09 diciembre 2012

15 días por el sur de La France (parte I)



Verano de 2012, tenemos por delante unos 15 días para viajar con nuestra añorada casa con ruedas que nos permite que tengamos una casa en cualquier lugar donde vayamos.
Esta vez toca el sur de La France.
Este verano las vacaciones vienen de tal forma que tenemos que dividirlas entre un viaje de unos 15 días con la auto y otros 10 o 12 días en la playa, por lo que hay que dividirse. El añorado y esperado viaje de un mes por tierras escandinavas tiene que esperar otro año más y un mes antes de partir me pongo a diseñar la ruta de este año.
En principio teníamos intención de visitar la cornisa cantábrica, por lo que me pongo manos a la obra.
Empiezo a elaborar la ruta por nuestra querida tierra del norte y aunque conocemos algo de Cantabria y Asturias, no me importa reencontrarme de nuevo con algunos lugares.


En ello estoy, aunque algo me recorre el estómago. No ir en verano fuera del país  parece que es como no lucir el viaje, no se, parece que aquí tendremos más oportunidades de visitar nuestra tierra y el salir a ese lugar que es el verdadero paraíso para nuestra forma de viajar y teniéndolo casi a la misma distancia... Estoy hablando, como no, de Francia y de los rincones que esconde. De esos pueblecitos tan auténticos, tan entrañables, tan bien cuidados, con tantas facilidades para el turismo autocaravanista.
Nos lo pensamos mejor y decidimos cruzar la frontera y recorrer tranquilamente el sur de Francia, de pueblo en pueblo y de región en región.

Parking en Besalú.

Desde Semana Santa no habíamos hecho ninguna escapada en la auto y ya hay mono, como engancha esto jolines.
Salimos Mati y yo en esta ocasión, pues los mozos ya van teniendo otras prioridades y entre las principales no está meterse 15 días con sus padres las 24 horas juntos, es lo que tiene la adolescencia, qué le vamos a hacer.
De nuevo volvemos a salir de noche pues considero que se aprovecha más y mejor el tiempo.
A eso de las seis de la mañana llegamos a Besalú, estacionando en una gran explanada que hay a la entrada del pueblo, GPS: 42.197514, 2.702336, gratuito y sin servicios.

Parking en Besalú.

Como hemos llegado a una buena hora para dormir un buen rato, eso es lo que hacemos, acompañados de otra autocaravana.
Nos hemos recuperado un poco del viaje tras unas horas de reparador sueño. Desayunamos y tras comprobar que la otra autocaravana se ha marchado y nos hemos quedado solos nos vamos a descubrir este bello pueblo de la provincia gerundense.

Puente de Besalú.

En un momento estamos ante el principal monumento y reclamo turístico de Besalú: el puente medieval.
Besalú pertenece a la comarca de la Garrocha y su origen data allá por el Siglo X, cuando se construyó un castillo en un promontorio.

Puente de Besalú.

Desde la Edad Media la población ha mantenido y conservado su rico patrimonio lo que le ha llevado a que en 1966 fuera declarada Conjunto Histórico Artístico Nacional.

Típica tienda de Besalú.

Evidentemente, lo que más llama la atención de Besalú es el magnífico puente medieval.
Construído en el Siglo XII cuenta con siete arcos, siendo su forma curva lo que lo hace especial. Tal vez influyó en su construcción el caudal del río Fluvia, ya que sus arcos están apoyados en salientes rocosos a orillas del río.

Típica figura decorativa, Besalú.

Tras admirar esta bella construcción, nos adentramos en la callecitas del pueblo que a estas horas parece muy animado en un ir y venir de turistas mezclados con los lugareños del pueblo.
Los lugares recomendables que visitar en Besalú, aparte del puente medieval son: los baños judíos,  la Iglesia del monasterio de San Pedro, la casa Cornellá y la Sala gótica del Palacio.

Plaza de Besalú.

Existe un recorrido recomendado para ir visitando los principales atractivos del pueblo, aunque seguirlo o no depende de cada uno, nosotros hacemos como casi siempre que encontramos recorridos de este tipo. En un primer lugar seguimos el recorrido, pero cuando nos damos cuenta de lo a mano que está todo y que no merece la pena seguir un itinerario, ya que no nos vamos a perder, seguimos a  nuestra intuición.

Un bello rincón, Besalú.

El pueblo nos está gustando mucho y lo vamos pateando tranquilamente. Observamos que este lugar tiene muchas posibilidades, poseen un bonito y rico patrimonio, pero echamos en falta otros detalles de los lugares que se precien de sobresalir de los demás

Bonitos arcos, Besalú.

Para nosotros, una cosa que diferencia un lugar ideal, diferenciado de otros que  no saben apreciar el potencial que tienen, es el no sentirse agobiado cuando se pasea y se descubre una localidad.
El andar tranquilamente por las calles sin la continua sensación que uno siente al tener que irse apartando constantemente del tráfico rodado, con el consiguiente ruido de motores, humo y demás molestias.

Puente medieval, Besalú.

Eso es lo que echamos en falta de Besalú, un casco antiguo en el que no haya tráfico rodado, en el que los vehículos no estén aparcados a las puertas de los magníficos y bonitos monumentos, el silencio y la tranquilidad que debe presidir una villa medieval de esta categoría.
No se, son pequeños detalles que hacen que un lugar se recuerde para siempre o que se añada en la lista de uno más de los lugares torpemente desaprovechados quizás por no hacer un pequeño esfuerzo.
Por un momento habíamos pensado que la frontera ya la habíamos pasado, pero regresamos a la realidad, aunque nos marchamos de Besalú con las mochilas cargadas no solo de recuerdos materiales sino de bellos flashes en nuestra retina.

Para saber más:


Vídeo de Besalú.

Situación del área de Port Vendres.

De nuevo nos volvemos a incorporar a la autopista y cruzamos la antigua frontera sin problemas y sin retenciones.
Al poco tiempo llegamos a nuestro primer destino de Francia: Port Vendres.
Nos dirigimos a su área de autocaravanas, GPS: 42.517650, 3.113674.
Situada al otro lado del pueblo y casi a los pies del mar, vemos que en su cartel indica que se paga 8 euros las 24 horas y se cobra por la mañana.

Área de Port Vendres.

Nosotros no permaneceremos aquí más que el tiempo justo para comer, echar un rato la siesta y lo que tardemos en ver el pueblo, por lo que no pagamos nada.
El sitio es ideal para pegarse en este lugar unos días y desde aquí hacer varias escapadas a diferentes puntos de la costa.

Interior del Área de Port Vendres.

Justo a la salida del área hay una especie de calita con aguas cristalinas, que invitan a darse un chapuzón y aliviar el calor sofocante de la tarde, o para los que les guste tomar el sol, traer una silla y simplemente dejarse abrazar por los rayos solares.

Puerto de Port Vendres.

Tras una reparadora siesta bajo la sombra de los árboles del área, descolgamos las bicicletas último modelo que traemos para desplazarnos en lugares como este y tomamos dirección al pueblo.
Un coqueto recorrido para bicicletas nos lleva al centro del pueblo en un plis plas.

Port Vendres.

Este pueblo está situado en la región de Languedoc-Rosellón, en el departamento Pirineos occidentales. Cuenta en la actualidad con unos 6.000 habitantes y se le ve un pueblo dinámico, abierto a las azules aguas del mediterráneo,  un lugar privilegiado que se aprovecha de su estratégica posición entre dos países con el aliciente que ello conlleva.

Port Vendres.

Antes de llegar al pueblo, siguiendo el carril bici que rodea las instalaciones del inmenso puerto de mercancías,  lo que denota la importancia del lugar y el volumen de tráfico marino que debe soportar, sin lugar a dudas un aliciente más para la economía local.

Panorámica de Port Vendres.

Vamos pedaleando tranquilamente por el paseo marítimo contemplando los bonitos barcos amarrados en el puerto deportivo. Algún que otro barco pesquero que ha traído alguna captura y el típico mercadeo de pescados.
Lo que sí apreciamos es la amplia oferta de pequeñas excursiones en barcos que hay aquí  Algunas de esta excursiones ofrecen cruceros hasta localidades de la costa Brava catalana a unos precios que invitan a probar esta aventura.

