07 octubre 2014

Aventuras y desventuras en el Reino Alauí (Primera parte)


En nuestro tercer viaje a Marruecos, recorreremos de nuevo lugares que ya conocemos, otros que se nos quedaron en su día en el tintero y descubriremos auténticas maravillas en un viaje que difícilmente olvidaremos y que será completamente diferente a los otros dos, pues Marruecos nunca deja de sorprender.

Itinerario desde casa al puerto de Algeciras

Como cada vez que toca hacer una salida de más de un fin de semana, que se sale al extranjero y sobre todo cuando se baja hasta Marruecos, los preparativos para que todo salga bien llevan su tiempo y su trabajo. Pero por fin ha llegado el día en que partimos y con la emoción y la alegría que ello supone, nos ponemos rumbo hacia el sur.


Por delante tenemos 11 días o lo que es lo mismo, las vacaciones que hemos podido juntar esta Semana Santa de 2014, y en esta ocasión iremos acompañados por otras tres familias, Luisma y Tere que repiten por tercer año, Prado y Pepe en su primer viaje a Marruecos y Diego y Sonia que también harán su primer viaje en autocaravana a Marruecos. Todos ellos son amigos y miembros de nuestra asociación de autocaravanas Acama

Itinerario seguido en este tercer viaje

Nosotros vamos los cuatro, ya que incomprensiblemente, a Paula y Alejandro es el único viaje en autocaravana que les atrae y mucho. En total la caravana está compuesta por 12 personas que vamos en busca de aventuras, ganas de pasarlo bien y traernos las mochilas cargadas de buenas experiencias. Como iremos viendo posteriormente, las aventuras y avatares que nos ocurrirán en este tercer viaje no tendrán nada que ver con las experiencias de años anteriores, pero eso será más adelante.

Itinerario entre Tánger Med y Marrakech

Quedamos directamente en el Puerto de Algeciras, ya que hemos podido conseguir un barco que sale de Algeciras a las 12 de la noche siendo FSR la compañía. Una vez más los billetes los hemos sacado con Viajes Normandie siendo Susana con la que he tratado este tema.
Los precios de los billetes han sido 278 euros autocaravana y 4 adultos en viaje de ida y vuelta.
Sobre las 22.30 llegamos al Puerto y el resto de la expedición nos está esperando, una vez más hemos sido los últimos en llegar pues Mati ha tenido que trabajar hoy.

Lugar de pernocta.

Sin tiempo prácticamente de tomar nada nos llaman para embarcar. En la taquilla donde nos validan los billetes, surge el primer contratiempo, sobre todo a los nuevos ya que parece que desde la Agencia de viajes han cometido algún error con los billetes, pero tras unas comprobaciones dichos problemas se solucionan y sobre las 00:30 salimos del puerto dirección a Tánger Med.
De nuevo en el barco toca validar los pasaportes, otro engorro que supone el bajar a Marruecos, pero con un poco de paciencia y cola nos sellan los mismos.

Pernocta en Ksar es Srhir

Llegamos a Tanger Med, desembarcamos y toca el último engorro, pasar la aduana con la consiguiente espera. Veremos si el pasar del tiempo ha conseguido que el acceso sea más fluido.
Comprobamos a nuestro pesar que las cosas han cambiado poco y a pesar de ser unas horas de la noche en que se podría pensar que los controles y el acceso serían más laxos, vemos que de eso nada y los gendarmes marroquíes trabajan a su ritmo. De todas formas no podemos quejarnos pues en una hora aproximadamente pasamos la frontera sin problemas, ahora sí que estamos ya de ruta y nuestro viaje comienza.

Pernocta en Ksar es Srhir

Como había calculado, son sobre las 3 de la noche y previamente había buscado un lugar para pernoctar que no estuviera lejos del puerto. Este lugar es una pequeña población que dista unos 7 kilómetros de Tánger Med, un lugar adecuado para pernoctar. Se trata de un pequeño parking de tierra pegado a la playa y a la entrada del puerto. Hay una caseta enfrente con un guarda que hace funciones de seguridad cosa que se agradece. GPS: 35 50 46 N 5 33 39 W, gratuito y sin servicios.

Situación del parking Marrakech

Llegamos al parking para pernoctar en Ksar es Srhir, y al rato llega un turismo con seis o siete chavales con la música a gran volumen y con ganas de fiesta. Le miro al vigilante que está contemplando la acción y le hago gestos de que vamos a dormir y al momento les grita a los chicos y sin tener que decírselo dos veces, éstos se montan en su coche y conforme han venido se van, aquí la autoridad funciona, si señor.

Marrakech:


La noche es tranquila y tras desayunar ponemos rumbo hacia Marrakech, pero antes paramos en el pueblo para sacar algo de dinero en moneda local, el Dirham.
El trayecto circula en todo momento por autopista y los 600 kilómetros que nos separan de nuestro destino nos ocupan toda la mañana y parte de la tarde. En el tramo que la autopista recorre paralela a la costa podemos ver que las grúas que en nuestro país escasean con la crisis, parece que se han trasladado a esta zona de Marruecos y se ven multitud de edificios en construcción un síntoma más de que algo está cambiando en Marruecos, sin duda avanzan a grandes pasos hacia el desarrollo.
Llegamos a Marrakech alrededor de las 6 de la tarde, y tenemos tres opciones para estacionar, desecho el parking de la Koutoubia, un buen lugar sin dudas, pero que se ha subido a la parra pues ya cobran unos 10 euros, por eso nos dirigimos hacia el parking situado en la Avenue Hommane Al Fatouaki, también muy bien situado y cuesta sobre 3 euros. No dispone de servicios, pero está vigilado GPS: 31 37 13 N 7 59 14 W.


