09 agosto 2014

Austria (3ª Parte)

En esta tercera entrega empezamos visitando la señorial Salzburgo, damos un salto a Alemania donde visitaremos el lago Königsee, un lugar de cuento, y terminaremos circulando por una de las carreteras de montaña más bonitas del mundo que nos subirá al Grossglockner y como guinda caminaremos por el glaciar Pasterze.

Itinerario seguido entre St. Gilgen, Freilassing y Salzburgo.

Salimos de Sankt Gilgen con la intención de detenernos un rato en el pueblo de Mondsee y dar una vuelta, pero al llegar pensamos que es otro pueblo pegado a un lago y como el día anterior ya hemos visto un par de ellos, decidimos seguir ruta directamente hacia Salzburgo.

Lugar de pernocta en Freilassing.

Hemos seleccionado como lugar donde estacionaremos la autocaravana la cercana localidad de Freilassing perteneciente a Alemania y situada a unos 6 o 7 kilómetros del centro de Salzburgo.

Lugar de pernocta.

Llegamos a la localidad de Freilassing y vemos que el área de autos que dispone de unas pocas plazas está ocupada, GPS: 47 50 27.15 N 12 59 05.46 E , por lo que nos cambiamos al parking de enfrente.

Área de autos de Freilassing.

Pasamos por debajo de la carretera y nos estacionamos en el amplio parking donde hay varias autos más que ha optado por lo mismo que nosotros al estar el área ocupada.
GPS. 47 50 24.41 N 12 59 05.93 E, gratuito y sin servicios, muy tranquilo para pernoctar.

Salzburgo.

Como viene siendo habitual en este viaje, para desplazarnos a Salzburgo bajamos nuestro ciclomotor y enseguida estamos en marcha hacia el casco histórico de Salzburgo.

Estatua a Mozart, Salzburgo.

Conforme nos vamos acercando al centro de Salzburgo, vamos viendo autocaravanas estacionadas en las calles, cosa que pensaba que sería más complicado y por lo que me decidí a buscar estacionamiento en las afueras, por lo que solo es cuestión de buscar y seguro que se encuentra.

Residenzplatz, Salzburgo.

Aparcamos el ciclomotor cerca del puente Staats tras cruzar el río Salzach que separa a la ciudad en dos mitades y nos adentramos en el casco antiguo.

Fortaleza, Salzburgo.

Enseguida llegamos a la Residenzplatz, uno de los puntos neurálgicos de esta ciudad.

Catedral en la Residenzplatz, Salzburgo.

Catedral desde la subida a la Fortaleza.

Nos acercamos a las cercanas instalaciones del funicular que sube hasta la Fortaleza, situadas en la calle Festung Gasse pero vemos unos precios algo desorbitados, 11 euros funicular más visita a la Fortaleza y una buena cola, por lo que ya que hace una mañana estupenda decidimos subir andando y darnos un paseo.

Salzburgo.

Hohensalzburg o Fortaleza.

Cuando llegamos arriba a los pies de la Fortaleza, vemos el precio de la entrada que asciende a los 8 euros y que no existen visitas guiadas en castellano, tan solo con audio guía, por lo que desistimos de entrar dentro del castillo.
Para saber más:
Fortaleza de Salzburgo

Hohensalzburg o Fortaleza.

Salzburgo.

Bajamos hacia la ciudad de nuevo por otra senda menos transitada que por la que hemos subido disfrutando de las vistas dela ciudad de Salzburgo.

Salzburgo.

Casa donde nació Mozart.

Buscamos la Getreidegasse y concretamente el número 9 que es donde nació el día 27 de Enero de 1756 Wolfgang Amadeus Mozart.
Conocida como la Mozarts Geburtshaus, actualmente es un museo la planta tercera del edificio donde se pueden ver instrumentos musicales antiguos, documentos de la época de Mozart, objetos originales, etc.

La animada Calle Getreidegasse.

Getreidegasse, Salzburgo.

