03 febrero 2017

Por tierras donde reinan el silencio, los Castillos, las Iglesias románicas y los pueblos negros. Guadalajara (2ª parte)


Continuamos nuestro recorrido por tierras de Guadalajara adentrándonos hacia la sierra norte en búsqueda de pueblos olvidados y abandonados, castillos de película, valles salados y pueblos negros.

Lugar que ocupa la ruta

Itinerario de esta entrada

Sigüenza

Itinerario Pelegrina-Atienza

Después de comer continuamos ruta fijando nuestro siguiente destino en la pequeña población de Palazuelos a unos 8 kilómetros de Sigüenza.

 Parking en Palazuelos

Estacionamos a la entrada del pueblo justo antes del arco de entrada GPS: 41.091667, -2.690833, gratuito y sin servicios.


Palazuelos resulta ser todo un descubrimiento, un lugar que se conoce más bien poco y que encierra dentro de sus 2 kilómetros de murallas una historia que ya la quisieran para sí otras grandes ciudades.




Nada más traspasar el arco de la entrada principal nos encontramos una gran plaza en pendiente con su fuente de piedra y su picota que demuestra que Palazuelos fue villa que administraba su propia justicia y castigaba a los reos.



Tomamos una calle que desde la plaza sale a nuestra derecha y que nos desemboca en el monumento más importante de esta localidad, su castillo.
Mandado construir por el Marqués de Santillana en el Siglo XV presenta un estado de ruina a excepción de la torre del homenaje que está rehabilitada con un estilo digamos algo arcaico y peculiar, no le hace justicia. Ello se entiende al ser de propiedad particular sin haber seguido un patrón establecido en su reconstrucción.


Nos alejamos algo de la población para observar desde algo de perspectiva el conjunto amurallado de Palazuelos. Y si el castillo deja que desear no ocurre lo mismo con el resto de las murallas que sí se conservan bastante bien.




Nos fijamos que algunos tramos de muralla presentan ventanas por lo que deducimos que adosadas hay algunas casas habitadas algo peculiar y característico. 


Caminamos tranquilamente saliendo y entrando al pueblo por las numerosas puertas que se abren en la cortina de piedras que conforma las murallas de Palazuelos e intuimos el noble y glorioso pasado que se respiraba aquí en otras épocas perdidas.


Nuestros pasos nos llevan como sin querer a una coqueta placita donde el gorgoteo del agua nos llama la atención y así descubrimos la fuente de los 7 caños, todo piedra, todo historia.


En nuestro juego de entrar y salir constantemente del perímetro amurallado en esta ocasión nos topamos con lo que puede ser uno de los rincones más bellos de Palazuelos. La regia muralla con los escudos blasonados de los Marqueses de Santillana, los Mendoza y al lado las humildes casitas que buscan el cobijo y amparo bajo los fuertes y seguros muros.


Es una delicia pasear por este bello rincón cargado de historia, contemplar y admirar la muralla, las torres, las puertas por las que desde la Edad Media han atravesado estos muros ingentes cantidades de personas que al igual que nosotros hoy, se maravillaron de este lugar apartado y tan poco conocido. De esta auténtica joya medieval abierta a todo aquel que se desvié unos pocos metros de la carretera principal y dedique un par de horas a respirar historia.


 Parking Carabias

Prácticamente al lado de Palazuelos encontramos otro pequeño asentamiento que posee otro monumento digno de ser visitado, Carabias.
Estacionamos a la entrada GPS: 41.089722, -2.716667, gratuito y sin servicios.


Si en Palazuelos hemos podido admirar el conjunto amurallado, aquí estamos ante un monumento que nos deja estupefactos, la Iglesia románica del Salvador del Siglo XIII.


Lo primero que llama nuestra atención es el buen estado de conservación de este monumento. Luego sus dimensiones tan perfectamente logradas. Seguimos con esas dos galerías porticadas de doble columna. Terminando por la belleza y armonía que transmite todo este precioso conjunto.


Según parece los maestros canteros que realizaron tan bello y delicado monumento estuvieron trabajando en la Catedral de Sigüenza, aunque no es del todo fiable este dato. El caso es que quien hiciera este monumento acertó plenamente y hoy tenemos la suerte de poder disfrutar de este bello ejemplo del arte románico que existe en Carabias.


