09 noviembre 2010

Marruecos, que gran descubrimiento...( I )


A tan solo 18 kilómetros de España, existe un país fascinante, en el que hay tal cantidad de contrastes y culturas que nos hacen dudar que se trate de un mismo país: Playas, grandes montañas, zonas con una vegetación exuberante y el desierto, que es lo que más nos ha fascinado, en definitiva todo un descubrimiento, sobre todo de sus gentes.



Vacaciones de Semana Santa de 2010. 11 días para un nuevo viaje. Durante el invierno he estado leyendo relatos para planificar un nuevo viaje y he ido leyendo por curiosidad, algunos relatos de Marruecos. Si, ese país vecino, que en ocasiones tenemos olvidado y del que no queremos saber nada, en muchas ocasiones, es más, sería uno de los últimos lugares en mi lista de preferencias. Cuan equivocado estaba y todos los que penséis igual que yo pensaba, pues la experiencia de visitar Marruecos ha sido como el titulo de esta relato: QUE GRAN DESCUBRIMIENTO.


Una de las cosas que leí, es que la primera vez que se viaja a Marruecos conviene ir acompañado. Hay alguna empresa que organiza este tipo de viajes, pero decidimos hacer una caravana de 4 acs por nuestra cuenta. 3 acs somos de Albacete y una cuarta de Ciudad Real, en total 12 personas o personitas, ya que venían niños pequeños. Por lo que el miedo hay que dejarlo en casa, es absolutamente seguro viajar a Marruecos, para mí, más que hacerlo por España...


Nos juntamos en Granada con Luis María y familia, quedándonos en un parking situado algo alejado del centro de Granada, pero que es bastante tranquilo y para pasar una noche es muy aconsejable. GPS: 37.159803, -3.608433 . Después de los oportunos saludos, quedamos para mañana salir temprano con el fin de recoger los billetes del ferry en Algeciras. Esperemos que a Luis María le vendan alguno, ya que se ha apuntado al viaje hace una semana y su billete está en el aire.
 
Llegamos a la agencia donde habíamos reservado los billetes. Deciros que antes de llegar a Algeciras pudimos ver infinidad de agencias que se dedican a la venta de billetes de ferry, por lo que no encontrareis problemas. Lo único que si debéis hacer, es reservarlos con tiempo pues los precios suben conforme se acercan las fechas del puente.


Llegamos a la oficina que está muy cerca de la autovía y a la entrada de Algeciras: GPS: 36.179450, -5.441322. Recogemos nuestros billetes, que creo recordar costaron 150 euros ida y vuelta con autocaravana y 3 personas que íbamos. Luisma al final tiene suerte y le venden unos billetes, aunque algo más caros. El trato de los dueños de la agencia ha sido magnífico, muy amables y todo facilidades. Un 10 para ellos. Tenemos que embarcar sobre la una del medio día y nos vamos para el puerto.


Después de estar valorando por donde íbamos a entrar en Marruecos, de leer las diferentes opiniones de unos y otros, nos decidimos a entrar por Tánger, ya que es bastante más barato. El ferry se demora algo y tenemos que comer en la cola del ferry.


Lo que en principio son unas cervezas, termina siendo una comida en toda regla. Los conductores de los otros vehículos alucinan con nuestro aperitivo... es lo bueno de viajar así.


Bueno pues ya estamos de camino a Marruecos, ya no hay vuelta atrás. El trayecto es corto y cuando te das cuenta ya estás en Tánger. Se tarda más en embarcar que lo que en si dura el trayecto. Tan solo hay que pasarse por el lugar donde un policía marroquí sella nuestros pasaportes y se queda con parte de la documentación que hemos rellenado previamente en el ferry, también el que corresponde a la entrada al país con un vehículo. Todo esto nos lo entregan en la oficina de venta de billetes y en el propio ferry también hay. El trámite es sencillo, no hay que preocuparse.


El cambio es radical, las casas, las mezquitas, las infraestructuras, etc. Salimos con las acs y nos quedamos estacionados en la cola para entrar por la frontera. Enseguida vienen los "arreglapapeles", esto es una mafia, y se nos ofrecen a agilizarnos el papeleo.


