21 diciembre 2010

Gorges du Todra, Ouarzazate, Ait-Benhaddou, Marrakesh (III)


Dejamos atrás el desierto que tanto nos ha sorprendido y fascinado, prometiendo volver algún día a él y continuamos con la tercera y última etapa de nuestro viaje, que nos llevará por rincones y paisajes extraordinarios.
Gargantas de ríos, montañas impresionantes y la perla de Marruecos, Marrakesh.




Pasamos de nuevo por Erfoud, que sigue con el mismo bullicio que el día que pasamos en dirección al desierto. Toca hacer alguna compra y paramos al lado de un puesto de ropas y desde la auto negociamos el precio de tres prendas y alguna otra que compra Tere.


El precio es bastante bajo, eso sí, después de regatear un buen rato. Cogemos la carretera R-702 que empalma con la N-10 y evitamos tener que retroceder hasta Er-Rachidia.


Vamos atravesando pueblos y aldeas y se sigue viendo mucho bullicio por las calles. Concretamente en uno de ellos tenemos que ir en primera marcha ya que hay mucha aglomeración en la carretera que atraviesa el pueblo.

Nos llama la atención la forma de vestir de las mujeres, totalmente tapadas con trajes de color negro.








Enseguida llegamos a nuestra primera parada en el día de hoy. Los pozos artesanales subterráneos que se extienden en linea recta varios kilómetros.
Llegamos a una explanada que parece ser el centro de esta zona. GPS: 31.530088, -4.500714. Aquí podemos asistir a la explicación del funcionamiento y construcción de estos pozos para extracción de agua y canalización de la misma.






Aquí terminamos de dar todo el material que nos queda, ya que un chico responsable de la zona nos dice que lo va a donar a través de su asociación a una escuela. Como compensación nos ofrece un té y le regala a Paula una pulsera.
Proseguimos nuestro periplo y recorremos una zona yerma, pre desértica, con alguna aldea de vez en cuando.
Poco a poco nos estamos acercando a Tinerhir, lugar donde empiezan las gargantas del Todra y esta zona se va más fértil, ya que el río baña estas tierras.




Llegamos esta población y nos despistamos un poco ya que no encontramos el desvio hacia las gargantas.
Pero ya que estamos aquí, decidimos cambiar algo de dinero en los numerosos bancos que hay en este pueblo.
Salimos otra vez hacia las afueras del pueblo y encontramos la carretera que nos va a llevar a las gargantas justo en el puente sobre el río Todra, como no podía ser de otra forma.




Por fin llegamos a la entrada de las gargantas, GPS: 31.583150, -5.591144 Se nos acerca un guarda y nos da un ticket para poder pasar más adentro. El precio es irrisorio, pagamos y pasamos. De repente se abren ante nosotros la imponente garganta que el río Todra ha ido excavando sobre estas paredes verticales y de auténtico vértigo.


Conseguimos aparcar nuestras acs en esta carretera estrecha que va paralela al río y nos disponemos a ver la grandiosidad de este lugar.
Hay mucho turista, en estos momentos y decidimos comer antes de iniciar la visita, por lo que preparamos el rancho y comemos cada uno en nuestra autocaravana.



Este lugar es un reclamo turístico y es una pena que esté tan saturado, lo ideal sería visitarlo a ultimas horas del día cuando no quede gente.


Este es un lugar que en una hora se ve lo que hay aquí, además se puede comprar alguna cosilla, aunque los precios son algo más caros que de donde venimos.
Nos impresiona la majestuosidad de las montañas que nos rodean y parece que se nos pueden caer encima en cualquier momento.



Seguimos hasta el final de la garganta o por lo menos de esta parte donde la altura de las montañas es menor y tomamos un poco el sol de esta hora de la tarde.
Volvemos a nuestras acs y damos por concluida nuestra visita.



