza singular de la fachada no nos podemos resistir a verlo por dentro, pedimos permiso en recepción y una vez dentro nos quedamos embobados con lo bonito que es este edificio.



En uno de los lados del patio hay ubicada una pequeña y coqueta capilla con las puertas abiertas para que los visitantes la puedan ver.




Ya fuera de la calle San Pedro pero bastante cerca nos encontramos con el Pósito municipal, otro bello edificio que ha tenido numerosos usos a lo largo de toda su historia. Hoy en día funciona como residencia de la tercera edad.




Dejamos esta parte baja del pueblo para dirigirnos a lo que nos queda del pueblo que está situado en la parte alta. Vemos que las mujeres aparte de barrer los tramos de calle que les afecta a sus fachadas también friegan su parte. Al reconocérselo a una señora nos dice que en este pueblo son muy limpias.



Conforme vamos ascendiendo las vistas de Osuna se hacen más interesantes pudiendo apreciar desde lo alto todo el pueblo y sus monumentos más representativos.



Pasamos junto a la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción que dejamos para luego. Ahora nos dirigimos al edificio de la Universidad de Osuna que más parece una especie de castillo que una universidad.



Es un edificio bastante curioso este, sorprende que fuera construido en el siglo XVI y que se siga utilizando en la actualidad. Vemos que está cerrado y no lo podremos ver por dentro.



Estando en el cerro que hay más arriba y desde donde se obtienen las mejores fotos de este monumento vemos que sale una visita guiada del interior por lo que aprovechamos para pasar al patio. 



El precio de la visita guiada son 2 euros y te enseñan varias estancias, algunas pinturas y la capilla. Nosotros queremos ver las canteras por lo que no nos da tiempo a ver la Universidad, pero sin duda es recomendable hacer una visita guiada.



A las afueras de Osuna se ubica otro curioso paraje conocido como el Coto de las Canteras que merece la pena hacerle una visita. Andando desde la universidad en diez minutos estamos en la puerta de entrada de este curioso complejo.



Pagamos los dos euros por cabeza y esperamos unos diez minutos hasta que se forma un pequeño grupo de unas diez personas para que una chica nos haga la visita guiada.



Esto es algo que no esperábamos encontrar en Osuna y por lo tanto nos sorprende gratamente. Se trata de una antigua cantera utilizada desde época anterior a la romana para extraer la piedra con la que se han construido la mayor parte de los edificios del pueblo.


Y bien es cierto, pues todos los palacios y casonas que hemos podido ver en Osuna están hechos con esta piedra. Parece ser que actualmente ya no se utiliza esta piedra pues los materiales actuales tienen más ventajas que esta piedra que atrae mucha humedad por lo que la misma se desecha.


Como la cantera ya no da más de sí, lo que se ha hecho aquí de manera particular es reutilizar este lugar como una especie de anfiteatro, lugar de celebraciones, conciertos, etc.



Se han tallado las paredes tanto del exterior como del interior para darle vistosidad y hacer la vista más atractiva.
Una vez dentro uno se hace una idea más acertada de las dimensiones de la inmensa roca que hubo aquí en su día y el inmenso hueco dejado a lo largo de los siglos cuando se extraía el material del interior.



De propiedad privada, en la actualidad este complejo es utilizado para eventos particulares y realmente podríamos calificarlo como un lugar curioso por lo extraño que resulta estar bajo toneladas de roca natural todo ello tallado a mano.



Para rellenar la visita hay una exposición de aperos y utensilios de campo utilizados hace ya muchos años pero que no dejan de ser curiosos porque cada vez son más difíciles de ver.



De nuevo en el exterior seguimos deleitándonos con las figuras talladas en la fachada que reflejan la antigua civilización persa transportándonos a otros lejanos lugares con algo de imaginación.




Dejamos las canteras comprobando que en las casas cercanas a la mina la veta de roca sigue presente formando parte la estructura del barrio.


De nuevo nos dirigimos hacia la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción para ver si podemos visitarla por dentro aunque la encontramos cerrada.
Al lado se ubica el Museo de arte sacro también a estas horas cerrado y es que son casi las dos de la tarde.




Si queremos ver algo más tenemos que esperarnos hasta que vuelvan a abrir por la tarde y perder algo de tiempo. Decidimos ir a la autocaravana a comer y partir hacia Ronda, dejando cosas que ver en Osuna. No esperábamos encontrar tanto patrimonio en esta localidad por lo que si uno quiere empaparse bien debe dedicarle un día entero mínimo.