Port Vendres.

Hay chiringuitos que venden los pasajes todo muy bien explicado y que si nos fuéramos a quedar algún día más merecería muy mucho hacer un trayecto de este tipo, realmente interesante la oferta.
Desafortunadamente no disponemos de tanto tiempo, por lo que con nuestras bicicletas último modelo, seguimos haciendo un tour por la localidad.
Nos metemos por las callejuelas altas del pueblo he intentamos encontrar el rincón bonito, la plaza especial, el edificio antiguo, etc, pero no lo encontramos y aunque bonito no llega a la categoría de la zona del puerto y del paseo marítimo, por lo que nos bajamos a esta zona ya visitada para darle una última vuelta y que la bonita estampa quede mejor grabada en nuestras retinas.
De vuelta al área hay que dejarla a la derecha y seguir por el caminito de la izquierda hacia el mirador situado junto al antiguo fuerte militar. Las vistas desde aquí son espectaculares de Port Vendres y su bahía.
Con la maleta cargada de bonitas vistas partimos de este bonito e idílico lugar para dirigirnos a otro lugar aún si cabe más espectacular:
Colliure.

Situación del área de Collioure.

Collioure está nada más salir de Port Vendres, al otro lado de un cerro, por lo que casi antes de que te de tiempo a acomodarte en el asiento de la auto ya ha llegado uno a la perfecta área del pueblo.
GPS: 42.525461, 3.068612 (actualmente ya no está aquí el área sino a unos 200 metros) . Está situada a un par de kilómetros del pueblo. Estos franceses saben hacer las cosas.

Área de Collioure.

Y me explico: el pueblo está abajo pegado al mar, existe un gran desnivel y poco espacio en el mismo, por lo tanto ¿qué es lo que hacen?, lo lógico, te cogen un pedazo cerro y lo transforman en parking y dentro de él dejan unos lugares destinados a área de autos que cuesta 7,50 euros las 24 horas con todos los servicios.

Plano de Collioure.

Aunque esto no es suficiente, para facilitar que la gente deje aquí los coches y no bajen al pueblo en busca de una ansiada plaza de aparcamiento, ponen a disposición de todos una navette, que es un autobús pequeño, que gratuitamente traslada a la gente al pueblo y al aparcamiento respectivamente, sencillo no?, pues que alguien me indique algún lugar de España donde hagan algo parecido.

Collioure.

Tras conversar un buen rato con el conductor de la navette, un chico de origen marroquí que se defiende en español de forma envidiable, ponemos rumbo al pueblo.
Durante el trayecto comprobamos que mi idea de bajar al pueblo con bicicleta hubiera sido totalmente desaconsejable por el gran desnivel que alcanza la carretera
Al momento llegamos a la única parada que hace la navette y desde aquí nos toca seguir a pie hasta el centro del pueblo.

Colliure.

Al llegar a la zona donde esta el puerto, descubrimos un lugar realmente precioso, encantador, sacado de una revista. Las transparentes aguas del mediterráneo bañan tranquilamente Collioure. Una paleta de colores ocres se alzan ante nuestros estupefactos y asombrados ojos, una armonía realmente estremecedora recorre nuestros sentidos y ante la sensación de estar en uno de esos lugares que no se le olvidan a uno en mucho tiempo, me embriago de tanta belleza.

Collioure.

Quizás sea el momento, probablemente las ganas de cada uno en cada momento, puede ser que sea la compañía, quizás las sensaciones, no se, el caso es que Collioure me entra por los ojos y me deja enamorado y extasiado por tanta belleza.

Collioure.

Sería uno de esos lugares en los que a uno no le importaría nada quedarse a vivir una temporada, pedir un acogimiento temporal y dejarse llenar por la belleza de este lugar.
Siento por un momento esa envidia sana por los habitantes de Collioure, que son unos verdaderos privilegiados por tener como lugar de residencia en tamaño lugar, el regalo diario para sus retinas de semejante rincón del sur francés.

Al fondo el Fuerte de Saint Elme, Collioure.

Caminamos tranquilamente, siempre con el mar de frente y dejándonos seducir por los bellos paisajes que nos deja esta localidad, en una espléndida tarde en el que el tiempo parece haberse detenido para que podamos descubrir nuevos rincones y nuevas perspectivas.

Collioure.

Ahora comenzamos a entender por qué en este bonito pueblo del Languedoc-Rosellón, en el Siglo XX, acudieran maestros de la pintura como Matisse y Derain atraídos sin duda por la luz de su puerto y el colorido de sus casas que inmortalizaron en sus lienzos.

Collioure.

Aquí falleció Antonio Machado en el exilio y está enterrado en el cementerio del pueblo, cosa que atrae a numerosos turistas que se acercan a dicha tumba como un último tributo y homenaje al universal poeta.

Castillo de Collioure.

El pueblo en la actualidad cuenta con unos 3.000 habitantes agraciados por vivir en este bonito lugar. Observamos que aquí la principal actividad económica es el turismo, del que quizás dependan en exceso, pues debe ejercer una presión sobre el pueblo algo desmesurada, pero claro, tan bonito lugar tiene que atraer si o si a mucha gente.

Collioure.

A estas horas de la tarde cuando el sol va cayendo, no hay apenas gente en la pequeñita playa del pueblo que pega a la Iglesia de Notre Dame des Anges con su torre, antiguo faro medieval.

Collioure.

Es una auténtica delicia pasear por este pueblo. Las vistas de la bahía son encantadoras. Las calmadas aguas del Mediterráneo parecen sucumbir ante tanta paz y armonía amansándose ellas mismas para transmitir si cabe un aire de tranquilidad supina.

Castillo Real, Collioure.

El paisaje no le deja a uno indiferente. A un lado las azules aguas del mar Mediterráneo, al otro lado las montañas plagadas de abrumadora vegetación y en medio de todo ello Collioure, una paleta de bellos colores que forman las casas de los habitantes de este idílico lugar.

Bahía de Collioure.

Desde esta posición se puede disfrutar de una magnífica vista. La playa de Saint Vincent, la bahía de Collioure, la Iglesia de Notre Dame des Anges y el faro medieval, realmente bonito.

Collioure.

Quedan en la playa los más perezosos a abandonar por hoy la arena, como no queriendo que el día se acabe para seguir disfrutando todavía de semejante lugar y de esta  reparadora tranquilidad.

Collioure.

Plenamente saturados de tanta belleza natural, ahora toca recorrer las callecitas de la población.
Ante nosotros van apareciendo un intrigado numero de callejuelas con sus casas pintadas de bellos colores en tonos pastel y muy  bien conservadas.

Collioure.

Las casas están muy bien cuidadas, se nota que los habitantes quieren asombrar a los visitantes y cuidan cada pequeño detalle que no pasa desapercibido ante nuestras atentas y atónitas miradas.
De vez en cuando salen a nuestro paso pequeñas galerías de obras de arte, de artesanía, de regalos que quisiera uno comprar por ser tan bonitos.

Collioure.

Y la tranquilidad, eso que hemos echado de menos en Besalú. Poder caminar por las calles tranquilamente sin la preocupación de sentirse atropellado en cualquier momento. No, esto es diferente. Aquí se deja uno llevar por la tranquilidad, la ausencia de ruidos ensordecedores.
Sentarse en cualquier poyo y respirar esa paz y armonía  eso es una de las cosas que en estos lugares uno puede y debe hacer para captar toda clase de sensaciones que hacen que un lugar sea realmente especial y que le deja uno un regusto diferente y unas ganas locas de volver allí.
En resumen, quien pase cerca de Collioure, sería un pecado no acercarse por aquí y admirar este bello lugar y si uno tiene la suerte de poder estar más de un día mucho mejor.
Se nos ha hecho un poco tarde para ir al lugar donde había previsto pernoctar, un área en una playa de Leucate, por lo que decidimos quedarnos a dormir en el parking de Collioure acompañados por bastantes acs más.
Sacamos las sillas y la mesa y disfrutamos de una buena cena y velada mientras el día se va terminando habiendo dado de sí mucho más de lo que podíamos imaginarnos.