Les vamos dando nuestras documentaciones y entre carreras para un lado y para otro, al cabo de un rato nos traen los papeles sellados. Les damos una propina, aunque tenemos nuestro primer descuido, un miembro del grupo se ha adelantado y por su cuenta les ha dado una propina de 5 euros. Al darnos cuenta decidimos que las propinas las daremos como uno solo y para ello hacemos un pozo.


De todas formas tenemos que subir a la primera planta del edificio de aduanas y sellar otra vez los pasaportes. El trato de la Policía es cordial y agradable, sin ningún problema. Poco a poco vamos saliendo de la aduana, tras comprobar la documentación de las autocaravanas.


No nos miran dentro ni nada de esto. Ya cuando pasamos la aduana, hay muchas oficinas de cambio, por lo que hacemos nuestro primer acopio de Dirhams que nos vienen a salir alrededor de 10 u 11 por euro.


Ponemos rumbo a nuestro primer destino. Chefchaouen. Ya va siendo algo tarde y habrá que ir lo más rápido posible, sin paradas. Cruzar la ciudad de Tánger es caótico. Hay que cambiar el chip y hacer lo que hacen ellos sino, corres el riesgo de desesperarte. Gente por todos lados, andando, con bicicletas, cruzando por medio sin mirar, niños que se agarran a la parte de atrás de los camiones, nadie respeta preferencias ni nada por el estilo, vamos, un caos.



Seguimos la Nacional 2 dirección hacia Tetuán y poco antes de llegar a Tetuán nos desviamos a la derecha por la Nacional 13. Las carreteras son malas, estrechas y con gente y animales andando por la orilla, además hay bastantes baches, por lo que hay que circular con precaución. Después de recorrer los 111 kilómetros que separan Tánger de Chaouen, llegamos ya de noche al camping municipal Azilane: GPS 35.175358, -5.266275.


Situado en la parte alta de la ciudad, es bastante aceptable, si tenemos en cuenta que estamos en Marruecos. Los precios son irrisorios. Tras la oportuna inscripción en el mismo por un chico muy simpático, aquí todo el mundo entiende y chapurrea el castellano, nos instalamos haciendo un corro, sacamos las mesas y nos ponemos a cenar. Unas risas y unos buenos momentos de charla y nos vamos a la cama, pues ha sido un largo día y los kilómetros y las carreteras pesan en nuestros hombros.


Noche tranquila y hoy nos toca visitar Chefchaouen o Chaouen, como los marroquíes conocen esta ciudad. Salimos por el camino de entrada del camping hasta la carretera y tomamos dirección hacia el cercano hotel Atlas y antes de llegar al hotel giramos hacia la derecha para coger una senda que acorta hasta el centro de la ciudad.


Además, desde lo alto de aquí se divisan unas vistas espectaculares de Chaouen y su entorno. Parece mentira que estemos en Marruecos, más bien parece la cornisa Cantábrica de España, por eso insisto en los grandes contrastes de este país.


La bajada por la senda es fácil, y enseguida nos encontramos callejeando por las estrechas callejuelas. Lo primero que llama la atención de esta ciudad es el color azul de sus casas, así como el entorno en el que está situada la ciudad, a las faldas de los montes Tissouka de 2050 metros y Megou 1616 metros. La medina de Chaouen es pequeña y tranquila, y adentrarse por ella es toda una experiencia, sobre todo teniendo en cuenta que es la primera que visitamos.



De repente estamos en la plaza Uta el-Hammam, centro neurálgico de la ciudad. Nuestra primera visita la vamos a hacer a la Gran Mezquita de la Kasbah que está enfrente. Grandes fotos del Rey Mohamed VI y muchas banderas, adornan esta plaza y casi todas las calles de la ciudad, ademas por toda la carretera nos han estado acompañando. Al parecer, el Monarca estuvo aquí hace dos días.



Pasamos dentro del monumento, la entrada es muy barata. Construida en el Siglo XV para acometer las embestidas de los cristianos, actualmente alberga en su interior el museo etnológico de Chaouen, el cual posee una importante colección de arte popular y varias piezas interesantes del norte de Marruecos.