La arteria más comercial sin lugar a dudas de toda Salzburgo es la Getreidegasse que transcurre paralela al río y donde hay representadas un  montón de firmas y marcas de alta gama y precios desorbitados.

El río Salzach a su paso por Salzburgo.

Salzburgo.

Hohensalzburg o Fortaleza.

Seguimos paseando por la ribera del río, por unos puestos de artesanía que cobijados bajo los árboles dan al lugar un toque de paz y relax, que aprovechamos para descansar un rato entre visita y visita.

Puente de los enamorados, Salzburgo.

Cruzamos a la otra parte de la ciudad por un puente y volvemos a esta parte de nuevo por otro puente peatonal en el que casi no caben más candados.
Tras esta primera toma de contacto con la ciudad volvemos a la auto para comer y descansar un rato.

Jardines del Palacio Mirabell, Salzburgo.

Tras una siesta y de nuevo con las fuerzas repuestas, volvemos a la ciudad y dejamos el ciclomotor en las inmediaciones del Palacio de Mirabell.

La Fortaleza desde el Palacio de Mirabell.

Jardines de Mirabell.

Esta zona está muy animada, parece que hoy están de fiestas en la ciudad. Damos una vuelta por esta zona disfrutando de los bellos jardines del Palacio y de nuevo cruzamos el río hacia la otra parte de la ciudad.

Parking cercano a Mirabell.

Vemos un parking donde estacionan algunas autos en Salzburgo. Muy bien situado, en el mismo centro aunque bastante caro, creo recordar que por el orden de unos 30 euros las 24 horas o una cosa así. GPS: 47 48 20 N 13 02 37 E.

Catedral de Salzburgo.

Salzburgo.

Curiosa y bonita estación meteorológica.

Catedral.

Paseando tranquilamente por la ciudad, volvemos a encontrarnos con Tere, Luisma y los niños, que también están dando los últimos coletazos por la ciudad. Ellos también deciden saltarse el Palacio de Hellbrunn con sus juegos de agua, ya que habría que verlo mañana, pues esta gente cierran pronto los lugares.

Salzburgo de noche.

Dado que habría que quedarse otra mañana en Salzburgo si quisiéramos ver este Palacio, pensamos que nosotros mañana seguiremos ruta a lo que ellos también deciden lo mismo y seguir juntos parte del itinerario.
Nos despedimos de Salzburgo, esta bonita y coqueta ciudad que es muy agradable de visitar y quedamos para mañana en Ramsau, ya en Alemania, para ver sus cataratas.

Itinerario Salzburgo, Ramsau, Berchtesgaden.

Parking Cataratas Ramsau.

Llegamos nosotros primero al parking de las cataratas de Ramsau, un gran parking que está completamente lleno y donde las autos no podemos estacionar, imagino que será en esta época del año. GPS: 47 36 09 N 12 55 28 E.

Cataratas de Ramsau.

Por tanto buscamos otro parking al lado de la carretera sobre 300 metros más arriba y ya vemos que no es fácil estacionar, ya que casi todo es privado y por tanto prohibido, pero conseguimos estacionar y al rato llegan Tere y Luisma y a ellos aún les cuesta más aparcar ya que donde nosotros hemos aparcado ellos reciben una mirada fulminante del dueño de la explanada, joer que gente.

Cataratas de Ramsau.

Estamos en el Parque Nacional de Berchtesgaden y se pueden  hacer infinidad de rutas senderistas. Existe un centro de interpretación en el parking desde donde uno puede tomar diferentes folletos con rutas senderistas y demás.

Cascadas de Ramsau.

Nosotros tan solo vamos a visitar las cascadas. Para ello seguimos el camino que sale a la derecha del parking y tras un breve paseo llegamos a una especie de cajero donde, si uno quiere ver las cascadas por un sendero privado, tiene que introducir 2 euros por cabeza dándote la máquina una ficha que más tarde hay que introducir en otra máquina con torno para que te permita el acceso, evidentemente todo ello con una cámara de seguridad enfocando no vaya a ser que se cuele uno.