Recordábamos esta Avenida de nuestro primer viaje como algo caótico donde las normas de tráfico brillaban por su ausencia pues es imposible circular con tantos y tan variados vehículos, personas, animales, vamos un caos. Y sigue siendo igual, a pesar de no ser viernes, el tráfico es igual de penoso. Llegamos a la puerta del parking y nos dicen que está a tope, pero nos queremos quedar, por lo que esperamos en la puerta a que queden huecos. Conforme van saliendo coches nos van metiendo, pero los pitos de los coches no cesan y todo el mundo grita e intenta hacerse hueco por la Avenida que no da más de sí.



Poco antes de salir para este viaje, nos acordamos que la primera vez que visitamos Marrakech descubrimos por casualidad un restaurante precioso en el que se habían rodado unas escenas de la película titulada "el hombre que sabía demasiado" en 1956 de Alfred Hitchcock siendo los actores principales James Stewart y Doris Day. Pues bien, nos prometimos a nosotros mismos que cuando volviéramos a Marrakech cenaríamos en ese restaurante, por lo que buscamos por internet información sobre el mismo.


El restaurante en cuestión se llama Dar Essalam situado en el número 170 de la calle Riad Zitoun Kedim, a unos siete minutos de la plaza Jemaa el Fna. Por ello les mandé un email para hacer hacer la reserva de la cena espectáculo que ofrecen, habiéndome contestado que esta tarde noche teníamos confirmada la reserva.


Lo único que no llevábamos concertada era la hora y nos entretenemos con la autocaravana de Diego y Sonia, pues han detectado que la batería motor no les está cargando como es debido y tras revisar fusibles, bornes, etc no damos concretamente con la avería. En un momento llegamos a pensar que sería una buena opción comprar una batería nueva, ya que según Diego la que lleva está rectificada y puede que esté mal. Al final y después de darle muchas vueltas, Diego decide no comprarla y seguir a ver qué ocurre y, sin todavía saberlo, empiezan nuestras pequeñas desventuras.


Con el pequeño inconveniente anterior hemos perdido algo de tiempo y sin más preámbulos nos vamos en busca del restaurante pues el tiempo se nos echa encima. Tenemos la suerte, bueno no tanta, ya que aquí esto es habitual, un chaval nos ve perdidos y nos pregunta que a dónde vamos. Al decírselo le seguimos y al poco nos deja en la puerta del restaurante.


Menos mal, ya que el salón está a tope, solo faltamos nosotros, se nos ha hecho algo tarde y nos encontramos que el espectáculo ya ha empezado. Nos acomodan y nos sirven los menús que hemos elegido a base de harira marrakchia, pastela, pollo, tajine, cous cous, fruta, te a la menta y dulces marroquíes, todo muy bueno y abundante con una buena relación calidad precio, además de presenciar el espectáculo donde nuestras cámaras fotográficas no descansan. Un sueño cumplido.


Terminamos los últimos en cenar ya que también hemos sido los últimos en llegar y con el buen sabor de boca que nos ha dejado esta experiencia ponemos rumbo hacia el verdadero corazón de Marrakech, la Plaza Jemaa el Fnaa.

Vídeo espectáculo


Llegamos a la Plaza y observamos que nada ha cambiado desde la primera vez que estuvimos aquí. El mismo ambiente, los mismos puestos de comida, el humo de las barbacoas, la música de los timbales, los corros de turistas y marroquíes viendo los diversos espectáculos callejeros y en definitiva la misma sensación de estar en un lugar tan especial.


Quizás la primera vez que visitamos esta Plaza nos resultó más encantadora, la vimos con otros ojos. Evidentemente esto es algo normal, ya que el primer descubrimiento de cualquier lugar es especial y se vive quizás más intensamente que las siguientes veces. Esto nos ocurrirá en alguna otra ocasión en este viaje, pues repetiremos destinos que ya habíamos visitado antes.



Cuando hemos satisfecho nuestra curiosidad y hemos paseado por toda la plaza cumpliendo el ritual de tomarnos unos estupendos zumos de naranja nos vamos dirigiendo hacia el parking, pero antes nos asomamos para contemplar la bella estampa de la Koutoubia que se alza orgullosa ante nosotros.

Ambiente en la Plaza

El cansancio hace mella en nosotros ya que ha sido un largo día de conducción por lo que ya toca descansar. A media noche me despierto alertado por unos ruidos que no me parecen normales. Pienso que es gente que está jugando al fútbol al lado de las autocaravanas pues se oyen como golpes de balón, pero me digo a mí mismo que no puede ser. Me levanto, me asomo por la ventana y me veo la autocaravana rodeada por un sinfín de paquetes de juguetería, aseo personal, cacharros de todas las clases, etc y gente sacando más bultos de los camiones y tirándolos al suelo, de ahí los golpes que me parecían balonazos.