Tras dar una propina a nuestro guía, salimos de nuevo para seguir recorriendo las callejuelas de la ciudad. Sorprende ver la cantidad de gente que hay por la calles, algunos transportando cosas, otros sentados tranquilamente, viendo pasar el tiempo, otros observando a los turistas occidentales con nuestras habituales prisas.



El bullicio es lo que más me sorprende, las costumbres que tienen, lo que aquí hace años que hemos perdido, por el estrés, las prisas y nuestra forma de vivir apresurada.



Vemos niños vestidos con harapos, jugando con cualquier cosa, nos miran y nos sonríen, felices de estar allí. Por un momento me veo reflejado en ellos, cuando en mi niñez jugaba y era feliz sin tener nada, como ellos.


La gente habla y sonríe por las calles, se cogen unos a otros, comparten lo poco que tienen, no derrochan nada, todo lo aprovechan, y se les nota que son felices. Que diferencia entre nuestra forma de vida y la de ellos...



Tienen un lema aquí: "las prisas matan". Ellos no tienen ese problema. Nos encaminamos hacia el lavadero municipal, donde las mujeres aprovechan el cauce del río para hacer la colada a mano, igual que se hacia en España hace 50 años. No se qué deben pensar las mujeres cuando las fotografiamos en sus quehaceres diarios.



Seguimos paseando por la medina de Chaouen. Javi compra unos dátiles buenísimos y los reparte entre varios chiquillos, algunos más listos que el hambre intentan coger dos veces. La necesidad hace que estén muy espabilados. Encontramos un horno particular y el buen hombre nos vende un pan recién hecho buenísimo.


Así va transcurriendo la mañana en Chaouen, algunas compras de última hora y ya va siendo hora de subir al camping para comer y marcharnos dirección a Fez, donde queremos pernoctar esta noche.





La verdad es que estamos cansados de andar toda la mañana y pegarnos otra vez la caminata hacia el camping, pero esta vez cuesta arriba, no nos agrada, por lo que tomamos unos taxis que en un momento y por cuatro perras nos dejan en la puerta del camping.


Hacemos los preparativos para la comida y aquí mi consejo es que llevéis cosas, ya que así no tendréis que ir buscando supermercados que solo encontrareis en las grandes ciudades. Nosotros echamos un jamón, queso, vino, y bastantes cervezas, que como allí no pueden beber alcohol, pues saben mejor...



Dejamos Chaouen con muy buen sabor de boca y ponemos rumbo hacia Fez por la Nacional 13. El paisaje es de un verde espectacular, parece mentira que Marruecos sea así de verde y haya tanta agua por todas partes.


Paramos a comer en un pueblecito, que yo diría que es el de los mecánicos, pues hay talleres por todas partes, bueno lo de talleres es un decir porque aquí lo hacen todo a mano.


El caso es que vemos un bar donde tienen colgados unos corderos con muy buena pinta, por lo que a regañadientes, pero paramos. Aquí lo del servicio impecable, el lujo y la limpieza brillan por su ausencia, pero en contra, estamos en un típico bar local, donde no hay ni un turista, vamos a ver si nos nos engañan demasiado.


El caso es que nos cortan la carne que queremos, la de cordero nos hacen unos pinchos y la de ternera nos la pican, la aderezan todo a mano y nos hacen una especie de hamburguesas todo ello a la brasa, que nos chupamos los dedos.





Las carreteras en algunos tramos son bastante malas y el viaje se hace algo pesado ya que los 211 kilómetros que separan Chaouen de Fez, con la velocidad a la que estamos circulando no dan para más. Hay que tomárselo con tranquilidad y sin prisas.


Nos sorprende la cantidad de gente que hay caminando por los inexistentes arcenes de las carreteras así como por los campos dispersos por todas partes. A la entrada de Fez comprobamos que hay algunas zonas de la carretera inundadas a pesar de ser una gran ciudad. El caos circulatorio también es alucinante.




Llegamos al camping con los últimos rayos de sol. El camping Le Diamant Vert está situado en un complejo deportivo a las afueras de Fez: GPS: 33.98707, -5.01837 . Los precios siguen siendo muy buenos, y los servicios pues normales, la única pega es que está bastante retirado de la Medina de Fez.



