05 septiembre 2008

Bretaña, Normandía y Perigord V



En esta entrada que transcurre por Normandia, visitaremos en primer lugar el espectacular Mont Saint Michel. Luego nos trasladaremos a la zona donde transcurrió el desembarco de Normandia en la Segunda Guerra Mundial. Y terminaremos con dos ciudades maravillosas, Honfleur y Etretat.


La noche transcurre de forma normal en el estacionamiento del Mont Saint Michel GPS ( 48 38 00.36 N 1 30 34.31 W ), hasta que alrededor de las 7,30 de la mañana, llaman a la puerta de la ac de forma insistente. Nos preguntamos quién será a estas horas.
Quien iba a ser: una cobradora del parking que antes de que se levante la gente ya están cobrando. Creo recordar que eran sobre 7 euros.


Ya despiertos, pues no es cuestión de ponerse a dormir de nuevo, desayunamos y como no hay mal que por bien no venga, nos vamos a la Abadía para pasar la mañana viendo esta maravilla
Es el segundo lugar más visitado de Francia, solo por detrás de París, por lo que os podéis imaginar que no estamos solos.

Y bien, aquí pasamos de la Bretaña a Normandía, unos dicen que el monte pertenece a la primera región y otros dicen que a la segunda, pero qué mas da, si el sitio es maravilloso.

Los monjes Benedictinos fundaron la Abadia en el año 966, y después de Roma y Santiago de Compostela es el tercer lugar de peregrinaje cristiano.


Durante la Guerra de los Cien años, el conjunto albergó a los caballeros franceses que se refugiaron aquí debido a la persecución de los ingleses. También fue utilizado como prisión, y finalmente fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979.



Está construido en un islote rocoso y en la época de las grandes mareas, el agua llega a rodear el islote quedando totalmente aislado. A la entrada del recinto se pueden ver unos carteles que indican si hay que sacar los vehículos y a la hora que se debe hacer, está todo muy programado.

A la entrada, se encuentra la oficina de turismo en lo que fue el antiguo cuerpo de guardia de los burgueses. Al poco de entrar a la izquierda se encuentra el restaurante más famoso del lugar, pudiéndose ver desde el exterior la cantidad de fotografías de celebridades que han pasado por aquí durante muchos años.


Subiendo por la Gran Rue se pueden ver la gran cantidad de tiendas y restaurantes que ofrecen a los turistas lo más variado en recuerdos, regalos y manjares. Es un espectáculo en si quedarse mirando la gran cantidad de personas que transitan por esta calle tan estrecha. Se pueden encontrar de todas las nacionalidades, aunque los que más gracia nos hacen son los japonenses. Pasamos un rato observándoles y nos reímos al ver lo diferentes que son respecto a nosotros.

Seguimos subiendo hasta llegar a la Abadía, en lo más alto del monte, culminado por una figura dorada del Arcángel San Miguel.


Se puede entrar a ver la Abadía y el Claustro, pero nosotros no lo hicimos, estábamos algo cansados y había que hacer cola, por lo que decidimos bajar y callejear un poco más.
Es admirable el trabajo tan descomunal que se tuvo que realizar aquí para levantar todo este conjunto. Quedan restos de antiguos "ascensores manuales" que utilizaron para subir todo tipo de materiales.
Tras recorrer algunos tramos de muralla, nos vamos al parking para seguir nuestra ruta, despidiéndonos de este lugar tan fascinante y que tanto nos ha gustado. Y al irnos nos despedimos con un "hasta luego", ya que lo que tan hondo te ha calado no se pierde tan fácilmente y cuando recordamos este lugar, pensamos que estamos allí.

Nuestro siguiente destino es Bayeux.