Itinerario entre Marrakech y Setti Fatma

La noche por tanto ha sido movidita y a pesar de habernos situado en el fondo del parking, un lugar en el que pensábamos que estaríamos tranquilos ha resultado ser todo lo contrario, pues justo a nuestro lado es donde han estado haciendo las labores de carga y descarga de los productos destinado a la Medina de la ciudad, por tanto el lugar no ha resultado ser muy adecuado, eso sí, ha sido barato pues no ha llegado a 3 euros por autocaravana lo que nos han cobrado.

Valle del Ourika:


La visita a Marrakech ha sido corta, lo se pero esos son los planes que hemos consensuado entre todos y a ello se suma la visita que hicimos aquí hace 4 años por lo que no nos apetecía repetir los mismos lugares. Y a cambio de sacrificar más tiempo aquí podremos visitar un valle realmente bonito y que no hemos visitado todavía, el Valle del Ourika.


El nombre del valle se lo debe al río que discurre por aquí, el Ourika y poco a poco va ascendiendo hacia las montañas del Atlas, con lo cual llega un momento en el que el río se precipita formando una serie de cascadas encajonadas en las montañas. Dicho lugar es el pueblo de Setti Fatma, lugar al que nos dirigiremos esta mañana.
La salida de Marrakech se complica un tanto ya que la carretera principal está cortada por la gendarmería marroquí que nos indica el trayecto alternativo, al parecer hay alguna prueba deportiva o algún evento y tienen cortada parte de la carretera.


Tras dar un rodeo, empalmamos con la carretera que sube hacia el valle y tras dejar la fértil llanura que rodea Marrakech, la carretera comienza a serpentear y ascender y aunque hay algunos tramos donde el agua invade parte de la carretera, la misma es perfectamente transitable.
Ante nosotros se abre el valle de tonalidades rojizas con zonas de abundante vegetación por las huertas que forma el río, en definitiva un lugar muy bonito que vamos admirando conforme vamos avanzando con nuestras autocaravanas.


De vez en cuando, cuando la carretera llega a una zona de claros surgen imponentes las cumbres nevadas del Atlas lugar del que proceden las impetuosas y bravas aguas del río Ourika que nos acompañan desde que hemos penetrado en el valle.

Setti Fatma:



Al fin llegamos a a Setti Fatma tras recorrer los 62 kilómetros que nos separaban de Marrakech y nos metemos en uno de los pocos aparcamientos de los que dispone este pueblo, además después comprobaremos que hemos hecho una buena elección pues más adelante la cosa se complica demasiado.
GPS: 31 13 42 N 7 40 11 W   nos cobran unos 2 euros por autocaravana.


Tras quedar perfectamente estacionados, bien juntos para que quepan más coches claro, nos ponemos en marcha provistos de bastones y botas de montaña pues el reto es subir hasta la parte más alta de la cascada principal.


Lo hemos venido viendo a lo largo del río, pero ahora parados lo podemos apreciar mejor. Y es ni más ni menos que lo aprovechados que son estos marroquíes, pues ponen sillones, sofás, sillas y mesas en la misma orilla del río, además con esos colores tan chillones, como a ellos les gusta.


Son como pequeñas terrazas cada una de su establecimiento correspondiente que se afanan en captar al mayor número de turistas, pero aún es pronto para comer aunque ya le han prendido al carbón en previsión de un buen día de negocio, pues el día acompaña.


Al final de la carretera llegamos a una gran explanada que debería ser el gran parking que se divisa en el Google Earth, pero que no corresponde a esa suposición, probablemente porque una riada ha debido llevárselo por delante y solo hay piedras.
Bueno, hasta ahora todo va conforme a lo planeado, aunque ya vemos que desde el parking alguien nos va siguiendo a pesar de haber rechazado sus servicios consistentes en llevarnos a las cascadas.


En esta parte el río se ensancha y me desoriento un momento. He creído ver el camino de subida a nuestra izquierda, pero el chaval que nos quiere acompañar hasta arriba no se despega de nosotros y además hay que atravesar el cauce del río y sin saber muy bien para donde tirar, el caso es que nos estamos alejando del camino que deberíamos haber tomado. Por ello y viendo que a esta marcha no subiremos a las cascadas, medio a regañadientes decidimos seguir a este chaval, al que hemos dicho que podíamos ir solos varias veces y que posteriormente veremos que casi hubiera sido mejor ir por nuestra cuenta, pues aquí nadie hace nada de forma gratuita, por norma general y menos en lugares tan turísticos como es Setti Fatma.


Nuestro improvisado guía nos lleva por un sendero que por momentos se vuelve algo complicado y tiene que ir ayudando a las mujeres y a los niños a que sorteen las dificultades del mismo. Por momentos pienso que este tío nos ha echado por aquí a propósito por haber rechazado varias veces sus servicios, pero ahora estamos en plena ascensión y tenemos que seguir hacia adelante y ver dónde nos quiere llevar.