Situación del parking de Minerve.

Tras una noche tranquila, así da gusto, en la que nada ni nadie ha perturbado nuestro reparador sueño, iniciamos un nuevo día en el que dejaremos el mar para meternos en el interior, volver de nuevo al mar y dejarlo definitivamente para transitar por el interior del sur de Francia.

Parking Minerve.

Llegamos a Minerve y nos vamos hacia su estupendo y bien situado parking, GPS: 43.355542, 2.742214, de pago, 3 euros/24 horas, sin servicios.

Plano de Minerve

La Candela, Minerve.

Lo primero que diremos de Minerve es que está catalogado como uno de los pueblos más bonitos de Francia, no siendo este hecho algo que nos garantice que lo que vamos a ver nos va a gustar, evidentemente, pero sí que esta categoría sea una razón para venir a visitarlo y comprobar si se merece tal distinción.

Monumento a los Cátaros, Minerve.

Lo primero que nos llama la atención de este lugar es el lugar donde está enclavado y sí, digo bien, enclavado, ya que está situado en lo alto de un promontorio rocoso de altos acantilados asomados a las gargantas de la Cesse y del Briant.
Una de las peculiaridades más destacadas de Minerve es la gran cueva que atraviesa de punta a punta la gran roca y que se ha originado por el paso de las aguas del río Cesse.

Minerve.

Tras dejar la auto en el parking, tomamos un pequeño camino que poco después se transforma en una más amplia carretera que baja hacia el pueblo. La entrada por aquí es bastante interesante pues se puede apreciar que a la entrada del pueblo existe todavía los restos de una gran torre de defensa.
Enseguida llegamos al centro del pueblo donde se haya el monumento homenaje a los cátaros, la paloma de la luz.
Comentar que este pueblo estuvo dominado en la Edad Media por los cátaros una especie de orden religiosa que tuvo mucha influencia sobre toda esta zona, hasta que fueron derrotados y expulsados.

Cueva de Minerve.

Con unos 110 habitantes el pueblecito es una delicia, muy tranquilo, lo rodea una paz y una quietud insuperables. Por momentos se traslada uno al pasado y puedes llegar a entender lo inexpugnable de este enclave que totalmente aislado tan solo tenia acceso por un puente levadizo, de esa forma se entiende que este lugar tan solo fuera reducido al destruir el pozo de agua de Saint Rustique.

Minerve.

Enseguida decidimos bajar a la parte baja del pueblo y descubrir la imponente cueva que cruza una enorme montaña. Para ello llegamos al fondo del pueblo y por unas escaleras bajamos hacia el cauce seco del río. Allí se puede contemplar una reproducción de una catapulta que se usó para destruir el pozo de agua y así derrotar a los cátaros.


Minerve.

La cueva es muy amplia y de unas proporciones considerables, aunque hay que llevar cuidado al andar por ella ya que no hay demasiada luz.
Terminada la visita de la cueva volvemos de nuevo hacia la parte alta del pueblo para terminar de verlo.
Minerve.

El pueblo en la actualidad vive del turismo y se nota pues hay numerosas tiendas por todas las calles, aunque a estas horas del mediodía lo que abundan son las terrazas y gente comiendo.


Panorámica de Minerve.

Un grupo de turistas japoneses se marchan del pueblo, va siendo hora de comer, aunque a nosotros todavía nos queda un rato para ello.
Damos otra vuelta por el pueblo y terminamos de ver casi todos los rincones pues el lugar no da para mucho más, ya que en el cerro donde está asentado no se pueden hacer más casas.
Ha merecido la pena acercarnos hasta aquí pues el pueblo merece la distinción de ser uno de los pueblos más bellos de Francia.
Seguimos ruta, tras pagar en el cajero del parking y ponemos rumbo a Sète, aunque hacemos una parada para comer en las exclusas del Canal du Midi en las inmediaciones de Béziers, lugar que visitamos el año pasado y que tanto nos gustó.
El ambiente en las exclusas es excepcional, aunque con más gente que el año pasado, la misma actividad con las barquitos bajando por las exclusas.

Situación del parking, Sete.

Llegamos a Sète y vamos al lugar que tenía previsto para estacionar que es frente a donde finalmente aparcamos y que es el lugar recomendado en la mayoría de las páginas para estacionar. Bien, decir que ese lugar que está pegado a un muelle es un nido de basuras  y no da muy buena impresión, por las condiciones del mismo y por el tipo de gente que hay estacionamos allí. Visto que no nos da buena impresión decidimos buscar otro lugar.

Lugar de parking, Sète.

Finalmente volvemos a cruzar un puente y vemos un hueco en la zona azul, por lo que decidimos estacionar aquí, GPS: 43.410214, 3.700652 .
La verdad es que es el primer lugar en Francia en el que llevaba referencias para estacionar y el lugar me ha decepcionado por no reunir las mínimas condiciones, cosa nada habitual en este país, curioso.

Canal, Sète.

Tras abonar 1,60 euros por 2 horas de zona azul, en un plis plas nos ponemos en el centro de Sète y en sus canales. La verdad es que esta ciudad es muy curiosa, ya que varios canales atraviesan la ciudad lo que la hace peculiar y sumamente interesante.

Sète.

Esta zona de canales es sin duda la parte más bonita de esta ciudad del Languedoc-Rosellón cuya población es de unos 43.000 habitantes y es conocida como la Venecia del Languedoc.
Llegamos a una esquina y descubrimos el Palacio Consular de estilo art-decó que sobresale sobre el resto de edificaciones de la ciudad por su singular belleza.
Actualmente alberga la cámara de comercio de la ciudad, siendo la torre del reloj lo que más nos llama la atención.

Palacio consular, Sète.

La ciudad está situada entre el mar Mediterráneo y el estanque de Thau, lugar privilegiado y que le confiere un claro aire marinero siendo su puerto uno de los más grandes del Mediterráneo.
En todos los canales se ve una ingente cantidad de barquitas de diferentes tamaños amarradas, lo que da una clara idea de la cantidad de gente que tiene esta forma de diversión o de ganarse la vida.

Canales de Sète.

Paseamos tranquilamente por los limpios canales y enseguida nos encontramos callejeando por las calles peatonales del centro que están atestadas de diferentes tiendas.
Consigo conectarme por wifi en una red abierta y mandamos unos whatsApp a los chavales que se acaban de levantar de la siesta en el pueblo.

Justas náuticas en el Canal Royal, Sète.

Llegamos al Canal Royal y descubrimos para nuestra sorpresa que se están celebrando los preparativos y entrenamientos de las famosas y antiguas justas náuticas, una costumbre que data de época medieval en honor a San Justo y que se celebra todos los años por el mes de Agosto.
Nos quedamos un buen rato contemplando tan singular y curioso espectáculo que consiste en que dos equipos con sus respectivas barcas y remeros tienen que conseguir tirar a un mozo ataviado con una lanza y un escudo de maderas y que caiga al agua, curioso la verdad.

Video de las Justas náuticas en Sète.

Después de ver varios combates nos marchamos de esta curiosa ciudad que no le deja a uno indiferente.
Ponemos rumbo al lugar donde dormiremos hoy: La Couvertoirade.

Situación del área de La Couvertoirade.

De camino en la autopista nos ha caído la del pulpo, qué manera de llover.
Nos acomodamos en el área del pueblo, GPS: 43.910053, 3.312625 . El precio de la misma son 3 euros 24 horas, aunque hay que decir que no ofrece ninguna clase de servicios, eso sí, autocaravanas hay unas cuantas, entre ellas un grupo de unas 3 o 4 españolas, murcianos para ser más precisos.

Parking de La Couvertoirade.

Tras una charla con uno de los integrantes del grupo  compartiendo experiencias, me acuerdo de hace un par de años, cuando viajamos por Europa en un grupo similar y del que guardamos un grato recuerdo por las experiencias vividas.

La Couvertoirade.