Bayeux

Llegamos a esta ciudad Normanda y estacionamos en un parking bien situado, cerca de la Catedral. GPS: 49.27312, -0.70246. Nos vamos a ver este gran monumento muy bonito e interesante tanto por dentro como por fuera. Catedral románica construida en el año 1077, destacando su coro y sus agujas.
Lo más importante de Bayeux quizás sea su famoso tapiz, uno de los tesoros de Francia que data del siglo XI y conmemora la batalla de Hastings. Nosotros por desconocimiento en aquel momento, y aunque había numerosos carteles anunciándolo, no lo vimos, pensando que se trataría simplemente de un tapiz sin más, aunque ahora nos arrepentimos de no haberlo visto.
Os pongo un video en el que se pueden apreciar algunos detalles de tal tesoro, por si vais por Bayeux, no dejéis de verlo, creo que merece la pena.

Bayeux

Seguimos callejeando por la ciudad que tiene un ambiente bastante concurrido y vemos el pequeño río que atraviesa la localidad y una noria adosada a una casa. Las flores aparecen por todas partes y da gusto caminar por el centro viendo esas casas de piedra con sus tejados negros.



A las afueras de Bayeux se puede visitar el cementerio de la Commonwealth, donde reposan los restos de 4144 soldados muertos tras el desembarco de Normandía. Cuando uno mira las lápidas y lee las edades de los muchachos que murieron en los diferentes combates, siente una tristeza profunda y sale de allí compungido y apenado.

Muy cerca se puede visitar el Museo de la Batalla de Normandía. Nosotros cuando llegamos estaba cerrado y no pudimos visitarlo.



Bayeux

Y continuamos ruta hacia nuestro último destino de hoy: Arromanches.

Llegamos a esta localidad, es pequeñita y te situas muy bien. A la entrada está el camping, pero nosotros pensamos no entrar y nos vamos en busca de un lugar de estacionamiento para pernoctar esa noche. Lo encontramos en una plaza junto al polideportivo municipal.

Parking Arromanches

El sitio está pegado al camping y tiene un área de acs, que ya está lleno, pero al lado hay otra zona de estacionamiento de turismos, aunque hay acs estacionadas. Hay señalización de prohibido para las acs, pero como ya es algo tarde decidimos quedarnos. GPS: 49.33904, -0.62549, solamente parking.



Arromanches

Este pueblecito tiene el interés de ser el lugar elegido por los aliados en la Segunda Guerra Mundial para desembarcar todo el material de guerra y de abastecimiento para que la campaña pudiera seguir por todo el territorio francés y terminar en Alemania.

En aquel entonces los puertos de esta zona de Francia estaban muy bien defendidos por los alemanes y un desembarco en alguno de estos puertos lo más probable es que hubiera resultado un fracaso, por eso eligieron esta pequeña localidad, que no tenía puerto. Para ello construyeron aguas adentro como una base de operaciones haciendo naufragar viejos barcos para que sirvieran de refugio del oleaje y los grandes barcos desde aquí pudieran desembarcar hombres, alimentos, armas, vehículos, etc.


Arromanches

Se pueden ver a escasos metros de la playa los trozos de puentes que se utilizaron para tal fin. Merece la pena ver el museo del desembarco en el que exponen vídeos y reproducciones en maqueta sobre todo lo que tuvo relación con el desembarco. La mayoría de las visitas guiadas son en inglés, pero merece la pena ver el museo para llevarse una impresión de lo que pudieron ser los hechos. 

También hay un cine en 3D de 360º donde se proyectan imágenes de la época y que también merece la pena visitarlo.

Parking de pago Arromanches


Subimos por una colina para ver una panorámica de Arromanches y de su playa y la verdad es que el lugar es muy bonito. Además nos damos cuenta que hay un estacionamiento de pago para autocaravanas y desde aquí las vistas son magníficas, pensándonos más de una vez cambiar el lugar de pernocta, aunque finalmente decidimos quedarnos en la plaza del pueblo.
GPS de este estacionamiento ( 49 20 21.17 N 0 36 50.38 W ). 




A la mañana siguiente visitamos el museo del desembarco y nos vamos a ver el cementerio norteamericano en la famosa playa de Omaha, donde tuvieron lugar los enfrentamientos más sangrientos del desembarco de Normandía.

Longes-Sur-Mer

De camino al cementerio se pueden visitar las Baterías de Longues-Sur-Mer, enclavadas en una ventajosa posición para repeler el ataque de los aliados. GPS: 49.34332, -0.69481.