Es una pena que esté cerrada la Iglesia y no podamos contemplar el interior, que manía de cerrar los  monumentos. Pagaríamos por visitarla por dentro sin duda y no somos los únicos que estamos aquí viendo este magnífico monumento.


Callejeamos por las cuatro calles de Carabias apreciando que se han restaurado bastantes casas e incluso hay varias de ellas destinadas a turismo rural sin duda un aliciente para este pequeño pueblo situado en este remanso de paz y tranquilidad.


Sin duda alguna Carabias puede ser ese lugar escondido, perdido, anónimo donde acude uno a encontrarse a sí mismo. Imagino pasar aquí un estío rodeado de verdes y frondoso árboles saciados por las aguas transparentes del arroyo que discurre por la vega baja de la población y que alimenta los huertos de los vecinos.


Y eso sí, siempre con la cautivadora perspectiva de la sublime silueta de la Iglesia del Salvador que se yergue orgullosa de su pasado transmitiéndonos esa armonía y elegancia tan difícil de conseguir.
Antes de partir de Carabias nos preguntamos cómo es posible que en estos pequeños y aislados núcleos como son Palazuelos y Carabias tan cercanos entre sí atesoren tan rico y antiguo patrimonio.
Quién en su día decidió dotar a estas dos insignificantes aldeas de estas imponentes construcciones. Qué ha pasado para que ese esplendor que tuvieron en su día haya desaparecido prácticamente.

 Parking Riba de Santiuste

Con esas preguntas todavía en nuestra mente partimos hacia nuestro siguiente destino situado en pleno valle del río Salado que no es otro que Riba de Santiuste donde llegamos a última hora de la tarde y cuando los perecederos rayo de hoy iluminan en lo alto de un peñón la silueta del imponente castillo de Riba. 


Estacionamos a la entrada del pueblo GPS: 41.192778, -2.706389, gratuito y sin servicios. Nos ponemos en marcha dirección a las faldas del peñón que sostiene las piedras bellamente enlazadas que conforman el castillo de Riba.
Construido en el Siglo IX como una alcazaba estilo andalusí, el mismo ha sido destruido y reconstruido varias veces siendo su estado actual de abandono.


Antes llegamos al corazón del pueblo, la Plaza de la Iglesia donde como es habitual están situados los edificios principales como son el Ayuntamiento y la Iglesia construidos en esa característica piedra rojiza, más bien tirando a color vino diría.


No vemos muchos vecinos por las calles. En contraste sí que vemos a muchos gatos tumbados en las aceras haciendo lo que ellos bien saben hacer, dormitar y esperar a la hora de la cena, menuda vida. Además nos da la sensación que deben llevar un vida bastante tranquila y que probablemente su número sea mayor que el de sus vecinos bípedos.


Tras cruzar el pueblo y salir de las últimas viviendas, aparece ente nuestros expectantes ojos el imponente peñón rematado con tan bella y hasta diría necesaria cabalgadura del castillo que parece venir como anillo al dedo a este espolón rocoso.


La idea al preparar la ruta era la de escalar la tortuosa subida que separa las faldas con la cresta del peñón y adentrarnos en el interior de las murallas del castillo. Pero ya no son horas de emprender tal aventura pues apenas puede quedar una media hora de sol, por lo que nos conformamos con adivinar lo que las piedras rojizas no nos dejan ver.
Como no es cuestión de quedarnos a pernoctar aquí y mañana hacer la subida pensamos que Atienza nos ofrece más posibilidades por lo que nos ponemos en ruta de nuevo.


Antes de llegar a Atienza nos detenemos un momento en pleno valle del río Salado, una contradicción estando a muchos kilómetros del mar. Pasando por aquí no podemos dejar de ver las salinas de Imón.
GPS: 41.160000, -2.728333, gratuito y sin servicios.



Este lugar es otro rincón perfectamente desconocido. Que contradicción más grande cuando nos paramos a pensar que estamos ante las salinas de mayor producción de nuestro país, si aquí en Imón aunque no lo parezca. Un simple cartel informativo es la única y escueta manera de darnos la bienvenida y por nuestra cuenta y riesgo nos disponemos a descubrir tan peculiar lugar.