Hacemos unas compras de productos de la zona en una tienda de camino a la auto. Tras comer y cargar algo de agua ponemos rumbo hacia Ronda.



A media tarde llegamos a Ronda y estacionamos en un parking ubicado a las afueras de la ciudad, GPS: 36.750756, -5.170921, sin servicios, gratuito y a unos 10 minutos andando del puente nuevo. 



Una vez instalados en el concurrido parking  copado por bastantes autocaravanas nos ponemos en marcha hacia el centro de Ronda para disfrutar una vez más de esta bonita ciudad malagueña.



Llegamos a la alameda del Tajo un coqueto parque que se asoma al tajo natural sobre el que se alza la localidad. Nos asomamos al mirador cuando los últimos rayos del sol se despiden por hoy, anunciando la llegada inminente de la noche.





Seguimos caminando asomados al precipicio que le otorga a Ronda ese paisaje único e irrepetible que ha hecho que la ciudad sea conocida en todas partes por esa grieta que la parte en dos, el impresionante Tajo.


Con una conseguida iluminación del puente que sutura la herida de las dos zonas de Ronda cruzamos a la otra orilla que consideramos más auténtica, antigua y donde se concentran los mayores atractivos de la ciudad.



Por la Calle Armiñán la arteria principal de esta parte de Ronda nos vamos aproximando a la Plaza de la Duquesa de Parcent donde se encuentran la Parroquia de Santa María la Mayor y el Ayuntamiento.




Hace una noche maravillosa que invita a pasear y dejarse llevar recorriendo las callejuelas de la parte baja de la ciudad con sus murallas, bellas fachadas y palacetes.





De nuevo volvemos a traspasar el puente Nuevo para recorrer ahora esta parte de la ciudad más dinámica y comercial, llena de tiendas y bares donde la gente se reúne para pasar la tarde.




Aprovechamos que alguna Iglesia está todavía abierta a estas horas para visitarla por dentro y hacer tiempo para retirarnos a la autocaravana y dar así por concluido este intenso día.





Valle del Genal

Cuando estaba preparando esta ruta vi que en las inmediaciones de Ronda hay un valle llamado del Genal donde predominan los castaños. Es especialmente bonito en época otoñal cuando las hojas se vuelven de color cobrizo confiriéndole a toda esta zona una belleza singular.


El Valle del Genal está compuesto de 15 pueblecitos todos ellos bastante pequeños. Se puede hacer una ruta más o menos circular desde Ronda para terminar volviendo de nuevo a esta localidad.
Eso sí, las carreteras que unen estos pueblos no son recomendables para circular con autocaravana ya que son estrechas y con bastantes curvas.


Nosotros en esta ocasión hemos traído la moto y haremos esta ruta sobre dos ruedas. Por tanto dejamos la auto en el parking de Ronda y tras enfundarnos con ropa de abrigo y con los preceptivos cascos partimos hacia el primer pueblo que visitaremos, Parauta.


Hace una mañana bastante fresca y en algunas zonas de sombría hay hasta alguna capa de hielo que hace que tengamos que extremar la precaución para evitar que la moto se escurra y terminemos por los suelos.

Efectivamente las carreteras son bastante estrechas y no recomendaría transitar por ellas con la autocaravana. Tras visitar Parauta no le encontramos al pueblo ningún atractivo a destacar. Además en esta época del año los castaños ya han cambiado del tono amarillo al oscuro de sus hojas por lo que el valle no luce su mejor cara.


Un tanto decepcionados por esta primera experiencia dejamos la visita del pueblo de Pujerra ya que hay que dar un gran rodeo. Volvemos sobre nuestros pasos hasta la carretera principal y ponemos rumbo hacia Cartajima donde hacemos otra breve parada.



Quizás Cartajima tiene algo más de interés que Parauta aunque tampoco se pasa. Vemos que son pueblos con potencial pero no tanto como habíamos leído por lo que nos decepcionan un tanto. El principal atractivo del valle son los castaños pero la época en la que hemos venido no es la mejor. 



Además tampoco vemos que haya una presencia del fruto seco que domina esta zona, la castaña, que habíamos leído que era la reina de estos pueblos ofreciendo una gastronomía asociada a la elaboración con este fruto seco. No vemos que haya restaurantes ni tiendas que la elaboren o la vendan.





Tras la visita de Cartajima nos volvemos a poner en marcha en nuestra moto para seguir recorriendo las viradas y tortuosas carreteras del valle del Genal. Vemos a lo lejos otros pueblecitos que cuelgan de las laderas de las montañas rodeados de un bosque de castaños que seguro en los meses de Octubre y Noviembre deben de presentar su mejor cara.