Desandamos el camino andado de nuevo hacia Tinerhir, parándonos a contemplar el paisaje desde un mirador, GPS: 31.530659, -5.548357. Podemos ver estas zonas de oasis desarrollados por la acción del río Todra, en los cuales hay fértiles campos de cultivo, llenos de exuberante vegetación.





Al llegar a Boumalne Dades, sale un desvio a la derecha para ir a las gargantas del Dades que son parecidos a las del Todra. Ya va haciéndose tarde y no es cuestión de detenerse más, por lo que decidimos no acercarnos a verlas, total ya hemos visto las otras.


Vemos algún que otro control policial, pero en ninguno de ellos nos han parado, tan solo nos hemos limitado a saludar a los gendarmes y algunas veces nos devuelven el saludo. En este sentido, ningún problema.
Siguiendo por la N-10 llegamos a El-Kelaa M´Gouna, conocido como el pueblo de las rosas, por dedicarse a vender productos elaborados a base del cultivo de rosas.


Por todos lados se ven tiendas que venden, jabones, cremas, aceites, perfumes, etc., todos ellos hechos a base de una rosa que cultivan en la zona.Paramos al lado de la carretera que atraviesa la población GPS: 31.237750, -6.128590.



Seguimos ruta, tras aprovisionarnos de botes y potingues para nosotros y para regalos con el objetivo de que no se nos haga muy tarde y pernoctar en el camping de Ouarzazate.
La carretera es bastante mejorable y estrecha aunque conforme nos vamos acercando a nuestro destino va mejorando, ya hay ganas de llegar pues son muchos los kilómetros que llevamos a cuesta.


Por fin llegamos a Ouarzazate. Hay poca gente por las calles, algo extraño ya que si algo hay en Marruecos es gente por las calles. Cuando llegamos a un bar comprobamos las causas, están televisando un partido del Barcelona en Champions y el bar está hasta los topes, nunca había visto tanta gente intentando ver un partido de fútbol.

Nos acomodamos en el camping, GPS: 30 55 24.47 N 6 53 11.96 W bastante aceptable y con buenos servicios y de precios creo recordar que ac más 3 adultos, salió sobre 8 euros.
Tras la cena de rigor en grupo, nos vamos a la cama para reponer fuerzas del intenso día vivido hoy.


La noche ha sido reparadora, hemos podido dormir lo que no pudimos en la jaima del desierto.
Tras cargar, descargar y pagar, salimos del camping y nos dirigimos al centro de la localidad para ver la Kasbah Taourirt, GPS: 30.920347, -6.898958 aparcamos en el parking situado justo al lado y tras sacar las entradas y contratar los servicios de un guía que medio chapurrea el castellano, nos adentramos a este imponente Palacio.



El conjunto está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La kasbah fue construida en el siglo XVIII, aunque la mayor parte de la estructura fue levantada en el siglo XX por orden de Hamadi EL Glaoui, hermano del pachá de Marrakech, también conocido como el señor del Atlas.
La visita es muy amena, una lástima que nuestro guía no domine mejor la lengua de Cervantes...

Una tras otra se van sucediendo las diferentes salas y habitaciones del Palacio, llamándonos la atención lo bajos que son algunos techos, las ventanas y las vigas de los techos a base de palmeras y cedro, así como la exquisita decoración de artesonado de algunos techos, siendo la habitación más bonita la de la favorita.



La verdad es que esta gente en su día también sabían vivir bien. No llega al nivel de los palacios que estamos acostumbrados a ver en Europa, quizás por dejación y falta de conservación, pero lo que estamos viviendo nos hace pensar que, cuando aquí vivía gente, esto debía ser precioso.



Terminamos la visita al interior del recinto y ahora nuestro guía intenta sacarse alguna comisión aparte. Nos lleva a alguna tienda pegada a la kasbah, donde sacarse alguno dirhams de comisión por nuestras compras.

  
Una pequeña vuelta por las callejuelas y decidimos terminar nuestro paso por Ouarzazate, ciudad de la que sale otra ruta para el desierto de Mhamid,  el otra gran desierto de Marruecos, detalle que se nota en la actividad de la ciudad.
Ni que decir tiene que Ouarzazate ha sido elegida como escenario de numerosas películas rodadas en la zona, por lo que frente a la kasbah se puede visitar su museo del cine, cosa que no hacemos.