Parece que ha dejado de llover y el tiempo nos va a dar un respiro, así que aprovechamos mientras no llueve para acercarnos al pueblo que está a unos 300 metros del parking.
Justo cuando llegamos empieza de nuevo a llover por lo que nos tenemos que resguardar bajo la torre de entrada al pueblo.

La Couvertoirade..

Mientras llueve permanecemos un rato callados oyendo tan solo el caer de la lluvia y el discurrir del agua por las calles. Que tranquilidad, no hay nadie por las calles, ni personas ni vehículos, parece un pueblo fantasma, como deshabitado. Justo como a nosotros nos gustan, que gozada.

La Couvertoirade.

Este es el reino de la piedra, estamos rodeados por ella y ésta es la verdadera estrella de este pueblo tan encantador.

Entrada a La Couvertoirade.

La Couvertoirade está situada en el departamento del Aveyrón y es una de las ciudades templarias más famosas del departamento y además forma parte de los pueblos más bonitos de Francia.

La Couvertoirade.

Situada en la meseta calcárea del Larzac, pertenece a una zona donde abundan estas ciudades templarias, pudiéndose hacer una buena ruta por ellas: La Cavalerie, Sainte Eulalie de Cernon, Viala du Pas de Jaux, etc, es sin duda La Couvertoirade la mejor conservada.

La Couvertoirade.

En las piedras de La Couvertoirade se puede leer la historia de los legendarios templarios que ocuparon la meseta del Larzac entre los Siglos XII al XIV.
Los monjes soldados de esta orden militar o solo eran combatientes sino que también fueron constructores, excelentes gestores que aglutinaron poblaciones dispersas, así como excelentes productores de riqueza agrícola.

La Couvertoirade.

Va dejando de llover y aprovechamos para ir descubriendo cada rincón de este bello pueblecito. A esta hora el día va extinguiéndose, sin duda influenciado a lo cubierto de nubes que está, por lo que el sol perezoso de volver a asomarse y regalarnos los últimos rayos de hoy, va dejándose caer para dejar paso a la noche. Nosotros gozamos enormemente pues es nuestro sueño cumplido, pasear por este trozo de historia sin más compañía que la nuestra, sencillamente delicioso.

Cardo en La Couvertoirade.

Noche tranquila y tras el desayuno de rigor, ponemos de nuevo rumbo al pueblo, pues hay que terminar de verlo con la luz del día para terminar de empaparnos de este precioso y mágico lugar.

La Couvertoirade.

En 1312 un tal Philippe le Bel declaró herejes a los Templarios y abolió su Orden y fueron sustituidos por los Hospitalarios quienes perpetuaron su obra hasta el Siglo XVIII.
La Couvertoirade es un recinto fortificado y perfectamente amurallado. El castillo fue construido en 1249 y desde él se divisan todos los tejados de losa de la población.



La Couvertoirade.

Esta mañana hay más animación, algún qué otro grupo de turistas jubilados franceses están visitando la Iglesia, mientras una guía les va dando las explicaciones. Nosotros nos mezclamos un poco con ellos debido a las pequeñas dimensiones de la misma.

La Couvertoirade.

Lo auténticamente recomendable hacer aquí  es perderse por las callejuelas de piedra del pueblo e ir viendo las casas de los Siglos XV y XVi, pero sobre todo l as del Siglo XVII con sus escaleras exteriores y sus plantas bajas, cuyas bóvedas dan cabida a  numerosas tiendas de artesanos.

La Couvertoirade.

En definitiva, es un auténtico placer pasear por este coqueto y bello pueblo medieval y sumergirse en la historia de esta tierra, todo ello tranquilamente y despacio, gozando de cada rinconcito y cada callejuela. Es una auténtica delicia.

La Couvertoirade.

Una vez saciados completamente y empapados de este lugar, pasamos por el cajero para pagar los tres euros del parking y nos ponemos de nuevo en marcha, pues todavía nos queda mucho por ver hoy.

Vídeo de La Couvertoirade.

Viaducto de Millau.

En nuestro camino hacia el norte nos incorporamos a la autopista A-75 que es gratuita hasta que llegamos al viaducto de Millau, increíble obra de ingeniería.

Legamos al punto de interpretación del viaducto y antes de pasar dentro del mismo contemplamos este magnífico viaducto, una pasada la verdad. GPS: 44.096229, 3.023010

Parking del centro

Centro de interpretación del viaducto.

Las instalaciones son bastante modernas y dentro se pueden ver diferentes proyectos que compitieron en su día por hacerse con la construcción del viaducto. Un vídeo en el que se explica la construcción del mismo, una zona con la flora y fauna de la zona y lo que más nos engancha que es un punto de información interactivo de la región Midi-Pirineos, alucinante.

Vídeo de Millau.

Una vez vistas las estupendas instalaciones seguimos nuestro camino. Llegamos al punto de peaje por cruzar el viaducto y aquí se nos va un poco el romanticismo de esta obra, pues sin duda lo cobran bien, 12,80 euros por pasar el viaducto, un poco caro la verdad, e este paso lo amortizan en cuatro días, qué cara.
Nuestro siguiente destino es Sévérac le Château, también en el departamento del Aveyron.

Situación del parking en Sèverac le Château.

Estacionamos en un parking del pueblo, bastante bien situado, a escasos metros del centro, gratuito y sin servicios. GPS: 44.323097, 3.072528.

Parking Sévérac le Château.

Séverac es una ciudad medieval con una larga y dilatada historia. Pertenece a la región de Midi-Pirineos y al departamento del Aveyron y en la actualidad cuenta con unos 2500 habitantes.

Plano de Sévérac le Château.

Folleto oficina turismo, Séverac.

Sévérac le Château.

Enseguida nos ponemos a recorrer las intrigadas callejuelas de Sévérac. A esta hora los habitantes del pueblo están comiendo y las calles están prácticamente desiertas y podemos pasear y curiosear todo lo que queremos sin ser observados.

Iglesia de San Salvador, Sévérac.

La ciudad se extiende a los pies del castillo. Antiguamente la ciudad estaba protegida por murallas en forma circular y de la que quedan algunos vestigios. Existían cuatro puertas fortificadas. En la actualidad solo quedan dos.

Casa de Juana, Sèvèrac.

Llegamos a uno de los lugares más destacados de Sèvèrac, la casa de Juana, una de las más antiguas de todo el Aveyron. Lo cierto es que es un verdadero milagro que la estructura se sostenga en pie, pues se le ve muy débil, aunque es una preciosidad de construcción.

Sèvèrac.

Otro lugar a destacar es la fuente románica. Nos acercamos a verla y descubrimos que hay un interruptor que al accionarlo nos proporciona la luz suficiente para ver lo bonita que es y la cantidad de agua que hay en su aljibe.

Acceso al castillo, Sèvèrac.

Vamos subiendo por las estrechas y preciosas calles de la ciudad y llegamos al cerro donde está situado el castillo de Sèvèrac.
Llegamos al puesto de venta de tickets y sacamos 2 entradas combinadas del castillo y museo arqueológico por 2,5 euros cada uno.

Plano del Castillo de Sévérac.

Éste fue construido entre los Siglos X y XI, aunque lo que queda hoy en pie data de los Siglos XIV y XV. Por el tamaño y dimensiones del mismo tuvo que ser de gran importancia y desempeñar un lugar destacado en toda la zona.

Entrada del castillo, Sèvèrac.

En 1607 el castillo medieval se transforma en una agradable residencia de estilo renacentista, con un patio de honor, una escalera monumental y una torre de siete pisos.

Interior del castillo, Sèvèrac.

Pero dos incendios en el Siglo XVIII, su posterior abandono y las degradaciones sucesivas, lo llevaron a la ruina casi total a principios del Siglo XX.
Desde lo alto del cerro en que se alza orgulloso el castillo de Sèvèrac se tienen una vistas espectaculares, aunque solo sea por esto merece la pena llegar hasta aquí.
Bajamos de nuevo al pueblo y comprobamos que el museo está cerrado por lo que aprovechamos para irnos a la auto a comer.