Nos apetece ir a Fez de noche para dar una vuelta, aunque luego nos daríamos cuenta que habría sido un error. En recepción me dan el teléfono de una persona que tiene un servicio especial de taxis. Le llamo por teléfono y acordamos que nos lleve a la Medina por un buen precio. Cuando se presentan los 2 taxis, el precio ha variado y nos piden mucho más. No sabemos si ha sido un mal entendido o es que nos quieren sablar, por lo que decidimos no ceder y visitar la Medina mañana.


Hoy lo vamos a pasar íntegramente en la Medina de Fez o Fes como ellos dicen. Nos vamos a la entrada del Camping donde hay una parada de Bus. Es Domingo y las inmediaciones del camping están plagadas de gente que ha venido hasta aquí para pasar el día en familia con sus merenderas, da envidia verlos...


Después de estar esperando un buen rato, por fin llega el autobús repleto de gente, nos subimos como podemos y ponemos rumbo al centro de Fez. Llegamos hasta la última parada y preguntamos donde tenemos que ir para llegar a la Medina. Nos indican la estación de bus y nos encaminamos para allá, aunque antes de llegar vemos una parada de taxis y cogemos 3 para que nos llevan a la Medina. Una distancia considerable que nos sale a 2 euros por taxi...

Mi consejo: Llegar con la autocaravana hasta el parking situado al lado de la Puerta Azul de la Medina y dejarte de historias, vale más el tiempo perdido que otra cosa. Aunque si lo hubiéramos hecho así, nos habríamos perdido la experiencia que nos aguardaba de regreso al camping... GPS parking Medina de Fez: 34.061572, -4.986261 , había acs estacionadas.


Entramos a la Medina por la Puerta Azul. Nada más atravesar la Puerta nos damos cuenta y de repente, que hemos retrocedido hasta la Edad Media, es una de esas sensaciones que no se te olvidan mientras vivas. Ahora que han pasado unos meses y estoy escribiendo este relato, al recordarlo, se me erizan los pelos todavía. Es difícil explicar el cúmulo de sensaciones, olores, colores, sonidos, etc que te golpean de repente cuando atraviesas los muros de la Medina y te internas en ella.


Es de las mejores sensaciones que he experimentado en este viaje y por las que merece la pena viajar y conocer otros lugares, vamos, lo que todos buscamos y que cuando creemos haberlo encontrado experimentamos ese momento de placer y satisfacción total y plena, creo que me entendéis...y de estas ha habido muchas en Marruecos.



Intentamos poner orden en nuestros sentidos y vamos avanzando por el caos de la Medina. Gentes y animales se mezclan por las estrechas y antiguas calles. Miro a mis acompañantes y veo sus caras de asombro, miedo, desconcierto, etc., hay veces que las caras lo dicen todo acerca de las sensaciones que estamos viviendo y esta ocasión es una de ellas, de las que se quedan fijas en la retina.


Penetramos en la Madraza Bou Inania que es una escuela coránica de estudios superiores, especializada en el estudio de la ciencia religiosa. Construida en el año 1350, actualmente funciona como residencia universitaria y es uno de los pocos lugares religiosos abiertos al público no musulmán.


Aquí todo se hace a mano. Los puestos de venta son cubículos en algunos casos y en otros hay tiendas de mayores dimensiones. En todo momento tienes que estar muy atento al trasiego de gente que transporta las cosas en burros y mulas, si ven que estás distraído empiezan a vocear, por lo que al final no hay ningún atropello ni nada de esto, aquí no pasa nada...



En marruecos la bebida nacional es el té, por lo que se pasan el día entero bebiendo esta bebida. La verdad es que terminas aficionándote a tomar el té, ya que lo preparan muy bueno, los hay de diferentes clases, pero el verde con hierbabuena está muy bueno. Decidimos pasar a un local a tomar un té, desde cuya terraza se divisan unas buenas vista de la Medina de Fez y del conglomerado de casas que hay aquí.




Seguimos callejeando por la Medina, ya un poco perdidos. Al principio intentaba orientarme con un plano, pero ya he desistido, por algún lado saldremos, aquí es muy difícil orientarse. La propia construcción de la Medina hace que sea casi imposible orientarse, aunque preguntando a la gente, os guiarán hasta donde queráis, por una pequeña propina, eso si.