Para saber más:

Cogemos de nuevo nuestras casas con ruedas y nos dirigimos por la N-9 hacia nuestro nuevo destino:
Ait-Benhaddou.
Antes de llegar pasamos por Atlas Corporation Studios, o el Hollywood del desierto. Estos estudios cinematográficos situados a 7 kilómetros de Ouarzazate, son los mayores de la ciudad.


Decidimos no pasar a verlos, pues nos suena como a parque temático y continuamos ruta.
Un desvio hacia la derecha y dejamos la N-9, siguiendo por la P-1506, que tiene el firme en bastante peor estado, menos mal que no son demasiados kilómetros hasta Ait-Benhaddou.
Justo cuando llegamos, un grupo de autocaravanistas españoles que ya conocemos, hacen su salida, aunque van hacia Marrakech, osea que seguro volvemos a coincidir ya que llevamos una ruta muy parecida.
Aparcamos en la carretera, aunque hay una zona e estacionamiento a la derecha, GPS: 31.04246, -7.13007.


Bueno, no tengo palabras para describir este lugar. Es sencillamente tan bello y bonito que no me canso de mirar y hacer fotos. Es después del desierto y la Medina de Fez, lo que más me ha atraído, es fascinante este lugar.



El color del barro de sus paredes, el río Mellah discurriendo suavemente en las puertas de esta increíble estructura, el palmeral que antecede a la entrada de sus laberínticas calles y ese cielo azul tan limpio en estas latitudes.



Situada en las estribaciones de un pequeño cerro, hay que ir ascendiendo continua y tortuosamente para llegar a lo más alto de la ciudad, desde donde se puede contemplar la bella armonía de este lugar y el oasis en el que está enclavado.



Tras el recelo de la expedición a cruzar el río, cosa que hay que hacer para llegar a la ciudad fortificada, a regañadientes éstos deciden cruzar el río y mojarse un poco los pies, cosa que se agradece pues el día es espléndido y luce un sol que por momentos hace que sudemos.


También aquí hay negocio, como no podía ser de otra forma y existe un servicio para cruzar el río subido a lomos de burros, mulas y hasta dromedarios.


La kasbah de Ait-Benhaddou, está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y es de las mejor conservadas del Alto Atlas y seguro que su estampa la habréis visto en alguna de las numerosas películas aquí rodadas:
Lawrence de Arabia, La Última Tentación de Cristo, Jesús de Nazaret o La Joya del Nilo, entre otras muchas.



Para acceder al interior de la kasbah, hay que abonar una pequeña entrada. Os recomiendo que una vez pasado el puesto de control, subáis a una casa que está abierta y perderos por sus habitaciones y rincones, es alucinante el subir y bajar escaleras, para llegar a su terraza y contemplar toda la ciudad. No tengáis miedo a perderos y gozar de este lugar.




Hay algunas casas a las que podéis entrar a cambio de una propina. Os enseñarán la forma tradicional de vivir de esta gente con su útiles y utensilios que han utilizado toda la vida y siguen utilizando, pues parece que el tiempo no corre a la misma velocidad que en nuestra "avanzada" civilización.



Lástima que esté tan explotado turísticamente, pues hay demasiadas tiendas, muy bien camufladas entre el resto de casas, pero tiendas de regalos, al fin y al cabo.
Los más valientes llegamos hasta lo más alto del cerro, permaneciendo un rato contemplando el vasto paisaje que se abre ante nuestros ojos y dando gracias de poder estar aquí y poder disfrutar de este paisaje y de nuestros amigos.


Va siendo hora de terminar nuestra visita. Este lugar tiene más que ver el entorno en si, que lo que podemos encontrar dentro de él.
Volvemos a cruzar de nuevo el río y algunos se lo montan estupendamente bien para no mojarse los pies.