Poco a poco la vegetación va desapareciendo y el sendero se va empinando discurriendo entre las rocas. La mañana es estupenda y el sol nos va dando pero bien y comenzamos a sudar y a perder el aliento por momentos, hasta que por fin y aliviados llegamos a una zona donde hay una especie de bar con una terracita desde donde se divisan unas buenas vistas de las cascadas. Una vez aquí comprobamos que las quejas que hemos ido diciéndole a nuestro guía en el sentido que nos había echado por un sendero imposible, son algo injustificadas, ya que el lugar merece la pena. Al parecer existen dos caminos para subir aquí, uno por el que hemos subido nosotros y que es más inaccesible y el camino principal que discurre pegado al río y que es el mayoritariamente utilizado por casi todo el mundo y más accesible.


Lo que ocurre es que las vistas son mejores desde el camino que hemos seguido y, evidentemente, y por eso la insistencia del guía en traernos, es la presencia aquí tan arriba de este bar en el que uno se siente en la obligación de tomarse algo, pues con este calor apetece. Nosotros que nos hemos echado almuerzo en las mochilas, nos sentamos en unos sofás y sacamos los bocatas y las cervezas y los chavales se piden unas colas y después tomamos todos te a la menta, que por cierto vemos que lo traen de China, hasta aquí llegan los tentáculos comerciales orientales.



Tras darnos un merecido homenaje a base de productos de nuestra tierra, pagamos las consumiciones que por cierto no son baratas y pensamos que con eso ya hemos satisfecho la deuda que habíamos contraído con nuestro guía, aunque después comprobaremos que la cosa no iba a acabar así.
Los más valientes decidimos subir un poco más arriba y ver otro par de cascadas mientras el resto del grupo desciende a la cascada principal mediante una rudimentaria escalera que debe ser accesible únicamente a los que bajamos y hemos consumido en el bar.



El caso es que bajar a la cascada principal es todo un reto, pues no se han preocupado en hacer esto más accesible y hay algo de peligro de caída si uno no lleva cuidado.
Vemos que hay mucho gente en este paraje, sobre todo marroquíes, Hemos observado en estos viajes al país alauí que sus habitantes gustan de estar en contacto con la naturaleza y aprovechan estos lugres para visitarlos en masa.


Los que hemos subido por el sendero algo más, llegamos a una cascada donde hay bastante menos gente y desde aquí vemos que el camino se complica aunque sigue ascendiendo hacia la parte alta de la montaña y es factible seguir subiendo, pero nosotros debemos volver sobre nuestros pasos pues no queremos hacer esperar al resto del grupo, por hoy ya está bien.


Ahora vamos a bajar por el sendero principal que va paralelo al río. Parece mentira que, a pesar de lo turístico que es esto, no se haya habilitado un camino con mejores condiciones. Las rocas son bastante resbaladizas y hay tramos en que hay que poyarse muy bien para no caerse.



Eso unido a la gran aglomeración de personas que hay visitando las cascadas, hace que la ruta sea algo difícil y ahora es cuando entendemos a los busca vidas que pululan por aquí ayudando sobre todo a mujeres y niños a apoyarse en los tramos más difíciles, para luego exigirte la propina que ellos creen que se han ganado, cosa esta que parece algo razonable, pero que no te lo dicen cuando te cogen y no te sueltan a pesar de tu indiferencia e intentar que se vayan.




Tardamos más tiempo en bajar por este sendero que la subida por el primero, pero sí que es muy bonito. Vemos los típicos puentes de madera para atravesar el cauce del río y las terrazas donde les gusta descansar a los marroquíes, aunque sí que vemos que el cemento va ganando la batalla a los métodos tradiciones de construcción marroquíes, una pena pero es lo que tiene el desarrollo.



Nosotros somos los primeros en bajar, ya que queremos ir a la autocaravana a ver cómo está Alejandro que se ha tenido que quedar, pues tiene un ampolla en el pie y le molesta bastante.


Resulta bastante vistosa la ribera del río pues por todas partes hay instaladas terrazas de estas tan peculiares que instalan los lugareños y van llegando a nuestras pituitarias los primeros aromas de carne asada.



Llegamos a la auto y comprobamos que Alejandro está aburrido de estar solo en el parking y muevo la auto para hacernos un hueco atrás y sacar las mesas y comer en este bonito lugar antes de seguir ruta.
Al momento llega el resto del grupo enfadados por la bronca que han tenido con el dueño del bar donde hemos desayunado pues les ha exigido el pago abusivo por los servicios del guía que nos ha acompañado a pesar nuestro.



Resulta que lo tienen bien montado, un chaval joven se encarga de seguir a los turistas y ofrecerles sus servicios. Si es la primera vez que visitas el lugar y no sabes muy bien por donde ir, incluso te indican el camino equivocado para una vez que estás desorientado, ofrecerse como la única alternativa para subir a las cascadas.


Evidentemente el dueño del bar de arriba está compinchado con el guía, más bien es su jefe y por eso te lleva por el sendero de arriba de al montaña. Con esto consiguen dos cosas, que consumas en el bar y que el guía te siga acompañando en la bajada hasta el fin del sendero y allí te asalta el dueño del bar y te exige que le pagues la cantidad que él considera que te puede sacar. Por eso los amigos han discutido con esta persona y han tenido que venirse sin hacerle ni caso, menudo morro gastan.