Cataratas de Ramsau.

Cataratas de Ramsau.

Bueno, las cataratas o cascadas como se quiera denominar, es un corta trayecto que discurre a través de pasarelas de madera por la parte más angosta de un río que discurre con gran ímpetu por este tramo y que es muy bonito de ver.

Parque Nacional de Berchtesgaden.

Después de salir de este sendero que es de pago como ya hemos dicho anteriormente, el camino se vuelve a juntar con el principal y que sube hacia la parte alta del Parque Nacional hasta que llegamos a un refugio.

Refugio.

Desde que hemos abandonado las cascadas y hasta que hemos llegado al refugio, el paisaje no es nada del otro mundo, además hace una mañana de calor algo sofocante y las sombras de los árboles son más escasas. Aprovechamos una de ellas para dar cuenta de unos bocatas que hemos preparado y hacer la ruta algo más distraída.

Parque Nacional de Berchtesgaden.

A partir de aquí, ya se vislumbran muy bonitas montañas y el camino se va complicando poco a poco, aunque seguro que el paisaje también será muy bonito, pero decidimos darnos la vuelta, pues aquí habría que echar el día entero.

Parking en Berchtesgaden.

Ponemos rumbo a Berchtesgaden por donde ya hemos pasado para venir a Ramsau y estacionamos junto al pabellón de deportes.

Parking en Berchtesgaden.

Este es un gran parking en la zona donde está ubicada la zona de deportes del pueblo, aunque hay señales de prohibido estacionar para autocaravanas, aunque nosotros no hemos tenido problemas. GPS: 47 38 05 N 13 00 33 E.

Berchtesgaden.

Comemos a la sombra del pabellón y Tere, Luisma y los críos se van a ver la mina de sal de Berchtesgaden, una de las muchas que hay en la zona. Nosotros por el contrario preferimos ir a conocer el pueblo.

Iglesia de Berchtesgaden.

Como información del lugar en que nos encontramos decir que esta localidad pertenece a Alemania y está ubicada en los Alpes de Baviera a unos 30 kilómetros de Salzburgo y 180 de Munich.

Plaza de Berchtesgaden.

Además forma parte del Parque Nacional de Berchtesgaden y como aporte personal añadir que el entorno es precioso, un lugar privilegiado sobre todo en esta época del año, en invierno seguro que la cosa es diferente.

Los famosos trampantojos de Berchtesgaden.

El lugar ofrece bastantes sitios de interés, como ver los famosos trampantojos que decoran las fachadas de algunas de las casas de Berchtesgaden. Infinidad de rutas senderistas que se pueden realizar en el Parque Nacional.

Berchtesgaden.

Pero sin duda una de las principales razones que nos han llevado a viajar por esta zona, aparte de las citadas es que a unos 5 kilómetros existe un paisaje realmente maravilloso: el lago Königssee, aunque su visita tendrá que esperar a mañana.

Trampantojos de Berchtesgaden.

La tarde es deliciosa, nos está haciendo un tiempo muy bueno, incluso hace calor y por momentos tenemos que buscar refugio de vez en cuando en las sombras que proyectan las casas decoradas con estas preciosas pinturas que llegan a ser muy realistas otorgando a las fachadas un aire de elegancia y distinción.

Berchtesgaden.

Berchtesgaden.

Iglesia en Berchtesgaden.

Otro de los puntos destacados de este lugar es que desde 1920 los nacionalsocialistas alemanes eligieron la zona para el descanso de sus líderes.Por ello se ubicó aquí la residencia de  montaña de Adolf Hitler, el Berghof.

Berchtesgaden.

Así en 1939 se construyó el famoso Nido del Águila que fue regalado por el partido a Hitler y que se ha conservado hasta el día de hoy pudiendo ser visitado, algo que nosotros llevábamos en mente pero que probablemente nos lo dejemos.