Pensamos que no damos con el cementerio, ya que no está muy bien indicado, pero después de dar alguna vuelta más de lo necesario, llegamos a su amplio parking, donde quizás se pueda hasta pernoctar, aunque nosotros no lo hicimos. GPS: 49.35673, -0.853.

Situado cerca de la localidad de Colleville-Sur-Mer, está enclavado en un lugar privilegiado a orillas de la playa de Omaha. Es territorio norteamericano en reconocimiento a este pueblo que defendió a Francia y a Europa de la tiranía Nazi.

Colleville-Sur-Mer

Está todo muy cuidado y recomiendo entrar directamente en el Memorial, una especie de museo donde proyectan una serie de videos de la época y sobre todo, uno de ellos emociona mucho. Se basan en las vidas de unos soldados que dan su vida en la Segunda Guerra Mundial en defensa de la libertad y la Democracia.

Es verdaderamente emocionante y si eres de lágrima fácil, algunas se te escapan. Después de recorrer este lugar y ver las fotografías, mapas, utensilios que llevaban los soldados, uniformes, etc., toca la salida al cementerio.

Las cruces blancas perfectamente alineadas, el césped muy cuidado y las paz que reina en este lugar, son recuerdos que se te quedan grabados en la mente. Al leer en algunas cruces los nombres de los soldados, el lugar donde nacieron, la fecha de nacimiento, el rango que obstentaba y la edad y fecha en la que murieron, te hace estremecerte de pena, al comprobar que jóvenes eran y al lugar tan lejano al que vinieron a morir en defensa de unos ideales de libertad y paz.

Colleville-Sur-Mer

Las playas son muy bonitas y cuesta imaginarse que en este lugar pudieran morir tantos hombres hace sesenta y tantos años. Sales de este lugar sobrecogido y odiando a los hombres que consienten y fomentan las guerras.



Continuamos nuestra ruta por Normandía y dejamos las playas del desembarco, aunque seguimos pegados al mar. Nuestro siguiente destino es: Cabourg.

Esta localidad costera, nos da la sensación de ser un lugar de turismo por sus playas, que son grandes y de aguas limpias.

Cabourg

Una visita por la ciudad y apreciamos un gusto refinado por las casas. Hay autenticas mansiones y además muy bonitas. Los jardines tampoco están a la zaga y es una delicia contemplar como se integran las casas y los jardines. Además la tarde es estupenda y hasta dan ganas de darse un chapuzón en la playa, aunque lo dejamos para otra vez, no llevamos ropa y la ac está algo retirada.

Cabourg

Seguimos un poco más adelante hasta otra población de similares características a Cabourg, y llegamos a Houlgate.

Estas dos poblaciones están prácticamente pegadas una de la otra y los puntos en común son grandes. Nos da la impresión que son pueblos de turismo de veraneo, aunque no es como nuestras costas de España, esto es diferente, menos aglomeración de gente y eso si, las casas son muy bonitas, hay que dejarse llevar por la intuición y recorrer a pie sus calles en busca de rincones bonitos.

http://www.ville-houlgate.fr/html/tourism/f_tourism.html


Houlgate

Lo que también hemos apreciado es que veranear aquí no está al alcance de muchos bolsillos pues los hoteles y casitas que pegan a la playa son en algunos casos de lujo, o sea que el turismo aquí es de alto standing.

Houlgate

Y después de ver estas dos poblaciones, ponemos rumbo al lugar en el que concluiremos nuestras aventuras por hoy, que no es otro que el maravilloso pueblo de Honfleur.

Situado en la desembocadura del río Sena, este pueblo es una de los más bonitos y especiales que visitamos en nuestro periplo por tierras francesas, y lo digo sin temor a equivocarme. Su puerto es una maravilla y el casco antiguo una pasada.


Llegamos a media tarde al área de acs que es grandiosa, aunque la demanda supera a la oferta ya que para encontrar sitio debemos hacer virguerias. GPS: 49.41928, 0.24145. Todos los servicios incluidos en los 7 euros por día que hay que pagar en una máquina expendedora de tickets.