Además y para rematar la faena, en el parking nos asaltan los vendedores de todo tipo de cosas que se creen que somos ricos y que tenemos la obligación de comprarles todo lo que llevan y encima regalarles zapatos, ropa, alcohol, etc.
Nos los tenemos que quitar de encima echándolos literalmente, enfadándonos con ellos y no haciéndoles caso a sus reproches, hay que echarle más morro del que le echan ellos.
Comemos tranquilamente y cuando hemos recuperado fuerzas nos ponemos de nuevo en marcha con el objetivo de subir al Tizi-n-Tichka a 2260 metros de altitud.

Itinerario entre Setti Fattma y Telouet

Queríamos habernos parado en alguna de las tiendas que jalonan el valle del Ourika para ver algunas cosillas que hemos ido viendo cuando veníamos, pero la tarde se nos ha echado encima y no podemos perder tiempo ya que tenemos por delante una fuerte subida hacia el Tizi-n-Tichka y luego la carretera que tenemos que tomar desconozco en qué estado se encuentra.


Poco a poco la carretera va ascendiendo y por el Walkie Pepe nos comunica que anda algo corto de gasoil. Pienso que debe haber alguna gasolinera antes de comenzar el ascenso del Atlas y por ello seguimos adelante. Cuando vemos que ya empieza la ascensión del puerto y que no hay ninguna gasolinera en muchos kilómetros, nos detenemos y le hago saber a Pepe que llevo dos bidones con 20 litros de gasoil por lo que decidimos subir el puerto.



Poco a poco va anocheciendo y surge la preocupación de si podremos llegar esta noche a algún lugar antes de que sea demasiado tarde y las preocupación es doble por la falta de gasoil y por la carretera que tenemos que tomar hacia Telouet. Por fin coronamos el puerto y a los pocos kilómetros vemos a la izquierda el desvio hacia Telouet, pero es de noche y no vemos la carretera.


Nos detenemos en una explanada y Pepe me dice que lleva la reserva desde hace algunos kilómetros, por lo que prevenimos y le echamos los 20 litros de gasoil. Luisma se acerca andando a donde hemos visto la indicación de Telouet y comprueba que si que existe una carretera pero que está bastante oculta. Decidimos tirar por allí y ver el estado de la carretera, todo esto a las diez de la noche. 
Afortunadamente la carretera existe y corresponde a la P1506 y aunque no tiene muy buen firme, la misma es transitable pero debemos ir despacio. Vemos que aún nos queda un buen trecho para llegar a Telouet y estamos en medio de la nada, solo vemos montañas y más montañas y ya es bastante tarde.


Cuando nos faltan unos once kilómetros para llegar a nuestro destino aparece ante nosotros una kasbah y decidimos quedarnos a pernoctar. GPS: 31 15 31 N 7 19 42 W. Nos damos una ducha e intentan servirnos agua con una tubería de plástico rígida y al preguntarles dónde podemos tirar los potis nos dices que qué más da, que en el campo. El lugar es como un hotel pequeñito que evidentemente no está preparado para las autocaravanas, pero que cumple lo que buscamos, pernoctar en un lugar seguro y tranquilo.


Después de cenar el dueño de la kasbah nos ofrece te a la menta y nos reunimos en un salón donde recordamos las vivencias y anécdotas de todo lo que ha dado de si el día, que han sido bastantes y variadas, parece que este viaje va a estar cargado de anécdotas y de pequeños inconvenientes que vamos sorteando poco a poco.
Hemos dormido plácidamente y tras tomar otro te abonamos la cuenta que asciende a unos 7 u 8 euros por autocaravana por la pernocta, las duchas y los tes y seguimos ruta hacia Teloued.

Teloued:

  
Llegamos al parking de la Kasbah, GPS: 31.286944, -7.235000 y allí nos recibe el guía que nos va a acompañar y nos hará la visita de este imponente monumento. He de decir en favor de este chico que es encantador, nos dice que nos hace la visita y que le demos lo que nosotros queramos, algo a lo que no estamos acostumbrados.



La entrada a este monumento cuesta 20 dirhams por persona, un precio irrisorio si tenemos en cuenta lo que este monumento guarda en su interior.


Tras abonar el precio de la entrada, nuestro guía toma el mando y nos empieza a explicar los orígenes de esta fortaleza que empezó a construirse en el Siglo XVIII, si bien no se terminó su construcción hasta el Siglo XIX.



Quizás el motivo de que este imponente monumento se encuentre ubicado concretamente aquí en Telouet se deba a que por aquí pasaban las caravanas que unían el sur de Marruecos con Marrakech. Este era el único paso para subir al Atlas, concretamente por la ruta que nosotros hemos traído, antes de que se construyera la actual carretera nacional y que dejó Telouet en segundo plano.


La primera construcción de este conjunto está completamente en ruinas y se han dejado de la mano de Dios en espera de fondos para su posible reconstrucción. Lo que nosotros estamos viendo es de una época posterior y su estado de conservación es mejor por lo que los fondos que han llegado se están empleando aquí para hacer trabajos de mejora.