Berchtesgaden.

Terminamos de ver el pueblo que se ve muy bien ya que no es muy grande y nos vamos a la auto, aunque no sabemos muy bien donde vamos a pernoctar. Tenemos que tirar el poti y busco en el navegador algún área para este menester.

Parking del Nido del Águila.

Nos dirigimos hacia el área más cercana y empezamos a subir una carretera con una pendiente de un 21 por ciento. Vemos que esto no puede ser muy normal, aunque no podemos dar la vuelta por lo estrecho y en pendiente que se encuentra la carretera.
Al final llegamos a un gran parking y comprobamos para nuestra sorpresa que es el lugar desde donde se coge el bus que lleva directamente al famoso Nido del Águila. Así es que sin haberlo querido hemos llegado a este lugar, aunque a estas horas de la tarde ya no salen autobuses.
GPS del parking: 47 37 50 N 13 02 28 E.

Lugar de pernocta en el lago Königssee.

Repuestos del susto decidimos bajar hasta el lago Königssee y ver si es posible pernoctar por allí.
Llegamos al inmenso parking del lago y aunque sabíamos que este lugar era un importante y destacado destino turístico nos sorprende las dimensiones del mismo, lo que sin duda es prueba de que por aquí pasa mucha gente.

Parking del lago Königssee.

Tras una primera toma de contacto y sin saber si será posible pernoctar aquí, ya que había leído que estaba prohibido, vamos hacia el camping que hemos visto desde la carretera y que está muy cerca.
Se trata del camping Grafenlehem y el mismo está saturado, aunque aprovechado que a la entrada del mismo se puede cargar y descargas aguas para avituallarnos, si lo hubiéramos sabido antes nos habríamos ahorrado la cuestecita del Nido del Águila.
GPS del camping: 47 35 41 N 12 59 10 E.

Parking del lago Königssee.

La carga y descarga de aguas y poti es gratuita por lo que miel sobre hojuelas. Nos dirigimos de  nuevo al parking del lago a ver como está el tema de la pernocta.
Nos dirigimos hacia el grupo de autos que está ubicado en un rincón y tras preguntar a unos italianos, éstos nos dicen que han preguntado en la zona de control y que abonando 4 euros se puede pasar aquí la noche, perfecto.

Nido del Águila desde el parking del lago.

Vemos que también han llegado hasta aquí Luisma, Tere y sus hijos por lo que nos ponemos juntos y tras dar una vuelta de reconocimiento por este lugar y ver donde hay que sacar las entradas mañana, cenamos juntos entre las dos autos, un placer. GPS del parking: 47 35 33 N 12 59 17 E.

Puerto de embarque del lago Königssee.


Sobre las 9 de la mañana ya estamos en el punto de embarque para tomar los barquitos que nos llevarán por el lago, parando primeramente en la Iglesia de San Bartholomä y después en el lago Obersee.

Lago Königssee.

Sacamos los tickets de ida y vuelta que salen a 16.90 euros adultos y 8.50 de 6 a 17 años hasta Salet que es la última parada desde donde hay que andar un trecho hasta llegar al lago Obersee.
Son barquitas para unos 40 o 50 pasajeros que salen cada 20 0 25 minutos, muy bien organizado.

Barquita que hace el trayecto.

Empezamos a navegar por las aguas verde esmeraldas del lago encajonado en imponentes montañas cubiertas casi todas ellas de tupida vegetación donde existen todavía restos de nieve.

Iglesia de St. Bartholomä.

A medio trayecto el capitán detiene la barquita, saca una trompeta y asomado afuera nos deleita con unas partituras espaciadas en el tiempo, siendo su objetivo que comprobemos la buena acústica que tiene el lago rodeado de montañas.

Iglesia de St. Bartholomä.