Desde el Siglo X en que estas salinas fueron construidas por los Reyes de Castilla han estado siendo explotadas aunque sería en el reinado de Carlos III cuando se modernizaron las instalaciones y se intensificó su explotación.
El agua procedente de un manantial era conducida y canalizada para que se depositase en pequeñas eras donde el calor del sol se encargaba de evaporar el agua y dejar en el fondo la sal.

Foto antigua de las salinas (Foto internet)


El año 1996 fue el último que se dedicó a la explotación de sal y en la actualidad lo que podemos ver aquí es una vieja reminiscencia del pasado y un ejemplo más de la degradación que han sufrido muchas zonas del interior de nuestro país sin que parezca importarle a nadie.


Podemos ver varias eras o piscinas donde todavía hay sal con sus artesanales sistemas de distribución del agua mediante largueros de madera y sus suelos empedrados. También se pueden ver varias norias que se utilizaban para trasvasar agua de unas eras a otras.


Igualmente y a duras penas todavía se mantienen un par de grandes almacenes donde acumulaban y envasaban la sal para posteriormente ser transportada a diferentes puntos. Una pena que este lugar con el potencial que tiene no se hay conservado aunque solo haya sido en forma de museo o lugar de interpretación sobre este peculiar y antiguo negocio.



Cuando llevamos recorriendo esta zona una media hora y viendo que la tarde está dando los últimos coletazos nos ponemos de nuevo en ruta y partimos dirección Atienza donde queremos pernoctar hoy.


Lugar de pernocta en Atienza

Pernocta Atienza

Llegamos a Atienza ya de noche y vamos en búsqueda del lugar que llevo seleccionado para pernoctar. Se trata de la parte alta del pueblo, aquí reconozco mi manía de buscar siempre los puntos altos y con vistas cuando de pernoctar se trata. Ello me ha traído más de una complicación como aquí es el caso.

Plano turistico Atienza

Para llegar a este punto hay que hacerlo por la carretera GU-154 que bordea el pueblo en una continua subida y que sale del pueblo dando la vuelta al castillo para volver a tomar un camino a la izquierda que se adentra de nuevo en la parte alta del pueblo pasando antes por el cementerio. De nuevo hay que girar a la izquierda y tras una fuerte rampa descendente llegaremos a una explanada de tierra donde estacionamos.
GPS: 41.199444, -2.872500, gratuito y sin servicios, se trata de una zona de picnic con una fuente de la que no sale agua.

 Plaza del trigo o mercado, Atienza


La verdad es que a veces me complico la vida buscando estos lugares pero creo que merece la pena ya que estamos bajo el castillo y las vistas del pueblo son fantásticas. Eso sí, el lugar está a oscuras aunque a escasos 100 metros vemos la calle que baja a la Plaza porticada del trigo o mercado que es lo primero que visitamos antes de recogernos a cenar.



Caminamos por las callejuelas de Atienza prácticamente sin cruzarnos con nadie. Descubrimos un lugar fascinante, encantador, con un entramado medieval a la altura de cualquier pueblo con más renombre y fama. Es este uno de los lugares que podríamos clasificar como desconocidos de esa lista de imprescindibles que tanto pululan últimamente y que sin ninguna duda están por encima de muchos de esos que conforman dichas listas.


Nada más que la Plaza porticada del trigo o mercado donde además podemos admirar la Iglesia de San Juan Bautista le da mil vueltas a muchos lugares más conocidos. A estas horas de la noche Atienza es si cabe más misteriosa y romántica, siendo una auténtica gozada dejarse perder sin ningún rumbo por las callejuelas empedradas. Bajar una escalera, encontrarte con una fuente de piedra, una coqueta Iglesia una señorial casona, un arco, la Plaza de España con su majestuoso Ayuntamiento, etc.
Con muchas emociones y la retina saturada de bellas postales nos retiramos a la auto a cenar y ordenar tantos recuerdos vividos en el intenso y agotador día de hoy.


Castillo de Atienza

Amanece un precioso día bajo el peñón del castillo donde hemos dormido la mar de tranquilos. Tras desayunar nos ponemos de nuevo en movimiento para terminar de visitar Atienza después del aperitivo de anoche.


