03 diciembre 2013

Semana Santa por el Norte (Arévalo)


Ya está aquí la Semana Santa de este año 2013 y como en los últimos años hemos preparado una ruta, bueno mejor dicho dos. La primera por la Comarca del Maestrazgo en las provincias de Teruel y Castellón y la segunda por tierras del Norte: León, Asturias y algo de Galicia.
Nos decidimos por ésta última pues, al parecer, el tiempo será más benigno y los lugares que vamos a visitar nos ofrecen todo lo que andamos buscando.


Mapa de la ruta total seguida.

Salimos de casa el miércoles 27 de Marzo después de comer y dejar a los chavales en el pueblo, ya que pasan de meterse 10 días en una autocaravana, y además con sus padres, es lo que tiene la edad por la que están atravesando, 18 y 15 añazos. Una cosa es segura, no vamos a discutir con ellos.

Ruta hasta Arévalo.

Lugar de pernocta en Arévalo.

Atravesamos Madrid por los túneles de la M-30 sin mayores complicaciones que la reducida velocidad a la que hay que circular por los mismos, pero sin atisbo de atasco, así da gusto.

 Castillo de Arévalo, Avila.

Decidimos parar a dormir en Arévalo, provincia de Ávila y para ello nos vamos a la zona alta del pueblo, justo donde se haya ubicado el precioso castillo.

 Castillo de Arévalo, Ávila.

En dicho lugar no hay un lugar propiamente dicho destinado a la pernocta, tan solo vemos una fuente de agua que se puede utilizar para llenar, pero sí que hay una explanada en la que se se puede estacionar y por tanto pernoctar y es gratuito.
GPS de la pernocta: 41.06875, -4.7203

 Interior del Castillo.

Tras una estupenda cena con las inigualables vistas del castillo iluminado y los correspondientes mensajes a la familia, nos acostamos siendo la noche muy tranquila y apacible.

Obras expuestas en el Patio de Armas del castillo.

Mientras esperamos a que de comienzo la visita podemos admirar las curiosas y bonitas obras de una exposición de hierro reciclado de Juan Jesús Villaverde.

Escultura de hierro reciclado.


 Torre del Homenaje.

A las 10 de la mañana ya estamos preparados para que de comienzo la visita guiada al castillo, que en una hora y media aproximadamente nos va a enseñar la historia tanto del castillo como de Arévalo.

 Interior del castillo.

Este castillo, al parecer, fue construido en el Siglo XV por el Duque de Béjar, Álvaro de Zúñiga y sus muros parece que han dado cobijo a bastantes personajes de la historia de España.

 Interior del castillo.

La visita guiada es amena, la chica que nos da las explicaciones la hace muy interesante, pues  nos hace partícipes de sus chalas y podemos preguntarle lo que queramos.

Grabado de época del castillo de Arévalo.

Desde el año 2010 en que finalizaron las obras de reconstrucción y restauración del castillo, éste se puede visitar prácticamente todos los días y al haber sido durante muchos años almacén del trigo, en la actualidad se puede visitar el museo de este cereal que tanta importancia ha tenido en toda esta comarca.

 Museo del cereal en el interior del castillo.

La visita de este museo está incluido en la entrada del castillo, es el colofón de la visita y resulta curioso de ver, tanto por las variedades que acoge como por la muestra de plagas de los cereales.

 Museo del cereal.

Para terminar la visita, subimos a la parte alta del Castillo desde el que se pueden divisar unas magníficas vistas de Arévalo, así como de los dos ríos que pasean sus aguas por aquí, el Adaja y el Arevalillo.

Detalle de una torre y las colmenas.

Patio de Armas.

 Imagen de Arévalo.

El día, aunque fresco parece que va mejorando y el sol quiere hacerse camino entre las nubes que esta noche han descargado por aquí. Por tanto, concluida la vista al principal monumento de Arévalo, nos disponemos a descubrir este bello pueblo castellano.

 Castillo de Arévalo.

Para saber más del castillo de Arévalo:


Lugar de pernocta, Arévalo.

Dejamos el castillo y nos metemos en las callejuelas de Arévalo en dirección al centro del pueblo.
Podemos observar a los niños jugando en una plaza como antaño se podía ver en cualquier plaza de nuestros pueblos y ciudades, costumbre que, al parecer, por aquí no se ha perdido.

Campanario de Santa María.

Nuestros pasos nos llevan en primer lugar a la Iglesia de Santa María.
Por primera vez podemos apreciar el característico estilo mudéjar tan característico en Arévalo y que ha dejado bastantes muestras aquí.