Nos despedimos de Ait-Benhaddou con un gran sabor de boca, por lo menos para mi, me ha llenado bastante, me parece un lugar de una gran belleza.
Antes de subir de nuevo a nuestras autos, Javi, que para estas cosas es el más lanzado, saca unas cervezas, cosa que agradecemos pues hace un calor tremendo y nos están de muerte. Es otra de las ventajas de viajar en autocaravana. Empezamos a sacar algo más para picotear hasta que se nos acerca un camarero del restaurante de enfrente.


Para nuestra sorpresa nos pide que le vendamos alguna cerveza, nos dice que algún cliente quiere tomar cerveza. Dice que nos la paga a como queramos, pero le decimos que no, ya que nos quedan pocas y todavía quedan algunos aperitivos por tomarnos. La próxima vez traeremos para cajear, seguro...

Para saber más:



Volvemos de nuevo a la N-9 y cogemos dirección a Marrakech. Intentamos buscar un lugar para comer antes de cruzar el Atlas, pero no vemos ningún sitio donde podamos estacionar las acs y decidimos seguir hacia adelante.
Poco a poca la carretera va ascendiendo y vemos los picos nevados de la cordillera



La carretera se va estrechando, aunque el asfalto es bueno. Coronamos el puerto y vemos un área de descanso con un restaurante y varias tiendas, le lugar parece adecuado para comer, pero decidimos seguir adelante y buscar alguna explanada, cosa que vemos a los pocos kilómetros, parando a comer todos juntos en un estupendo prado con la compañía de un pastor al que obsequiamos con algunos detalles.


Poco a poco vamos bajando el Atlas que está totalmente transitable, solo se ve nieve en la cumbres más altas. Este acceso es mucho peor que por donde hemos venido, la carretera serpentea y hay que ir despacio. El paisaje también es totalmente diferente. La vegetación hace de nuevo su aparición, qué contrastes tan magníficos tiene Marruecos.


La carretera está llena de gente, sobre todo niños, que te intentar vender minerales, fósiles, unas plantas que llevan en las manos, etc. Salen de las aldeas a la carretera con la esperanza de que paremos y les compremos algo. En una ocasión paro para ver las típicas piedras abiertas por la mitad y que te ciegan con sus destellantes colores.



Me humedezco el dedo con saliva y se lo paso rápidamente por la piedra y efectivamente es un timo, el dedo se me queda del color rojo de la piedra, el moro se molesta porque lo he descubierto y salimos pitando de allí.
En todo el camino vemos la miseria de los habitantes de estas partes montañosas. Niños vestidos con harapos, se nos acercan a las autos para pedirnos algo, cosa que ya no hacemos pues hemos agotado nuestras existencias.


Conforme nos vamos acercando a Marrakech, el terreno se va suavizando hasta llegar a una llanura muy fértil y con urbanizaciones de lujo a la entrada de la ciudad.
Es viernes, cosa que descubrimos conforme nos vamos acercando a la Koutoubia que es el parking recomendado por estar muy cerca de la plaza Jamaa El Fna, centro neurálgico de Marrakech.


El tráfico es caótico y avanzamos muy lentamente. Por fin llegamos al estacionamiento y vemos como el acceso está cortado con unas vallas y los responsables nos dicen que está lleno, esto es un caos. Decido no moverme de allí hasta que no nos dejen entrar pues no se puede apenas circular. Entonces se me acerca una persona que está junto a la vaya, un buscavidas, y se ofrece a llevarnos a otro aparcamiento. Se sube en la autocaravana y ante el temor de mi familia me dice "moro tranquilo", menos mal, ya estamos salvados...