Castillo de Sèvèrac.

Reanudamos la visita al pueblo y visitamos el museo que contiene objetos desde la época prehistórica hasta el momento actual. Luego visitamos la Casa del Condestable que es gratuita y nos gusta más que el museo, mucho más interesante. Otro lugar que hay que visitar es el "Sestrayral" o mercado medieval de la ciudad cubierto.
En resumen, la vista a Sèvèrac es muy interesante, es un pueblecito tranquilo, idílico y con un importante patrimonio que además está muy bien conservado.

Para saber más:


Vídeo de la fortaleza de Sèvèrac.

Situación del área de Bozouls.

Mientras estábamos comiendo hemos revisado la información turística que hemos cogido en el centro de interpretación del viaducto de Millau y a Mati le hace gracia un lugar que viene recomendado: Bozouls. Se trata de un lugar interesante por la rareza geológica que forma la hoz del río Dourdou.

Área de Bozouls.

Estacionamos en el área muy bien situada del pueblo, GPS: 44.472047, 2.720858 , gratuita con llenado-vaciado y compartida con otros vehículos, a escasos 200 metros de las hoz.

Bozouls.

El área está muy cerca de la hoz, al principio cuesta un poco orientarse pero enseguida nos ubicamos y llegamos al precipicio tan impresionante y quedamos maravillados de esta rareza geológica.

Bozouls.

Cuando había preparado la ruta, Bozouls nos quedaba muy cerca de la ruta que llevábamos, había visto unas fotos de este lugar y no me había parecido digno de hacer una parada, pero una vez aquí comprobamos que ha merecido la pena hacer un pequeño desvío y contemplar tamaña proeza de la naturaleza.

Bozouls.

Vemos que el río Dourdou ha hecho una hoz con forma de herradura quedando el pueblo dividido en dos, con unos acantilados de unas dimensiones impresionantes, concretamente unos 100 metros.
En la otra orilla está situada la Iglesia románica de San Fausto construida en el Siglo XII a base de piedra de arenisca roja y se alza desafiando la altura del precipicio.
Iglesia de San Fausto, Bozouls.

Por un momento contemplo la posibilidad de acercarnos andando hasta la Iglesia, pero lo descartamos ya que para llegar hasta ella hay que dar un buen rodeo y atravesar un puente que une las dos partes de la ciudad.

Bozouls.

Permanecemos un buen rato contemplando las maravillosas vistas de todo este entorno, con el único sonido de la cascada de agua del río en el fondo del cañón.
El resto del pueblo no lo visitamos, tan solo la calle que va paralela al precipicio donde abundan los restaurantes con terrazas que se asoman al acantilado. La sensación de estar suspendido en este cortado debe ser muy fuerte, lo recomiendo al que se acerque por aquí.

Vídeo de Bozouls.

Para saber más:


Seguimos nuestra ruta hacia el siguiente pueblo: Espalion.

Situación del parking en Espalion.

Estacionamos en un área que llevaba en el navegador, aunque una vez aquí comprobamos que de área nada de nada, tan solo se trata de un parking, por lo que no nos quedaremos a dormir aquí, como llevábamos pensado. GPS: 44.522586, 2.759506, gratuito y sin servicios.

Parking de Espalion.

El parking no está nada mal, muy tranquilo, asfaltado y con sombra, por lo que la pernocta aquí es también aconsejable, pero nosotros avanzaremos ruta e iremos al siguiente pueblo de nuestra ruta.

Plano de Espalion

Iglesia de San Juan Bautista, Espalion.

Espalion pertenece al departamento del Aveyron y el río Lot atraviesa esta bella ciudad que cuenta con unos 4500 habitantes.
Con lo primero que nos encontramos es con la imponente Iglesia de San Juan Bautista, construida a base de piedra de arenisca roja, como casi todos los monumentos de esta zona.

Interior de la Iglesia, Espalion.

Museo, antigua Iglesia de San Juan, Espalion.

Frente a la Iglesia se encuentra el museo de Espalion que fue construido en el Siglo XV, siendo Iglesia parroquial hasta 1883, luego Ayuntamiento y en la actualidad museo de Artes y tradiciones populares y Museo de buceo.

Las viejas curtidurias, Espalion.

Pero donde se haya la joya de Espalion es a orillas del río Lot. Las casitas balconadas con madera y con techos de pizarra, son realmente preciosas.
Estas casas eran curtidurias donde antiguamente se lavaban las pieles.

Puente viejo, Espalion.

Pero si hay algo que destaca por encima del resto en Espalion es el puente viejo. Una maravillosa obra medieval del Siglo XI que une las dos partes de la ciudad.
Actualmente es solo peatonal y un paseo por sus históricas piedras hace que se transporte uno a la época en que fue construido.

Le Pont Vieux, Espalion.

Está incluido en la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y bien ganado que se lo tiene, pues tiene unas dimensiones y una belleza incomparables.

Al fondo Le Vieux Palais, Espalion

Cruzamos a la otra orilla y paseamos tranquilamente por la ribera del Lot, cuyas tranquilas aguas armonizan con el entorno,  lo que confiere a este lugar una sensación de paz y sosiego inigualables.

Le Vieux Palais, D'espalion.

Nos sentamos en un banco frente al río y con la bella silueta del viejo Palacio, una panorámica idílica.

El viejo palacio y el puente viejo, Espalion.

Volvemos de nuevo a la otra orilla del pueblo y descubrimos un rincón de los más bellos que hemos podido contemplar y disfrutar hasta ahora. Frente a nosotros hay una postal, un lugar sumamente bonito.
El viejo palacio es un edificio renacentista construido en 1572 y después de la revolución pasó a desempeñar la función de tribunal de justicia.

Video de Espalion.

Para saber más:

Espalion

Con muy buenas sensaciones y maravillados por lo bonito que es este lugar dejamos Espalion y ponemos rumbo al lugar elegido para pernoctar hoy: Estaing.

Situación del parking, Estaing.

Llegamos a Estaing a últimas horas de la tarde pues nos hemos entretenido a la salida de Espalion para arreglar la parabólica, ya que se ha soltado un torno del soporte e iba inclinada de una parte.
Llegamos al amplio parking a la salida del pueblo, pero vemos que están terminando de hacer algo en el parking y por no molestar nos situamos detrás del mismo, GPS: 44.556581, 2.670954, gratuito y sin servicios.

Parking en Estaing.

Después veremos que en el gran parking que hay justo al lado hay varias autocaravanas y algunas pernoctan sin problemas, pero nosotros nos quedamos aquí por no mover la auto otra vez. Además estamos acompañados por varias autos más lo que da más tranquilidad.
Cenamos tranquilamente, bueno no tan tranquilamente, pues cada 3 o 4 minutos pasan coches de carrera pues al parecen hay un rally y el ruido de los tubos de escape es ensordecedor.
Y como es nuestra costumbre nos disponemos a visitar el pueblo a la luz de las farolas ya que tiene su encanto.

Estaing.

Bajamos por la Rue François d´Estaing que es la calle principal del pueblo y vemos que deben de estar de fiestas, pues hay banderolas adornando las calles. De todas formas aquí no se les hace muy tarde, pues lo que tuvieran montado en el parking del pueblo ya lo están recogiendo.

Castillo de Estaing.

Enseguida llegamos la río Lot que atraviesa Estaing y cruzamos por el bonito puente gótico clasificado Patrimonio Mundial de la Unesco como parte del Camino de Santiago. Vemos la Cruz de hierro forjado, símbolo del Aveyron. Frente a ella contemplamos la estatua de François d´Estaing Obispo de Rodez, que nos da la bienvenida.
Nos sentamos tranquilamente en el muro del puente y admiramos la bella silueta de Estaing y la imponente figura de su castillo. Es ya casi noche cerrada y no hay personas paseando por aquí  lo que hace más mágico y romántico este momento.

Iglesia de Estaing.

Amanece un nuevo y estupendo día, estamos teniendo suerte con el tema de la lluvia. Hasta ahora tan solo nos ha llovido en La Couvertoirade y parece que hoy será un día soleado y hasta caluroso.
Bajamos de nuevo al pueblo para terminar de ver este pueblecito del Aveyron y ver de día la Iglesia que anoche pudimos descubrir y que nos pareció encantadora.