De nuevo nuestros pasos nos traen a la preciosa y armónica Plaza porticada del trigo o mercado que si no vemos algo más esta mañana podríamos clasificarlo como el rincón más bello de Atienza. Mientras el pueblo se despierta aprovechamos para visitar la Iglesia de San Juan Bautista que está abierta ya que se está celebrando una misa.




De nuevo y una vez fuera de la Iglesia podemos contemplar algunas de las casas medievales que conforman la Plaza lugar donde tenía lugar el mercado de la villa y su comarca. Rodeando la plaza hay varias casas blasonadas con escudos de familias nobiliarias asentadas en Atienza. Por uno de los lados de la plaza traspasamos el arco de Arrebatacapas para salir a la Plaza de España donde se ubica el Ayuntamiento y la casa del Cordón un palacio medieval.

Arco de Arrebatacapas


También se haya ubicada en esta plaza la casa de los Bravo y Laguna que según reza en una placa de la fachada aquí nació el famoso comunero Juan Bravo.
En Atienza se pueden visitar varios museos como el de la Iglesia de San Bartolomé con una importante colección de arte sagrado y una buena colección de fósiles

Iglesia de San Bartolomé desde los alto del pueblo


Iglesia de San Gil

En la Iglesia románica de San Gil también se puede visitar otro museo de arte sacro, aunque está cerrado cuando visitamos la Iglesia por fuera.
También se pude visitar el museo etnográfico y el museo de la Caballada de Atienza sito en la Iglesia de la Santísima Trinidad, aunque ya digo que nosotros no visitamos ninguno ya que estaban cerrados.



Visitada la parte baja de la localidad ahora nos dirigimos en constante pero llevadero ascenso a la parte alta atravesando la antigua muralla por una angosta puerta que antaño rodeaba por completo la localidad.


Así llegamos a la Iglesia de la Trinidad del Siglo XII donde se emplaza en museo de la Caballada también cerrado por lo que continuamos subiendo hasta que aparece ante nosotros la imponente torre del homenaje del castillo de Atienza cual vigía que se asoma en lo alto de la peña vigilante del paso del tiempo.




A los pies del castillo nos da la bienvenida la Iglesia de Santa María del Rey también del siglo XII que cobija bajo su esbelta figura los restos de los atencinos que nos han precedido en su viaje sin retorno.
Encontramos el cementerio cerrado, una pena pues cuando encontramos alguno de interés como puede ser este el caso nos gusta de hacer una corta parada.
Para ver la preciosa portada de la Iglesia hay que atravesar la ciudad dormida de mármol que antecede al edificio religioso.

Santa María del Rey

Portada de Santa María del Rey

Entrada al castillo

Para poner la guinda a la visita de Atienza toca el último esfuerzo que no es otro que seguir el empinado camino que conduce hasta el monumento más visible de la localidad, su castillo.

Aljibe

De procedencia al parecer árabe esta construcción se asienta perfectamente en lo alto del peñón rocoso que domina la localidad de Atienza conservándose algunos restos de muralla, la torre del homenaje de tres plantas y dos aljibes que recogían las aguas de lluvia y servían para abastecer a la población en casos de asedios, como es lo habitual en este tipo de construcciones.



La entrada para visitar el castillo es gratuita y la hago por mi cuenta al haberse quedado Mati en la auto a descansar y como todo esfuerzo tiene su recompensa la misma viene dada por las estupendas vistas que se obtienen de Atienza y toda esta comarca.


Atienza nos ha dejado un estupendo sabor de boca, uno de esos pocos lugares que dan mucho más de lo que piden a cambio. De esos lugares que cuando lo dejas atrás te asalta la duda de no haber dedicado más tiempo a terminar de descubrirlo. La sensación de que has dejado más cosas por ver, la seguridad de que si vuelves algún día por esta zona te acercarás otra vez a re descubrir de nuevo este lugar.

Itinerario Atienza-Valverde de los Arroyos

Dejamos atrás Atienza y por la carretera CM-110 nos internamos en la zona conocida como los cerros volcánicos de Cañamares, una zona de afloramientos de rocas volcánicas pérmicas.
Nosotros desde la carretera no le encontramos la gracia a esta zona ya que uno espera ver el típico cono volcánico y evidentemente en esta zona eso  no se ve por lo que continuamos nuestra ruta hacia Campisábalos.
También añadir que el hayedo de Tejera Negra está muy cerca de esta zona por lo que si se dispone de reserva para visitar el hayedo es muy recomendable hacerlo.
Nosotros tenemos un infausto recuerdo de la vez que quisimos visitarlo ya que se nos rajó una rueda por un trozo de pizarra y estuvimos todo el día para solucionar el problema.