Nos lleva en procesión buscando un parking libre, cosa que no encontramos y nos mete en un calle super estrecha donde tenemos que dar la vuelta las cuatro autocaravanas. No se como lo hemos conseguido pero hemos salido de esa ratonera sin un rasguño en nuestras acs y sin atropellar a nadie. Por todos lados hay gente, animales, coches, bicis, el moro que llevamos voceando al otro que va caminado a nuestro lado que es el que va buscando huecos en los aparcamientos, vamos de locura,un caos total y en el que sin saber el motivo, no ocurre nada, no hay accidentes ni atropellos, aunque ello sea inexplicable.


Volvemos de nuevo a la Koutoubia y la gente ya se está marchando por lo que tenemos que esperar un momento para que nos busquen aparcamiento. GPS: 31.624156, -7.994639, aquí está la barrera y luego el estacionamiento hace una ele y al fondo es donde estacionamos. Creo recordar que nos cobran 7 euros por 24 horas sin servicios, aunque el lugar es ideal, está vigilado y pilla todo muy cerca.


Nos vamos a la plaza para cenar y ver el ambiente. Conforme nos vamos acercando vamos oyendo el bullicio de la gente, el sonido de los tambores, el humo que sale de la plaza de los diferentes chiringuitos. Está atestada, en el centro están colocados los chiringuitos que ofrecen a los visitantes los más diversos menús y platos. Enseguida tenemos encima a uno de los especialistas en recoger gente y nos hacen un lado para que nos sentemos.


Los olores se entremezclan de los diferentes fuegos que cocinas los alimentos, es embriagador. Pedimos un poco de cada cosa, y comprobamos que aquí si viven del turismo, ya que es la vez que más caro nos cuesta comer.



Terminamos de ver la plaza con sus puestos de frutos secos, zumos de naranjas exquisitos y a un precio irrisorio, que dan ganas de estar todo el día bebiendo zumo de naranja pues está muy bueno.
Ponemos rumbo al aparcamiento pues se ha hecho algo tarde y hay que descansar, ya mañana nos espera otro largo día.




Hemos podido dormir a pierna suelta, tan solo nos ha molestado el altavoz situado en las inmediaciones cuando se ha puesto de pregonar el rezo a mitad de la noche. Una cosa que en Maruecos funciona perfectamente bien, el sistema de megafonía, llega a todos lados y se oye a la perfección, parece que están al lado de la autocaravana. Aparcamiento de la Koutoubia.


Por el día nos hacemos una idea más detallada de dónde hemos pasado la noche y comprobamos que el parking está realmente bien situado del centro de la ciudad.



Pasamos frente a uno de los monumentos más reconocibles de Marruecos, La Mezquita de la Koutoubia que la tenemos prácticamente al lado del estacionamiento. Su aspecto recuerda a la Giralda de Sevilla, siendo su alminar con 69 metros de altura el edificio más alto de Marrakech.


Empezamos nuestro recorrido por Marrakech y decidimos que el primer destino va a ser el Palacio La Bahía.
Construido en una sola planta, se tardó solamente 10 años en su construcción a principios del siglo XIX por un tal Sir Musa.
En la actualidad solo se pueden contemplar un tercio de las las dependencias, el resto pertenecen a la familia real marroquí.




En el Palacio, lo que más me llama la atención son los techos, ricamente decorado con maderas y yesos, un trabajo bastante fino, por cierto.
Luego sus patios son muy bellos y abundantes, ya que entre habitación y habitación tienes que pasar por los patios.



Por lo demás, pues, lo de siempre, mucho turista por lo que en los puntos estrechos cuesta acceder a las habitaciones y salir de ellas.





Terminamos la visita ya que van a cerrar para descansar a medio día. En los alrededores se pueden visitar las ruinas del Palacio El-Badi, así como las Tumbas Saadies, descubiertas en 1917 y que datan del siglo XVI. Nosotros no las visitamos.
Para saber más del Palacio La Bahía:

Nos vamos en búsqueda de la Plaza Djema el Fna y de golpe vemos un restaurante muy lujoso. Como somos muy curiosos decidimos pasar dentro y descubrimos una preciosidad de restaurantes, con unas salas y salones preciosos.