Lo del nombre de Glaoui se debe a que fue Thami el Glaoui el señor o Pacha que gobernaba en esta zona y en otras muchas más de los alrededores, quien mandó construir la zona que mejor se conserva y la que estamos visitando ahora.


El guía nos cuenta que, según se cuenta, aquí trabajaron más de 300 trabajadores durante unos 3 años para decorara los techos y paredes donde impactan el estuco, los azulejos, los techos de cedro y la cerámica verde de los tejados.


Lo que estamos viendo nos deja con la boca abierta por lo ricamente decorado de las paredes y techos, una preciosidad, algo que uno no puede siquiera imaginarse que se encuentre en este apartado lugar de Marruecos. Afortunadamente el lugar se está rehabilitando y su estado de conservación es muy bueno.


En su época de mayor esplendor este conjunto debió de ser un Palacio digno de admirar. Ello coincidió con la figura de Thami el Glaoui, coincidiendo con el apoyo que brindó a los franceses durante el periodo que duró su ocupación de Marruecos.


Pero su buena suerte no duró mucho tiempo pues cuando Marruecos se independiza de Francia, el nuevo Rey no olvida que Thami el Glaoui apostó por los franceses, lo que significó el ocaso del poder del Pacha y de sus posesiones habiendo permanecido en el olvido mucho tiempo, hasta hace unos años en que se han destinado algunos fondos para la rehabilitación de la Kasbah.


Nuestro guía nos va explicando de forma muy amena estas y otras curiosidades de este edificio y nos llama la atención el nivel de conocimientos que demuestra, así como su facilidad para comunicarse con nosotros en castellano.


Le preguntamos dónde ha aprendido nuestro idioma y, ante nuestra sorpresa, nos indica que no ha estudiado en ninguna parte, que lo que sabe lo ha aprendido a base de practicar con los turistas españoles que vienen Telouet, algo realmente digno de admiración. Y no solo domina el castellano, también habla ingles, alemán, francés, árabe y el bereber, vamos que para no haber ido a ninguna academia está muy bien.



Terminamos la visita subiendo a la parte alta de la kasbah y divisando el enclave en el que está ubicada la misma y su entorno, un verde valle rodeado de áridas  y escabrosas montañas.


Volvemos al parking donde están las autos y antes de despedirnos de nuestro guía, pasamos a la tienda que éste posee y algunos compramos algún detalle, que junto a lo que le entregamos en pago de sus estupendos servicios esperemos que contribuya algo en que esta zona salga de su aislamiento y que mediante proyectos como esta persona hace y la publicidad que entre todos le podamos dar, consigamos que se de a conocer esta zona. Esta persona nos informa que ofrece servicios para recorrer a pie y en burro el Valle del Ounila que comienza desde aquí y que llega hasta Ait ben Addou, algo a tener en cuenta para los que vengan por esta zona.
Antes de marcharnos abusamos un poco más del guía y nos acompaña a la gasolinera del pueblo para que Pepe le eche gasoil a su autocaravana, pues los 20 litros que le presté ayer, probablemente, no le den hasta nuestro siguiente destino. Lo de gasolinera es un decir, pues es una vivienda sin cartel alguno en el que mediante una bomba de mano se saca gasoil de unos bidones de los que recuerdo de mi niñez, todo muy rudimentario, pero a la postre efectivo.

Itinerario entre Telouet y Ouarzazate

Partimos de Telouet después de haber llevado a cabo uno de los objetivos que en los otros dos viajes que hemos hecho a Marruecos se nos había quedado en el tintero, la visita de la Kasbah de Glaoui. Pero aquí no termina lo bueno. Si lo que hemos visto hasta ahora es una preciosidad, lo que viene ahora es algo igualmente bonito: el Valle del Ounila.

Valle del Ounila:


Tenemos por delante unos cincuenta kilómetros de sinuoso recorrido por una carretera que en su primer tramo desde que salimos de Telouet, no es muy buena, combinando algún que otro tramo de carretera sin asfaltar, aunque se puede transitar sin problemas hasta que la carretera se convierte en una vía asfaltada en bastante buen estado.



Como comentábamos anteriormente, este valle desde antiguo fue paso  obligado para las caravanas procedentes del África subsahariana que se dirigían hacia Marrakech, de ahí que esta zona gozara de un alto desarrollo que le otorgaba el paso de dichas caravanas.


Es por ello, que todavía aun en día queden restos de kasbahs que salen a nuestro encuentro conforme vamos avanzando por la serpenteante carretera y que da una ligera idea de la importancia que tuvo en su día el valle del Ounila. Existen diferentes espacios a la orilla de la carretera donde detenerse y admirar estos fantásticos paisajes, GPS: 31.20936, -7.13373



De hecho, la prosperidad que vivió esta zona y que se debía al importante comercio que atravesaba por el valle, contribuyó a la construcción de numerosas kasbahs cuyo principal método de subsistencia residía en los servicios de escolta y protección que proporcionaban a las caravanas a su paso por el valle.