Interior de Santa María de Arévalo.

Construida entre finales del Siglo XII y XIII, la Iglesia se haya ubicada dentro de un conjunto monumental de notable belleza, la Plaza de la Villa, siendo de destacar la Iglesia de San Martín, la Casa de los Sexmos y un conjunto de arquitectura popular, todo ello alrededor de la plaza porticada.

Detalle de la Iglesia de Santa María.

De una sola nave y de dimensiones reducidas, pero muy coqueta y bonita, destacan las pintoras góticas del Siglo XIV de un pantocrator, algo deterioradas pero que resultan muy bonitas de ver.

Iglesia de Santa María.

La Plaza de la Villa es de unas dimensiones considerables y el hecho de estar porticada le confiere una belleza muy peculiar.

Plaza de la Villa.

Algunas de las casas están bastante bien conservadas y da una idea de lo bonita que tuvo que ser esta plaza en su época de máximo esplendor.

Plaza de la Villa.

Por el contrario, algunas de las casas de la Plaza están bastante deterioradas, lo que le quita algo de encanto al conjunto, lo que ganaría con  una restauración bien hecha...

Iglesia de San Martín, Arévalo.

Seguimos deleitándonos con las proporciones y simetrías de la Plaza de la Villa, una de las mejores plazas que hemos visto y sale a nuestro encuentro las dos torres mudéjares de la Iglesia de San Martín.

Placita de Arévalo.

Esta Iglesia se remonta al Siglo XIII y es también conocida por la Iglesia de las dos torres gemelas.
Está muy restaurada, acogiendo actualmente una sala de exposiciones, y no podemos verla por dentro al estar la misma cerrada, aunque sí podemos ver el claustro.

Claustro de San Martín.

Iglesia de San Martín.

El día no mejora, al sol le cuesta abrirse paso entre las densas y grisáceas nubes, aunque de momento no llueve que es lo que importa, por lo que seguimos callejeando por este bello pueblo que hace tiempo debió tener una gran importancia ya que vamos viendo muestras de palacetes y casonas que debieron ser muy bonitas.

Antigua Casona, Arévalo.

Así, llegamos a la Plaza del Arrabal, donde se encuentra la Iglesia de Santo Domingo de Silos, donde se hayan los restos de San Vitorino, Patrón de Arévalo, siendo la Iglesia principal del pueblo.

Iglesia de Santo Domingo.

Aquí parece que hay algo más de ambiente, sobre todo en las calles comerciales como la Calle Zapateros, donde compramos en una panadería algún producto típico de la tierra que degustaremos en la comida.

Plaza del Arrabal, Arévalo.

En esta Plaza también se haya ubicado el Arco de Alcocer, donde podemos ver una estatua de Isabel la Católica que tanto tuvo que ver con la historia de Arévalo, ya que pasó aquí su infancia junto a su madre Isabel de Portugal.


Arco de Alcocer y estatua de Isabel la Católica.

Por esta zona del pueblo abundan los restaurantes que ofrecen a los turistas y demás personas que se dejen caer por aquí, la rica gastronomía del lugar, predominando el cabrito y el cochinillo, y que supone una tentación difícil de soportar.

Iglesia de San Miguel.

Nosotros nos pensamos quedarnos un poco más y gozar de los suculentos manjares que se nos ofrecen ante nuestros ojos, aunque es temprano todavía, si fuera un par de horas más tarde, hubiera sido otra cosa, pero queremos ir a comer al Barrio Húmedo de León y posponemos el contacto con la cocina de Arévalo para otra ocasión.

San Miguel, Arévalo.

Así llegamos a la Iglesia de San Miguel, donde vemos que están preparando los pasos para la procesión que se avecina hoy, no teniendo por otra parte mucho interés el resto del monumento.

Puente de Medina.

Estamos a las afueras del pueblo, concretamente hemos llegado al puente de Medina, por el que anoche cruzamos para llegar al Castillo.
Bonito puente medieval, construido en el Siglo XIV y que cruza el río Arevalillo y que cuenta con tres arcos en forma de ojiva.

Puente de Medina.

Castillo de Arévalo.

Pues ya hemos llegado al punto de partida, el castillo, que no se cansa uno de admirarlo, mires por donde mires, es realmente bonito.
Con nuestra casita aparcada a las mismas puestas de este bello monumento y con el hambre despertada por los suculentos manjares que hemos podido ver y oler en nuestro paso por Arévalo, nos damos un pequeño vermouth ya que hasta que lleguemos a León falta un buen rato, pero eso ya será en la siguiente entrada.
Hasta luego.


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