 Unas fotos y una cortesía muy agradable por parte de los responsables. Descubrimos que aquí se rodaron varias escenas de la película "El hombre que sabia demasiado" de Alfred Hitchcock en 1956 con James Stewart y Doris Day.
Por la noche se puede cenar con espectáculo incluido. Muy recomendable.




Llegamos a la plaza callejeando por la laberínticas calles de Marrakech y como hace calor y hay sed, tomamos unos zumos de naranja en uno de los innumerables puestos que abarrotan la plaza Djema el Fna.


Lo siguiente es complacer a las niñas con los típicos tatuajes de henna. Por un módico precio te puedes pintar las manos o lo que quieras con henna. Optamos por un tipo de henna que se borra en 15 días. Las chicas que lo hacen, dicen que ellas también notan la crisis y que Marrakesh entero vive del turismo. Parece que ellas también atraviesan malos tiempos.





Hay un gran ambiente en la plaza. La sensación es muy diferente a la que percibimos anoche. Ahora se ve otro aspecto de la plaza que es la cantidad de gente que se intenta buscar la vida.
Encantadores de serpientes, adiestradores de monos, vendedores de dientes y dentaduras y la más variada fauna que hace que abras bien los ojos y alucines con lo que captan tus sentidos.



Todo para que les dejes unos dirhams o euros. Algunos llegar a ser algo molestos con los turistas, sobre todo los que portan los monos y te los echan encima para que te hagas una foto.


Nos adentramos en la inmensa Medina de Marrakech y notamos que no tiene nada que ver con la de Fez. Aquí está más orientada al turismo. Los puestos son de otra clase y no se ve la miseria de los puestos de Fez. Tengo que decir a este respecto que me gustó más la de Fez, la veo más auténtica.
Queremos ver el barrio de los curtidores y enseguida se nos acerca un improvisado guía que se nos ofrece para llevarnos hasta allí. Menos mal, pues sino, no lo hubiéramos localizado.


Antes de entrar nos dan unas hojas de hierbabuena para poder soportar el hedor que desprenden las pieles putrefactas y los productos químicos que emplean.
Algunos cuando les llega la primera bufá del nauseabundo olor se dan la vuelta y deciden dejarlo para otra vez.



Después nos llevan a lo que ellos les interesa y por lo que enseñan su oficio. Una tienda, aunque antes nos suben a la terraza desde donde contemplamos los depósitos donde dan color y tiñen las pieles. Hoy es fiesta y no hay caso movimiento, menos mal, ya que si hubiera sido un día laborable el olor habría sido mucho peor.
Al final nosotros picamos y compramos un bolsón de piel que tendré que transportar por Marrakech.



Volvemos de nuevo a la Plaza ya que va siendo hora de comer. Encontramos un restaurante en la misma plaza y comemos por un buen precio. Después subimos a un restaurante mirador situado en la misma plaza desde donde se puede ver una buena panorámica de la misma.


Tras una vuelta por la plaza, regresamos al parking, ya que decidimos salir esta tarde para Casablanca y así adelantar algo el viaje, pensando en hacer noche en Asilah.
Cuando llegamos al parking comprobamos como una de nuestras autocaravanas está interceptada por otra ac y no podemos salir. Tras reclamarle a los responsables del parking, ésto nos dicen que les habíamos dicho que salíamos mañana y por eso han dejado estacionar una auto frente a la ac nuestra. La verdad es que llevan razón, hemos cambiado los planes y ellos no tienen culpa.



Es un consejo que os puedo dar y es que si vais a este parking tener claro cuando vais a salir para que ellos lo tengan en cuenta. Los planes vuelven a ser los del principio y nos quedamos a pasar la noche en Marrakech.


Nos organizamos bien la cena, pues nos dejan un cobertizo donde colocamos nuestras mesas y cenamos en compañía. Decidimos ir a dar una última visita a la plaza e intentar comprar más piedra de cedro que huele de maravilla, aunque no lo conseguimos a pesar de los esfuerzos.