Parking en Campisábalos

Hemos ido ganando altura poco a poco hasta llegar a los 1300 metros de altitud y adivinamos una tierra dura, de fríos inviernos con amplios pastos y escasa vegetación arbórea.
Como dato curioso este año 2016 Campisábalos ha sido declarado como el pueblo con el aire más limpio de España  y el tercero del mundo.

Iglesia de San Bartolomé

Y cual es el motivo por el que estamos aquí en este recóndito y apartado lugar. Hemos venido a admirar una de las Iglesia románicas mejor conservadas de España la Iglesia de San Bartolomé.
Estacionamos a la entrada del pueblo en un amplio parking de reciente construcción al lado del centro de interpretación de El Mensario
GPS: 41.268889, -3.145556, gratuito y sin servicios aunque se pueden utilizar los del centro de interpretación que a su vez es hotel y restaurante. 


a unos 200 metros del parking sale a nuestro encuentro la Iglesia de San Bartolomé una coqueta construcción románica de un estilo rural del que  no había oído antes hablar. Ello se entiende cuando vemos el reseñado "mensario" que no es otra cosa que una escena escultórica en piedra que describe las labores que se realizaban en los 12 meses del año.



El mensario

Algunas escenas son perfectamente visible y otras no tanto aunque se adivinan con un poco de imaginación. Aquí abajo se describen estas escenas.




El estado de conservación de esta Iglesia del Siglo XII es bastante bueno, tan solo la torre es posterior a la fecha inicial de construcción del templo. Es una pena que no podamos verla por dentro pues la misma está cerrada, quizás podíamos haber preguntado en el Ayuntamiento aunque en la puerta hay un cartel que indica que hoy no estará abierta al público.



También podemos contemplar una serie de canecillos que muestran tema curiosos, como la caza de conejos a base de palos algo que ya hemos podido adivinar en el friso del mensario.
Igualmente se pueden admirar unas bellas cenefas, un par de capiteles y unas pequeñas columnas que dotan a este templo de una belleza y armonía sin igual.


Rodeamos todo el perímetro de la bella y coqueta Iglesia y cuando hemos terminado de admirar tan significativa construcción ponemos punto y final a nuestra presencia en este pueblecito de apenas 70 habitantes con la satisfacción de haber vista este bello ejemplo románico pero con la contrariedad de no haberla podido visitar por dentro.


Iglesia de Villacadima

Tomamos dirección a Galve de Sorbe atravesando amplios pastizales y saliendo a nuestro encuentro algún pueblecito con cuatro casas pero con unas Iglesias espectaculares como es el caso de la Iglesia de San Pedro en Villacadima. A nuestra mente sigue repiqueteando la misma pregunta: cómo puede haber en estos pueblos tan pequeños tamañas construcciones, lo que nos lleva a pensar que toda la zona que estamos visitando, antaño debió de tener bastante influencia e importancia porque si no no se entiende.
Conforme vamos avanzando vamos descendiendo en altura suavizándose el paisaje hasta llegar al valle del arroyo Vadillón de verdes pastos donde vemos bastantes vacas, estamos entrando en Galve de Sorbe.

Parking en Galve

Llegamos a Galve de Sorbe y aparcamos en un ensanche de la carretera, GPS: 41.223056, -3.184444 gratuito y sin servicios. Toca hacer una corta visita por lo que sin más dilación salimos hacia las faldas del cerro donde se ubica el castillo.

Castillo de Galve de Sorbe

El principal y yo diría único atractivo de Galve es su castillo más conocido como el castillo de los Estúñiga, levantado en 1468 bajo los restos de una antigua fortaleza cristiana y anteriormente otro de origen árabe.


Ha pasado por varias manos entre ellas la casa de Alba que lo cedió al Estado siendo éste subastado en el año 1972 y adquirido por un particular que le ha hecho unas reformas que desmerecen bastante esta fortificación.