Ya va siendo hora de comer, por lo que vamos mirando algún lugar donde hacerlo, aunque no parece que nos guste demasiado. La idea de salir de la Medina en busca de un mejor lugar, es algo descabellada, ya que no sabemos muy bien donde está la salida.


Se me acerca una niña de no más de 12 años y me dice que ella nos lleva a un buen sitio para comer y barato, le doy largas para ver si se cansa, pero ella insiste e insiste y al final decidimos seguirla y probar suerte. Nos lleva a un primer lugar, pero al insistirle que queremos probar el cuscús opta por llevarnos a otro sitio.


Las calles son aquí todavía más estrechas. Nos está alejando de las zonas turísticas y el laberinto de callejuelas y edificios hace que alguno de los miembros de la expedición se empiecen a poner nerviosos, sobre todo quien lleva niños pequeños.


Algunas también colaboran en comentar que no sabemos donde nos lleva y cuando van apareciendo a nuestro lado chavales más talludos, el ambiente pasa a ser algo preocupante. Les insisto a mis acompañantes en que no hay ningún problema, que la niña seguro que nos lleva a un buen lugar.


Nos adentramos en un callejón sin salida y algunos se plantan diciendo que aquí no pasan, pues no se fían del todo. La niña nos mete en un edificio precioso con un patio estilo andalucí, lleno de adornos y vidrieras, un lugar realmente bonito y acogedor.


Comemos estupendamente bien, tras darle una propina a escondidas a la niña, se lo ha ganado.
Cuando salimos del restaurante, otro grupo es atraído hasta aquí. Tienen la misma cara que, supongo, traíamos nosotros, de desconfianza. Al vernos les cambia la cara y saludamos a nuestros paisanos de Villamalea, aunque optan por buscar otro lugar más cerca de las calles comerciales.




Otra vez más nuestras supersticiones y nuestros equivocados juicios de valor. No nos hemos encontrado con ningún problema de seguridad, tan solo con nuestros propios miedos e ideas preconcebidas e injustas.



Seguimos callejeando por la Medina. Subimos a la parte alta de la misma, la zona de la fruta y de los animales. Como curiosidad a destacar, es que aquí si quieres comprar por ejemplo un pollo, los tienen vivos, tan solo hay que elegir uno y el vendedor le retuerce el cuello en tu presencia, a la vieja usanza y más fresco imposible.




Aquí los olores se hacen más intensos, combinándose el hedor de los animales con el de los humanos. Imagino por un momento lo que debió ser la Edad Media en cualquiera de las ciudades europeas: suciedad, convivencia de personas y animales, caos urbanístico, miseria, etc.


Estamos muy cerca de España y aquí podemos retroceder en el tiempo y contemplar lo que debió ser la forma de vida en nuestro pasado, no de estos marroquíes que lo viven día a día.




Después de pasar todo el día en la Medina de Fez, ya va siendo hora de concluir la visita, va anocheciendo y nos nos gustaría que la noche nos sorprendiera tan lejos del camping.


Salimos de la Medina por otra puerta distinta por la que hemos entrado esta mañana. El ambiente de la calle está animado. Un continuo pulular de vehículos de todo tipo, recorren esta plaza circular y nos apresuramos a tomar un taxi.






Nos dividimos en 3 grupos para llegar al camping. Tan solo un grupo consigue un taxi, marchándose para el camping. Los otros 2 grupos tenemos que negociar con propietarios de carromatos destartalados para que nos acerquen, ya que los taxis dicen que la carrera es demasiado larga. Tras varios regateos encontramos los vehículos que nos acercarán. Un carromato tirado por una moto.


Salimos en 2 carromatos diferentes. El nuestro es conducido por un chaval acompañado por una chica. Antes han bajado a varias mujeres que transportaban, para llevarnos a nosotros. Saben que les va a traer cuenta por el dinero que van a ganar.
No saben donde está el camping, teniendo que parar varias veces a preguntar a otros conductores. La estampa es surrealista. Cuatro occidentales subidos en la parte de atrás de un carromato que a saber lo que transporta durante el día.