Panorámica de la Iglesia de Saint Fleuret, Estaing.

Callejeando por las estrechas y bonitas callecitas de Estaing llegamos a la Rue du Pont, lugar donde se haya situada la Iglesia.
Construida en el Siglo XV, ha sido clasificada como monumento histórico, al igual que la cruz de piedra que está ubicada en la fachada al subir las escaleras, sin ninguna protección, por cierto, expuesta a que alguien le puede hacer algo, aunque creo que aquí la gente tiene otra mentalidad, afortunadamente.

Cruz de piedra, Estaing.

Como Estaing forma parte del Camino de Santiago hay muchas referencias a este hecho, pues son varios los monumentos que se pueden ver en el pueblo, no solo aquí en la Iglesia.
Estaing es un pequeño pueblecito de apenas 700 habitantes, pero tiene un encanto especial. Está incluido en los pueblos más bellos de Francia y a decir verdad se lo merece.

Castillo de Estaing.

Pasear por sus calles empedradas, descubrir un montón de casas de los Siglos XVI al XVIII, con sus bellas fachadas entre la que destaca el actual Ayuntamiento o el Colegio, hace que uno se transporte a tiempos pasados. Lo bien conservado que tienen todo, con detalles que son los que hacen que uno se quede prendado y enamorado de lugares así, es lo que hace que la visita a Estaing sea totalmente recomendada, no os arrepentireis de llegar hasta aquí  al revés, u no quiere permanecer aquí más, mucho más tiempo.

Estaing.

Si hay algo que sobresale de Estaing, ese es su castillo. Construido en el Siglo XIII sobre un torreón pentagonal, fue declarado Monumento Histórico en 1945. En el año 2005 fue comprado por el Presidente de la República francesa Valéry Giscard d´Estaing.
Pasamos al Castillo para verlo por dentro. Pagamos 3 euros por cada billete y nos dan unos folletos con explicaciones del  mismo.
Actualmente hay una exposición sobre la vida del que fue Presidente de la República francesa desde el año 1974 hasta 1981. No tiene grandes salas ni aposentos que visitar, por lo que la visita al interior no lo recomiendo, lo realmente bonito es la silueta del mismo.

Chateau d´Estaing.

La familia Estaing ha tenido tanto aquí como en la comarca gran importancia desde hace mucho tiempo y ahora nos lo explicamos que incluso el pueblo lleve el nombre de la familia, si que debieron de ser importantes, si.
Cuando partimos de este bello pueblo, paramos al borde de la carretera donde hay un mirador desde el que intentamos retener en nuestras retinas la bella estampa de este lugar tan maravilloso y del que nos marchamos enamorados perdidamente.

Para saber más:  Estaing

Situación del parking en Entraygues sur Truyere.

Partimos de Estaing por una carreterita en buen estado y con la compañía del Lot a nuestra izquierda. El paisaje es maravilloso, con una exuberante naturaleza desbordante y con una temperatura ideal, hasta apetece darse un baño en las tranquilas aguas del río.
Nuestro siguiente punto es Entraygues sur Truyère.

Punto limpio de Entraygues.

Llegamos al pueblo y nos vamos hacia donde tenía señalado para estacionar. Llegamos a las puertas del camping donde debería haber una zona de parking pero no nos convence y dado que vamos a estar solo unas horas no nos metemos en el camping, que dicho sea de paso está en una ubicación excepcional, al lado del río y en el mismo pueblo.

Plano de situación de Entraygues.

Es una gozada donde instalan los campings en Francia, en los mejores sitios, qué envidia.
Estacionamos al lado del punto límpio, frente a la piscina municipal. GPS:  44.642628, 2.565956 que por 3 euros que vale el buchón que venden en la oficina de turismo puedes cargar y descargar.

Castillo de Entraygues sur Truyère.

Nos instalamos y preparamos la comida. Sacamos la mesa y las sillas y a la sombra de los árboles comemos tranquilamente, una gozada, pues el lugar es muy bonito y acompaña.
Después de una siestecita nos ponemos en ruta para descubrir este pueblecito que tiene muy buena pinta. Para ello cruzamos el río por un puente sin barandilla que da un poco cague.

Página I del folleto de la oficina de turismo.

Enseguida llegamos al castillo que está ubicado justo en la confluencia de los ríos Lot y Truyère, de ahí toma el pueblo su nombre. Por esta parte vemos que no tiene acceso y seguimos río arriba hacia el puente gótico.

Página II de la oficina de turismo.

El castillo fue construido entre los años 1278 y 1290, pero claro, como casi siempre pasa el mismo fue destruido en el año 1587 y posteriormente se rehabilitó. Nosotros decidimos no visitarlo por dentro, quizás aún con el recuerdo de lo poco que tenía el de Estaing.

Puente gótico de Entraygues.

Subimos río arriba hasta el puente gótico que fue construido en el Siglo XIII y que es una maravilla digna de contemplar como casi todos los puentes de esta zona.
De nuevo nos dirigimos hacia el pueblo ya que el puente está en las afueras del pueblo y encontramos la oficina de turismo, mientras vamos admirando las casas medievales con entramado de madera y algunas con voladizo.

Detalle en una puerta, Entraygues.

Indicar que existe un itinerario marcado con los diferentes lugares de interés y que siguiendo el plano que nos dan en la oficina de turismo se orienta uno bastante bien.
Nos defrauda un tanto este pueblo, quizás esperábamos algo más de él. Es el que menos nos ha llenado de los que hemos visitado hasta ahora, puede ser que se deba a lo bonitos que eran los otros y al bajar un poco el nivel, nos sintamos algo decepcionados.

Entraygues sur Truyère.

Lo que no podemos negar es el entorno privilegiado del pueblo, rodeado de naturaleza por todos lados y donde reina la tranquilidad.
Hace una tarde estupenda y nos tomamos un helado sentados al lado del río contemplando como el Lot y el Truyère unen sus aguas con la misma armonía de la que goza el pueblo.
La tarde va transcurriendo pausada y tranquilamente, no tenemos prisa pues en el  próximo destino tenemos pensado dormir, cuando consideramos que ya hemos agotado  nuestro tiempo en Entraygues, nos vamos hacia la auto para seguir ruta y llegar a uno de esos lugares que uno está deseando llegar:
Conques.

Situación de la pernocta en Conques.

Vamos circulando por carreteras que serpentean los montes llenos de vegetación, donde de vez en cuando asoma una granja  y los campos de cultivo. Por momentos la carretera se va estrechando y hay que conducir con mucha atención pues si viene otro vehículo de frente, hay que orillarse y prácticamente parar para no rozarse.
A última hora de la tarde llegamos a Conques que aparece ante nosotros sin previo aviso, camuflado entre la vegetación, impactándonos por lo mágico e idílico de este lugar.

Lugar de pernocta, Conques.

Llegamos al primer parking y vemos que hay señales que prohíben la pernocta, por lo que buscamos otro lugar. Bajamos hacia la parte baja del pueblo y pasamos por la puerta del camping, pero no tenemos pensado alojarnos en él, por lo que continuamos y un poco más adelante vemos una explanada, delante de la piscina del camping por lo que estacionamos aquí. GPS: 44.598919, 2.392878, gratuito y sin servicios.

Conques.

A unos 50 metros del parking hay una calle, la Rue Charlemagne, que sube hacia el centro del pueblo, eso sí, hay que sudar la gota gorda pues hay unas rampas de órdago.
Aunque merece la pena, pues hay una perspectiva del pueblo muy bonita, concretamente desde la capilla de St. Roch.

Conques.

Una de las cosas que más nos ha sorprendido cuando hemos llegado a Conques, es el magnífico emplazamiento de esta aldea, que surge aferrada a las paredes escarpadas de las gargantas del río Ouche. Una exuberante vegetación amenaza con tragarse las casas teñidas de rojo que contrasta maravillosamente con el gris de la piedra de los tejados.