Es digna de admirar su torre del homenaje y los regios muros de sillar lo que nos lleva a pensar la belleza que debió tener este castillo en su época y que en la actualidad se ha visto afectado por la chabacana restauración que ha llevado a cabo su actual propietario. Por ejemplo las exageradas almenas levantadas que tuvieron que ser paradas para que no atentara todavía más al buen gusto. No se pude visitar por dentro al haber tapiado la entrada por lo que tenemos que conformarnos con verlo desde esta perspectiva.

Picota de Galve

Una vez admirado el castillo toca visitar el resto del pueblo que no es mucho que digamos. Un claro ejemplo de la importancia que debieron tener estas pequeñas localidades que estamos visitando en esta salida es que muchas disponen de picota un símbolo que otorgaba la capacidad de administrar justicia, cosa entonces reservada a los lugares de mayor importancia.



Efectivamente Galve de Sorbe ha conocido mejores tiempos al igual que la mayoría de pueblos que estamos visitando y que tan despoblados han quedado. Actualmente Galve cuenta con unos 100 habitantes que mayoritariamente viven del ganado vacuno.


Partimos de Galve de Sorbe con idea de comer en el camino o ya en el siguiente destino: Umbralejo. A la salida del pueblo a la altura de una ermita vemos una buena zona de picnic ideal para hacer una parada y comer, pero decidimos seguir hacia nuestro destino.
El paisaje cambia radicalmente. Atravesamos densos bosques y cuando llegamos a el Collado la carretera comienza a descender en un zigzagueo vertiginoso.

Mapa pueblos negros Guadalajara

Parking de Umbralejo

A la hora de comer llegamos al desvio al pueblo abandonado de Umbralejo. Vemos un indicador donde advierte que no se pase con los vehículos por lo que nos quedamos en la explanada habilitada a modo de parking, GPS: 41.126667, -3.174722, gratuito y sin servicios.

Entrada al pueblo

Hace una tarde estupenda por lo que sacamos la mesa y las sillas para comer fuera. Una vez repuestas las fuerzas y llenados los estómagos dejamos la auto en la explanada y nos vamos andando hacia el pueblo de Umbralejo. Tras recorrer unos 500 metros llegamos al acceso a este peculiar lugar que se puede visitar libre y gratuitamente.


Umbralejo es el segundo pueblo abandonado que visitamos después de haber estado antes en el pueblo de Granadilla en Cáceres y como aquél nos gustó pensamos que esta ocasión hay que aprovecharla y dedicarle unos minutos a este ejemplo de despoblación y abandono que han sufrido muchos pueblos del interior de nuestra geografía.


Este pueblecito en su día llegó a contar con unas 40 casas sin que sus habitantes pudieran beneficiarse de adelantos y hoy en día necesidades básicas como la electricidad y el agua corriente. Debido a la altura a la que está situado, unos 1200 metros, sufría de rigurosos inviernos siendo la incomunicación una de las compañeras habituales de los vecinos durante los largos y fríos inviernos.


Prácticamente sus habitantes vivían de sus propios recursos que cultivaban en las fértiles huertas regadas por el cercano río Sorbe, así como de la elaboración de carbón vegetal que vendían en los pueblos limítrofes. También vivían del pastoreo de cabras. A todo esto había que añadir la falta de carreteras y vías de transporte haciendo de la comarca una zona bastante aislada.


Todos estos ejemplos nos indican la dureza de la vida de estas personas que poco a poco fueron dejando sus casas sin apenas servicios básicos y casi olvidados por todo el mundo.
Cuando ya quedaban muy pocos vecinos el entonces servicio estatal del Icona expropió estos terrenos para replantar pinos lo que fue la puntilla para Umbralejo. Esto vino a ocurrir en el año 1971.


Desde el año 1984 Umbralejo está integrado en el programa de recuperacion de los pueblos abandonados lo que ha conllevado su reconstrucción en parte y sea utilizado actualmente como campamento de verano.
Ahora no es verano y podemos comprobar que en el pueblo hay bastante ambiente y que hay distintas actividades que realizan los escolares como talleres de pintura, manualidades, música, etc.


Nos parece una muy buena iniciativa la recuperación de este tipo de pueblos y concretamente Umbralejo que ya está ubicado en la zona de los pueblos de arquitectura negra de Guadalajara. Es una delicia pasear por las casas construidas a base de piedra y pizarra. Es solo el principio de lo que nos espera en esta zona.