En medio de una cuesta arriba, el vehículo se para y circulamos hacia atrás por la inercia del vehículo, yo creo que no tiene frenos. Mientras tanto, los vehículos que vienen detrás nuestro nos tienen que evitar para evitar impactarnos, dando grandes bocinazos. Pero olvidamos por un momento, que esto es Marruecos y aquí no pasa nada. El trasto se ha quedado sin gasolina, el conductor nos aparca como puede y para una moto marchándose en ella sin decirnos nada, tan solo con la chica que lo acompaña.


Al cabo de un rato regresa con una bolsa de gasolina y reemprendemos la marcha. El camping está algo retirado y no se si al final nuestro chófer va a conseguir que lleguemos. Tras volver a preguntar a otra persona, conseguimos por fin llegar al camping, con la caja del carromato casi deshecha, tengo que sujetar algunos hierros para que no se caigan, que película y que experiencia.


No paramos de reír por la experiencia vivida, al igual que el otro grupo que ha viajado en similares condiciones. Una vez más volvemos a constatar que Marruecos es así, un caos pero al final las cosas salen y no hay que preocuparse en exceso.
Tras una reparadora cena en nuestro corro de autocaravanas y tras repasar la jornada y las experiencia vividas y aun extasiados por el cúmulo de vivencias del día de hoy, nos vamos a la cama satisfechos.


13 comentarios:

Alfonso Fuentes dijo...

En Tánger nació y murió Antonio Fuentes ( 1905 - 1995 ) hijo de los dueños del Hotel Fuentes del Zoco Chico, inaugurado en 1914 en la sede de la anterior Embajada Austro-húngara.

En www.antoniofuentes.org pueden ver obras y documentos biográficos del artista.

Anónimo dijo...

Es alucinante el viaje hasta ahora, me gustaria saber si vais a repetir el viaje alguna vez mas, para apuntarme. Gracias por compartir la experiencia. Campillo ACpasion.

Anónimo dijo...

Que recuerdos, que buenos momentos, que pais, que gente, que amigos, que todo. Un viaje inovidable. Luisma y Tere.

BasiBonal dijo...

Menuda envidia. Nos os preocupeis que ya se la quitaré a mis padres y me haré el viaje! Saludos!

Basi Bonal Junior

alsaga dijo...

Basi junior, me alegro que te guste, y que pretendas hacer la misma ruta, pero tienes que contar de nuevo con nosotros, pues la compañia es lo principal.

Anónimo dijo...

Papá, que chulo :)
(Soy Paula)
Besos :D

alsaga dijo...

Me alegro que te guste Paula, para eso lo hago y para compartir nuestras experiencias y si a alguien le puede ayudar pues mejor que mejor.
Otro beso.

familiarodriguezsanz dijo...

Que recuerdos, y que diferente todo. El relato en tu linea, genial, como siempre.
Gracias por todo Alfredo.

Viajes Marruecos dijo...

grax por la info

Anónimo dijo...

Este año 2014 ha sido mi tercer viaje a ese gran país que tiene gran parte del mismo anclado en el siglo XVII o aún más atrás, pero que cautiva a todos los que lo visitan con ojos, bien abiertos, para contemplar su belleza, mente abierta para comprender sus costumbres, estómago generoso para recibir los productos de su excelente cocina, olfato sensible para percibir toda la gama de olores
Marruecos, ¡que maravilla!, tan cerca y tan lejos

Anónimo dijo...

Marruecos con categoría "BBB" (buena comida, bonito país y barato)
Yo añadiría "SAM" sorprendente, alucinante y maravilloso
Este año ha sido mi tercer viaje, el segundo con mi AC y ya tengo hecha la ruta para 2015 Algeciras, Ceuta, Saidia, Oujda, Fez,El desierto de Mezouga, Ouarzazate, Marrakech, Agadir, Tiniz, Al Jadida, Casablanca
Rabat; Tetuán , Ceuta

Viajar dijo...

Viajar es explorar nuevas tierras y poder dislumbrar la belleza del mundo... ¡Me fascinó tu artículo!
Escribe más sobre estps para poder informanos y conocer sitios turisticos, ¡viajar es maravilloso!

isabel sahara dijo...

Chaouen es un paraíso, además se puede visitar en cualquier época del año ya que no es demasiado caluroso en verano. Lo único malo que llueve de vez en cuando al estar en la montaña pero merece muuuucho la pena"!