Por el mismo precio oímos dos veces el concierto, la primera que interpreta el capitán y la segunda que devuelven las montañas en forma de eco. Lo que ya rompe algo el encanto del  momento y del lugar es que después de tan sublime interpretación y que los sueldos de la tripulación, al parecer, no deben ser muy altos, el capitán sin ninguna vergüenza se quita la gorra y la va pasando en busca de propinas, en fin, lamentable.

St. Bartholomä.

La barquita se detiene primeramente en la preciosa Iglesia de St. Bartholomä, que ha ido creciendo desde que la divisamos por primera vez y que no podemos dejar de admirarla y de hacerle fotografías. Habíamos visto fotografías de este idílico lugar, pero nada es comparable a estar aquí en este lugar tan bonito y espectacular, nos quedamos embobados de tanta belleza.

Lago Königssee.

Contemplamos admirados el reflejo de las montañas y de la Iglesia en el agua transparente y pura del lago rodeándonos un silencio que le da un toque más emocionante e idílico si cabe.

Lago Obersee.

Nosotros hemos preferido no apearnos en la Iglesia y seguir hacia el lago Obersee ya que a ser primera hora de la mañana habrá menos gente y lo podremos ver más tranquilos.

Lago Obersee.

Paramos en la última parada en Salet y desde aquí tomamos un sendero hasta que llegamos al lago y desde aquí el sendero que circula paralelo al lago hasta llegar al otro extremos del lago, disfrutando de preciosas vistas.

Lago Obersee.

Lago Obersee.

Panorámica del Obersee.

Final del Obersee.

Este rincón es una preciosidad, se respira una calma asombrosa  y cuando llegamos al otro extremo del lago aprovechamos para desayunar tranquilamente sentados en la orilla.

Lago Obersee.

Lago Obersee.

Algunos valientes se están bañando en el lago, nosotros nos conformamos con meter los pies hasta las rodillas ya que no hemos traído bañador y que el agua está bastante fría, aunque viendo lo transparentes y puras que se ven las aguas dan ganas de meterse dentro.

Lago Obersee.

Cuando nuestras retinas y nuestras cámaras fotográficas ya están saturadas de tanta belleza y emborrachados de tanta armonía y tranquilidad, ponemos rumbo hacia el embarcadero por el mismo sendero que nos ha traído hasta este bello rincón.

Lago Königssee.

Tomamos un barquito que nos de vuelva y al llegar a la Iglesia de St. Bartholomä nos bajamos para ver el interior de la Iglesia, ya que el exterior ya lo tenemos reteque mirado.

Iglesia de St. Bartholomä.

Interior de la Iglesia.

El interior de la Iglesia no es nada del otro  mundo pero bueno hay que verla por dentro. Tras dar un paseito por los alrededores y deleitarnos del entorno nos subimos al barco que nos deposita en el embarcadero.

 Rocas de sal.

Típicos músicos tiroleses.

A esta hora ya está abiertos todos los locales que flanquean la calle principal que hay entre el embarcadero y el parking donde destacan las bonitas lámparas de sal.

Lámparas de sal.

Itinerario hacia Werfen, gargantas de Liechtenstein y Glockgotner.

Después de comer de nuevo en el parking de Berchtesgaden ponemos rumbo hacia Werfen donde mañana veremos de cueva de hielo más grande del mundo, la Eisriesenwelt Höhle.

Fortaleza de Werfen.

Parking en Werfen.

Llegamos ya a media tarde a Werfen y estacionamos en el amplio parking desde donde se tienen unas bonitas vistas de su fortaleza.

Fortaleza o Castillo de Werfen.

Desde este parking sale el autobús que sube hasta la cueva Eisriesenwelt Höhle que mañana visitaremos. El lugar es tranquilo, está al lado de un río y es gratuito aunque sin servicios. GPS: 47 28 34 N 13 11 36 E.

Paisaje subiendo a la cueva.