Bueno, hoy es nuestro último día de viaje por tierras marroquíes, vamos a ir a ver la Mezquita de Casablanca y si podemos pernoctaremos en la localidad costera de Asilah.
Entre Marrakech y Casablanca hay autopista de peaje, por lo que se pueden hacer bastantes kilómetros en poco tiempo. Una vez más comprobamos la riqueza de estas tierras por las que pasamos, y la abundancia de agua.


Llegamos a Casablanca que no parece ser una ciudad de Marruecos, más bien tiene el aspecto de cualquier ciudad europea. De Casablanca, no tengo más referencias que la gran Mezquita, ya que no parece ser una ciudad demasiado interesante, por lo que tan solo haremos una parada aquí y seguiremos ruta hacia Tanger. GPS: 33.604552, -7.630754




La Gran Mezquita de Casablanca es un edificio imponente, su minarete mide 200 metros, el más alto del mundo. Se terminó de construir en 1992 tras siete años de obras. Está situado al borde del mar e incluso en algunas zona se ha ganado terreno al mar para su construcción.. Es una de las tres mayores Mezquitas del mundo.





El impulsor de tan magna obra fue el padre del actual monarca Hassan II y si por fuera es espectacular, por dentro es una maravilla. Tras sacar el preceptivo y caro ticket, 10 euros, nos citan por grupos dependiendo del idioma que se hable.




Nos descalzamos al entrar y una guía nos va detallando todos los pormenores de su construcción.


Todo es pomposo y lujoso. La verdad es que no han escatimado para hacer esta obra. Quizás esto es lo que más me llama la atención, mientras el pueblo no tiene ni para comer, otra vez más las contradicciones de este gran país.




Suelos de mármol, techos decorados con finas maderas, techo retráctil, celosías bellamente decoradas, baños subterráneos, etc, etc., no le falta de nada.
Su grandiosidad queda patente con la cantidad de fieles que puede albergar, 25.000 personas.


En fin una obra faraónica y mientras tanto gente pasando penurias a montones. Tras la visita de rigor, tampoco podía faltar la petición de propina para la guía, serán caraduras con lo que te sablan por la visita.
Para saber más:
http://www.ciao.es/Mezquita_Hassan_II_Casablanca__Opinion_1564168



Ponemos rumbo a Tanger, parando a comer en un área de la autopista y decidimos dejar Asilah para otra vez e intentar embarcar esta noche.
Tras llegar al puerto de Tanger, volvemos a pasar los papeleos de la aduana y el escáner en las autocaravanas y sobre las 2 o las 3 de la mañana partimos rumbo a Algeciras.
Cansados por no haber podido dormir en condiciones todavía nos vamos a un parking de Algeciras situado junto a un centro comercial GPS: 36.182047, -5.439575 también cerca de Viajes Normandie, donde pernoctamos sin novedad.
El viaje ha tocado a su fin, nos despedimos de Luisma, Tere y los niños y partimos rumbo a casa.



Ha sido un viaje que recordaremos siempre, una gran experiencia y un viaje diferente a todos los que hemos realizado hasta ahora. Lo mejor, la compañía, ha sido todo un placer viajar con nuestros amigos. La sorpresa, Marruecos ese gran desconocido. El consejo, no os lo penséis a los que queráis ir, hacerlo hoy antes que mañana. El deseo, volver...

3 comentarios:

forest dijo...

Impresionante relato.Que envidia,cuando decida ir me pongo en contacto contigo,cuando convezca a mi mujer claro,porque no le llama la atencion Marruecos,en cambio a mi si.

RQRODRIGO dijo...

Fascinante. Yo viajé a Marruecos en el 2010 y fué lo mas bonito que he hecho en mi vida. Enhora buena por tu gran aportación, copiaré muchas cosas para la proxima.
Saludos

cheap hotels in istanbul dijo...

Que buen y completo articulo; y el lugar es soñado.
Se ve que es una ciudad es muy bonita para recorrer realizando turismo.
Ojala algun dia tenga el placer de viajar hacia alli.