Situación parking Valverde

Parking en Valverde de los Arroyos

Partimos hacia Valverde de los Arroyos por una carretera que aunque virada presenta un buen estado. Atravesamos verdaderas selvas de una gran belleza y cuando la tarde está llegando a su fin llegamos al lugar donde pernoctaremos esta noche.
Estacionamos en el parking más cercano al centro del pueblo GPS: 41.130278, -3.233611, gratuito y sin servicios.


Descansamos un rato en la auto y antes de que se nos eche la tarde encima vamos a visitar este pequeño pueblo claro ejemplo de la arquitectura negra de esta zona de la sierra norte de Guadalajara.


Por la calle que asciende hacia el interior del pueblo llegamos a la Plaza Mayor con su fuente en medio y su Iglesia del siglo XIX construida toda ella de pizarra negra al igual que las casonas que conforman la Plaza.
Notamos  la paz y tranquilidad que gozan los pocos vecinos de Valverde que sentados en un poyo ven pasar el tiempo sin duda recordando tiempos de mayor importancia y gloria.



Seguimos ascendiendo por la calle principal hasta que llegamos a la parte alta del pueblo donde hay un magnífico prado que es pastado por un par de caballos que nos han dado la bienvenida al llegar al pueblo. Las vistas de las montañas que rodean al pueblo son magníficas.
Aprovechamos que hay un repetidor en este lugar y al parecer el único sitio del pueblo donde tenemos cobertura para ponernos en contacto con la familia.



Nos metemos por todas callejuelas descubriendo todos los recovecos y rincones de este bello e idílico lugar tan alejado y distante del mundanal ruido. Vemos la arquitectura tan peculiar y característica de toda esta zona que le confiere su propia personalidad.



Nos sorprende la noche que cae rápidamente en Valverde de los Arroyos al estar rodeado de montañas y aparece el Valverde misterioso, romántico y desconocido al tiempo que baja drásticamente la temperatura ya que estamos a unos 1200 metros de altitud.



Hemos pasado un noche la mar de tranquila como viene siendo la tónica habitual en este viaje. Esta mañana la dedicaremos a hacer una sencilla ruta senderista hasta las chorreras de Despeñalagua.

Itinerario de la ruta


Subimos hasta la parte alta del pueblo llegando al prado desde donde sale el camino que nos lleva hacia las chorreras. Llega un momento que el camino adelgaza hasta quedar reducido a una simple senda que acompaña a una acequia que transporta las aguas del arroyo que nace en las chorreras y que más abajo se unirá al río Sorbe.


En un momento dado nos desviamos un poco de la ruta al confundirnos y tenemos que subir montaña arriba para volver de nuevo a la ruta con la ayuda del navegador. Por tanto hay que estar atentos aunque siguiendo el cauce de la acequia no habría por qué desorientarse.


Cuando habremos recorrido unos 3 kilómetros llegamos las chorreras que se alzan sobre nosotros unos 120 metros aunque la sensación que nos da a nosotros es de tener menos altura. 
El otoño está siendo bastante seco por lo que el salto de agua es bastante escueto y pobre, imaginamos que en épocas de mayor pluviosidad el espectáculo debe ser digno de admirar.



Aún así el entorno es muy bonito y el paseo bastante agradable por lo que damos por bien empleado el tiempo que nos ha llevado llegar hasta aquí. Reponemos fuerzas a base de un buen bocata en la más absoluta soledad y silencio y reemprendemos el camino de vuelta a Valverde.


Nos cruzamos con un grupo de senderistas que se desvían para hacer la subida al pico Ocejón que es la mayor altura de la zona y que divide en dos esta zona, estando en la otra cara los demás pueblos de la arquitectura negra de Guadalajara y que veremos en la siguiente entrada de la ruta.



Llegamos a Valverde de los Arroyos, damos una pequeña vuelta por lo que nos había quedado por descubrir en el día de ayer. Compramos pan en la única panadería del pueblo y nos vamos al parking para coger de nuevo la auto y seguir ruta hacia Tamajón.

 Valverde de los Arroyos

Valverde de los Arroyos


Vídeo segunda parte

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