No sabemos muy bien qué hacer, pues hemos leído que la carretera tiene rampas muy pronunciadas y desconocer el estado del parking, si pagar los 6 euros que cuesta el autobús que te deja a las puertas de las taquillas de la cueva o intentar subir con una autocaravana todos y ahorrarnos este gasto.
Como siempre las mujeres y sobretodo la mía son más reacias a utilizar la auto aunque finalmente optamos por desplazarnos todos juntos en una auto, decisión acertada como más tarde comprobaremos.

Vistas del castillo de Werfen subiendo a la cueva.

Parking donde se puede estacionar perfectamente.

Cuando llegamos arriba, vemos que existen varios parkings y concretamente el número 3 está llano y vemos una auto que ha pasado la noche aquí, tranquilo si debe haber estado.

Parking principal de la carretera.

Tras dejar la auto estacionada y alegrarnos de haber optado por subir en ella todos juntos, caminamos hasta las taquillas para sacar las entradas.

Teleférico de ascenso a la cueva.

Tienen varios precios, el ticket familiar sale más económico y el de adulto cuesta 20 euros por cabeza (tarifa 2013) lo que da derecho a utilizar el teleférico y entrar a la cueva.
Si se quiere también se puede pagar solo la entrada de la cueva saliendo en este caso por 9 euros, pero eso sí hay que hacer una ruta senderista muy subida.

Para saber más: eisriesenwelt

Camino después del teleférico.

Entrada de la cueva.

Hay una buena caminata hasta la cueva por un camino en buen estado pero con una buena pendiente también.
Esta cueva fue descubierta en 1879 y está a una altura de 1656 metros y tiene una longitud total de 42 kilómetros, motivos todos ellos que convierten este lugar en uno de los más visitados de Austria.
La verdad es que el simple echo de subir hasta aquí merece la pena pues los paisajes que se ofrecen ante nosotros son realmente bonitos.
Al llegar a la entrada de la cueva se hacen grupos de unas 20 o 30 personas para hacer la visita que se hace solo en alemán e ingles.

Paisaje alpino desde la cueva.

La entrada a esta cueva está completamente sellada y es cuando abren la puerta cuando tomamos conciencia realmente de donde estamos, sale un aire que nos hiela hasta los huesos, por lo que es recomendable llevar ropa de abrigo.
Nos dan unos cascos iluminados con carburo y entramos para adentro. Está totalmente prohibido hacer fotos, por lo que no podemos sacar ninguna del interior. El guía utiliza una tira de magnesio que prende para alumbrar las zonas más interesantes del kilómetros aproximadamente que dura la visita.
Como consejo no conviene llegar hasta aquí a las personas que tengan problemas de rodilla pues todo el trayecto es de escalones de madera y parece que son alrededor de 1400.

Parking número 3.

Podemos asombrarnos de la cantidad de hielo que contiene la cueva, algo realmente curioso de ver, aunque debido a que es hielo y hay peligro de que aumente la temperatura si el mismo se ilumina y se derrita junto a la presencia de tanto turismo que hace que la temperatura aumente, es por ello que son pocos los lugares en que podemos admirar la formación de hielo, siendo la mayor parte del recorrido a oscuras y sin poder realmente apreciar esta belleza.

Castillo de Werfen.

Como resumen de esta visita a nosotros nos ha parecido un tanto decepcionante, primero porque el precio tan elevado no se corresponden con lo que se ve en la cueva, que aunque resulte curioso ver una cueva con hielo en su interior, tampoco es para tanto la fama que le han dado a este lugar. Por tanto si se pasa por aquí conviene visitarla pero venir a propósito como que no.

Para saber más: Eisriesenwelt

Parking de las Gargantas de Liechtenstein.

Teníamos pensado de visitar el Castillo de Werfen, pero nos damos por satisfechos después de contemplarlo desde la carretera que sube a la cueva, no creo que se vea allí más bonito que desde donde lo vemos nosotros. Por tanto ponemos rumbo a las gargantas de Liechtenstein

Gargantas de Liechtenstein.