Llegamos a Júzcar que probablemente será el pueblo más visitado de todo el valle. No porque sea el más bonito ni donde se den los mayores atractivos visuales de la zona, sino por otro motivo muy diferente.


Y es que a Júzcar se le conoce como el pueblo de los Pitufos ya que todas sus casas presentan sus fachadas pintadas de color azul. Y el motivo de esta extraña circunstancia se debe al parecer a que Júzcar fue elegido en el año 2011 por la distribuidora Sony para la promoción de la película de los Pitufos.



Parece ser que la condición que se impuso a la localidad para que fuera promocionada en el mundo entero como pueblo pitufo fue la de pintar el pueblo entero de color azul. Por lo que mire uno donde mire se ve este color, así como escenas de los personajes de la película.



Ni que decir tiene que los que más disfrutan de la visita a este pueblo son los más pequeños siendo por tanto el pueblo que más visitantes tiene del valle.



A nosotros el pueblo tampoco nos dice mucho que digamos, lo vemos más como una promoción un tanto artificiosa, pero igual de lícito es buscar la promoción y el atractivo turístico de la manera que se crea más adecuada.




Partimos de Júzcar dedicándole una mirada desde la carretera que serpentea alrededor del pueblo. Chirría un tanto ese color azulón de las casas contrastando enormemente con los tonos cobrizos de los castaños que rodean el pueblo.


Vemos a algunos cerdos, otros habitantes del valle que vagan libremente por el monte comiendo lo que encuentran en el suelo y no nos podemos resistir a inmortalizarlos con nuestra cámara.


Pasamos por Alpandeire otro pueblo del valle. Vemos que tampoco destaca demasiado por lo que no nos llegamos a detener. Seguimos ruta por la estrecha carretera ascendiendo a una zona un tanto desolada, sin vegetación y llena de rocas hasta que empalmamos con la carretera A-369 que tomamos hacia Ronda.


Tras comer y descansar un rato partimos hacia la Cueva del Gato, situada en la carretera que une Ronda con Benaoján a unos 6 kilómetros de Ronda. Antes de visitar la cueva subimos hasta Benaoján donde recorremos el pueblo con la moto no diciéndonos gran cosa, solo el lugar privilegiado donde está encaramado el pueblo. 


Volvemos de nuevo hacia la cueva y estacionamos en el parking que hay junto a la carretera, GPS: 36.726760, -5.235343 de tierra, desde donde sale una senda que baja hasta la entrada que han habilitado recientemente para acceder por un puente.


También existe la posibilidad de estacionar en la zona de abajo pegado a una chopera al lado de un hotel aunque el tramo de camino presenta una gran pendiente.


Vemos que han habilitado recientemente este entorno y lo han dotado de un puente peatonal que atraviesa el río Guadiaro, así como varios tramos de pasarelas perfectamente balizados que nos conducen a la abertura de la cueva.



Por el interior de la Cueva del Gato sale un arroyo de aguas cristalinas que forman un bonito estanque de color turquesa que le proporciona a este lugar un encanto único. 


Para llegar a la apertura de la cueva hay que tomar una pequeña senda excavada en la roca que no supone gran dificultad aunque hay carteles que avisan del peligro de resbalones o caídas.



El final de la senda nos deja en la abertura de la cueva donde un cartel nos indica que está prohibido penetrar en el interior de la cueva por el riesgo que supone. Había leído que se puede hacer un recorrido por el interior de la cueva con una empresa especializada, aunque no es nuestro caso pues solo queremos ver el entorno.


Me entretengo un rato en la abertura de la cuerva haciendo algunas fotos mientras Mati reemprende el camino de vuelta. Cuando un instante después bajo por la senda veo en el suelo ya que se ha escurrido en las resbaladizas piedras y se ha hecho daño en una rodilla. Intentamos bajar hasta la parte del parking para que la pueda recoger con la moto consiguiéndolo con mucho esfuerzo.


Vemos que la lesión puede ser importante ya que no se le pasa el dolor y no puede flexionar la rodilla. Llegamos al parking en Ronda donde tenemos la auto sin que el dolor remita. Esperamos unas horas a ver la evolución de la rodilla y a media noche el dolor es más intenso por lo que ponemos punto final a la escapada y volvemos a casa. 


Parada obligatoria en el hospital donde se confirman nuestros temores que supondrán una larga temporada de reposo para la completa recuperación.
Por tanto nos tocan unos meses apartados de cualquier salida hasta que la recuperación sea total.




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