Lamentablemente el estado de conservación de dichas kasbahs ya no es el que en su día ofrecieron, al quedar el valle relegado al olvido con la construcción de la carretera nacional que une actualmente Ouarzazate con Marrakech y ser por dicha vía por la que actualmente pasa todo el comercio y todo el turismo.



Evidentemente si a esta zona le quitamos el paso de comercio, lo que nos queda es bien poco. Tan solo es cultivable la escueta ribera que hay a ambos lados del río Ounila, ya que si nos vamos fuera del cauce del río, tan solo vemos montañas áridas y escarpadas a nuestro alrededor, que no proporcionan ni brizna de hierba para el ganado.


Aun así, el paisaje es grandioso y mágico. Recorremos siempre en descenso el valle y nos tenemos que detener a cada instante pues no queremos dejar de disfrutar de tan bellos rincones y paisajes que vamos tratando de inmortalizar con nuestras cámaras fotográficas y que como siempre que bajamos a Marruecos no hacen justicia a lo bonito que es esto estando aquí. Ni la mejor cámara del mundo podría fotografiar estas paletas de colores de forma tan bella como la que contemplan nuestros atónitos ojos.



Poco a poco la carretera deja de descender hasta transitar en su mayor parte por la orilla del río y va quedando atrás este maravilloso valle que nos ha sorprendido muy gratamente por esa combinación de colores, lo agreste y árido del mismo y al mismo tiempo la riqueza vegetación de la ribera del río Ounila.


Ait Ben Hadu:


Si lo que llevamos del día ha sido impresionantemente bonito, no os quiero contar lo que hemos dejado como guinda del pastel de hoy. Ait Benhaddou, es uno de esos lugares que a uno no se le puede ir de la cabeza mientras viva. Me dije a mí mismo la primera vez que estuvimos aquí hace cuatro años que tendría que volver de nuevo a este lugar, y aquí estamos efectivamente.



Estacionamos en una gran explanada no muy lejos del principal aparcamiento, queremos estar algo tranquilos pues vamos a comer y queremos algo de intimidad, GPS: 31 02 36 N 7 07 50 W.


Hacemos el típico cuadrado con las autos para tener algo de intimidad y hacemos una barbacoa de esas portátiles que van bien para estos casos. La anécdota del día ocurre cuando Luisma intentando avivar el carbón, vierte líquido para barbacoas a la misma y el fuego hace que le explote la botella en la mano. Primeramente nos preocupamos por si se ha podido quemar, pero al comprobar que solo ha sido el susto nos carcajeamos durante la comida, aunque Luisma tarda algo más en reír.



Nos respetan los vendedores en la comida, quizás debido al inmejorable aroma que desprende la carne asada de cerdo a la que no son aficionados, pero al terminar acuden algunos de ellos a ofrecernos el oro y el moro.




Comidos y descansados y con todo recogido, aunque con la constante amenaza de la batería de arranque de la auto de Diego y Sonia que sigue dando problemas, partimos hacia el Ksar de Ait Benhaddou provistos de cámaras que intenten captar la extraordinaria belleza y armonía de tan mágico lugar.




Estamos en el Ksar (Alcázar) mejor conservado de todo Marruecos, motivo que le ha valido estar en la lista de patrimonio de la humanidad de la Unesco desde el año 1987. Y volvemos a repetir que el motivo de la existencia de esta magnífica fortaleza fue el hecho de que por aquí pasaba el comercio que se dirigía hacia el norte por el valle del Ounila.



Para acceder al kasar, lo primero que hay que hacer es atravesar el cauce del río, que esta vez trae más agua que la primera vez que lo visitamos. Se agradece el frescor que proporciona sus aguas a nuestros pies, por lo que es altamente recomendable descalzarse y andar por el cauce del mismo.


Pagamos la entrada del Kasar, una cantidad simbólica por entrar en el complejo de barro, donde aún viven algunas familias que han vuelto a poblar el Kasar después de la declaración de patrimonio de la humanidad con la consiguiente afluencia de turismo, motivo por el que ha aflorado una gran cantidad de tiendas de artesanos que ven una forma digna de vivir por el empuje del turismo.


Por un momento me quedo con los chavales deleitándonos con una demostración de un pintor que dibuja bonitas postales del Ksar con una técnica basada en agua con té y secado con fuego que quedan realmente bonitas.


Gracias a los trabajos de restauración que se han llevado a cabo y que todavía continúan, podemos disfrutar de la gran belleza de este lugar y nos podemos hacer una idea de lo realmente bonito que tuvo que ser este lugar en los primeros años de su construcción.




Este conjunto está compuesto de tres barrios, uno aristocrático situado en la parte baja del Ksar y que cuenta con seis kasbahs con una altura de hasta cinco pisos, que son los que sobresalen claramente por encima de los demás.


Otro barrio llamado popular que cuenta con casas de una o dos plantas, con patios interiores en algunos casos y de bastante superficie.


Y el tercer barrio es la judería situado en la parte este del Ksar y que es el peor conservado, aunque ya se están realizando trabajos de restauración y en poco tiempo estará a la misma altura que los otros dos barrios.
Hay algunas terrazas ocupadas actualmente por bares desde donde se pueden hacer fotografías muy bellas y al mismo tiempo sentarse, contemplar y vivir este idílico lugar.