Llegamos a las gargantas y tenemos que aparcar antes del parking número 1 debido a la gran afluencia de turistas. GPS del parking: 47 19 01 N 13 11 31 E, gratuito, aunque nosotros estacionamos al lado en una sombra que nos cobija para comer fuera de la auto.

Gargantas de Liechtenstein.

Después de comer y descansar un rato nos vamos hacia las taquillas de las gargantas y tras pagar 4,5 euros por cabeza nos disponemos a ver este bonito lugar.

                                         Gargantas de Liechtenstein.

Estas gargantas están situadas en el pueblo de St. Johann im Pongau y tiene un recorrido de unos 4 kilómetros perfectamente balizado y señalizado.


Gargantas de Liechtenstein.

Realmente el recorrido es muy bonito, pues el río discurre encajonado por imponentes paredes de roca. Además es apto para toda clase de personas ya que casi en su totalidad discurre por pasarelas de madera.

Gargantas de Liechtenstein.

Al principio nos choca un poco que cobren por ver este lugar, así como otros que hemos visto hasta ahora, pero una vez que uno va andando y viendo toda la infraestructura que han tenido que hacer y colocar para que esto sea visitable, se entiende mejor la cosa.

Gargantas de Liechtenstein.

El fin del recorrido lo indica una cascada y un lugar de descanso cosa que aprovechamos para descansar y reorganizar el grupo, pues cada uno ha ido a su ritmo. Desde aquí toca volver y hacer los 2 kilómetros por el mismo camino.

Gargantas de Liechtenstein.

Gargantas de Liechtenstein.

Nos ha gustado bastante la visita de estas gargantas y para terminar el día nos ponemos en marcha dirección a otro de los puntos fuertes del viaje: el Grossglockner

Vistas desde el inicio del ascenso al Grossglockner.

Parking donde pernoctamos al inicio del Grossglockner.

El Grossglockner se trata del pico más alto de todo Austria con una altura de 3798 metros y para llegar a sus inmediaciones donde también está el glaciar Pasterze, hay que utilizar una carretera de peaje.

Peaje de subida al Grossglockner.

Como ya es tarde para subir hacia arriba, decidimos quedarnos a pernoctar en el parking que hay inmediatamente antes de las cabinas de peaje. GPS: 47 10 09 N 12 48 45 E, gratuito y con aseos al lado.

Lugar de pernocta.

Es lugar es perfecto para pernoctar, aunque se puede pernoctar en alguno de los numerosos parkings que hay en la carretera de peaje, algo quizás casi aún más recomendable.
Lo bueno de este lugar es que si uno viaja con niños puedes disfrutar de un mini parque de atracciones que hay frente a nosotros, cosa que aprovechamos hasta los mayores para disfrutar como enanos, totalmente recomendable.

Paisaje de subida al Grossglockner.

Ha amanecido un día estupendo por lo que podremos apreciar la belleza y grandiosidad de este lugar. Pagamos los abusivos 33 euros que vale transitar por los 25 kilómetros de esta carretera y nos vamos hacia arriba.


Paisajes alpinos.

Nos lo tomamos con calma y así vamos parando de vez en cuando en los miradores de la carretera completamente maravillados de los paisajes tan bonitos que se abren a nuestros ojos.

Carretera de subida al Grossglockner.


Paisaje alpino.

Aparcamiento del glaciar Pasterze.

Por fin llegamos al final de la carretera y estacionamos en el primer parking, también el más alejado y que está destinado a las autos y buses.

Vistas del parking.

las coordenadas del parking son: 47 04 20 N 12 45 32 E, desde aquí andando se llega en unos cinco minutos al mirador del glaciar.

Glaciar Pasterze y Grossglockner al fondo.


La carretera por la que hemos venido hasta aquí está considerada como una de las carreteras de montaña más bonitas y la verdad es que si que es cierto y como guinda al pastel desde aquí podemos admirar el glaciar Pasterze.

Glaciar Pasterze.