Conques.

Y sobresaliendo por encima de todas las casitas de cuento de Conques destaca la imponente y majestuosa figura de la Abadía de la Santa Fe, como guardián fiel de todo este espectacular conjunto.


Conques.

Cogemos de nuevo la Rue Charlemagne y seguimos ascendiendo en busca del centro de la aldea.
Ante nosotros van apareciendo una sucesión de casitas de cuento muy bien conservadas a pesar de lo antiguas que son.

Una puerta de acceso a Conques.

Es tarde y las calles parecen desiertas, tan solo nos hemos cruzado con un par de personas, lo que le da a Conques un toque misterioso y romántico al mismo tiempo. Son esas horas en que estos lugares quedan vacíos de turistas y en el que perderse por la callejuelas es una auténtica delicia y se recuerdan mucho tiempo después, cuando uno está tranquilamente en casa.

Conques.

Lentamente y absortos por este lugar que contiene tanto encanto y tanta belleza vamos subiendo hacia el centro de la aldea, paseando muy despacio, no queremos dejarnos nada, en cada esquina, en cada recodo, en cada rincón aparecen lugares digno de ver y fotografiar, qué gozada.

Abadía de la Santa Fe, Conques.

Cuando los últimos rayos de sol empiezan a caer, llegamos a la Plaza de la Iglesia y aparece ante nuestras sorprendidas miradas la robusta figura de la Abadía de la Santa Fe.

Panorámica de la Plaza de la Iglesia.

Prácticamente vacía de personas y sin ningún vehículo que transite por aquí, no tengo palabras  que puedan describir la sensación de estar aquí. Realmente maravilloso, el conjunto formado por las casas que configuran la plaza y sobresaliendo por encima de todo la Abadía, me dejan sin palabras, extasiado ante tanta belleza y armonía.

Tímpano de la Abadía de la Santa Fe, Conques.

Atraídos por una fuerza misteriosa nos acercamos a la portada occidental donde se haya el tímpano de la Abadía. Aquí los adjetivos se quedan cortos cuando admiramos esta impresionante obra.

Tímpano de la Abadía de la Santa Fe, Conques.

Lo ideal para ver el tímpano es precisamente a esta hora cuando los últimos rayos de sol inciden en esta obra maestra de la escultura románica.
No es difícil imaginar la escena que durante siglos ha protagonizado los peregrinos del Camino de Santiago, cuando accedían a la plaza y quedaban impresionados ante la representación del juicio final.


Detalle del tímpano, Conques.

Compuesto por 124 personajes dispuestos alrededor de la figura de Cristo, antiguamente estaba realzado por vivos colores de los que aún quedan algunos restos.

Vídeo del tímpano de la Abadía de Santa Fe, Conques.


Damos una vuelta por la parte de atrás de la Abadía y decidimos bajar a la auto para cenar y antes de dormir subir de nuevo a dar un paseo nocturno.

Conques.

Tras cenar volvemos a subir al pueblo. Vemos que en la Abadía hay música, se trata de la visita guiada nocturna de las tribunas, lástima que haya empezado ya, pues es una visita recomendable, pues  acompañado de música de órgano, un juego de luces le da un toque peculiar a dicha visita.
Nosotros nos sentamos en un poyo fuera y oímos la música que sale al exterior. Un monje se nos acerca y al vernos juntos nos pregunta de donde somos, le decimos que de España y al ver que estamos oyendo el concierto nos dice que somos unos privilegiados, le sonreímos y pensamos que no lo sabe él bien. Está lloviendo y resguardados en una cornisa damos gracias por estar aquí, en este lugar tan excepcional y ahora, a estas horas de la noche juntos los dos.

Conques.

Hoy es un nuevo día, hemos dormido como auténticos lirones después de tanto subir y bajar ayer y disponemos de toda la mañana para visitar la aldea de Conques. Accedemos por  la Rue de Gonzague Florens que no es tan escarpada como la Rue de Charlomagne y desde aquí la panorámica también es bonita.

Claustro de la Abadía de la Santa Fe, Conques.

Lo primero que queremos ver hoy, es el Tesoro de la Abadía, el Trésor de Conques. Para ello ingresamos por el claustro de la Abadía. Pagamos 6 euros por cabeza y nos disponemos a ver las extraordinarias piezas de orfebrería. Este tesoro es la expresión más completa de la historia de la orfebrería religiosa de Francia entre los Siglos IX y XVI.

Relicario del Tesoro de la Abadía de Santa Fe.

Sin dudas la pieza clave del tesoro es la estatua relicario de Santa Fe, del Siglo X compuesta por placas de oro y plata dorada sobre madera y numerosas piedras preciosas que se le han ido añadiendo con el paso del tiempo. No puede uno dejar de admirar tamaña obra maestra, impresionante.
En su interior se hayan las reliquias de esta Santa martirizada en el Siglo III después de Cristo por los romanos.

Abadía de Conques.

Al salir del Tesoro nos metemos en la Abadía para verla por dentro. La Abadía fue comenzada entre los años 1041 y 1052, si bien la nave no se terminó hasta el Siglo XII, por lo que su estilo es Románico.
Una cosa que nos llama la atención es la altura de la bóveda, 22 metros, aunque por dentro es muy austera, pues no hay grandes cuadros o esculturas.
Sin embargo los capiteles sí son dignos de admirar, pues son un magnífico ejemplo de arte románico.
El de San Pedro crucificado boca abajo es el más antiguo y quizás el más curioso de ver.

Vídeo interior Abadía de la Santa Fe, Conques.

Salimos de la Abadía y ya solo nos queda ver el pueblo.
Hace una mañana estupenda, el sol brilla con fuerza e invita incluso a refugiarse de los calores.

Conques.

Este pueblecito o mejor dicho aldea, pues en la actualidad cuenta con unos 300 habitantes, como no podía ser de otra manera, pertenece a los pueblos más bonitos de Francia y aparte de la Abadía y su Conjunto tiene otros puntos de interés.

Conques.

Este lugar proviene del Siglo VIII cuando el ermitaño llamado Dadon eligió este anfiteatro natural para retirarse en soledad. Gracias ala traída de las reliquias de Santa Fe en el año 866, este lugar se convirtió en un referente de peregrinación y posteriormente en lugar de paso del Camino de Santiago. Poco a poco fue ganando importancia construyéndose la Abadía, siendo ello la causa de su esplendor e importancia.

Conques.

Nos dejamos llevar por nuestra intuición y vamos recorriendo las empinadas callejuelas de piedra y volvemos a deleitarnos con la hermosura de sus casas y plazas.

Abadía de la Santa Fe, Conques.

Esta mañana hay mucho más turismo que ayer tarde cuando vinimos, por lo que el paseo pierde parte de encanto, aunque las tiendas de recuerdos están abiertas y aprovechamos para comprar alguna cosa, sobre todo nos llevamos unas nueces que en esta zona hay bastantes.

Conques.

Saciados plenamente de este lugar tan maravilloso y con un montón de recuerdos cargados en nuestra mochila ponemos fin a nuestra visita a Conques, con una sensación de haber estado en un lugar imprescindible y con la satisfacción de poder haber descubierto y vivido unas horas maravillosas y que seguramente repetiremos cuando alguna vez pasemos por aquí.
Hasta pronto Conques.

Para saber más: Conques

Situación del parking en Figeac.

Nuestra siguiente parada es Figeac. Durante el trayecto que hay entre Conques y Figeac podemos ver a varios peregrinos caminando cargados con sus pertrechos, el día de hoy seguramente que lo agradecerán, pues hace un sol radiante.
Llegamos a mediodía a Figeac y vamos directamente a su área de autocaravanas, GPS: 44.610936, 2.036786 aunque vemos que está en pendiente y queremos comer por lo que buscamos algo que esté más llano.

Parking en Figeac.

Bajamos otra vez por la misma calle que hemos subido y encontramos una zona de parking junto al río y muy bien situado GPS: 44.607506, 2.037542 gratuito, sin servicios en llano y muy cerca del centro de Figeac.
Sintonizo la antena satélite, pues queremos ver la carrera del mundial de fórmula 1 y tranquilamente comemos. Después de tomar café y de que termine la carrera nos vamos a descubrir Figeac.