En esta ocasión hemos disfrutado mucho más que la anterior, para ello nos lo hemos tomado con más tranquilidad y calma. Nos hemos detenido más, hemos realizado la visita con más pausa y los resultados han sido más satisfactorios, hemos vivido este lugar más intensamente y hemos guardado en nuestras retinas unas imágenes inolvidables y maravillosas. Y parece mentira, pues cuando uno repite los lugares que te han marcado, los resultados no son tan idílicos como en la primera ocasión, y esta vez las sensaciones son incluso mejores que en la primera, cosa que dice mucho de este lugar, sin duda no deja indiferente.

Para saber más: ait-benhaddou

Atlas Studios:



Nos marchamos de Ait Benhaddou con pena, pues de tan bonito lugar es difícil salir, pero el viaje continua y debemos seguir ya que vamos a hacer noche en el camping de Ouarzazate, pero antes vamos a hacer una parada en los Atlas Studios, pues ya hemos pasado tres veces por aquí no no hemos parado en ninguna ocasión.


Llegamos a la explanada donde está el parking de los Studios, GPS: 30 56 25 N 6 58 00 W y dejamos estacionadas las autos. Ya es algo tarde y puede que estén cerrando las instalaciones.


Efectivamente las instalaciones están cerradas nos confirma el guarda de la puerta, pero tras insistirle un poco para que nos deje acceder al interior tan solo para hacer algunas fotografías, éste accede y nos deja traspasar la barrera.


Este lugar se trata de una gran extensión de terreno con naves donde guardan los decorados y demás elementos de películas que la industria del cine norteamericano rodó por estas latitudes hace algunos años, aunque parece que actualmente se está animando de nuevo la cosa y ya se han rodado alguna que otra cosa por aquí.


Como la industria del cine dejó de venir a este lugar, las instalaciones se han reconvertido en una especie de museo al aire libre que por una entrada le da a uno derecho a ver decorados y demás cosas de películas rodadas aquí como  Axterix y Cleopatra, la joya del Nilo, Gladiator, el reino de los cielos, etc.


La hora del cierre es a las seis de la tarde, algo temprano para los marroquíes, pero es lo que hay, nosotros por llegar algo tarde no lo hemos podido ver, aunque si uno viene por Ouarzazate, merece la pena hacer una visita a estas instalaciones separadas seis kilómetros de la ciudad y muy cerca de la carretera nacional.

Ouarzazate:


Al no haber podido ver el museo, nos vamos a una gasolinera próxima a repostar y después, ya a la entrada a la ciudad, paramos en un cajero a sacar dinero.


Atravesamos la ciudad que presenta a estas últimas horas de la tarde ese ambiente tan característico de las ciudades marroquíes cuando el sol va cayendo y la gente va acudiendo a las medinas para comprar algo, cenar, o simplemente estar en el corazón de la ciudad.



Pasamos por delante de la imponente kasbah de Taourirt que ya visitamos en la anterior ocasión que pasamos por Ouarzazate y que recomiendo a todo el que pase por este lugar. No tiene pérdida, está en la misma carretera GPS: 30 55 13 N 6 53 56 W.



Por fin llegamos al camping de la ciudad, para ello hemos atravesado toda la ciudad, ya que el mismo está en el otro extremo de la misma, GPS: 30 55 25 N 6 53 12 W.


Tras acomodarnos en un lugar del camping y parar las autos, vemos que podemos instalarnos en otro lugar mejor y al ir a arrancar la auto de Diego, ésta no arranca, la batería no responde y nuestro temor por la avería que viene arrastrando la autocaravana desde que iniciamos el viaje se ve confirmada.
La batería no carga y se viene abajo por lo que hay que buscar una forma de cargar la misma. Primero a través de la conexión eléctrica que no parece funcionar y después encontramos a un ingles que nos proporciona un cargador rápido para ver si en toda la noche puede cagar la batería y seguir ruta.


El camping sin ser nada del otro mundo cumple sobradamente con nuestras necesidades. Desde nuestra última estancia aquí se ha construido mucho a su alrededor, como estamos comprobando en todas partes por Marruecos, un país en constante desarrollo.
Cenamos tranquilamente dentro del corro de autos que hacemos cada día y entre risas y repaso de las vivencias ocurridas en el día de hoy, éste va tocando a su fin. Los chavales se van a recepción y por las risas que les oímos se lo están pasando bien. Así nos lo confirman, pues se han hecho amigos del recepcionista y han estado mirando internet, cantando y haciendo como si fueran ellos los dueños del camping.
Y hasta aquí esta primera etapa de nuestro viaje. En la segunda parte veremos si se han solucionado los problemas con la batería de la auto de Diego y Sonia, visitaremos el palmeral de Skoura, con su mejor kasbah Hamerhidil, nos adentraremos en las impresionantes gargantas del Dades, etc. Todo ello con la mirada puesta en el desierto de Erg Chebbi, una vez más plato fuerte del viaje.



3 comentarios:

matiba dijo...

Pedazo viaje!!! Qué maravilla

Said Amraoui dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
alsaga dijo...

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