No cometáis el mismo error que nosotros: pagar por adelantado, ya que si después no encontráis sitio para quedaros, el guarda se hace el sueco y aunque le digáis a la cara cuatro cosas bien dichas, por asegurar que: "si, hay espacio", como no encuentres aparcamiento, te quedas sin los 7 euros.


Menos mal que el mundo este de la autocaravana es bastante solidario y 2 belgas y una holandesa nos hicieron sitio entre ellos y además nos dejaron que nos conectáramos a su ac ya que los postes estaban al 100 por 100, esta gente es muy agradable y nos hicieron el favor sino, tendríamos que haber buscado estacionamiento por otro lado. Alrededor del área había otras ac estacionadas pero por libre y sin servicios.


El favor se lo agradecimos con un aperitivo a base de jamón serrano, queso manchego y vino de la mancha, que no sabían donde estaba, a pesar de indicarles que era la tierra de Don Quijote, nosotros pensábamos que era un personaje universal.
En este lugar estuvimos 2 días y la verdad es que nos llenaron bastante, pues es un lugar que tiene bastante que ver, además coincidimos con la fiesta nacional francesa, por lo que el ambiente era festivo y de gran bullicio.

Honfleur

¿Qué decir de esta bella localidad francesa?, pues se antoja difícil hacer una clasificación en importancia, ya que todo ella es bonito. Quizás lo que más nos gustó, fue el gran ambiente que se vivía en la ciudad en esos 2 días que la visitamos.

Honfleur

Sin lugar a dudas el puerto antiguo es lo que más impresiona y lo más pintoresco de Honfleur, de hecho numerosos artistas lo han pintado siendo el más conocido Claude Monet, si vais allí sabréis por qué. La Iglesia de Santa Catalina pasa por ser la Iglesia más grande de Francia construida en madera, muy bonita de ver y muy cerca del puerto.

Honfleur

Se nota la tradición marinera de esta villa, por algo desde aquí partían numerosos barcos rumbo a Canadá, las Antillas, África, etc, por lo que se nota el ambiente marinero y comercial.
La Capitanería del siglo XVII, al lado del puerto viejo, es el edificio más antiguo que se conserva de este conjunto.



Numerosas casas antiguas salen a nuestro encuentro en la Plaza Jolie, donde se puede contemplar una bella estampa de la Iglesia de Santa Catalina.
Un paseo por la Rue des Lingots con su suelo empedrado, sus comercios perfectamente adornados y sus casas de madera muy bien conservadas, te trasladan a otra época. Perderse por el casco antiguo de Honfleur, sabiendo que al final vas a ir a parar al puerto antiguo, es de lo más gratificante y si encima, y es mi recomendación, lo haces de noche con ese tenue alumbrado que te sumerge en una ciudad antigua, se consigue que te perdure el recuerdo como uno de los más bonitos que se puedan vivir en la visita de una ciudad.

Honfleur.

La noche de la fiesta nacional francesa la ciudad es un bullicio de gente y de colores. En el puerto viejo se congrega la gente para ver a los chavales correr y subirse por un gran tronco que está amarrado junto a las aguas del puerto. El tronco termina en una pendiente de unos 20 grados, y además está impregnado en una sustancia que lo hace resbaladizo. El premio consiste en llegar al final y coger una bandera de Francia. Evidentemente casi ninguno lo consigue, cayendo a las aguas del puerto, ante la expectación de todo el público. Para finalizar unos fuegos artificiales, que no se parecen en nada a los que hacen por Valencia.
Nos vamos al área a dormir y preparar el siguiente día donde visitaremos el último destino por estas latitudes: Etretat.






1 comentario:

Alundra dijo...

Jolin, que recuerdos... a mí me encantó toda esta zona que has relatado... aunque Cabourg y Houlgate nosotros no los vimos... y el tapiz, por los pelos, que nos topamos con otros españoles y nos dijeron que merecía la pena... así que, eso no nos lo perdimos, pero en realidad nuestra visita a Bayeux fue más que nada porque jugasen los críos en un laberinto gigante que hay a las afueras... lo del tapiz vino de rebote, ya ves....