Plano de Figeac.

Iglesia de Saint Sauveur, Figeac.

Con lo primero que nos encontramos es con una Iglesia de Saint Sauveur, de estilo románico y construida sobre el Siglo X.

Interior de la Iglesia de Saint Sauveur, Figeac.

Nos llama la atención las bonitas vidrieras de la Iglesia.

Vidrieras de Saint Sauveur, Figeac.

Pero sin duda lo que más nos gusta es esta bonita y coqueta capilla.

Capilla de Nuestra Señora de la Merced.

Figeac pertenece al Departamento del Lot en la Región de Midi Pirineos. Cuenta actualmente con unos cerca de 10.000 habitantes y está emplazada en un lugar privilegiado, siendo parte del Camino de Santiago, cosa que confiere un notable ambiente a esta ciudad.

Plaza Carnot, Figeac.

Llegamos a la Plaza Carnot y podemos deleitarnos con las maravillosas fachadas de las casas que denotan un glorioso pasado medieval. Verdaderamente bonitas, si señor.
Figeac posee un buen número de Palacios y casas que datan de la Edad Media, construidos entre los Siglos XII y XIV, estando muy bien conservados, lo cual indica la importancia comercial que tuvo que tener esta población en el pasado.
Pero si hay algo por lo que se conoce a Figeac es por ser la cuna de nacimiento de Champollion (1790-1832), quien  descifró la escritura del antiguo Egipto por medio de la piedra roseta.

Plaza de los Escritores, Figeac.

Llegamos a la Plaza de los Escritores y quedamos absortos por lo que vemos ante nosotros, una loseta de granito negro con jeroglíficos, copia exacta de la piedra roseta que fue descubierta en Egipto y que Champollion consiguió descifrar.

Para saber más: Champollion

Para saber más: Piedra Rosetta

Plaza Champollion, Figeac.

A escasos metros nos topamos con la plaza de Champollion, lugar donde se haya ubicado el Museo en honor al descubridor de los jeroglíficos egipcios.

Museo Champollion, Figeac.

La Plaza es muy bonita, hay bastantes casas antiguas y nos deleitamos con las vistas. Después pasamos al museo y dudados en visitarlo como era nuestra intención, pero cuando vemos que la mayor parte de las exposiciones versan sobre lenguas antiguas y dialectos, hacemos pereza y decidimos no visitarlo, aunque seguramente sea interesante.

Para saber más: Museo Champollion

Figeac.

Seguimos andando por el pueblo y llegamos a la parte alta de Figeac, concretamente a la Catedral de Notre Dame du Puy, desde donde se pueden ver una vistas espectaculares de todo Figeac, con sus torres y casas medievales.
No podemos ver la Catedral pues está cerrada, por lo que nos vamos hacia la parte baja del pueblo.
Panorámica de Figeac.

En resumen, este pueblo es muy bonito y posee argumentos abundantes para pasar aquí unas horas. Es un lugar para saborearlo despacio, dejarse llevar y poco a poco ir descubriéndolo, además tiene que ser una auténtica gozada el visitarlo de noche pues es verdaderamente medieval y perderse por sus estrechas callejuelas debe ser una auténtica delicia.
Nosotros queremos ir a pernoctar a un área que esté menos inclinada que la de Figeac, por lo que ponemos rumbo a un pueblecito cercano, Cardaillac.

Situación de área de Cardaillac.

Cardaillac está muy cerca de Figeac y en un momento llegamos a su estupenda área de autocaravanas, GPS: 44.678619, 1.998008, gratuita y con borne de pago para llenado de agua, además con electricidad que vemos que tienen casi todos mediante alargaderas y ladrones.

Área de Cardaillac.

Tras instalarnos en el área entablamos conversación con nuestro vecino francés  Intentamos entendernos y lo conseguimos bastante bien, pues entre nuestro francés chapurreado y su español chapurreado conseguimos entablar una conversación bastante fluida sobre diferentes temas de autocaravanismo y actualidad.

Fuerte de Cardaillac.

Tenía buenas referencias de Cardaillac, por lo que decidimos hacer hoy la excursión al Fuerte y avanzar mañana hacia nuestro siguiente destino.
Comenzamos viendo el pueblo y nos decepciona pues no encontramos lo que estamos buscando, nos parece un pueblo de lo más normal, pero tiene que tener algo pues está considerado como uno de los pueblos más bonitos de Francia.

Cardaillac.

Cuando ya casi desistimos desilusionados por este pueblo, a la salida del mismo y separado de la casas, aparece lo que es el plato fuerte de Cardaillac, su Fuerte.
Sabemos que es un burgo medieval situado sobre una abrupta meseta. Cuando llegamos a la entrada del Fuerte vemos que hay un itinerario recomendado y que sigue una ruta que va por el exterior de las murallas, por lo que lo seguimos.

Cardaillac.

A medio camino vemos que hay unos carteles que avisan de posibles derrumbes y que la senda no está limpia ni señalizada, por lo que tenemos que atravesar zonas de espesa vegetación que no tiene sentido pues nos devuelve al mismo lugar y no se ve prácticamente nada, primer fiasco y decepción.
Cuando dejamos la ruta señalizada y hacemos la visita por nuestra cuenta, vemos una especie de aldea parecida a un parque temático en el que no hay demasiado gusto.

Acceso al Fuerte, Cardaillac.

A pesar de las buenas referencias que traíamos de este lugar, nos marchamos un tanto decepcionados pues esperábamos algo con más empaque, a pesar de ser construido el conjunto en el Siglo X, y tener tras de si una larga historia, este lugar nos deja una sensación de contradicción, pues han querido hacer historia de unas ruinas que no han sabido restaurar.
Es nuestra apreciación, y es raro ya que los franceses hacen bien estas cosas, quizás también ha influido en parte que a estas horas estaban todas las casas cerradas, como si no viviera nadie en ellas, tan solo fueran un escaparate para atraer turistas, que a estas horas de la tarde ya han abandonado este lugar hace tiempo.

Mapa con la primera parte de nuestra ruta.

En la segunda parte nos esperan un conjunto de pueblos tan bonitos o más que los que hemos visto hasta ahora, Beaulieu sur Dordogne, Carennac, Martel, Turenne, Périgueux, Cahors, Saint Cirq Lapopie, etc, etc hasta finalizar nuestra ruta en los Pirineos franceses.
Eso será en la segunda y última parte de este viaje del verano de 2012.

6 comentarios:

Matías dijo...

Precioso viaje y muy bien redactado. Que envidia sana, estoy pensando en hacerlo.

Unknown dijo...

Muchas gracias por relatar con tanto detalle este maravilloso viaje.
Queremos visitar muchos de los sitios que aparecen en su blog y nos viene estupendamente toda la información.
MUchas gracias!!

Unknown dijo...

maravilloso viaje lo hemos hecho 2 amigos uno de Zaragoza y otro de Pamplona siguiendo los mismos pasos el relato nos ayudado y no hemos tenido problema minguno

MUCHAS GRACIAS Y UN SALUDO FELIX Y EL MAÑO

Unknown dijo...

Buenas tardes,

tengo pensado hacer más o menos el mismo recorrido que tan bien habéis explicado en el blog del sur de francia. La diferencia es que nosotros vamos con caravana, no auto, por lo que no se si las zonas de pernocta en las que estuvisteis son aptas para remolques o sólo autocaravanas. A ver si alguien puede resolverme esta dudilla.

Unknown dijo...

Hola, solo darte las gracias por tu dedicación al compartir estos lugares. Yo guiándome de tu viaje de 15 días tengo previsto hacer en un 99% el mismo viaje con una caravana de alquiler junto a mi esposa y nuestro perro y solo quiero darte las gracias y animarte a continuar.

Unknown dijo...

IM PRE SIONANTE !!!! el trabajo que habeis hecho y cuanto nos ayudais a quienes por primera vez emprendemos un viaje en autocaravana , Solo felicitaros !! Natalia