Lo cierto es que el lugar lo deja a uno anonadado por las impresionantes dimensiones de estas montañas y la cantidad de hielo que hay allí abajo.

                                           Glaciar Pasterze y Grossglockner al fondo.


Dentro del Glaciar.

Luisma y yo no nos podemos resistir al influjo que ejerce sobre nosotros el glaciar y decidimos bajar hasta la cabecera del mismo.

Glaciar Pasterze y Grossglockner.

Bajamos por una senda un tanto tortuosa, aunque es cuesta abajo y se hace más llevadera, otra cosa será la subida, aunque el tramos de mayor dificultas de puede hacer con un funicular, eso si, a un precio abusivo.

Grietas del glaciar.

Conforme nos vamos acercando existen señales de prohibido acercarse, aunque nosotros seguimos un poco más al comprobar que las señales son informativas y no  hay barrera física que nos impida el paso.

Mirando las grietas del glaciar.

Es una sensación para nosotros desconocida el caminar por encima de un glaciar, yo concretamente no había visto nunca antes uno y menos había paseado por encima evidentemente.

Glaciar Pasterze.

Es una sensación extraña y al mismo tiempo mágica y bonita y tengo la sensación de estar en un lugar sobrecogedor en el que somos como hormigas que caminan por este rincón tan majestuoso. Como estar en uno de esos lugares que la naturaleza ha moldeado a lo largo de los siglos y que se siente uno feliz por poder contemplarlo.

Glaciar Pasterze.

Parece que este glaciar tiene una longitud de unos 8, 5 kilómetros y que se va retirando al orden de unos 10 metros al año, una pena.

Indicación de donde llegaba el glaciar en 1995.

Conforme volvemos de nuevo hacia el mirador y vamos ascendiendo por el tortuoso camino podemos ver los carteles que van indicando la posición del glaciar en diferentes años. Podemos comprobar que la retirada del hielo es alarmante y que en los últimos años se ha derretido muchísimo.

Funicular de bajada y subida al mirador.

Es cuando uno viene a un lugar como este cuando toma conciencia que algo debe estar pasando en la naturaleza, no se si a ello contribuimos los seres humanos o es un ciclo de la propia naturaleza, casi más bien me inclino a pensar en lo primero. Pero es una barbaridad lo que en menos de un siglo el nivel del glaciar ha descendido, una auténtica pena vamos y si sigue el actual nivel de deshielo en poco más de 20 años no habrá aquí ni hielo para hacerse un cubata, lamentable.

Dibujo donde se aprecia el deshielo del glaciar a lo largo de los años.

Existen paneles explicativos como el de la foto donde este echo se puede apreciar desde que se tienen mediciones de la altura del glaciar. Concretamente desde el año 1852 que como puede apreciarse era más del doble que en la actualidad.

Fotografía de principios del Siglo XX del glaciar Pasterze.

También hay fotografías que atestiguan el  nivel al que llegaba el glaciar a principios de 1900, que casi llegaba a la altura del mirador. En la actualidad hay que bajar muchísimos metros para llegar al glaciar, de eso puedo dar fe, pues Luisma y yo hacemos la bajada y la subida a pie y llegamos arriba reventados.

Una de las marmotas que habitan por aquí.

El resto del grupo nos están esperando en el parking con la mesa puesta, que alegría. Nos echamos unas cervezas que después del gran esfuerzo nos saben a gloria y comemos tranquilamente rodeados de este bello rincón de Austria

Paisaje alpino.

Aquí ponemos fin a esta tercera entrega por tierras austriacas y en la siguiente entrada relataremos la última parte del viaje que nos llevará básicamente por tierras tirolesas ya en la parte occidental de Austria, pero eso será en la cuarta entrega. Hasta pronto.

1 comentario:

Manel dijo...

Gracias Alfredo, me has ayudado muchisimo, preciosos lugares y fotografias, muchas gracias. Este verano me voy para allá.